Ir a por un pasaporte y acabar tomando caf¨¦ con la poli en Ir¨²n
Jean Koulio, que sali¨® de su pa¨ªs con lo puesto, obtiene empleo, se independiza, funda una asociaci¨®n... Quinta entrega de un relato migratorio de Conakri a Madrid
Jean Koulio, el joven guineano que sali¨® de su pa¨ªs y entr¨® en Espa?a de manera irregular tras muchas penurias, cuenta en este episodio de su relato migratorio c¨®mo poco a poco se fue arraigando en Madrid. Gracias a varios talleres de formaci¨®n profesional consigue empleo, dinero y, con ello, dejar de vivir en un centro de refugiados para independizarse. Mientras espera un permiso de residencia para poder firmar su contrato laboral, funda una asociaci¨®n para guineanos en dificultades administrativas.
Del cap¨ªtulo anterior: Fernando me pidi¨® que le contara mi historia, c¨®mo hab¨ªa venido a Espa?a. Le expliqu¨¦ y se qued¨® mir¨¢ndome al terminar, y entonces me pregunt¨®: ¡°?En Europa tienes familia?¡±. Le dije que nadie. Que yo estaba solo y la ¨²nica familia que ten¨ªa, de momento, era Dios, que me ayuda. ¡°Vale, pues a partir de ahora nosotros somos tu familia¡±; me dijo Fernando.
- P. ?Te emocionaste un poco?
- R. Es dif¨ªcil que me emocione, pero di las gracias a Fer [responsable de Juventud de la ONG Cesal] y luego me invit¨® a comer. ?l no conoc¨ªa mi fe, pensaba que soy musulm¨¢n. Por eso cuando fuimos a un restaurante cercano ¨¦l me pregunt¨® si quer¨ªa pedir pollo o algo as¨ª. Pero yo le pregunt¨¦ al cocinero si ten¨ªan bocadillos de jam¨®n o lomo, y Fernando me pregunt¨®: ¡°?T¨² comes jam¨®n?¡± A lo que yo respond¨ª: ¡°S¨ª. Me llamo Jean, no vas a llamar Jean a un musulm¨¢n¡±. La mayor¨ªa de la gente piensa que casi todos los africanos somos musulmanes. Antes de ese d¨ªa yo no me interesaba mucho por Fer; yo iba a clase y se le encontraba le daba muy serio los buenos d¨ªas, pero desde entonces ya hablamos m¨¢s.
Un d¨ªa me dijeron en el centro de CEAR [Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado] que pronto tendr¨ªa que dejar de vivir all¨ª porque el periodo de seis meses de acogida estaba finalizando y que iba a comenzar una segunda fase del proceso de asilo, que es con permiso de trabajo y un poco de dinero para poder pagarte casa y comida. Y ten¨ªa que buscarme un piso. "?Una casa? ?Y en qu¨¦ parte?", pens¨¦. Hab¨ªa un chico en CEAR, Pablo, que me dijo: ¡°Si quieres, vente ma?ana por la tarde conmigo y buscamos¡±. Al d¨ªa siguiente conseguimos dar con un apartamento en Canillas y llamamos a la due?a. Era un mi¨¦rcoles y la se?ora me dijo que al d¨ªa siguiente ella se ir¨ªa a trabajar y estar¨ªa de regreso sobre las seis de la tarde. ¡°Si puedes estar aqu¨ª a las seis y media te ense?o el piso y si est¨¢s de acuerdo, firmamos¡±. Y yo le promet¨ª estar.
Al d¨ªa siguiente, jueves, fui a clase y llegu¨¦ sobre las tres a casa. Com¨ª y ten¨ªa que salir sobre las cuatro de Getafe porque Canillas queda s¨²per lejos, y me dec¨ªa que ten¨ªa que marcharme pronto para llegar antes de las seis y media. Me fui a mi cuarto mientras para hacer 15 minutos de descansado (r¨ªe). ?Esos 15 minutos se convirtieron en dos horas! (muchas risas).
- P. ??Te dormiste?!
- R. De tres y media a cinco y media de la tarde. Me despert¨¦ y mir¨¦ la hora: eran las 17:40. En llegar al centro de Getafe me iban a dar las seis de la tarde, de ah¨ª a Canillas es una hora... As¨ª que cuando llegu¨¦ a la parada de Metro de Conservatorio vi que no pod¨ªa y que ten¨ªa que decir la verdad a la se?ora: que no iba a ir. Ten¨ªa que buscar un motivo...
