La ecolog¨ªa es la econom¨ªa
El planeta no da para m¨¢s. Ha llegado el momento de crear un nuevo paradigma donde prosperidad tenga lugar dentro de los limites sostenibles
La bioeconomia es una oportunidad de superar la dicotom¨ªa entre ecolog¨ªa y econom¨ªa y creemos un nuevo paradigma donde prosperidad tenga lugar dentro de los limites sostenibles de nuestro planeta. De alg¨²n modo la ecolog¨ªa ser¨¢ la econom¨ªa. El planeta no da para m¨¢s. Ni tan solo para concienciaciones a fuego lento.
A lo largo de la historia, la humanidad ha atravesado diversas trasformaciones, cambios de orden socioecon¨®mico, cultural y tecnol¨®gico que dieron paso a eras totalmente distintas. Europa, ha liderado muchas de estas transformaciones y, de hecho, fue el epicentro de la que puede que fuera la m¨¢s importante de todas ellas, ya que puso las bases de la era moderna. Dicha transformaci¨®n, conocida como Renacimiento, aunque tradicionalmente se describe como el momento de la historia en que Europa se reconect¨® con el mundo cl¨¢sico de Grecia y Roma, realmente, lo que supuso fue la conexi¨®n del mundo con su futuro. El Renacimiento ofreci¨® una de las mejores versiones de Europa, puso a las personas en el centro de todo, y la ciencia, gracias a la invenci¨®n de la imprenta, pas¨® a ser el principal motor de progreso y base de una nueva cultura.
300 a?os despu¨¦s del comienzo del Renacimiento, Europa experiment¨® una nueva transformaci¨®n, que dio paso a una nueva era, la Era Industrial. La Revoluci¨®n Industrial fue posible gracias al capital de conocimientos acumulado desde la revoluci¨®n cient¨ªfica, que se extendi¨® progresivamente debido a la emergencia de las universidades como centros clave de pensamiento en substituci¨®n de los monasterios. Pero, como pas¨® con la revoluci¨®n cient¨ªfica, fue tambi¨¦n posible gracias a otra invenci¨®n importante: la m¨¢quina de vapor. Esta tecnolog¨ªa transform¨® la manera y sobre todo la escala en la manufactura de productos. La producci¨®n se desplazo de talleres a factor¨ªas. Lo que tambi¨¦n requiri¨® de una nueva escala de capital y de recursos energ¨¦ticos que la hicieran posible.
Esta nueva demanda fue la que impulso la utilizaci¨®n de energ¨ªas de origen f¨®sil, primero carb¨®n y m¨¢s adelante petr¨®leo y gas. La Revoluci¨®n Industrial no solo supuso una transformaci¨®n del modelo energ¨¦tico, sino que tambi¨¦n desencaden¨® un cambio de paradigma en el ¨¢mbito de los materiales, primero con el desarrollo de la industria del acero, m¨¢s adelante, con el cemento portland y despu¨¦s con los materiales sint¨¦ticos derivados del petr¨®leo, como el pl¨¢stico. De este modo, hace 200 a?os, la econom¨ªa f¨®sil basada en el uso masivo de energ¨ªas y materiales no renovables pas¨® a ser el nuevo paradigma econ¨®mico. Esta econom¨ªa f¨®sil ha permitido que en dos siglos hayamos experimentado un crecimiento econ¨®mico y poblacional, as¨ª como un desarrollo social y tecnol¨®gico, sin precedentes en la historia de la humanidad.
Solo existe una alternativa sostenible al uso masivo de los materiales f¨®siles, el uso sostenible de materiales renovables de origen biol¨®gico
Pero la econom¨ªa f¨®sil de los ¨²ltimos 200 a?os ha tenido otras implicaciones importantes, ya que desde un punto de vista termodin¨¢mico ha implicado pasar de un sistema abierto alimentado por la energ¨ªa solar a otro cerrado alimentado por recursos f¨®siles finitos que son internos al sistema. La segunda ley de la termodin¨¢mica es muy clara acerca de las consecuencias de la energ¨ªa libre en sistemas cerrados como el que hemos creado: resultan en entrop¨ªa, desorden e irreversibilidad. Y esto es justamente lo que hemos generado: cambio clim¨¢tico, perdida de biodiversidad y degradaci¨®n de los recursos naturales. En definitiva estamos cruzando los l¨ªmites de resiliencia del planeta. Llegados a este punto de inflexi¨®n debemos recordar las palabras de Albert Einstein: ¡°No podemos resolver nuestros problemas actuales con el mismo marco mental, con la misma manera de pensar que ten¨ªamos cuando los creamos¡±. Y eso es justamente lo que necesitamos ahora un nuevo marco mental, un nuevo Renacimiento, como base de un nuevo paradigma econ¨®mico.
