Deudas chinas y desarrollo sostenible: claros sobre oscuros
En casi treinta pa¨ªses, la deuda china llega a representar m¨¢s del 10% de su PIB. La mayor¨ªa son del Este Asi¨¢tico y ?frica. De los latinoamericanos, la mochila pesada la cargan Dominica, Ecuador, Venezuela, Bolivia y Jamaica
El rol de China como actor financiero internacional sigue generando un intenso debate. A comienzos de 2007, el ex director ejecutivo del Banco Mundial y luego editor de Foreign Policy, el venezolano Mois¨¦s Na¨ªm, inauguraba la categor¨ªa de ayuda canalla (rogue aid). Entonces se citaba una negociaci¨®n en la que Nigeria desech¨® un pr¨¦stamo del Banco Mundial y opt¨® por la liquidez r¨¢pida de 9.000 millones de d¨®lares de China para un proyecto de trenes a cambio de petr¨®leo. Debora Brautigam, investigadora de la Universidad John Hopkins, respondi¨® Na¨ªm con su libro El regalo del Drag¨®n. Ni h¨¦roes, ni villanos. Puentes, carreteras, puertos, v¨ªas f¨¦rreas, estadios y aeropuertos en pa¨ªses con dificultad de acceso al mercado de capital explican la otra cara. Ojos que ven, corazones que sienten.
Nuevo round, distinto cuadril¨¢tero. Un reciente art¨ªculo de The Economist vuelve a encender las alarmas. ¡°Atenci¨®n: Neocolonialismo¡±, ¡°todos los caminos llevan a la trampa de la deuda¡±, rezan los epitafios. Opacidad y pr¨¦stamos a receptores altamente vulnerables, exportadores de petr¨®leo o autocracias. En casi treinta pa¨ªses, la deuda china llega a representar m¨¢s del 10% de su PIB. La mayor¨ªa de ellos se ubica en el Este Asi¨¢tico y ?frica. De los latinoamericanos, la mochila pesada la cargan Dominica, Ecuador, Venezuela, Bolivia y Jamaica, en ese orden.
Los datos cuentan, tambi¨¦n desnudan. Seg¨²n un reciente estudio de Horn, Reinhart y Trebesch, 80% de los pa¨ªses del planeta le debe a los chinos. Sin embargo, lo curioso es que la deuda en bonos de cartera y soberanos creci¨® cuatro veces m¨¢s que la correspondiente a pr¨¦stamos bilaterales. En Estados Unidos y en la Eurozona, la deuda china alcanza el 7% del PIB. Tres billones de d¨®lares de bonos norteamericanos est¨¢n hoy en manos chinas. En tiempos de Guerra Fr¨ªa, las armas nucleares evitaban la guerra entre las dos superpotencias. Hoy, con la disputa tecno-comercial entre China y Estados Unidos en ebullici¨®n, la interdependencia financiera puede ser el factor de disuasi¨®n.
Al desarrollo sostenible no se llega por un camino de rosas, hay que financiarlo. Entre 2005 y 2018, se estima que China prest¨® casi 141.000 millones de d¨®lares a Am¨¦rica Latina. Un dato es que pareciera haber una correlaci¨®n entre precio de commodities (materias primas como el cacao, la soja o el caf¨¦) y pr¨¦stamos chinos. China presta en la abundancia y baja sus compromisos en ¨¦pocas de vacas flacas. Es claro, todo acreedor busca garantizarse el repago. As¨ª, desde 2015, el boom de los cr¨¦ditos pareciera estar desinfl¨¢ndose, mientras que los pr¨¦stamos privados y de bancos multilaterales vienen repuntando.
Claro sobre oscuro. ?Cu¨¢l es la diferencia entre un pr¨¦stamo de la banca multilateral y uno chino? Depende qu¨¦ miremos. Los chinos prestan m¨¢s. Las cantidades necesarias para hacer grandes obras de infraestructura y transferir tecnolog¨ªa. Los montos y sectores importan. Eso s¨ª, las tasas de inter¨¦s y los plazos podr¨ªan resultar menos favorables. Las chinas pueden rondar entre el 7 y 8% anual a un plazo de ocho a?os de promedio, las de la banca multilateral son del 4% anual a 30 a?os. Pero no siempre es as¨ª, especialmente en pa¨ªses con mayores dificultades de acceso al capital. Bolivia y Jamaica han recibido pr¨¦stamos al 2%.
