Odisea en el ?rtico
Viajamos a bordo de un buque rompehielos por el ?rtico ruso, una inmensa regi¨®n de renovado peso econ¨®mico, militar y geopol¨ªtico para el Kremlin. Un mundo donde conviven lo hermoso y lo turbio: paisajes on¨ªricos, basura industrial, osos polares que luchan por sobrevivir y oligarcas que compiten por hacerse m¨¢s ricos
EL ?RTICO RUSO, ayer territorio de exploradores pioneros y ma?ana tal vez destino de turistas en masa, ha sido escenario de nuestra propia aventura par?ticular esta primavera. La hemos vivido en tres entornos distintos al norte del paralelo 66. Durante una semana, del 24 de marzo al 1 de abril, viajamos en el buque Nadezhda (esperanza), un carguero rompehielos de 169 metros de eslora propulsado por di¨¦sel que atravesando hielos cada vez m¨¢s densos nos llev¨® por la Ruta Mar¨ªtima del Norte (SMP, en sus siglas en ruso), desde M¨²rmansk, en la bah¨ªa de Kola, en la Rusia europea, a Dudinka, un puerto en el estuario del r¨ªo Yenis¨¦i, en Siberia. Despu¨¦s participamos en una fiesta dedicada a los pastores de renos en Dudinka y visitamos Norilsk, la ciudad fundada por los prisioneros que habitaron los campos estalinistas en los a?os treinta del pasado siglo. El periplo en buque, de 2.640 kil¨®metros, fue posible gracias a Norilsk Nickel (Nornickel), el gigantesco consorcio industrial y minero del que depende la Filial de Transporte de M¨²rmansk, propietaria del Nadezhda.
Rusia quiere potenciar la SMP a lo largo de su litoral ¨¢rtico, que es hoy el camino m¨¢s corto entre Europa y Asia (m¨¢s de 14.500 kil¨®metros). El presidente Vlad¨ªmir Putin aspira a controlar una autopista mar¨ªtima que impulse el desarrollo de Siberia y eclipse la ruta de unos 23.000 kil¨®metros por el canal de Suez y el oc¨¦ano ?ndico. Las dificultades son muchas: en el ?rtico, los focos econ¨®micos, yacimientos de hidrocarburos o minas, est¨¢n dispersos en vastas extensiones con poca infraestructura, escasa poblaci¨®n y un medio tan ¨²nico como vulnerable. Para explotar las riquezas que el calentamiento global libera del hielo se requieren ingentes inversiones, y a los litigios entre los Estados ribere?os (Rusia, EE UU, Canad¨¢, Dinamarca y Noruega) se a?aden las ambiciones de otros como China. Las tensiones latentes alimentan una militarizaci¨®n del ?rtico, por donde pasa la trayectoria m¨¢s corta de los misiles rusos y estadounidenses con capacidad para la destrucci¨®n mutua de los dos pa¨ªses.
Las distancias en el ?rtico son enormes y las divisiones administrativas forman un sistema escalonado a modo de matrioshkas. El ¡°municipio de tipo rural¡± de Karaul y otros tres conforman el distrito de Taimyr-Dolg¨¢n-Nenets, que tiene 879.900 kil¨®metros cuadrados y una poblaci¨®n de algo m¨¢s de 31.000 habitantes (en 1989 eran m¨¢s de 55.000), de los cuales unos 2.000 son n¨®madas, seg¨²n contaba en Dudinka Svetlana Gavr¨ªlova, jefa en funciones del distrito. Taimyr-Dolg¨¢n-Nenets, a su vez, forma parte del kray de Krasnoyarsk, una provincia de m¨¢s de 2,3 millones de kil¨®metros cuadrados, m¨¢s de cuatro veces Espa?a.
