?Qu¨¦ hace uno de los divulgadores cient¨ªficos m¨¢s conocidos del mundo en un congreso de ufolog¨ªa?
Michio Kaku, f¨ªsico te¨®rico, se code¨® el pasado fin de semana con individuos que aseguran que en Marte existe una civilizaci¨®n inteligente o que los extraterrestres controlan la Tierra
?Qu¨¦ hace un cient¨ªfico de prestigio como Michio Kaku en un congreso sobre ovnis? La pregunta era recurrente entre los que ve¨ªan al conocido divulgador como cabeza de cartel del Ufology World Congress, un evento celebrado en Barcelona este fin de semana en el que abundaban las afirmaciones extraordinarias sin pruebas siquiera mediocres. El boliviano Antonio Portugal, uno de los ponentes, asegura que ha entrado en contacto con extraterrestres que le han pedido que cuente su experiencia. Otro participante en el congreso, Jaime Maussan, tiene un largo historial de anuncios fenomenales refutados o sin verificaci¨®n posible. Este presentador mexicano ha difundido fotograf¨ªas de extraterrestres de veracidad indemostrable o ha publicitado la existencia de un brazalete alien¨ªgena que era capaz de teletransportar a quien lo llevase. Tiempo despu¨¦s, Daniel Mu?oz, un colaborador suyo que tambi¨¦n asisti¨® como ponente al congreso de Barcelona, reconoci¨® en una grabaci¨®n con c¨¢mara oculta que el artefacto era un fraude.
Las explicaciones de la presencia del cient¨ªfico estadounidense en el congreso pueden ser varias. En primer lugar, es un trabajo bien pagado. Sus honorarios alcanzan las decenas de miles de euros. Y despu¨¦s, Kaku nunca se ha sentido inc¨®modo jugando en los l¨ªmites entre la ciencia y la fantas¨ªa. En una entrevista que concede durante el congreso a EL PA?S y a la que llega m¨¢s de hora y media tarde, como una aut¨¦ntica estrella del rock, insiste en que es ¡°un f¨ªsico¡± y como cient¨ªfico siempre busca que las afirmaciones sean ¡°comprobables, reproducibles y refutables¡±. En realidad, la mayor parte de su fama como divulgador se construye sobre especulaciones que no cumplen ninguna de estas condiciones. En libros como El futuro de la humanidad, El futuro de nuestra mente o F¨ªsica de lo imposible hace predicciones que solo se podr¨¢n contrastar cuando Kaku e incluso muchos de sus lectores m¨¢s j¨®venes est¨¦n ya muertos. Algunos pueden decir que tambi¨¦n la teor¨ªa de cuerdas, un intento de unificar las teor¨ªas f¨ªsicas que explican el mundo y de la que Kaku es referente, tampoco cumple esas condiciones. Como sucede con otras de sus predicciones, es improbable que se puedan testar en un futuro cercano.
Kaku asegura que decidi¨® asistir a este congreso porque, as¨ª como antes los creyentes en los ovnis eran quienes ten¨ªan que mostrar pruebas s¨®lidas de que sus avistamientos eran en realidad naves extraterrestres, ahora "la carga de la prueba recae en los Gobiernos, que tienen que demostrar que las im¨¢genes no son ciertas". ¡°Tenemos fotograf¨ªas de gran calidad en las que podemos medir la velocidad de esos objetos. Viajan a entre 5 y 20 veces la velocidad del sonido, mucho m¨¢s r¨¢pido de los aviones que conocemos. Y adem¨¢s zigzaguean de tal manera que, a esa velocidad, si tuviesen un piloto, quedar¨ªa machacado por la fuerza centr¨ªfuga. As¨ª que b¨¢sicamente sabemos que son objetos mec¨¢nicos¡±, apunta. Kaku no deja claro c¨®mo salta de ese argumento a la explicaci¨®n alien¨ªgena. De hecho, ¨¦l mismo ofrece una tesis m¨¢s f¨¢cil de creer, se?alando proyectos de drones hipers¨®nicos de Rusia y China que podr¨ªan coincidir con las observaciones que menciona.
