La guerra: una m¨¢quina de fabricar trastornos mentales
Una nueva estimaci¨®n calcula que vivir un conflicto b¨¦lico multiplica por cinco las posibilidades de sufrir depresi¨®n, ansiedad o bipolaridad. La OMS advierte de que tambi¨¦n hay que prestar atenci¨®n psicol¨®gica
Vivir entre linchamientos, ejecuciones, bombas, balas, racionamiento de alimentos y agua y secuestros multiplica por cinco las posibilidades de sufrir una enfermedad mental. Una nueva estimaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) calcula que estar o haber estado en una zona de conflicto provoca m¨¢s esquizofrenia, ansiedad, depresi¨®n, estr¨¦s postraum¨¢tico, y bipolaridad que entre aquellos que no han experimentado estas vivencias.?En un contexto normal sufren estas condiciones una de cada 14 personas, en una guerra, una de cada tres. Los datos se publican este mi¨¦rcoles en la revista cient¨ªfica The Lancet en el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre este asunto.
El resultado puede parecer obvio, pero resulta necesario para poner sobre la mesa la necesidad de incluir siempre la atenci¨®n psicol¨®gica en la ayuda humanitaria. Y, sobre todo, fondos para la misma. "La ausencia de datos consistentes siempre ha sido un obst¨¢culo para tomar en serio la salud mental", defiende Mark Van Ommeren, uno de los autores, en un correo electr¨®nico. Junto a Fiona Charlson de la Universidad de Queenslandan, ha analizado 129 estudios sobre 39 pa¨ªses publicados entre 1980 y agosto de 2017, 45 de ellos en los ¨²ltimos cuatro a?os. "Una de las condiciones m¨¢s habituales es el estr¨¦s agudo causado por el dolor por todo lo que se pierde en situaciones de emergencia", se?ala Van Ommeren.
Estos hallazgos se incorporar¨¢n a los protocolos de ayuda humanitaria actuales, que ya incluyen directrices sobre la atenci¨®n psicol¨®gica. "Los trastornos aumentan a medida que las personas intentan seguir su d¨ªa normal, encontrar comida y tratar de obtener ingresos en el conflicto. La pobreza es end¨¦mica en las guerras, y esto tiene fuertes v¨ªnculos con las enfermedades mentales", indica la autora. La investigaci¨®n ha analizado pa¨ªses como Afganist¨¢n, Irak, Nigeria, Somalia, Sud¨¢n del Sur, Siria y Yemen. En 2016, el n¨²mero de conflictos armados alcanz¨® un m¨¢ximo hist¨®rico, con 53 en 37 pa¨ªses. Actualmente el 12% de la poblaci¨®n mundial vive en una zona b¨¦lica.
Los trastornos aumentan a medida que las personas intentan seguir su d¨ªa normal, encontrar comida y tratar de obtener ingresos en el conflicto
Hay que tener en cuenta que la guerra nomalmente acaba por destruir la escasa atenci¨®n a la salud mental que en la mayor¨ªa de los casos exist¨ªa previamente en estos pa¨ªses. "En cualquier comunidad habr¨¢ personas con problemas preexistentes, como la esquizfrenia y el trastorno bipolar y estas personas son muy vulnerables en situaciones de emergencia", apunta Van Ommeren. "Quienes est¨¢n en tratamiento, lo ven interrumpido por el conflicto", se?ala su compa?era.
Otro elemento que dificulta la correcta atenci¨®n a estos problemas es el estigma. Algunas comunidades, particularmente las africanas, ni siquiera tienen traducci¨®n en su lengua para las enfermedades mentales, as¨ª que ni siquiera entienden por lo que est¨¢n pasando. En otros casos, los efectos f¨ªsicos de estas dolencias, como miccionar mientras duermen, contribuyen a la verg¨¹enza y a evitar comunicar lo que les sucede.
La atenci¨®n psicol¨®gica en los conlictos es una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica y para el coautor del estudio es importante dejar claro a las autoridades que un trastorno mental puede resultar en ocasiones tan grave como una amputaci¨®n a la hora de salvar la vida. "Cuando el sufrimiento es tan grande, las personas pueden tener dificultades para funcionar lo suficientemente bien como para sobrevivir a la emergencia (por ejemplo, para huir). As¨ª que esto puede poner vidas en peligro", resalta. En el mundo viven 41,3 millones de personas desplazadas por conflictos en este momento, m¨¢s en ninguna otra ¨¦poca.
La OMS advierte de que, aunque las balas acaben de perforar los cuerpos y los misiles dejen de arrasar ciudades, los da?os internos se prolongan muchos a?os m¨¢s. As¨ª lo resume?Van Ommeren: "Cuando existe la voluntad pol¨ªtica, las emergencias pueden ser catalizadores para crear servicios de salud mental sostenibles y de calidad que contin¨²en ayudando a las personas a largo plazo".
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