Durante una semana compartimos la vida de la tripulaci¨®n del Nadezhda, que, al mando del capit¨¢n Sergu¨¦i Pozniakov, avanz¨® rompiendo el hielo con un sistema de h¨¦lice combinado con el peso del buque. El primer ayudante del capit¨¢n, Sergu¨¦i Mak¨¢rov, nos instruy¨® para caso de naufragio; el mec¨¢nico jefe, Mija¨ªl Lapkin, nos pase¨® por las bodegas, mientras el electricista, Alex¨¦i S¨ªdorov, reparaba un frigor¨ªfico estropeado con piezas de un televisor viejo; el oficial jefe, Alex¨¦i Beliakov, nos mostr¨® fotos de sus viajes por el mundo, y con m¨²sica del Danubio azul como fondo, el agobiado cocinero, Valent¨ªn, que preparaba cuatro comidas diarias, trat¨® de transformar un plato de arroz centroasi¨¢tico en una paella. Cada ma?ana, Andr¨¦i Butakov, el otro ayudante del capit¨¢n, le¨ªa el parte del tiempo y de las condiciones clim¨¢ticas. Lo que para nosotros fue una aventura, era un itinerario rutinario para la tripulaci¨®n del Nadezhda. Las temperaturas fueron benignas, entre cero y menos ocho grados Celsius durante el d¨ªa, muy altas para marzo.
El objeto de mayor fascinaci¨®n fueron los hielos. Aparecieron al tercer d¨ªa de navegaci¨®n, primero en forma de finas l¨¢minas, en lenguaje n¨¢utico llamadas nilas, y luego como panqueques, m¨¢s gruesos. Siguieron los campos de hielo, los hielos fijos a la costa, los amontonamientos, los cordones y las crestas producidas por los choques entre campos helados. El testarudo Nadezhda se desplaz¨® sin problemas hasta el mar de Kara. All¨ª los t¨¦mpanos y bloques comenzaron a golpear secamente el casco de la embarcaci¨®n, que se adaptaba a las circunstancias y, si no pod¨ªa avanzar de proa, navegaba de popa tras efectuar bruscos virajes que agrietaban la banquisa. El buque era capaz de abrirse camino por una capa de hielo de 1,5 metros, pero en ocasiones se paraba. Las fotograf¨ªas con el estado de la ruta llegaban solo dos veces al d¨ªa y cuando el tiempo era caprichoso quedaban desfasadas. Entonces, el piloto de turno trataba de orientarse a ojo por el paisaje helado. Por la noche utilizaba los focos. Con la oscuridad, el hielo, sus peligrosas densidades y fantasmag¨®ricas formas, parec¨ªa un ej¨¦rcito agazapado en un campo de armi?o. Sin ayuda de rompehielos, el SMP solo ser¨ªa navegable entre un mes y medio y dos meses al a?o. La parte oriental del SMP es mucho m¨¢s dificultosa que la occidental, pues los hielos son m¨¢s profundos y densos, y el clima, m¨¢s extremo. De momento, no existen l¨ªneas mar¨ªtimas que cubran regularmente el trayecto completo desde los puertos de Europa hasta los del Pac¨ªfico.
El coraz¨®n de Norilsk es Nornickel, la primera productora del mundo de paladio y de n¨ªquel refinado. Fue privatizada en la d¨¦cada de los noventa y hoy est¨¢ controlada por una sociedad de accionistas en la que el paquete mayoritario (34%) corresponde a Interros, empresa del oligarca Vlad¨ªmir Potanin, poseedor de una fortuna de 16.600 millones de euros (la sexta de Rusia seg¨²n Forbes). La compa?¨ªa tiene las minas y f¨¢bricas de procesamiento y enriquecimiento de minerales de Norilsk, adem¨¢s del puerto de Dudinka y de otras explotaciones mineras en la pen¨ªnsula de Kola. De este gigantesco consorcio depende el Nadezhda, que, al igual que otros cinco rompehielos, navega de una a otra pen¨ªnsula (Kola y Taymir) y entre distintos n¨²cleos de la corporaci¨®n. Hacia el este lleva maquinaria, veh¨ªculos y comestibles. De vuelta al oeste, minerales y metales.
Las grandes empresas gestionan sus helados latifundios en una colonizaci¨®n que entra en conflicto con el modo de vida de los pueblos aut¨®ctonos
En el territorio ¨¢rtico han tomado posiciones las grandes empresas rusas de hidrocarburos, como las estatales Gazprom y Rosneft, monopolistas en la explotaci¨®n de la plataforma continental, y compa?¨ªas no estatales como Lukoil, cuyo dirigente Vagit Alekp¨¦rov es la segunda fortuna de Rusia (18.474 millones de euros, seg¨²n Forbes), y Novatek, liderada por Leonid Michels¨®n, primera fortuna rusa (21.419 millones). Con licencias concedidas por Mosc¨², esos hacendados modernos gestionan sus latifundios helados en una colonizaci¨®n que interfiere en el medio y entra en conflicto con el modo de vida tradicional de los pueblos aut¨®ctonos. A Gazprom pertenece la ¨²nica plataforma marina del ?rtico ruso.