La vida es el motor del desarrollo
Un paradigma donde prosperidad econ¨®mica tenga lugar dentro de los l¨ªmites renovables de nuestro planeta. Por lo tanto, una econom¨ªa basada en energ¨ªas y materiales renovables. Un paradigma donde la bioeconomia, bio significa vida, sea el motor del desarrollo sostenible.
?Por qu¨¦ la bioeconom¨ªa, debe jugar un papel clave en la transformaci¨®n de nuestra econom¨ªa? Porque, mientras que la transici¨®n hacia las energ¨ªas renovables ya ha comenzado, no podremos afrontar los grandes problemas ambientales de nuestro siglo si seguimos utilizando de forma masiva materiales no renovables como pl¨¢sticos, hormig¨®n, acero... La producci¨®n de acero y cemento supone m¨¢s del 10% de las emisiones de carbono en el mundo. Si la industria del cemento fuera un pa¨ªs ser¨ªa el tercero en emisiones de CO2. La industria del pl¨¢stico ser¨ªa el quinto. Estos productos, adem¨¢s, son uno de nuestros problemas ambientales m¨¢s graves por la cantidad de desechos que llegan a nuestros mares y oceanos.
Y solo existe una alternativa sostenible al uso masivo de los materiales f¨®siles, el uso sostenible de materiales renovables de origen biol¨®gico. Ahora bien, es importante remarcar que los recursos biol¨®gicos son renovables, pero no infinitos. Por lo tanto, ?su uso y transformaci¨®n debe ser m¨¢s que nunca inteligente, eficiente y sostenible! Por ello la bioeconom¨ªa debe sumar esfuerzos con conceptos como la econom¨ªa circular, que trata de maximizar la eficiencia en el uso de los recursos, as¨ª como en el dise?o de productos y materiales que sean f¨¢cilmente reciclados y reutilizados.
A su vez en un contexto de cambio clim¨¢tico, hemos de asegurarnos que nuestros recursos biol¨®gicos sean resilientes al cambio. Por lo tanto, invertir en biodiversidad y adaptaci¨®n debe ser una prioridad para una bioeconomia ambiciosa, sostenible y resiliente.
Las buenas noticias son que construir una relaci¨®n simbi¨®tica entre ecolog¨ªa y econom¨ªa a trav¨¦s de una nueva bioeconomia nunca hab¨ªa sido tan factible como lo es ahora. Esto es debido a los grandes avances que la ciencia y la tecnolog¨ªa est¨¢n experimentando a ra¨ªz de la revoluci¨®n digital. Internet y ordenadores est¨¢n transformando la sociedad tal y como la imprenta y los libros hicieron en el Renacimiento. La revoluci¨®n digital ha trasformado la manera en que podemos utilizar la ciencia y la tecnolog¨ªa para entender la naturaleza y nuestros ecosistemas naturales, permitiendo una gesti¨®n sostenible de los mismos, as¨ª como su transformaci¨®n en nuevos e innovadores productos y servicios. La revoluci¨®n digital, por lo tanto, y aunque parezca parad¨®jico, tendr¨¢ un papel catalizador de la revoluci¨®n biol¨®gica que se avecina. Es la suma de inteligencias, de personas y m¨¢quinas inteligentes, la que permitir¨¢ un paradigma de humanidad aumentada (como fue de alg¨²n modo el Renacimiento) compatible con la sostenibilidad radical del planeta.
Como dec¨ªa Brian Arthur: ¡°La humanidad pone siempre sus m¨¢s profundas esperanzas en la tecnolog¨ªa, pero su m¨¢s profunda confianza en la Naturaleza¡±. Es hora de que la ecolog¨ªa y la econom¨ªa sean reconocidas como las dos caras de la misma moneda. La moneda de la prosperidad.
Marc Palah¨ª es director del European Forest Institute y Xavier Marcet es presidente de Lead to Change.
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