La ayuda es necesaria para apalancar intercambio t¨¦cnico y cient¨ªfico. Las remesas ingresan divisas, pero a costa de expulsar compatriotas
Otro elemento son las condicionalidades. Los chinos exigen reconocimiento diplom¨¢tico (Taiw¨¢n en la mira), contrataci¨®n de su mano de obra y compra de sus insumos en un porcentaje negociable. Ah¨ª, las empresas chinas ganan en la competencia con las locales. Una de cal, una de arena. La banca multilateral provee apoyo presupuestario. Pero plantea est¨¢ndares ortodoxos y monitorea cual maestra exigente. Si la macroeconom¨ªa es buena, es mejor si se la vigila. Nada de rosas, espinas que duelen.
En la pel¨ªcula La tormenta perfecta, la tripulaci¨®n queda a merced de la ola arrasadora. Moraleja: importa tanto el conductor previsor y competente como la direcci¨®n. En Am¨¦rica Latina, el PIB per c¨¢pita es un indicador importante del tipo de flujo financiero externo que se dirige hacia un pa¨ªs. La Comisi¨®n Ecopn¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL) refleja que, entre 2012 y 2016, las remesas y la ayuda representan el 51% de los flujos hacia pa¨ªses de renta baja. Solo en Hait¨ª, Bolivia y Centroam¨¦rica la ayuda es algo relevante, mientras que m¨¢s pa¨ªses se grad¨²an.
En Centroam¨¦rica, Caribe y M¨¦xico, las remesas explican del 90 al 30% del financiamiento. Entre tanto, los pa¨ªses de renta media-alta y alta se valen de inversiones y bonos. Pero la ecuaci¨®n puede variar. La torta de financiamiento por inversiones de largo plazo es m¨¢s alta en Panam¨¢, Antigua y Barbuda, Uruguay, Surinam, Chile, Costa Rica y Brasil. Los bonos de corto plazo representan el 70% del flujo financiero en Argentina y Paraguay. Dime con qu¨¦ te financias y te dir¨¦ cu¨¢n lejos o cerca est¨¢s de tu tormenta perfecta.
Si el Estado es un barco, el mercado financiero se parece a un mar torrentoso. La pregunta clave para Am¨¦rica Latina sigue siendo sobre cu¨¢l debe ser la direcci¨®n de ese barco. ?Qu¨¦ desarrollo y para qui¨¦nes? Las prioridades econ¨®micas, sociales y ambientales cuentan. Cambiar la matriz energ¨¦tica y productiva puede llevar d¨¦cadas. Una pregunta complementaria tiene que ver con la previsi¨®n y competencia. ?Cu¨¢les son las fuentes ¨®ptimas para financiar ese desarrollo? ?Ayuda, remesas, bonos o inversiones?
La ayuda es necesaria para apalancar intercambio t¨¦cnico y cient¨ªfico. Las remesas ingresan divisas, pero a costa de expulsar compatriotas. El financiamiento de corto plazo ofrece liquidez, pero expone a la volatilidad de los mercados financieros. En tiempos de econom¨ªa casino y revoluci¨®n digital, los pa¨ªses que demuestran prudencia para el control del capital golondrina, competencia para la atracci¨®n de inversiones productivas y capacidad para financiar la ciencia, la tecnolog¨ªa y las industrias de producci¨®n local, est¨¢n menos desguarnecidos. John Maynard Keynes tiene una frase bien conocida: ¡°En el largo plazo, estamos todos muertos¡±. Sin embargo, en la misma ¨¦poca escribi¨®: ¡°Posibilidades econ¨®micas para nuestros nietos¡±. ?Es por ah¨ª, John! Hoy, la miop¨ªa puede ser letal.
Bernab¨¦ Malacalza es internacionalista. Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas y T¨¦cnicas (CONICET) y profesor del Doctorado en Desarrollo Econ¨®mico, Universidad Nacional de Quilmes, Argentina.
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