El mar surcado por el Nadezhda, limpio en superficie, no transmit¨ªa al viajero las preocupaciones expresadas por los expertos. En el ?rtico ruso se vierten centenares de miles de toneladas de productos petrol¨ªferos y por ello la concentraci¨®n de sustancias contaminantes en muchas zonas de los mares de Barents, Blanco y Kara y tambi¨¦n de L¨¢ptev duplican y triplican la norma permitida, seg¨²n Bor¨ªs ?vchenko, jefe del laboratorio de Estrategia de Desarrollo y Seguridad de la Zona ?rtica de Rusia. ?vchenko afirmaba recientemente que en las costas del ?rtico hay hasta 4 millones de toneladas de basura industrial o de construcci¨®n y entre 4 y 12 millones de toneladas de chatarra. En el 15% del ¨¢rtico ruso, estima, se ha constatado un nivel cr¨ªtico de contaminaci¨®n. Adem¨¢s est¨¢ la contaminaci¨®n radiactiva, herencia de los reactores nucleares sovi¨¦ticos hundidos en el mar de Kara y de Barents, y tambi¨¦n las secuelas de las pruebas at¨®micas sovi¨¦ticas en el pol¨ªgono de N¨®vaya Zemli¨¢. Rusia ha contado con financiaci¨®n internacional para almacenar la basura radiactiva y ha hecho esfuerzos por recoger la chatarra. Aun as¨ª, todav¨ªa se pesca, se navega y se busca petr¨®leo en zonas ¨¢rticas donde existen residuos nucleares, conclu¨ªa ?vchenko.
El presente y el pasado militar de Rusia asomaron fugazmente durante el viaje. M¨²rmansk es sede de la Flota del Norte, y en la bah¨ªa de Kola navegamos frente a la ciudad cerrada y base naval de Severomorsk, y dejamos atr¨¢s la ensenada donde estaba siendo reparado el portaviones Almirante Kuznetsov, veterano de la operaci¨®n militar rusa en Siria. A la entrada de Norilsk nos detuvimos en las ruinas de Alikel, una de las ¡°ciudades fantasmas¡± de Siberia, planificada para el alojamiento de aviadores de escuadrillas trasladadas o disueltas al desintegrarse la URSS.
Por orden de Putin, se han desplegado nuevas unidades militares y se han recuperado bases abandonadas en la d¨¦cada de los noventa
En 2014 el presidente Putin orden¨® crear un mando estrat¨¦gico ¨²nico para el ?rtico, con responsabilidades que se extienden hasta el Polo Norte. Rusia ha desplegado nuevas unidades militares y ha recuperado infraestructuras y bases abandonadas en la d¨¦cada de los noventa. Tambi¨¦n ha creado unidades para la defensa a¨¦rea c¨®smica y dos brigadas ¨¢rticas motorizadas. El Kremlin planea nuevos buques de guerra y submarinos de nueva generaci¨®n, nuevos aeropuertos y nuevos misiles bal¨ªsticos y de crucero, as¨ª como el restablecimiento de los vuelos transatl¨¢nticos y ensayos de nuevo equipo en N¨®vaya Zemli¨¢. El objetivo actual del Kremlin es ¡°garantizar el desarrollo socioecon¨®mico de Rusia en la zona del ?rtico¡± que, seg¨²n el jefe de la Armada, almirante Vlad¨ªmir Korolev, proporciona al pa¨ªs el 11% de sus ingresos y el 22% de sus exportaciones.
Un buque gasero camino de la desembocadura del Obi, en direcci¨®n al puerto de Sabetta, fue una de las pocas embarcaciones que se cruzaron en nuestra traves¨ªa. Desde Sabetta en direcci¨®n a Asia y a Europa se exporta gas licuado procedente de las instalaciones de Yamal LNG, un proyecto com¨²n de la rusa Novatek, la francesa Total, la china CNPC y el Fondo de la Ruta de la Seda. Sabetta es hoy el n¨²cleo de mayor actividad del SMP, y desde que se inaugur¨® en diciembre de 2017 hasta el pasado febrero hab¨ªa despachado 10 millones de toneladas de gas licuado con China como principal destino. Yamal LNG ha encargado 15 buques gaseros para transportar el combustible.
