Trauma, desaf¨ªo, identidad sexual... Esto es lo que sale a la luz cuando 36 mujeres hablan de su pelo
La fot¨®grafa y neur¨®loga Rohina Hoffman ha documentado casi 40 historias acerca del largo camino a la libertad oculto tras el peinado femenino
De ni?a le cortaron de un tajo las dos coletas; y durante buena parte de su infancia, Rohina Hoffman se vio obligada a llevar el cabello corto, "como un chico". "Nunca he terminado de recuperarme. El trauma de perder el control de mi identidad ha permanecido conmigo toda la vida", asegura. Como consecuencia del impacto que le provoc¨® aquel episodio, se publica Hair Stories (Damiani), su primer libro monogr¨¢fico. Aunque se licenci¨® en Neurolog¨ªa en la Universidad de Brown, en Estados Unidos, Hoffman abandon¨® la pr¨¢ctica de esta especialidad para dedicarse a la fotograf¨ªa a jornada completa. Con esta publicaci¨®n, conjuga ambas profesiones.
Tres docenas de mujeres con edades comprendidas entre los 14 y los 100 a?os, han posado frente a la c¨¢mara de Hoffman despu¨¦s de que ella las hubiera entrevistado ¨Cen casa, para que se creara un ambiente de intimidad¨C haciendo uso de las t¨¦cnicas que aprendi¨® en la carrera. Todas las conversaciones comenzaban igual: "Cu¨¦ntame sobre tu pelo". Las narraciones se transcribieron y extractaron, y esos textos son los que acompa?an a los retratos (hay una versi¨®n editada de los audios colgada en womenshairstories.com). "Crecimos en una familia patriarcal y no nos estaba permitido cortarnos el pelo. Los roles de g¨¦nero estaban muy establecidos y no hab¨ªa ambig¨¹edades", cuenta una de ellas, Yasmine. Cuando ten¨ªa 19 a?os, la protagonista y dos de sus hermanas cortaron lazos con la familia. La primera vez que llam¨® a casa, transcurridas casi dos d¨¦cadas de ausencia, lo que con m¨¢s urgencia quiso saber su madre era c¨®mo llevaba el cabello.
"Los padres deciden en los primeros momentos de nuestra existencia el modo en que nos peinamos. Los lazos y las diademas est¨¢n en la cabeza de las ni?as, marcando ya una diferencia: las chicas s¨ª, los chicos no. ?Es bonito o no llevar melena? ?Es de ni?as o no el pelo corto? Transmitido en la infancia, todo esto queda incorporado en la psique con los afectos correspondientes", ilustra la psic¨®loga cl¨ªnica Carmen Monedero, con consulta propia en Madrid. Y probablemente es aqu¨ª donde reside la causa de que, alcanzada la pubertad, la mayor¨ªa nos lancemos a toda clase de experimentos con el cabello. "Qu¨¦ m¨¢s apropiado que ser due?os de ¨¦l cuando queremos abandonar las etapas infantiles e iniciar el camino de la separaci¨®n", opina la psicoanalista. Sobre el largo infinito que se estila hoy entre las adolescentes, Monedero lo tiene claro: "Es un modo de mostrar autoafirmaci¨®n. Da abrigo, psicol¨®gicamente hablando. Se trata de un elemento seductor que ayuda a tolerar las inseguridades, por eso es frecuente escuchar a las chicas decir que su pelo es lo m¨¢s preciado de ellas mismas".
De largo juventud al rapado angustia: ?qu¨¦ hay tras estos valores?
El pelo largo siempre se ha asociado a la la feminidad, la salud y la fertilidad. En las culturas de Roma y Grecia antiguas, la melena de las f¨¦minas simbolizaba sexualidad y abundancia. Representaba la juventud. "Todav¨ªa hoy, es vista tanto por los hombres como por las mujeres como un signo de la identidad sexual femenina", afirma en el pr¨®logo de Hair Stories la consultora de arte Emily Lambert-Clements. Que para muchas sea importante mantener esa largura, tiene que ver con la imagen infantil y adolescente que proyecta. "Creen que con el cabello largo permanecen siempre j¨®venes", dice el estilista Eduardo S¨¢nchez, due?o de dos peluquer¨ªas hom¨®nimas en la capital, quien comparte con Lambert-Clements la opini¨®n de que esa interpretaci¨®n se ve reforzada por la mirada masculina. El estilista Pepito Juez, que antes de montar su sal¨®n disfrut¨® de una pr¨®spera carrera en el cine, como atestigua su Goya a Mejor Maquillaje y Peluquer¨ªa por El embrujo de Shanghai (2003), apunta que un rasgo com¨²n de las mujeres que jam¨¢s renuncian a una considerable longitud de pelo es que les infunde esa seguridad de la que hablaba Monedero: "Se posa sobre la piel, la espalda, el cuello¡ Es como llevar ropa: si te la quitas, te sientes desnuda".