M¨¢s adelante, se muestra abierto a la posibilidad de que existan civilizaciones extraterrestres recordando los millones de planetas habitables que deben de existir en el cosmos. ¡°Asumir que somos la ¨²nica civilizaci¨®n es probablemente incorrecto¡±, afirma apoyado en esos datos. Pero el f¨ªsico estadounidense parece rehuir la cuesti¨®n de que en el congreso que encabeza no se plantea solo la posibilidad de que haya otros seres inteligentes en el universo. Muchos representantes destacados de la ciencia oficial aceptan esta posibilidad, pero una de las premisas de este encuentro es que existen verdades escalofriantes que los poderosos nos ocultan. Un conferenciante, Roberto Pinotti, sugiere que vivimos en una especie de reserva india bajo un acuerdo entre los gobiernos de la Tierra y los extraterrestres que llama El gran juego. Poco a poco, los l¨ªderes de esa conspiraci¨®n nos quieren acostumbrar a la idea del contacto alien¨ªgena para que lo aceptemos sin montar una revoluci¨®n. Otro asistente al congreso de Barcelona, Alfred Webre, un referente de la ufolog¨ªa mundial, asegura que en Marte existe una civilizaci¨®n que habita en el subsuelo porque la superficie es demasiado peligrosa. El motivo, seg¨²n explica en este v¨ªdeo, ser¨ªa que, como Marte no recibi¨® el impacto de un asteroide que acabase con los dinosaurios, como sucedi¨® en la Tierra, el planeta est¨¢ repleto de peligrosos depredadores. Seg¨²n Webre, esto no ha impedido que EE UU haya montado una base marciana secreta a la que, desde los a?os setenta, lleva a sus agentes a trav¨¦s de un mecanismo de teletransporte.
Preguntas existenciales
La pregunta fundamental del congreso, y la que puede explicar el atractivo de ideas tan disparatadas, quiz¨¢ no sea qu¨¦ hac¨ªa Kaku en esa reuni¨®n sino ?qu¨¦ hacemos nosotros aqu¨ª? La ciencia de los ¨²ltimos dos siglos ha alcanzado logros que parecen incre¨ªbles en la comprensi¨®n del mundo f¨ªsico o de la qu¨ªmica, pero no ha acabado con la angustia que produce la muerte o la falta de sentido vital ni ha zanjado las cuestiones fundamentales sobre nuestro origen. Carmen Domenech, una de las colaboradoras en la organizaci¨®n del encuentro, recordaba c¨®mo se introdujo en el mundo de la ufolog¨ªa cuando su hermana se mor¨ªa de c¨¢ncer. En su aflicci¨®n, rezaba por ella, y un d¨ªa sinti¨® una llamada para que saliese al balc¨®n de su casa. All¨ª vio una luz deslumbrante que la empuj¨® a investigar durante el resto de su vida el fen¨®meno ovni. Su hermana se salv¨®.
Kaku asegura que decidi¨® asistir a este congreso porque, as¨ª como antes los creyentes en los ovnis eran quienes ten¨ªan que mostrar pruebas s¨®lidas de que sus avistamientos eran en realidad naves extraterrestres, ahora "la carga de la prueba recae en los Gobiernos, que tienen que demostrar que las im¨¢genes no son ciertas"
Josep Guijarro, en un discurso a medio camino entre el creacionismo, la arqueolog¨ªa y la ciencia ficci¨®n, hablaba en la presentaci¨®n del evento sobre una necesaria injerencia exterior que permiti¨® la aparici¨®n de humanos con capacidad de crear civilizaciones. Dudando de la posibilidad de que la evoluci¨®n haya podido dar lugar a nuestra especie, afirm¨® que en alg¨²n momento del pasado alguien manipul¨® la evoluci¨®n humana para convertir a unos simios de peque?o cerebro en seres con la inteligencia suficiente para inventar la f¨ªsica cu¨¢ntica o montar congresos mundiales de ufolog¨ªa. Las explicaciones cient¨ªficas, con su necesidad de pruebas m¨¢s all¨¢ del dato circunstancial, son insuficientes para las imaginaciones m¨¢s ¨¢vidas.
Kaku acab¨® pidiendo a aquellos que afirman haber sido abducidos que la pr¨®xima vez que vivan una experiencia as¨ª roben algo a los alien¨ªgenas para mostrarlo a los esc¨¦pticos y que puedan creerles. Escuchando a algunos de los asistentes al congreso se percib¨ªa que el relato paranormal les resulta demasiado atractivo para demandar pruebas fiables de que adem¨¢s de excitante es verdadero. Esa puede ser la principal ense?anza de un congreso de ufolog¨ªa para alguien con inclinaciones cient¨ªficas. Es un laboratorio extremo donde observar c¨®mo ciegan los sesgos. Despu¨¦s de re¨ªrse de los ajenos, uno puede cuestionar la calidad de las pruebas que necesita para sustentar sus propias creencias.
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