No hay excepcionalidad
Ni Espa?a es diferente ni todo se arregla con cambiar instituciones, sino con buenas pol¨ªticas p¨²blicas
No se sabe bien c¨®mo, pero en algunos momentos de la campa?a electoral se ha vuelto a las discusiones esencialistas sobre el ser de Espa?a, en la posguerra de la Guerra Civil (Espa?a como problema, de La¨ªn Entralgo; Espa?a, sin problema, de Calvo Serer). No es as¨ª, pero hay dos propensiones que es preciso poner en su lugar: el excepcionalismo, desconocer que lo que nos sucede es algo m¨¢s amplio o que los defectos del presente no son fatales cat¨¢strofes inevitables en un pa¨ªs como ¨¦ste o con una historia como la suya; y el latoso regeneracionismo, que tiende a creer demasiado en el poder de salvaci¨®n del dise?o institucional. En el l¨ªmite, se nos dice, requiere excepcionales cambios de reglas. Sin menoscabo de que las reformas sean necesarias, las buenas pol¨ªticas p¨²blicas permiten avanzar mucho camino.
A desmontar estas dos tendencias (el unamuniano ¡°me duele Espa?a¡±) dedica sus p¨¢ginas el Informe sobre la democracia en Espa?a 2018 (IDE), que recientemente ha publicado la Fundaci¨®n Alternativas, y que da a nuestro pa¨ªs una nota de 5,8 sobre 10 en la valoraci¨®n que hacen alrededor de 230 expertos contestando a 57 indicadores. No se apartan esos expertos de los estudios internacionales que concentran todo o buena parte de su peso en la valoraci¨®n de los procedimientos democr¨¢ticos y que ponen a Espa?a entre las democracias m¨¢s valoradas (Polity IV, Freedom House, The Economist). Sin embargo, en las evaluaciones integrales que incorporan la calidad de las decisiones y la resoluci¨®n de los conflictos, la clasificaci¨®n de Espa?a es menos prometedora (Worldwide Governance Indicators del Banco Mundial, los indicadores del proyecto internacional Varieties of Democracy, o el ¨ªndice de la Corporaci¨®n Bertelsmann).
Seg¨²n el IDE, la principal debilidad de la democracia espa?ola es la corrupci¨®n, lo que se manifiesta en que el poder pol¨ªtico no se encuentra protegido de las presiones del poder econ¨®mico. Otras debilidades son las interferencias internacionales en la pol¨ªtica econ¨®mica, o la lejan¨ªa de los ciudadanos de sus representantes pol¨ªticos: no es igualitario el acceso de los distintos grupos sociales al poder pol¨ªtico. Hay dos aspectos especialmente significativos: los jueces son considerados menos independientes y la legislaci¨®n penal est¨¢ tachada de parcial; y la credibilidad de los medios de comunicaci¨®n se ha hundido por su escasa independencia y por su bajo respeto a los ciudadanos.
Son muy interesantes las diferencias que manifiestan los expertos cuando auditan la democracia espa?ola, teniendo en cuenta la comunidad aut¨®noma de referencia. La valoraci¨®n global de la calidad democr¨¢tica que realizan las personas que viven en Catalu?a es nueve d¨¦cimas inferior (es decir, suspenso sin matices) a la que se emite, por ejemplo, desde Andaluc¨ªa; son los votantes de los partidos nacionalistas (sean de derechas o de izquierdas) quienes m¨¢s negativamente valoran el conjunto de los cap¨ªtulos.
El IDE recuerda que en el 2018 la justicia ha procesado y condenado al partido que estaba en el Gobierno (PP), as¨ª como a numerosos excargos del mismo; ante ello, el Parlamento reaccion¨® censurando al jefe del Ejecutivo y reemplaz¨¢ndolo por otro, mientras que en el partido saliente se celebraban unas elecciones internas para elegir a un nuevo l¨ªder; en Catalu?a se restablec¨ªa, tras una intervenci¨®n limitada del Estado central, el autogobierno; y ya, a final de a?o, se produjo la alternancia en Andaluc¨ªa, la ¨²ltima comunidad aut¨®noma en experimentar un cambio de partido en el Gobierno.
La valoraci¨®n del informe es rotunda: ¡°La democracia espa?ola se enfrenta a problemas nada despreciables, pero estos se procesan con m¨¢s o menos acierto, con mejor o peor gobierno, de la manera que hace a la democracia preferible a cualquier otra forma de organizaci¨®n del poder¡±.
De imprescindible lectura para pol¨ªticos en campa?a.
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