Los titanes hicieron historia

Estados Unidos parece haberse puesto en marcha, siguiendo la estela de Europa, para controlar la influencia oligop¨®lica de las gigantescas empresas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n (esencialmente, aunque no solo, las llamadas GAFA: Google, Amazon, Facebook y Apple), aut¨¦nticas m¨¢quinas de poder econ¨®mico por encima de muchos Estados del planeta y, desde luego, por encima de la supremac¨ªa del consumidor que era el principio motivador del capitalismo cl¨¢sico. Hay una diferencia: en la Uni¨®n Europea (UE) hay abiertas dos v¨ªas de confrontaci¨®n, para que esas empresas paguen los impuestos que les corresponden en el lugar en que operan y contra la pr¨¢cticas restrictivas de la competencia; en EE UU, las investigaciones se dirigen a su acci¨®n como monopolios.

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La batalla con los monopolios tiene mucha historia en EE UU desde finales del siglo XIX y principios del XX. Las leyes antitrust (la ley Sherman de 1890, mejorada por la ley Clayton, etc¨¦tera) sirvieron para controlar las ansias monopol¨ªsticas en sectores como los ferrocarriles, el petr¨®leo y, m¨¢s adelante, en la inform¨¢tica (investigaci¨®n a IBM) o en telecomunicaciones (la American Telephone & Telegraph, ATT, fue dividida en peque?as compa?¨ªas). El caso m¨¢s paradigm¨¢tico es el de Standard Oil, fundada por John D. Rockefeller, que lleg¨® a abarcar todos los aspectos del negocio del petr¨®leo (producci¨®n, transporte, refino, venta final). El Tribunal Supremo determin¨® (a principios del siglo XX) que su estructura y desempe?o se ajustaban al concepto de monopolio, y Standard Oil fue desmembrada en 34 empresas independientes. As¨ª nacieron las famosas ¡°siete hermanas¡± que controlaron el negocio del petr¨®leo hasta que el nacimiento de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) en la d¨¦cada de los sesenta limit¨® mucho su dominio.

En los ¨²ltimos a?os, la UE se ha movido en relaci¨®n con el papel de dominio de las tecnol¨®gicas. Algunas de las m¨¢s importantes multas que ha impuesto han sido a estas empresas: Google (sanciones por m¨¢s de 8.000 millones de euros), Microsoft (m¨¢s de 2.200 millones)¡­ En EE UU est¨¢n abiertas al menos cuatro investigaciones paralelas: del Departamento de Justicia; del Comit¨¦ de Justicia del Congreso (C¨¢mara de Representantes y Senado); de la Federal Trade Commission (FTC), que vela por la protecci¨®n del consumidor; y la m¨¢s espectacular por su puesta en escena (conferencia de prensa multitudinaria), la de los fiscales de todos los Estados (excepto California y Alabama), que presentaron los primeros resultados de su macroinvestigaci¨®n sobre las pr¨¢cticas abusivas de las GAFA (directamente o a trav¨¦s de otras marcas como Instagram, WhatsApp, con dominio absoluto de la publicidad digital, control casi total de las redes sociales, etc¨¦tera). Tambi¨¦n en EE UU han emergido algunos c¨ªrculos ciudadanos resistentes como el Movimiento Brandeis, que toma el nombre de Louis Brandeis, m¨ªtico miembro del Tribunal Supremo que fue el arquitecto de la regulaci¨®n de los monopolios que defendi¨® que cuando una empresa se hac¨ªa muy grande restring¨ªa la competencia, retrasaba la innovaci¨®n y, en definitiva, aumentaba la ineficacia de la econom¨ªa.

Un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha concretado el aumento del volumen y del poder de las GAFA. En la ¨²ltima d¨¦cada, seis compa?¨ªas (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft y Alibaba) han multiplicado sus esfuerzos para ganar tama?o comprando empresas de la competencia: se generaron 24 fusiones y adquisiciones por valor de m¨¢s de 100.000 millones de euros. Desde hace un tiempo se observa c¨®mo las GAFA ampl¨ªan m¨¢s y m¨¢s su ¨¢mbito de actuaci¨®n a sectores como el de los videojuegos, pel¨ªculas, series, la log¨ªstica o la banca online. La subgobernadora del Banco de Espa?a, Margarita Delgado, acaba de pedir barreras internacionales y regulaciones para la entrada de Google, Amazon y Facebook en el sector financiero por los ¡°riesgos sist¨¦micos¡± que implica. Estas se defienden ante la posibilidad (bastante incierta) de ser divididas, diciendo que el mundo quedar¨ªa al albur de las tecnol¨®gicas chinas, como se est¨¢ viendo en el caso de Huawei y la tecnolog¨ªa del 5G.