?Qu¨¦ es lo de atr¨¢s? Los 10 escenarios m¨¢s locos de la historia de Eurovisi¨®n
Desde la obra de Dal¨ª que presidi¨® el escenario en Madrid en 1969, hasta, por qu¨¦ no, unos anillos de Saturno y una pila bautismal. De todo hay en la historia del festival
Ocuparse de la escenograf¨ªa del festival, seguido por millones de espectadores en todo el mundo, es un reto para cualquier dise?ador, y una de las mejores oportunidades para una televisi¨®n nacional de exhibirse ante el continente europeo. Cuando le toc¨® a Espa?a acoger el concurso de Eurovisi¨®n en 1969, opt¨® por celebrarlo en el Teatro Real de Madrid y nada menos que con una escultura de Dal¨ª presidiendo el escenario. El af¨¢n de sorprender ha sacado al escenario obras de arte, pero ha hecho tambi¨¦n que algunos se embarcaran en obras fara¨®nicas. Hay para todos los gustos.
1. Roma, Italia (1991) - Las Vegas augusta
Si hay algo que a los italianos se les da bien ¡ªaparte de lucir zapatos¡ª es vender su historia. Un pasado que en lo tocante a los festivales musicales tambi¨¦n es venerable, porque all¨ª inventaron el de San Remo en 1951, cinco a?os antes de que el de Eurovisi¨®n echase a andar. La vanidad estaba detr¨¢s del dise?o del escenario de la edici¨®n de 1991: un fondo de r¨¦plicas en cart¨®n piedra de edificios emblem¨¢ticos daba la bienvenida a los cantantes, entre quienes se encontraba un plet¨®rico Sergio Dalma, que qued¨® en segunda posici¨®n con Bailar pegados. Pero en vez de transmitir un aire augusto, el resultado remit¨ªa al vest¨ªbulo de un hotel de Las Vegas construido con desechos de decorados de Cinecitt¨¤.
2. Malmo, Suecia (1992) - El barco pirata
Los suecos elevaron el nivel de simbolog¨ªa de gusto ambiguo al a?o siguiente. Imaginemos la reuni¨®n de los organizadores para elegir decorado: "?De qu¨¦ es sin¨®nimo Suecia?", debi¨® de plantear uno. "?De mar!", respondi¨® otro. "?Y c¨®mo podemos representar el mar?"¡ "?Con un barco!", gritar¨ªan varios al un¨ªsono. Dicho y hecho. La proa de un nav¨ªo aparentemente vikingo emerg¨ªa desde el fondo del escenario, como sacado de un parque de atracciones, amenazando con seccionar en dos a Seraf¨ªn Zubiri, tranquilamente apostado en su piano, ajeno a todo. En el suelo, el logo de Eurovisi¨®n, por si a alguien le quedaba alguna duda de qu¨¦ clase de show televisivo estaba viendo.
3. Jerusal¨¦n, Israel (1999)- Ah, que es un sol
Llegamos a los a?os de los escenarios m¨®viles, es decir, aquellos que contienen elementos que cambian de posici¨®n, dando as¨ª la oportunidad a su dise?ador de rivalizar en protagonismo con el cantante. Porque claro, ?qui¨¦n necesita poner la vista en Lydia, que acab¨® en ¨²ltima posici¨®n con un solo punto, cuando puede entretenerse admirando un elefanti¨¢sico reloj de pared cuyas manecillas (seis en total) no paran de girar arbitrariamente, como movidas por un genio loco? Dada la embrionaria tecnolog¨ªa de aquellos d¨ªas, es probable que fuera un operario borracho quien manipulara un peque?o dispositivo mec¨¢nico en una mesa entre bambalinas. Ah¡ que es un sol, cuyos rayos pretend¨ªan simbolizar la luz de Israel.
4. Kiev, Ucrania (2005) - Coches de choque
La compa?¨ªa el¨¦ctrica de Ucrania se frot¨® las manos con el dise?o de escenario que la televisi¨®n de su pa¨ªs mont¨® para Eurovisi¨®n: hab¨ªa luces por todas partes, en el techo, al fondo, a los lados, en el suelo¡ Se rumorea que Kiev fue visible aquella noche desde el espacio. La iluminaci¨®n cambiaba en funci¨®n de cada actuaci¨®n, lo cual en general era de agradecer, pero cuando las espa?olas Son de Sol salieron al escenario (efectivamente, nadie se acuerda de aquella actuaci¨®n) este mut¨® en una absurda amalgama de colores muy parecida a las lucecitas de los coches de choque de cualquier feria de pueblo. Con todo, nuestra canci¨®n era peor.
5. Jerusal¨¦n, Israel (1979) - Hipnotizados por Saturno
En su cabeza era una buena idea... Una instalaci¨®n art¨ªstica al fondo del escenario, obra del polaco Dov Ben David, quien se define a s¨ª mismo como dise?ador de espacios. Se trataba de una enorme l¨¢mpara que articulaba el emblema de la televisi¨®n p¨²blica de Israel (tres anillos conc¨¦ntricos) de modo que pod¨ªa personalizarse adoptando formas diferentes en cada canci¨®n. En la pr¨¢ctica, esa especie de Saturno veleidoso ten¨ªa un poder hipn¨®tico sobre el espectador, quien al poco de empezar la gala ya no pod¨ªa ver otra cosa que los dichosos anillos. Por no hablar de la man¨ªa de poner escalones. ?Para qu¨¦? Ni siquiera los ni?os que aparecieron en escena junto a Betty Missiego los aprovecharon y prefirieron sentarse en el suelo.