Rusia planea el transporte de 80 millones de toneladas por el SMP para 2024. En 2018 el transporte fue de unos 20 millones de toneladas, lo que es una cifra r¨¦cord aunque baja comparada con Suez. Mosc¨², que hoy tiene 4 rompehielos nucleares y 3 en construcci¨®n, quiere ampliar su flota hasta 13 unidades (9 de ellas nucleares) para 2035. Rusia prev¨¦ utilizar centrales nucleares flotantes para el abastecimiento energ¨¦tico de nuevas explotaciones aisladas, lo que les asegurar¨¢ grandes periodos de autonom¨ªa.
En M¨²rmansk, Dudinka o Norilsk las constructoras anuncian facilidades para adquirir pisos en San Peters?burgo o en localidades m¨¢s c¨¢lidas. Los promotores saben que, cuando se jubilen, muchos de quienes aqu¨ª trabajan trasladar¨¢n su residencia a latitudes m¨¢s meridionales. Pese a los esfuerzos de las autoridades por mejorar la situaci¨®n demogr¨¢fica, el norte ruso pierde poblaci¨®n. De 1990 a 2018 M¨²rmansk pas¨® de 442.000 a 295.574 habitantes, y Norilsk, de 272.396 a 181.656.
Ver osos cuando viaj¨¢bamos en el Nadezhda fue todo un acontecimiento. Eran dos, aparentemente una osa y un osezno, que llegaban atra¨ªdos por las focas del sur de la isla de Siberikova. El oficial de turno anunci¨® por los altavoces a los plant¨ªgrados, que tras correr junto al barco desaparecieron despu¨¦s en la nieve. El oso polar es una especie protegida que experimenta dificultades para alimentarse en el hielo menguante. Seg¨²n distintas fuentes, se estima que en el ?rtico ruso hab¨ªa hace un lustro entre 5.000 y 7.000 espec¨ªmenes y se est¨¢ a la espera de un recuento oficial.
La degradaci¨®n del medio ambiente afecta tambi¨¦n a los peces del Yenis¨¦i, donde este a?o, a partir de abril, est¨¢ prohibido pescar k¨®riushka (eperlano, un pez peque?o y plateado de agua dulce y salada), que es comida corriente en la alimentaci¨®n local. La prohibici¨®n se suma a la veda de otras especies m¨¢s selectas y ha irritado a las comunidades aut¨®ctonas, que tradicionalmente se sustentaban de la caza y de la pesca. Dos pescadores de la etnia de los nenets acusaban a Mosc¨² de querer destruir su modo de vida y no ahorraban palabras en contra del presidente Putin y la Guardia Nacional, a cuyos miembros calificaban de ¡°bandidos desenfrenados¡± por perseguir la pesca furtiva. ¡°Nos hemos organizado para demostrar que existimos a¨²n¡±, afirma la ecologista Valeria B¨®lgova, de la etnia nganasan. ¡°Nos quitan los m¨¦todos de ganarnos la vida de nuestros antepasados¡±, dice esta mujer que desde una asociaci¨®n de pueblos aut¨®ctonos organiza visitas tur¨ªsticas por la regi¨®n del Yenis¨¦i. Valeria opina que las autoridades son injustas con los cazadores y pescadores locales. Alexandr, tambi¨¦n de la etnia nenet, recibe del Estado 8.000 rublos (unos 110 euros) como ayuda para complementar sus ganancias como pastor de renos. ¡°Es dif¨ªcil vivir de esta profesi¨®n¡±, dice, y explica que por un kilo de carne de reno le pagan menos de tres euros en la ciudad.
Dudinka ha mejorado desde que esta periodista la visit¨® por primera vez en 1995. En la plaza, presidida por la estatua de Lenin, se ha construido un nuevo edificio que alberga el museo etnogr¨¢fico local. Adem¨¢s del disecado Zhenia, un mamut adolescente descubierto en los hielos en 2012, hay enseres y ropa de las etnias de estas regiones, los atuendos del ¨²ltimo hechicero nganasan y un mapa de Manganes¨ªa. Fue esta una ciudad ¨¢rtica fundada a principios del XVII por exploradores y comerciantes de pieles, que se negaron a compartir con el zar los impuestos y tributos que cobraban a los ind¨ªgenas. El zar respondi¨® al desaf¨ªo prohibiendo la navegaci¨®n por la ruta del norte y Manganes¨ªa, tras cambiar de ubicaci¨®n, acab¨® por desaparecer del mapa a mediados del siglo XVII. Dicen que uno de los soldados de aquel puesto de avanzada fund¨® despu¨¦s la ciudad de Dudinka.