Esta importancia tiene su reflejo en el cine y la televisi¨®n, donde una simple coleta es capaz de ayudar a construir un personaje. En su ¨²ltima pel¨ªcula, El guardi¨¢n invisible, Fernando Gonz¨¢lez Molina decidi¨® cortarle el pelo a Marta Etura y te?¨ªrselo de moreno. La actriz ten¨ªa que interpretar a la inspectora de la Polic¨ªa Foral de Navarra Amaia Salazar, y hab¨ªa que darle contundencia a su f¨ªsico para contrarrestar la delicadeza de sus facciones. Tampoco faltan ejemplos en que la ficci¨®n ha recurrido al tijeretazo para mostrar las vicisitudes que atravesaba la vida de sus protagonistas.
En un art¨ªculo de la revista cultural The Atlantic, titulado Cuando una mujer en la televisi¨®n est¨¢ angustiada, se corta el pelo, la periodista Casey Quinlan analiza los motivos que hab¨ªan llevado a los personajes femeninos de varias exitosas series a coger las tijeras. "Al final de la segunda temporada de Girls, Hannah Horvath se deshace de su cabello durante un periodo de enfermedad mental. En la temporada 4 de Mad Men, Sally Draper obra igual por razones que pueden ir desde el deseo de recibir la atenci¨®n de su padre, captar la de todo el mundo, o la necesidad de tener alg¨²n control sobre su vida despu¨¦s del divorcio de sus padres [¡]. El espectador se queda afectado por las implicaciones freudianas de lo que ha hecho: quer¨ªa parecerse a la mujer por la que pensaba que su padre se sent¨ªa atra¨ªdo", escribe Quinlan.
"El autocorte de pelo funciona muy bien para mostrar visualmente y de manera concisa un proceso de ruptura con lo que el personaje ha sido antes", explica Gonz¨¢lez Molina. El cineasta asegura que se consigue en un solo plano, "que es adem¨¢s muy cinematogr¨¢fico", expresar esa decisi¨®n de cambio que de otra forma hubiera sido dif¨ªcil de trasladar al tratarse de un proceso interno. "Lo hacen en Girls. Y tambi¨¦n lo hizo Carlos Saura con Ingrid Rubio en Taxi", recuerda el responsable de haber llevado a la gran pantalla la Trilog¨ªa del Bazt¨¢n (con la segunda y tercera parte a¨²n pendientes de estrenar). Pepito Juez, en el cine, solo ha presenciado un autocorte de pelo: el de una protagonista a la que le hab¨ªan detectado un c¨¢ncer y decid¨ªa raparse en casa. En la vida ordinaria, lo ha visto a¨²n menos. "Mis clientas cambian porque son atrevidas, porque quieren divertirse. A lo mejor est¨¢n pasando por un momento de inseguridad o incertidumbre o han dejado una relaci¨®n y quieren un look nuevo¡ Pero nunca he conocido a una que se haya cortado el pelo ella misma en un arrebato", asevera.
