Mi vida como refugiado tras huir de la guerra
Para que los refugiados se liberen de su condici¨®n, es necesario mirar m¨¢s all¨¢ de las crisis
No estoy seguro de mi a?o exacto de nacimiento, pero me dijeron que nac¨ª alrededor de 1981 en la parte sur de Sud¨¢n, ahora conocida como Sud¨¢n del Sur. Intento no darle mucha importancia al hecho de no saber qu¨¦ d¨ªa es mi cumplea?os ni cuantos a?os tengo.
Los militares sol¨ªan venir a nuestro pueblo y exigir cabras, gallinas y otros alimentos. De ni?os, crecimos con la percepci¨®n de que en algunas tribus solo hab¨ªa malas personas. Fuimos testigos de c¨®mo los prisioneros de guerra eran asesinados y sus cuerpos abandonados. Un d¨ªa fui con mi madre a llevar comida del pueblo y ante mis ojos violaron a mi prima.
La vida se volvi¨® insoportable en Kaya debido al reclutamiento forzado de ni?os como soldados. Cada familia ten¨ªa que dar un hijo. Mi padre perdi¨® la fe y la paciencia y se rindi¨® al Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n del Pueblo de Sud¨¢n (SPLA). Para ¨¦l, era mejor morir en el sur de Sud¨¢n que morir en un pa¨ªs extranjero.
Todo empez¨® en un centro nutricional
Cada ma?ana, los ni?os de mi comunidad iban a los centros de nutrici¨®n. Yo ten¨ªa alrededor de diez a?os, era un chico fuerte y rezaba para que me diagnosticaran malnutrici¨®n y as¨ª, obtener comida extra. Me examinaron varias veces, pero no consegu¨ª que me calificaran como desnutrido. Entonces pens¨¦ que lo mejor era quedarme en el centro y para que me lo permitieran, cuidar¨ªa de los ni?os. Mi objetivo era llevarme las sobras a casa y funcion¨®. Por primera vez me convert¨ª en un beneficiario indirecto de una ONG.
En 1991, la guerra estall¨® nuevamente en Kaya y las familias se vieron obligadas a huir. Nuestra familia termin¨® en el campamento de refugiados Bgenge, en Uganda y me un¨ª a la escuela primaria de refugiados financiada por ACNUR. Con la escasez de fondos, los ni?os ten¨ªan que competir entre s¨ª para poder obtener una beca.
Mi objetivo era llevarme las sobras a casa y funcion¨®. Por primera vez me convert¨ª en un beneficiario indirecto de una ONG.
Eran centros muy modestos; est¨¢bamos en una clase de m¨¢s de 300 ni?os estudiando bajo los ¨¢rboles y ten¨ªamos que llevar piedras para sentarnos. Adem¨¢s, el 99% de los maestros no estaban capacitados. Aun as¨ª, consegu¨ª terminar la educaci¨®n primaria en Uganda y esto me permiti¨® obtener una beca de ACNUR para ir a la escuela secundaria de Yivu. Debido a la falta de fondos, ACNUR tuvo que introducir una beca de costos compartidos, lo que significaba que los padres deb¨ªan cubrir el 30% de las tarifas.
Justo en ese momento, mi madre muri¨® al dar a luz a su und¨¦cima hija al no encontrar transporte durante la noche para llevarla al hospital. Ten¨ªa que encontrar una soluci¨®n para poder estudiar y decid¨ª rehabilitar una bicicleta que hered¨¦ de mi padre para cultivar s¨¦samo y venderla en el campamento de refugiados. Durante las vacaciones, me un¨ª a los proyectos de algunas ONG que entregaban alimento a cambio de trabajo, limpiando carreteras y plantando ¨¢rboles.
Consegu¨ª terminar mis estudios en 2005, el mismo a?o en que mi padre muri¨® de hambre y frustraci¨®n en el campamento de refugiados. Me qued¨¦ al cargo de cinco hermanos menores, pero logr¨¦ encontrar un empleo en una tienda de ordenadores. No sab¨ªa nada de tecnolog¨ªa, pero acept¨¦. Consegu¨ª seguir estudiando y enviar a mis hermanos a la escuela. Tras muchos esfuerzos, me gradu¨¦ en Econom¨ªa y Administraci¨®n en la Universidad Cristiana de Uganda y regres¨¦ a Juba, a mi tierra, en 2009.
La vuelta a mi pa¨ªs natal
Durante muchos a?os luch¨¦ por encontrar mi prop¨®sito en la vida y por ayudar a mis hermanos para que siguieran en la escuela. Durante este tiempo tuve que rechazar una beca para estudiar una maestr¨ªa en la Universidad de Pretoria, en Sud¨¢frica, y otra para una maestr¨ªa en econom¨ªa en el Reino Unido, ya que ten¨ªa que seguir apoyando a mi familia. Todos depend¨ªan de m¨ª y no pod¨ªa dejarlos atr¨¢s.
En 2016, dej¨¦ de ser beneficiario de una ONG para trabajar en World Vision como gerente de administraci¨®n. Fue un momento en el que Sud¨¢n del Sur estaba en medio de intensos combates y trabajar para una ONG supuso un punto de inflexi¨®n en mi vida. Pas¨¦ de recibir ayuda a entregarla.
Para que los refugiados se liberen de su condici¨®n, las organizaciones y los gobiernos deben mirar m¨¢s all¨¢ de las crisis. Durante mi vida como refugiado, siempre me he sentido como un ¡°invitado¡± al que no se le permit¨ªa trabajar o prosperar. Los refugiados deben integrarse en las comunidades de acogida, ofreci¨¦ndoles formaci¨®n y adquiriendo habilidades para que puedan ser autosuficientes. La educaci¨®n debe ser la prioridad absoluta pues permitir que los ni?os pierdan la oportunidad de estudiar es devastador para su futuro.
Dennis Charles Ayume es gerente de Administraci¨®n en World Vision Sud¨¢n del Sur.
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