Lenin preside a¨²n la plaza de Dudinka: En el cine comparte cartelera Dumbo y un documental sobre un comando b¨¦lico ruso
La ciudad tiene un cine, el Artica, donde durante nuestra visita se proyectaba Dumbo, de Walt Disney, y La frontera de los Balcanes, un drama sobre un comando ruso de operaciones especiales enfrentado a la OTAN en K¨®sovo en 1999. En Dudinka hay un taller de periodismo cuyos alumnos est¨¢n deseosos de practicar idiomas como voluntarios en la competici¨®n internacional ¨¢rtica de curling, que se celebra a finales de mayo en la pista de hielo de la ciudad. Otro evento local es la fiesta de los pastores de reno. Los habitantes de estas regiones se atav¨ªan con trajes t¨ªpicos y enjaezan sus renos para las carreras que se celebran sobre el Yenis¨¦i.
Norilsk est¨¢ a 90 kil¨®metros de Dudinka y es la mayor ciudad de m¨¢s de 150.000 habitantes ubicada en el c¨ªrculo polar ¨¢rtico. El conglomerado de minas y plantas de Norilsk Nickel sigue hasta hoy articulando esta urbe que se fund¨® en 1935 como un campo de trabajos forzado (Norillag) en torno a las minas. Del gigantesco centro minero y metal¨²rgico, donde trabajan casi 80.000 personas (56.000 en Norilsk), sale casi todo lo que da forma al Ayuntamiento e instituciones de Norilsk, desde funcionarios hasta fondos para el desarrollo local, pasando por los proyectos deportivos, sociales y culturales. El historiador Stanislav Striuchkov nos lleva a las ¡°puertas del infierno¡±, el monumento situado donde estuvieron las primeras barracas. Centenares de miles de presos de la ¨¦poca de Stalin pasaron por el campo, donde las condiciones no eran tan duras como en otros establecimientos del mismo g¨¦nero, seg¨²n este experto, sobre todo porque los directivos de Norillag sab¨ªan que ten¨ªan que conservar viva la mano de obra. El aislamiento del entorno les impedir¨ªa reemplazarla con celeridad.
Norilsk Nickel cerr¨® en 2016 la m¨¢s vieja y obsoleta de sus plantas de producci¨®n en la ciudad. El aire, que transform¨® la urbe en una de las m¨¢s contaminadas de Rusia, ha mejorado, aunque a¨²n queda bastante por hacer. La empresa est¨¢ trabajando en nuevos m¨¦todos para mejorar la atm¨®sfera. De taller en taller, entre fundiciones y procesos para obtener concentrados de mineral, encontramos operarios procedentes de diversas partes de Rusia y la ex URSS, como Azerbaiy¨¢n, Kazajist¨¢n y la regi¨®n minera de Donb¨¢s. Norilsk necesita especialistas, pero no puede ofrecerles viviendas nuevas, ya que en este entorno de hielos permanentes la construcci¨®n es muy cara, por la dificultad para transportar materiales y por los m¨¦todos de edificaci¨®n. El calentamiento global plantea serios problemas a los edificios construidos sobre pilares fijados en el permafrost ¡ªcapa de suelo congelada¡ª, que son la mayor¨ªa. Si la temperatura sube, estas estructuras, basadas en el hielo, pueden derrumbarse. Una medici¨®n de temperatura en el subsuelo de Norilsk mostr¨® un incremento de 5,1 grados en los ¨²ltimos 50 a?os, afirmaba Alegushat Gasan Ker¨ªmov en un debate sobre el ?rtico en San Petersburgo. Para paliar la escasez de viviendas, la alcald¨ªa de Norilsk repara los apartamentos de los que se van de la ciudad (con subvenciones para instalarse en otras localidades) y los entrega a los especialistas reci¨¦n llegados.
