El futuro es privado
Libra, la nueva moneda de Facebook, ha hecho saltar las alarmas en el mundo ?pol¨ªtico y en el financiero
?Lo es? Al menos es el mantra que lanz¨® a finales de abril Mark Zuckerberg, el fundador y presidente de Facebook en la conferencia F8 de desarrolladores de su empresa. Puede que tenga parte de raz¨®n. El futuro es m¨¢s privado que antes, incluida una nueva moneda privada, Libra, cuyo proyecto anunci¨® en junio. Pero lo que Zuckerberg entiende por privado se aleja de lo que solemos entender por ese t¨¦rmino.
Ya en 2017 afirm¨® en una larga declaraci¨®n que Facebook aspiraba a ¡°construir la infraestructura social para una comunidad global¡±, o varias, que uniera el mundo. Frente al objetivo inicial de conectarnos con la familia y los amigos, y luego convertirse la red social en ¡°una fuente de noticias y discurso p¨²blico¡± (sesgada para cada cual), esa misi¨®n ten¨ªa un alcance mucho mayor. Ahora, sin haber abandonado ese objetivo de comunidad global, se centra en lo privado. Con un alcance a¨²n mayor.
¡°Con el tiempo, creo que una plataforma social privada ser¨¢ a¨²n m¨¢s importante para nuestras vidas que nuestras plazas p¨²blicas digitales. As¨ª que hoy¡±, se?al¨®, ¡°vamos a empezar a hablar sobre c¨®mo podr¨ªa ser esto como producto (¡) y c¨®mo necesitamos cambiar la forma en que manejamos esta empresa para construirlo¡±. Entre los principios fundamentales para Libra que Zucker?berg planteaba destacaba el de que fueran ¡°interacciones privadas¡± y la ¡°interoperabilidad¡±.
?Interacciones privadas? ?Es privacidad? No como la entendemos. La empresa con m¨¢s de 2.000 millones (incluido WhatsApp e Instagram) de usuarios en el mundo y un valor burs¨¢til de 550.000 millones de d¨®lares (500.000 millones de euros) tuvo que explicarse ante los legisladores de EE UU y de Europa que ven algunos elementos de su proceder como posible amenaza a la democracia. Pese a ello, los esc¨¢ndalos no parecen haber mermado su atractivo para los usuarios. Y seguir¨¢ recogiendo todos nuestros datos, nuestras vidas digitales y anal¨®gicas, y sus algoritmos trazando nuestros perfiles, y adelant¨¢ndose a nuestros deseos y voluntades para monetizarlos con publicidad. En cuanto a la ¡°interoperabilidad¡±, Zuckerberg lo entiende de una manera restringida a la galaxia Facebook: ¡°Debes ser capaz de utilizar cualquiera de nuestras aplicaciones para llegar a tus amigos.¡±
Esos 2.000 millones de usuarios largos es lo que ha llevado a Facebook a embarcarse, junto a otras 27 empresas, en el proyecto de la moneda digital Libra. Sabe que en el mundo hay a¨²n m¨¢s habitantes que no est¨¢n conectados a ninguna red financiera, que no est¨¢n bancarizados, y que con un tel¨¦fono inteligente podr¨ªan engancharse a Internet, a Facebook ¡ªque se reforzar¨¢ (ese es el gran objetivo)¡ª, y de ah¨ª, a trav¨¦s de un monedero digital, a Libra. Una operaci¨®n masiva de inclusi¨®n financiera. Las campanas de alarma han empezado a sonar en el mundo pol¨ªtico ¡ªhasta Trump se ha sobresaltado¡ª y en el financiero, que puede perder su papel de intermediaci¨®n.
Es posible que esta Libra no llegue a generar la suficiente confianza, por problemas de protecci¨®n del consumidor, de inestabilidad financiera con riesgos sist¨¦micos o de lavado de dinero, y que se la regule de tal modo que se la asfixie. Pero Facebook y sus socios pueden conseguir, al menos, un medio masivo de pago con el que ser¨ªa dif¨ªcil de competir. De ah¨ª la presencia de Visa en el consorcio.
El r¨¦gimen chino lo ha entendido y ha anunciado que est¨¢ estudiando la creaci¨®n r¨¢pida de una moneda digital similar a Libra, aunque faltan los detalles. Ve c¨®mo sus ciudadanos pagan ya masivamente a trav¨¦s de sus m¨®viles con WeChat o AliPay ¡ªprivados, aunque bajo el ojo del Partido¡ª y quiere controlarlo. China puede convertirse en el primer pa¨ªs que emita una moneda digital p¨²blica. Est¨¢ claro que para Pek¨ªn el futuro no es privado. Pero es algo a lo que no renuncia tampoco el sentido liberal occidental de un Estado (o grupo de Estados), que ha de estar, con su derecho, detr¨¢s de la creaci¨®n de todo dinero ¡ªno ya moneda¡ª de importancia, como insiste el economista pol¨ªtico Miguel Otero. Pero, cuidado, pues si los ciudadanos pierden confianza en sus Estados, en sus instituciones, abrir¨¢n la espita al triunfo de la tesis de Zuckerberg. ?Me gusta?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.