La vivienda y la desconfianza
La creciente desconfianza entre partidos y l¨ªderes dificulta la soluci¨®n de los asuntos m¨¢s graves
La descripci¨®n m¨¢s relevante del documento Espa?a avanza, puesto encima de la mesa por los socialistas en sus negociaciones con Podemos para lograr su apoyo en la investidura de Pedro S¨¢nchez como presidente de Gobierno, es la de la vivienda como nuevo ¡°pilar del Estado de bienestar¡±. El ascenso de la vivienda al frontispicio de los principales problemas ciudadanos, en especial de los m¨¢s j¨®venes, se lleva perge?ando en los ¨²ltimos a?os, apoyado por muchas acciones en la calle que estimulaban las discusiones parlamentarias.
Si as¨ª fuera, la vivienda se incorporar¨ªa a los conceptos elementales del welfare para la protecci¨®n ciudadana (educaci¨®n, sanidad, pensiones, dependencia, Derecho del trabajo y negociaci¨®n colectiva) y se aproximar¨ªa un poco m¨¢s a la definici¨®n que aparece en el art¨ªculo 47 de la Constituci¨®n (¡°De los derechos y deberes fundamentales¡±), que dice: ¡°Todos los espa?oles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes p¨²blicos promover¨¢n las condiciones necesarias y establecer¨¢n las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilizaci¨®n del suelo de acuerdo con el inter¨¦s general para impedir la especulaci¨®n. La comunidad participar¨¢ en las plusval¨ªas que genera la acci¨®n urban¨ªstica de los entes p¨²blicos¡±.
Este acercamiento al problema de la vivienda no tendr¨ªa posiblemente marcha atr¨¢s si se despejasen las inc¨®gnitas pol¨ªticas del momento, y entre ellas, la colaboraci¨®n entre el PSOE y Podemos en una pr¨®xima legislatura de cuatro a?os, m¨¢s all¨¢ de la modalidad que tenga esa colaboraci¨®n. Una de las dificultades que se est¨¢n quedando por el camino y que tendr¨¢ enrevesada superaci¨®n ¡ªsea cual sea el final de las negociaciones para la investidura¡ª es la desconfianza mutua entre ambos partidos y ambos l¨ªderes pol¨ªticos (Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias). La desconfianza es un concepto que las ciencias sociales y la pol¨ªtica han tomado prestado de la psicolog¨ªa, como anticipaci¨®n de una conducta o de un hecho futuro. El partido o el dirigente que desconf¨ªa intuye que algo suceder¨¢ de determinada manera que no le gusta, bas¨¢ndose en la interpretaci¨®n de sucesos pasados (o presentes) que le avalan en esa falta de confianza.
Pedro S¨¢nchez no se f¨ªa de que, en un hipot¨¦tico Gobierno de coalici¨®n, Pablo Iglesias o los ministros que le representen sean capaces de guardar el silencio de las deliberaciones del Consejo de Ministros o de avalar determinadas decisiones tomadas por el conjunto del Gabinete con las que estar¨ªan en desacuerdo (y cita, sobre todo, las distintas estrategias y formas de pensar sobre el asunto de Catalu?a, o la sentencia del Tribunal Supremo sobre los pol¨ªticos presos). Por su parte, Pablo Iglesias afirma que la experiencia indica que los socialistas ¡°dicen mucho y hacen poco¡±, que una cosa son sus programas y otra su acci¨®n pol¨ªtica, y que para que esa distancia se reduzca tienen que estar presentes en el Gobierno los representantes de Podemos, que ser¨ªan una especie de ¡°comisarios pol¨ªticos¡± en su seno.
Al haber radiado ad infinitum sus intenciones y sus discrepancias, el resultado de las negociaciones ¡ªen caso de llegar a buen puerto¡ª tendr¨ªa vencedores y perdedores, mala manera de comenzar a trabajar en una legislatura que ha de estar llena de reformas estructurales que no se pueden retrasar (mercado de trabajo, emergencia energ¨¦tica, impuestos, pensiones, financiaci¨®n auton¨®mica, renovaci¨®n de organismos institucionales que necesitan mayor¨ªas reforzadas, tipo Tribunal Constitucional o Consejo General del Poder Judicial¡). Pedro propone a Pablo un acuerdo de legislatura con Pablo fuera del Gobierno; Pablo s¨®lo contempla un acuerdo de legislatura con ¨¦l dentro del Gabinete. Si entra Pablo Iglesias y otros militantes de Podemos en el Gobierno, significar¨ªa que yo no mando, podr¨ªa decir S¨¢nchez, yo no voy a ser presidente a cualquier precio; si nos quedamos fuera, reflexionar¨ªa Iglesias, daremos la sensaci¨®n de no tener cuadros adecuados para gobernar, y seremos objeto de un veto y humillados a pesar de nuestro recorrido desde una izquierda maximalista a una izquierda posible.
?Qu¨¦ disposici¨®n a los acuerdos se impondr¨¢, qu¨¦ voluntad, coraje, reformas, intereses y liderazgo? ?Y qu¨¦ pasar¨¢ con la vivienda? Malos presagios.
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