Un informe muestra lo bueno y lo malo del deporte para los ni?os

Si miras a un patio de colegio puedes ver una sociedad en miniatura. Tal vez haya ni?os que no dejan jugar a f¨²tbol a las ni?as, o puede que el marginado por su orientaci¨®n sexual sea excluido del partido de baloncesto, o que el alumno con tendencias m¨¢s violentas suelte toda su adrenalina en esa media hora, o que el compa?ero con alguna discapacidad sea el ¨²ltimo en ser escogido cuando se forman los equipos. Un informe de Unicef encargado por la Fundaci¨®n del F. C. Barcelona presentado este jueves ha concluido que el deporte contibuye al bienestar general de los ni?os, pero que requiere unas determinadas directrices para que no ahonde en las desigualdades.

El conocimiento que se extrae de este extenso an¨¢lisis es que el deporte puede conseguir efectos poderosos, pero no basta con poner un bal¨®n y lanzar a los peque?os a jugar. Hacen falta objetivos, entrenadores o educadores preparados y un buen dise?o de los programas. "Los deportes de equipo que se apoyan en relaciones de afecto ayudan a empoderar a los nin?os y a que estos desarrollen una imagen positiva de si? mismos y se motiven gracias al dominio de una modalidad deportiva", recoge el estudio, a la vez que se?ala que "uno de los retos es el de luchar contra las culturas deportivas que promueven el elitismo y excluyen a determinados nin?os y jo?venes, con lo que se convierten en una barrera a la inclusio?n". El informe ha analizado m¨¢s de 300 programas en el campo del deporte en un centenar de pa¨ªses de todo el mundo.

Los expertos tambi¨¦n se?alan c¨®mo la desigualdad afecta tambi¨¦n a algo tan b¨¢sico como la actividad f¨ªsica: "En los pai?ses de ingresos altos, la evidencia indica un vi?nculo positivo entre el deporte y el rendimiento acade?mico, mientras que en otras regiones sugiere que no hay una mejora en los resultados educativos". Tres cuartas partes de los programas analizados estaban equilibrados en lo que se refiere al g¨¦nero.

El coordinador del estudio, Dominique Richardson, ha mostrado un mapa en el que se evidencian los principales desaf¨ªos en cada regi¨®n. En Latinoam¨¦rica es la violencia; en ?frica, la pobreza; en Europa, la discapacidad y en Asia, la discriminaci¨®n por la etnia. El especialista ha remarcado la necesidad de contar con evidencias para poder dise?ar programas efectivos. Entre lo ejemplos a tener en cuenta, se encuentra el del equipo de rugby venezolano Santa Teresa, un ejemplo de rehabilitaci¨®n de delincuentes y regeneraci¨®n social ¨²nico en el mundo; el proyecto Mysa que lleva desde 1937 promoviendo asuntos como limpieza de las calles, prevenci¨®n del VIH y apoyo a ni?os encarcelados en uno de los mayores suburbios de ?frica, en Kenia, y Amandla, una asociaci¨®n sudafricana que crea espacios seguros para que todos los chavales tengan la oportunidad de practicar deporte.

Charlotte Petri, directora ejecutiva adjunta de Unicef, ha explicado en la presentaci¨®n su experiencia personal con su hijo: "Cuando ten¨ªa tres a?os le diagnosticaron autismo. Dijeron que no podra ir en bicicleta, ni jugar a butbol, ni baloncesto. Se nos plante¨® la duda de c¨®mo abordar eso como padres. A sus 25 a?os juega a futbol, es un nerd que se sabe de memoria todas las estad¨ªsticas y ha hecho amigos gracias a este deporte. El deporte fue la respuesta a las reglas que ¨¦l necesitaba en su vida". El estudio precisamente hace hincapi¨¦ en la necesidad de que la propia infancia sea parte activa importante del dise?o de los programas deportivos.

En los pai?ses de ingresos altos, la evidencia indica un vi?nculo positivo entre el deporte y el rendimiento acade?mico, mientras que en otras regiones sugiere que no hay una mejora en los resultados educativos

Las conclusiones se centran tambi¨¦n en dos asuntos que en ocasiones aparecen tristemente relacionados con el deporte y la infancia: la explotaci¨®n y la violencia. "Hay pocas pruebas que indiquen que la participaci¨®n en el deporte reduzca el riesgo de un ni?o a sufrir explotaci¨®n y abuso. De hecho, cuando no se hace bien, han indicios de que algunos deportes pueden aumentar la exposici¨®n a la violencia", recalca el estudio. "En este sentido, el deporte no es diferente de la educaci¨®n. Todo depende de la calidad y hay que encontrar fondos para promover la actividad f¨ªsica de la forma en que debe ser implementada para que tenga efectos positivos", ha recalcado Petri. Los espertos hacen referencia en el an¨¢lisis a c¨®mo las actividades bien dise?adas contribuyen al "logro de resultados positivos paralos nin?os mediante la reduccio?n de la violencia y de las conductas de riesgo, como la criminalidad".

En la presentaci¨®n del estudio, celebrada en el auditorio del Camp Nou, ha intervenido Michael Robinson, que ha contado que de peque?o pensaban que era "un poco bobo", cuando lo que en realidad ten¨ªa era dislexia. "A trav¨¦s del f¨²tbol consegu¨ª credibilidad, aprend¨ª a ser compa?ero, parte de un equipo y a admirar al rival. Y sobre todo a conocer de cerca a dos impostores: el fracaso y el ¨¦xito". "El f¨²tbol que se juega en Espa?a es la inspiraci¨®n para casi todo el mundo. Viajas a Ruanda y a Sud¨¢n del sur y ves camisetas, algunas del Real Madrid, y muchas del n¨²mero 10 del Bar?a", brome¨®.

Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.