Matthew Herbert, creador de electr¨®nica y pol¨ªtica

En abril de este a?o, el m¨²sico brit¨¢nico Matthew Herbert visit¨® Jap¨®n por primera vez en m¨¢s de una d¨¦cada. Al m¨¢s creativo, politizado e inquieto creador de la escena electr¨®nica europea de los ¨²ltimos 20 a?os una revista local le pregunt¨® qu¨¦ era lo que m¨¢s le interesaba de aquel pa¨ªs en la actualidad. ¡°La alfarer¨ªa Raku¡±, respondi¨®. ¡°Desde que vi una colecci¨®n de estas piezas en el Ermitage de San Petersburgo, he sentido que deb¨ªa aprender m¨¢s sobre ellas y la t¨¦cnica con que se realizan, que data del siglo XV¡±.

La respuesta puede parecer una excentricidad o una boutade. Pero cuando Herbert (Kent, Inglaterra, 1972) afirma que algo le interesa, aunque sea algo tan delicado como la cer¨¢mica y la ceremonia del t¨¦ en Jap¨®n, es muy probable que ese algo termine apareciendo en alguno de sus proyectos musicales haciendo un ruido infernal y denunciando alguna injusticia. Estamos hablando de alguien que en 1998 lanz¨® un disco titulado Around the House en el que casi todos los sonidos eran samplers del ruido que hacen cubiertos, ollas y cazuelas. Tres a?os m¨¢s tarde, en Bodily Functions, har¨ªa lo propio con cabellos, piel e incluso ¨®rganos internos de seres humanos. Logr¨® que aquel disco tuviera distribuci¨®n internacional. Despu¨¦s de todo, estamos hablando de alguien que es tan capaz de hacer giras como DJ por las m¨¢s reputadas salas del planeta haciendo bailar a miles de personas a las cinco de la madrugada como de producir 42 clips para el Festival de Eurovisi¨®n, grabar y editar en formato disco el ciclo vital de un cerdo ¡ªdesde que nace hasta que termina en el plato de un restaurante de lujo¡ª, o capturar escenas en locales de Gap o McDonald¡¯s en protesta por la globalizaci¨®n empresarial, y luego ofrecer esos temas gratis en Internet bajo su alias Radio Boy, uno de la media docena que ha utilizado en su tan larga como peculiar carrera.

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La ¨²ltima gran empresa de Herbert es la Brexit Big Band. El pasado 29 de marzo, fecha en que venc¨ªa el plazo para que el Reino Unido dejara definitivamente la Uni¨®n Europea, lanzaba el primer disco de este proyecto, que se present¨® a lo grande en la clausura del ¨²ltimo S¨®nar, en Barcelona. El asunto combina meditaciones m¨¢s o menos previsibles sobre qu¨¦ significa ser brit¨¢nico hoy y dem¨¢s pensamientos asociados a cualquier momento de crisis (¡°nos salva que nuestra derecha es bastante m¨¢s torpe gestionando la maldad que la estadounidense¡±, ha dicho Herbert como conclusi¨®n positiva que ha sacado sobre el estado de su pa¨ªs en los ¨²ltimos dos a?os), con otros elementos m¨¢s cl¨¢sicamente adheridos al peculiar universo de este artista. A saber, grabaciones del sonido que hace un Ford Fiesta en un desguace, el de un nadador que cruza el canal de la Mancha, un reba?o de ovejas en Gales o un ¨¢rbol en Alemania.

¡°El futuro creo que se halla en m¨²sica hecha utilizando cerdos, ciudades, vasos de agua o muebles. Esa es la verdadera revoluci¨®n. Hoy podemos hacer m¨²sica con pr¨¢cticamente cualquier cosa. Ya no necesitamos instrumentos, son una distracci¨®n. El ¨²nico problema es que los instrumentos siguen sonando de forma alucinante. Eso s¨ª, creo que en 10 a?os nadie acudir¨¢ a los conservatorios¡±, comentaba Herbert algo frustrado por no haber podido crear para la ocasi¨®n una big band que, esencialmente, trabajara con el sonido del viento. Esta idea le lleva rondando la cabeza desde que actuara con un grupo de este formato all¨¢ por 2001 en el Festival de Jazz de Montreux.

A Herbert le interesa m¨¢s el acto de soplar que el sonido que desde el soplido emite, pongamos, una trompeta. Y esta naturaleza algo loca, casi dist¨®pica suya, nunca ha hecho que se le percibiera como un caradura, un diletante o incluso la versi¨®n musical de Marina Abramovic. Incluso cuando condujo un tanque sobre un diorama que recreaba la cena que la chef Nigella Lawson cocin¨® para George Bush y Tony Blair, o cuando pens¨® que ser¨ªa buena idea grabar a 350 personas mordiendo una manzana a la vez.

¡°El futuro est¨¢ en m¨²sica hecha utilizando cerdos, ciudades, vasos de agua o muebles¡±, asegura

Y eso ha sucedido porque Herbert ha logrado que escuchar su obra sea tan interesante como escucharle explicar su obra, algo que no sucede demasiado a menudo en artistas de su condici¨®n. Aunque, siendo realistas, a veces ¡ªcomo en las hojas de prensa que acompa?an las colecciones de los modistas durante las semanas de la moda, en las cuales se informa de que aquella aparentemente inofensiva chaqueta verde es en realidad una denuncia de las condiciones de vida en los suburbios de Lagos¡ª es de agradecer que el Herbert ciudadano arroje luz sobre lo que ha hecho el Herbert artista. ¡°Para hablar sobre el Brexit me gust¨® la idea de utilizar una big band, porque una big band es una met¨¢fora perfecta de c¨®mo se organiza una sociedad¡±, informaba en una de las primeras presentaciones del proyecto. ¡°Aqu¨ª, cada uno de los individuos hace su parte y, cuando se juntan, logran que suceda algo ¨²nico, interesante y, sobre todo, m¨¢s grande. No he cosido los pantalones que llevo, lo ha hecho otra persona, alguien a quien deber¨ªa poder pag¨¢rsele de forma justa por su trabajo. A cambio de los pantalones yo¡­, bueno, le puedo dar un mont¨®n de m¨²sica extra?a¡±.