- P. Uno que no fuera que te hab¨ªas dormido...
- R. (Risas) La llam¨¦: ¡°Hola, se?ora, ?qu¨¦ tal?¡±. Ella me pregunt¨® si estaba por all¨ª. ¡°No, es que finalmente me ha llamado el m¨¦dico, que ten¨ªa una prueba, que patat¨ªn, que patat¨¢n... Acabamos de terminar y no s¨¦ si puedo ir o no¡±. La se?ora me dijo que ya se iba a hacer demasiado tarde, que lo dej¨¢bamos para el lunes siguiente. El viernes anterior me volvi¨® a llamar para decirme: ¡°Jean, la casa est¨¢ ya alquilada por un chico que ha venido antes que t¨²¡±. Y le respond¨ª que no pasaba nada. ?Para qu¨¦ calentarme la cabeza por una casa?
Estoy esperando una cita en Extranjer¨ªa, que casi no hay. Abren las solicitudes cinco minutos cada 24 horas
Yo hab¨ªa dicho a mis compa?eros de clase que si sab¨ªan de alg¨²n piso me avisaran, y mi profesor, Adolfo, se fue a hablar con Fernando para cont¨¢rselo. Ese viernes me llam¨®: ¡°Oye, Jean, me ha dicho Adolfo que ya vas a salir del centro¡±. Y le digo: ¡°S¨ª, ya estoy buscando una casa para vivir¡±. Y ¨¦l: ¡°Pero, ?has encontrado ya una o a¨²n no?¡±. Le expliqu¨¦ lo que me hab¨ªa ocurrido con la se?ora y que me hab¨ªa dicho que hab¨ªa otro chico, pero que yo sab¨ªa que no quer¨ªa alquilarme porque soy africano y la mayor¨ªa no quiere dar su casa a chicos morenos.
- P. ?Por qu¨¦ te dio esa impresi¨®n?
- R. Porque, si hab¨ªa ya otro chico antes que yo, ?para qu¨¦ me dio una cita para ver la casa? Entonces Fer me dijo: ¡°Nosotros tenemos casa y te podemos meter. El lunes hablamos¡±. Los lunes ten¨ªamos curso de habilidades sociales. Lo llamamos piscolabis y tiene una parte psicol¨®gica. Ven¨ªan dos se?ores: Javi y un compa?ero abogado, y nos explicaban qu¨¦ cosas ten¨ªamos y no ten¨ªamos que hacer, c¨®mo comportarnos... Ese lunes, Fernando me dijo: ¡°Si quieres, ma?ana vamos a la casa y te la ense?amos¡±. Ese martes la vi y estaba bien. Le pregunt¨¦ cu¨¢nto era el alquiler y me dijo: nada. ¡°?C¨®mo que nada?¡±, insist¨ª. ¡°Lo veremos, hablaremos con tu asistente social¡±, me respondi¨®. Cuando dije en el centro que hab¨ªa conseguido una casa, Itziar [la asistente social] llam¨®, porque siempre tienen que confirmarlo. Y ya est¨¢.
- P. ?D¨®nde est¨¢?
- R. En Quevedo, en todo el centro de Madrid, en la zona de Moncloa. Fui all¨ª cuando termin¨® mi tiempo en CEAR. A partir de entonces entr¨¦ en el programa de Cesal mientras hac¨ªa al mismo tiempo su curso de reparaci¨®n de m¨®viles, que fueron cinco meses de clase y dos de pr¨¢cticas.
- P. ?Con cu¨¢nta gente estabas en el piso?
- R. En ese momento ¨¦ramos dos: Hamza y yo. Nos quedamos juntos y solos hasta que Cesal empez¨® a traer m¨¢s chicos; unos ven¨ªan y se quedaban, pero otros no aguantaban las normas y se iban...
- P. ?Qu¨¦ normas?
- R. Es un piso compartido y hab¨ªa normas de convivencia: horarios de entrada, no molestar al compa?ero, no llevar a gente que no vive en la casa...
- P. ?Sigues viviendo all¨ª?
- R. No, ya no. ?La vida cambia! Viv¨ª all¨¢ dos a?os con el mismo compa?ero, Hamza. ?l y yo fuimos los primeros del programa de emancipaci¨®n. Ahora vivo con Thomas, de Burkina, y soy el coordinador del piso, es decir, el responsable. El que organiza la casa, el que limpia m¨¢s...
