Puede volver a ocurrir
Se ha llegado al punto en el que o se hacen las reformas o el pa¨ªs bajar¨¢ a segunda divisi¨®n
A pesar de la recuperaci¨®n que ha protagonizado Espa?a en los ¨²ltimos a?os, el pa¨ªs no est¨¢ preparado para la pr¨®xima crisis que, desgraciadamente, puede volver a ocurrir; no se debe incurrir en el riesgo de que situaciones tan dif¨ªciles como las que se han superado se repitan, porque probablemente no ser¨¢ posible reproducir una experiencia tan dura; se ha alcanzado el punto en el que o el pa¨ªs completa las reformas pendientes o estar¨¢ en riesgo su capacidad de sobrevivir en caso de futuras crisis.
Tales mensajes unidireccionales de atenci¨®n fueron lanzados hace unos d¨ªas por el que durante muchos a?os fue el responsable del servicio de estudios del Banco de Espa?a, Jos¨¦ Luis Malo de Molina, en presencia de la ministra de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o; el gobernador del Banco Central, Pablo Hern¨¢ndez de Cos; exministros, banqueros y economistas, hasta completar dos centenares de personas que asistieron a la presentaci¨®n del ¨²ltimo libro de Malo de Molina, poco comercialmente titulado Una visi¨®n macroecon¨®mica de los cuarenta a?os de la Constituci¨®n Espa?ola (Ministerio de Econom¨ªa y Empresa). Es oportuna esa reflexi¨®n por cuanto parecen llegar a nuestro pa¨ªs cuatro a?os de estabilidad, cuando se supere (si se supera) el periodo de los pactos de Gobierno, en los que quien mande habr¨¢ de liderar reformas tales como la de la educaci¨®n, el mercado de trabajo, la transici¨®n energ¨¦tica, las pensiones, la financiaci¨®n auton¨®mica o la fiscal, despu¨¦s de un largo periodo de inmovilismo. Cuando se inicien tales reformas se sabr¨¢ si la fortaleza parlamentaria del grupo socialista es suficiente para aprobarlas o si, como en otros momentos de la historia reciente (fundamentalmente en la Transici¨®n), rigen dos principios b¨¢sicos: que cada grupo social asume sus responsabilidades frente a los cambios, y que ninguna ideolog¨ªa (o partido pol¨ªtico) cuenta con respuestas y fuerzas suficientes para imponerlos al resto de la sociedad, y se busca el consenso.
El libro subraya la necesidad de dar importancia a la econom¨ªa. Las dificultades econ¨®micas agravan las dificultades pol¨ªticas y sociales hasta hacerlas insostenibles. Esta es una de las lecciones de la Gran Recesi¨®n que se inaugur¨® en el a?o 2008: si las crisis no las finalizan los dem¨®cratas, las crisis acaban con los dem¨®cratas y abren paso a los extremismos. No hay una convivencia estable entre la democracia y la crisis econ¨®mica, como muestra el profesor Josep Fontana en su ¨²ltimo libro, Capitalismo y democracia (editorial Cr¨ªtica). La Gran Recesi¨®n marc¨® una inflexi¨®n en la trayectoria de modernizaci¨®n y progreso que hasta entonces hab¨ªa presidido la evoluci¨®n econ¨®mica durante el periodo constitucional. La d¨¦cada que dur¨® tuvo graves efectos sobre la confianza de los ciudadanos y se interrumpi¨® la convergencia con los pa¨ªses europeos m¨¢s avanzados lograda en las d¨¦cadas anteriores, para retroceder en los indicadores m¨¢s significativos: el nivel relativo de renta per capita espa?ol retrocedi¨® m¨¢s de 10 puntos porcentuales frente a los pa¨ªses del ¨¢rea euro, y m¨¢s de 13 frente al conjunto de la UE. Hubo un enorme desenga?o frente a las expectativas que exist¨ªan antes de la crisis.
Explica Malo de Molina que en el grave deterioro de la situaci¨®n jugaron un papel central ¡°los desenfoques y retrasos¡± en los que se incurri¨® en el diagn¨®stico de los desequilibrios. Las distorsiones en la identificaci¨®n de los problemas larvados trajeron consigo un desconcierto en la reacci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica que complic¨® adicionalmente el curso de los acontecimientos. Las repercusiones sociales de una perturbaci¨®n tan extraordinaria como la Gran Recesi¨®n alcanzaron tambi¨¦n al equilibrio pol¨ªtico de la Transici¨®n y supusieron un enorme desgaste del marco institucional y de la confianza social en este.
Por ello no deber¨ªa incurrirse en el riesgo de que tales errores puedan volver a repetirse, y hay que estar atento a los riesgos geopol¨ªticos y a los desequilibrios que se van mostrando alrededor. Una de las principales razones por las que se producen las crisis es porque las posiciones insostenibles pueden mantenerse por m¨¢s tiempo del que pudiera parecer. Como consecuencia de ello se desactivan las se?ales y los mensajes de alerta.
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