Observado desde el psicoan¨¢lisis, la inestabilidad no necesariamente puede medirse por la acci¨®n de descargarse el cabello. "No todo corte expresa la b¨²squeda de la salida de un acontecimiento doloroso, un trauma o 'estar de baj¨®n", asegura Monedero. La postura de Lambert-Clements difiere ligeramente. Cree que el pelo corto es una declaraci¨®n de intenciones, un s¨ªmbolo desafiante. "Las mujeres se despojaron de su cabello como manifestantes, m¨¢rtires y revolucionarias para rebelarse contra el statu quo", defiende. Y a?ade que en Occidente, en los a?os 20, el pelo corto de las flappers (j¨®venes liberales que se burlaron de los convencionalismo en el modo de vestir o divertirse) se asociaba con la libertad. Por otro lado, una melena surcando la espalda requiere tiempo, atenciones y dinero, que pueden convertirse en una fatigosa carga, como se expresa en una de las confesiones de Hair Stories: "Mi madre me hac¨ªa llevar el pelo muy largo, como una capa. Al final lo cort¨¦ casi medio metro y entonces sali¨® a la luz la persona que era realmente. Tambi¨¦n removi¨® el peso de mi infancia y me hizo sentir francamente bien. Me di cuenta del desgaste que supuso, durante todo ese tiempo, lavarlo y secarlo, y estaba emocionaba de haber acabado con aquello".
Mi identidad est¨¢ en otro sitio
En los casi 40 testimonios que aparecen en el libro, no todos tienen la misma intensidad emocional. Por ejemplo, Lauren colecciona pelucas porque le encanta cambiarse el pelo, no a causa de ninguna enfermedad ni porque est¨¦ avergonzada del suyo. "Alternar el estilo de pelo es solo una manera de expresarme", sostiene, despejando las dudas. Aunque quiz¨¢s lo m¨¢s esperanzador sea que la misma mujer que se encontr¨® a s¨ª misma el d¨ªa en que se cort¨® el pelo (en Hair Stories nos encontramos con varias) afirma que madurar le ha hecho darse cuenta de que hay otras maneras de lograr la identidad: "Mi estilo es parte de la diversi¨®n, en lugar de ser un reflejo de mi ego". Eso s¨ª que ser¨ªa conquistar la libertad.
Alopecia, ellas lo pasan peor
"En las escenas de sexo, ellas siempre se sueltan el pelo porque una melena abundante tiene su er¨®tica", asegura la dermat¨®loga Paloma Cornejo. En su consulta, la experta suele escuchar quejas de f¨¦minas con el cabello demasiado lacio o sin cuerpo. "Por eso doy consejos cosm¨¦ticos: desde qu¨¦ champ¨² o acondicionador se ha de usar hasta el tipo de largo o corte con el que conseguir¨¢n m¨¢s volumen". Un caso extremo de pobreza capilar es la alopecia. En Cl¨ªnicas Insparya, donde se dedican al trasplante de pelo desde hace 10 a?os, recomiendan el injerto para todas las alopecias excepto para la fibrosante, un tipo de ca¨ªda que se asocia m¨¢s a ellas que a ellos. "Se da, principalmente, despu¨¦s de la menopausia. No se sabe por qu¨¦, aunque se sospecha que puede tener un origen autoinmune", dice Carlos Portinha, director del centro que acaba de abrir en Madrid. A su juicio, ellas sufren el doble que los hombres por la p¨¦rdida del cabello. "Y puede suponer el comienzo de un c¨ªrculo vicioso en el que la alopecia genera ansiedad y la ansiedad genera alopecia", matiza. Se refiere, sobre todo, a la areata, esa en la que aparecen calvas de manera localizada a causa de una bajada del sistema inmunitario provocada por el malestar psicol¨®gico. El otro tipo m¨¢s com¨²n es la androgen¨¦tica, en la que las mujeres pierden el cabello por el descenso del nivel de estr¨®genos. En ambos casos, lo principal, seg¨²n Portinha, es empezar el tratamiento en cuanto se observa un problema. Si no est¨¢ muy avanzado, se puede probar con minoxidil, un medicamento t¨®pico con posibles efectos secundarios como la hipersensibilidad o el exceso de grasa en el cuero cabelludo. La mesoterapia nutritiva y el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) tambi¨¦n retrasar¨¢n el momento del trasplante, una soluci¨®n bien aceptada entre los varones pero a la que ellas se resisten por miedo al rapado. "Es una concepci¨®n err¨®nea", aclara Portinha. "Si afeitamos la cabeza, el proceso ser¨¢ m¨¢s r¨¢pido y se pueden trasplantar un mayor n¨²mero de unidades foliculares. Pero si no queremos rapar el pelo, podemos hacerlo igualmente obteniendo dos o tres tiras que luego se disimulan con cabello de arriba", puntualiza.
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