- P. ?T¨² eres responsable de que todo est¨¦ bien?
- R. Claro.
- P. ?Y Thomas se comporta bien?
- R. Muy bien.
- P. ?Es mayor que t¨²?
- R. De la misma generaci¨®n.
- P. ?Tu trabajo como responsable de piso es vigilar?
- R. ?No! Yo no vigilo a nadie, ya somos mayores y responsables, yo no puedo gritar a una persona de mi misma generaci¨®n. Para m¨ª ser¨ªa una falta de respeto
- P. ?Qu¨¦ pas¨® despu¨¦s de ir a vivir con Hamza?
- R. Me independic¨¦. Viv¨ª en el piso de Cesal hasta febrero de 2018, y a partir de ah¨ª empec¨¦ a hacer pr¨¢cticas de jardiner¨ªa. Acababa de terminar el curso de formaci¨®n.
- P. ?Pero no hab¨ªas hecho uno de reparaci¨®n de m¨®viles?
- R. S¨ª, pero despu¨¦s hice el de jardiner¨ªa porque conseguir un trabajo de mec¨¢nico de telefon¨ªa es dif¨ªcil, as¨ª que me volv¨ª a inscribir en otra cosa con Cesal.
- P. ?Elegiste jardiner¨ªa porque te gustaba o porque ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil encontrar trabajo?
- R. Por eso. Yo ten¨ªa la certeza de que al terminar esto me iban a mandar a alguna empresa para trabajar. Fui al curso nueve meses y entonces me mandaron a hacer pr¨¢cticas. Ya las he terminado, pero justo se jubilaba el se?or que hac¨ªa el mantenimiento. Y decidieron: ¡°Pues Jean se queda¡±.
- P. O sea, que ahora vas a ser como Paco, el primer encargado de mantenimiento que te ense?¨®.
- R. ?S¨ª! Ser¨¦ como un Paco all¨ª. Como durante las pr¨¢cticas ten¨ªa que hacer cada ma?ana 22 kil¨®metros desde mi casa, un d¨ªa le dije a Fer que quer¨ªa irme a vivir por mi cuenta. Tambi¨¦n quer¨ªa tener mi casa para invitar a quien yo quisiera. Fer dec¨ªa: ¡°No, no quiero que te vayas¡±, y yo le contest¨¦: ¡°Tengo que irme porque si me quedo, y cada vez que viene un amigo como Hamza y otra persona del piso se queja, podemos acabar discutiendo. Para evitar problemas, mejor me cojo la libertad¡±.
- P. Mudarte implicaba pagar un alquiler...
- R. S¨ª, en ese momento Fer me dijo: ¡°Vale, b¨²scate una habitaci¨®n¡±. Llam¨¦ a algunos amigos y supe que hab¨ªa una habitaci¨®n por 220 euros. Acept¨¦. El casero no quer¨ªa justificante porque pensaba que le pagar¨ªa un asistente social, y le dije que no, que yo era quien iba a pagar. Fui a ver la casa y al d¨ªa siguiente mis amigos me dijeron que me ayudar¨ªan a llevar mis cosas. Llam¨¦ a Fer y le cont¨¦ que ya ten¨ªa una habitaci¨®n y que al d¨ªa siguiente de madrugada me iba, pero sin salir del programa de la ONG Cesal, solamente iba a salir de la casa. Tambi¨¦n le coment¨¦ que pensara que ahora ten¨ªa muchos chicos en la calle a los que quer¨ªa ayudar, y que los que tenemos recursos para vivir podemos liberar la casa para que los otros entren.
- P. ?Cu¨¢nto dur¨® la independencia?
- R. Me fui de febrero hasta septiembre pasado porque un d¨ªa me llam¨® Fer y me dijo: ¡°Jean, tenemos noticias para ti¡±. Yo pens¨¦ que iba a encontrar mi permiso de residencia encima de la mesa (r¨ªe). Cuando fui al centro de Tetu¨¢n para hablar con ¨¦l me explic¨®: ¡°Tenemos una casa en Villaverde, en Atocha, y otra m¨¢s en Quevedo, donde estabas al principio. Puedes elegir d¨®nde te quieres quedar¡±.
- P. Pero t¨² quer¨ªas tu libertad, ?no?
- R. Ya, pero en ese momento ya voy como responsable de la casa. Ahora estoy viviendo como ayudante, pero ellos me ayudan en todo tambi¨¦n, y no es como antes que ten¨ªa que asistir a todas las actividades y hacer de todo... Ahora tambi¨¦n lo hago, pero no es una obligaci¨®n.