La vista panor¨¢mica de Norilsk es desangelada, aunque sus edificios han sido pintados de colores en un intento de difundir optimismo
La vista panor¨¢mica de Norilsk, con sus chimeneas y sus tonos gris¨¢ceos y negruzcos, es desangelada, pero en las calles, que imitan las de San Petersburgo, los edificios han sido pintados de colores en un intento de infundir optimismo. En la ciudad hay recintos acogedores donde huir de la oscuridad del invierno, como un caf¨¦ de reposter¨ªa francesa en el que recalan las damas ilustradas tras asistir a las actuaciones de reputados m¨²sicos o escritores en gira. Hay tambi¨¦n una discoteca con pretensiones que se presenta como el lugar id¨®neo para ¡°el p¨²blico m¨¢s exigente¡± y coros de aficionados que ensayan melod¨ªas patri¨®ticas y populares rusas.
En Norilsk, entre las personas inquietas en el campo cultural est¨¢ Natalia Fedi¨¢nina, la directora del museo local y una de las inventoras de la Fiesta del Invierno para combatir los t¨®picos sobre esta estaci¨®n del a?o. ¡°Para los n¨®madas, que son los habitantes m¨¢s arraigados de estas regiones, el invierno es una estaci¨®n positiva¡±, dice Fedi¨¢nina, que lleg¨® desde la Rusia europea y que est¨¢ trabajando en la concepci¨®n de un museo de arte del ?rtico, a construir en un centro comercial clausurado. Fedi¨¢nina mantiene una residencia que alberga temporalmente a artistas rusos y se las arregla para invitar a creadores internacionales, pese a que desde 2001 Norilsk (como Dudinka) exige a los extranjeros una autorizaci¨®n especial, que puede demorarse semanas y que contrasta con el r¨¦gimen abierto vigente entre 1991 y 2001. Con todo, el empresariado local ofrece al turista internacional excursiones en buque por el Yenis¨¦i o visitar la meseta de Putorana, un entorno de cascadas y ca?ones protegido por la Unesco.
Hubo un momento m¨¢gico al final del viaje. El Nadezhda navegaba ya por el golfo del Yenis¨¦i cuando en la costa, a estribor, en direcci¨®n contraria, apareci¨® una moto de nieve con remolque. Desde el veh¨ªculo nos saludaban agitando los brazos. La noche anterior hab¨ªamos recuperado el contacto con el mundo cuando las comunicaciones, interrumpidas al salir al mar de Barents, se restablecieron y los mensajes acumulados en los m¨®viles durante siete d¨ªas comenzaron a sonar violentamente como si avisaran de la expulsi¨®n del para¨ªso. Desde cubierta, los motoristas se ve¨ªan diminutos y abrigados. En el costado del remolque, con grandes letras, figuraba la frase ¡°Via est vita¡± (el camino es la vida). Esta inesperada divisa en lat¨ªn suger¨ªa una globalizaci¨®n m¨¢s benigna que los restos de pl¨¢stico en los est¨®magos de las ballenas o la legislaci¨®n antibulos, reci¨¦n aprobada en Mosc¨² y divulgada para la ¡°ilustraci¨®n jur¨ªdica¡± de los 4.000 residentes en el ¡°municipio de tipo rural¡± de Karaul, la extensi¨®n de m¨¢s de 101.000 kil¨®metros cuadrados por donde circulaban la moto y su remolque. Desde una p¨¢gina web local, la Fiscal¨ªa del Estado advert¨ªa que la creaci¨®n de fake news pod¨ªa castigarse con multas de hasta 1,5 millones de rublos, unos 20.000 euros.
Al planear sobre el ?rtico, las autoridades rusas se debaten entre consideraciones econ¨®micas y sus ideas sobre la seguridad. La discusi¨®n sobre si el ?rtico debe desarrollarse como asentamiento permanente o temporal est¨¢ a¨²n abierta. ¡°Los verdaderos n¨®madas somos nosotros, los que hemos venido a esta ciudad, que es como un platillo volante en medio de la tundra¡±, afirma Fedi¨¢nina. Nomadismo o arraigo, irse o quedarse es el dilema del ?rtico en general. Y junto a ese ¡°ser o no ser¡± est¨¢ la divisa de viajeros y fil¨®sofos escrita en el remolque de una moto a las orillas del Yenis¨¦i: ¡°Via est vita.
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