6. Dubl¨ªn, Irlanda (1971) - Ciencia ficci¨®n del siglo XVIII
Aquella edici¨®n se recordar¨ªa por las cosas equivocadas: la autoridad con la que gan¨® M¨®naco (casi todos los pa¨ªses otorgaron 12 puntos a su representante, la francesa S¨¦verine), la provocaci¨®n de la BBC al enviar a Dubl¨ªn a una cantante nacida en Irlanda del Norte (Clodagh Rodgers), la proliferaci¨®n de pantalones cortos entre las cantantes femeninas... Pero si hab¨ªa algo susceptible de generar conversaci¨®n fue la instalaci¨®n al fondo del escenario: tres platos de gran tama?o en fibra de vidrio y unidos entre s¨ª por unas piezas de formas org¨¢nicas.
Son un dise?o de Alpho O'Reilly, director de arte de la RT?, la televisi¨®n p¨²blica irlandesa, y antes actor en el Great Theatre de Dubl¨ªn, donde proyect¨® gran parte de sus sets (O'Reilly desapareci¨® sin dejar rastro en 1996, nueve a?os despu¨¦s de retirarse de la RT?. La ¨²ltima vez que se le vio fue a las tres de la ma?ana repostando gasolina con su Mitsubishi reci¨¦n comprado). El dise?ador plante¨® un homenaje a la plater¨ªa irlandesa del siglo XVIII, pero para muchos aquello asemejaba, sin embargo, al s¨ªmbolo de alguna secta sacado de una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n.
7. Copenhage, Dinamarca (2001) - 39 escalones y poco suspense
Nuevo siglo, nuevo milenio... y los mismos escenarios fara¨®nicos. ?Era el dise?ador dan¨¦s aficionado a los n¨²meros de revista de Norma Duval? Solo as¨ª se explica la presencia de dos grandes escalinatas por las que parec¨ªa que en cualquier momento iba a descender una vedette. ?Si al menos hubiera bajado por ellas David Civera! No contento con ello, el responsable del escenario plant¨® en la parte superior, pr¨¢cticamente encima del patio de butacas, el logo del festival de aquel a?o, que parec¨ªa una nebulosa de color movi¨¦ndose al ritmo de las caderas, y que en realidad eran cuatro anillos de distintos tama?os engarzados entre s¨ª. Dos pantallas de v¨ªdeo detr¨¢s de los cantantes completaba la fantas¨ªa aport¨¢ndole un toque de funcionalidad.
8. Estambul, Turqu¨ªa (2004) - La lava
Convertir el fondo del escenario en una noche estrellada ha sido un recurso habitual en muchas ediciones. Tal vez para introducir alguna modificaci¨®n a ese t¨®pico, el turco Esra Akbulut, creador de numerosos sets de televisi¨®n en su pa¨ªs, entre ellos el de Gran Hermano, decidi¨® a?adir algunos elementos m¨¢s. El m¨¢s chocante, una figura org¨¢nica que evocaba las patas de una ara?a gigante en dos dimensiones o un r¨ªo de lava que descend¨ªa de no se sabe d¨®nde. En cualquier caso, con trazo de c¨®mic y tan vers¨¢til como para te?irse de rojo-pasi¨®n-espa?ola cuando Ram¨®n subi¨® a cantar la poco memorable Para llenarme de ti. Para enrevesarlo todo a¨²n m¨¢s, el dise?ador tambi¨¦n incorpor¨® una jaula para canarios, pero tama?o XXL y con forma de zepel¨ªn.
9. Luxemburgo (1962) - Una habitaci¨®n de hotel con pila bautismal
Hoy en d¨ªa a nadie en su sano juicio se le ocurrir¨ªa convertir el escenario de Eurovisi¨®n en una coqueta habitaci¨®n de un domicilio particular o de un hotel. ?Demasiado poco ambicioso? El caso es que el dise?ador de Luxemburgo se decant¨® por una escenograf¨ªa acogedora y teatral ¡ªmuy al estilo de escenarios como el de La gata sobre el tejado de zinc¡ª, y llen¨® el espacio de cortinas, l¨¢mparas, maceteros y un ventanal a trav¨¦s de la cual era posible distinguir el cielo estrellado de rigor. Si la idea era que el espectador tuviera la sensaci¨®n de que el festival se hab¨ªa metido en su casa, funcionaba, excepto por la extra?a presencia a la derecha del escenario de una enorme jardinera del tama?o de una pila bautismal, que el realizador solo desvelaba (con buen criterio) al t¨¦rmino de cada canci¨®n.
10. Madrid, Espa?a (1969) - Surrealismo eurovisivo
Tras el triunfo de Massiel el a?o anterior, a TVE le toc¨® organizar la edici¨®n de 1969, recordada sobre todo por el cu¨¢druple empate entre las canciones m¨¢s votadas, una de ellas, Vivo cantando, de Salom¨¦. Tambi¨¦n es recordada por la escultura de Salvador Dal¨ª que se ubic¨® en mitad del escenario del Teatro Real (el afamado artista tambi¨¦n dise?¨® el cartel del evento). Con una escultura de Dal¨ª presidiendo el acto... ?qui¨¦n necesita algo m¨¢s? De ah¨ª que el equipo de dise?o decidiera adoptar un perfil bajo, que se tradujo en el a?adido de unas flores por aqu¨ª y unos tubos de ¨®rgano por all¨¢. Surrealismo eurovisivo.
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