- P. Es decir, que ahora ellos te ayudan dej¨¢ndote sitio para vivir y t¨² ayudas cuidando de la casa y te sale m¨¢s econ¨®mico.
- R. Claro, es m¨¢s barato y me pasa a veces que si no tengo dinero para pagar, lo explico y lo entienden. No pasa nada.
- P. ?Cu¨¢nto pagas de alquiler?
- R. 200 euros. Qu¨¦ regalo, ?no? Y vivo en una casa s¨²per chula.
- P. Por otra parte, ?ahora sigues trabajando en el mantenimiento?
- R. El sitio donde hice las pr¨¢cticas me ha hecho una oferta de trabajo: es un contrato que voy a firmar, pero por ahora es una oferta. Hay una diferencia. Para hacerte el contrato tienes que poseer el permiso de residencia, pero la oferta te ayuda a conseguir la residencia.
- P. Con esa oferta pides la residencia, ?verdad?
- R. Eso. Cuando me den la residencia, firmar¨¦ el contrato y podr¨¦ trabajar.
- P. ?Cu¨¢ndo vas a firmar?
- R. Ahora estoy esperando una cita en Extranjer¨ªa, que casi no hay. Abren las solicitudes cinco minutos cada 24 horas. Cada 10 minutos tienes que estar actualizando con el m¨®vil.
Los guineanos sufren? para conseguir un pasaporte o cualquier documentaci¨®n. As¨ª que cre¨¦ un movimiento para defender nuestra causa
- P. ?Cu¨¢nto llevas esperando la cita?
- R. Hace dos semanas que no me duermo hasta las tres de la madrugada. Por eso voy en el Metro durmi¨¦ndome. Y los domingos tengo reuniones con mi asociaci¨®n.
- P. ?Qu¨¦ asociaci¨®n?
- R. Tengo una asociaci¨®n de chicos guineanos, ya vamos a cumplir dos a?os el 4 de agosto. Se llama Guinea Adelante. Cuando empezamos, ¨¦ramos 26 miembros, pero (risas) hubo divisiones, diferencias¡ Y ahora somos 11.
- P. ?D¨®nde os reun¨ªs?
- R. En la casa del vicepresidente. Solo somos chicos.
- P. ?Y por qu¨¦ la fundaste?
- R. Despu¨¦s de que me pasaran muchas cosas. ?Sabes? En 2017 sal¨ª de aqu¨ª y fui a Francia para ver si me pod¨ªa hacer un pasaporte en la Embajada de Guinea. Pero me par¨® la polic¨ªa en la frontera de los Pirineos. Iba yo solo. Fer y Pablo lo sab¨ªan y me ayudaron econ¨®micamente, pero ten¨ªa miedo de encontrarme alg¨²n problema. Al final tuve que volverme sin pasaporte, ni dinero, ni nada.
- P. ?Te cogi¨® la polic¨ªa en la frontera? ?No llegaste a Par¨ªs?
- R. No llegu¨¦ a Par¨ªs. En Burdeos me par¨® la polic¨ªa cuando viajaba en de un autob¨²s. All¨ª la poli hasta se sube a los autobuses. Me devolvieron a la frontera, a Ir¨²n.
- P. ?Te llevaron ellos?
- R. S¨ª, en un coche de polic¨ªa. Te llevan y te entregan a la poli espa?ola.
- P. ?Y te quedaste sin dinero?
- R. Ten¨ªa dinero, pero ya lo hab¨ªa gastado en transporte. Cuando me dejaron en Ir¨²n como con la polic¨ªa espa?ola vieron que yo hablaba un poquito de espa?ol y me dijeron: ¡°T¨² que llevas tres a?os en Espa?a, ?qu¨¦ ibas a hacer a Francia?¡±. Les expliqu¨¦ el motivo y un agente me compr¨® un vaso de caf¨¦ aquella noche y lo tom¨¦ con ellos. Luego al d¨ªa siguiente volv¨ª a Madrid. A partir de ese viaje vi c¨®mo sufren los chicos guineanos para conseguir un pasaporte o cualquier documentaci¨®n. As¨ª que pens¨¦ que por qu¨¦ no crear un movimiento que nos permita defender nuestra causa en Espa?a. No hemos tramitado a¨²n los documentos, pero s¨ª tenemos la idea.
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