?Un Cristo amaz¨®nico... y mujer?
Por qu¨¦ un encuentro de cat¨®licos asusta a Bolsonaro, a los generales y a los destructores de la selva
Dicen que Dios tiene sentido del humor. Para algunos, un sentido del humor bastante extra?o. Quiz¨¢s eso explique por qu¨¦ en un mundo poblado de d¨¦spotas de derecha ¡ªDonald Trump, Jair Bolsonaro, Viktor Orb¨¢n, Recep Erdogan, Rodrigo Duterte, etc.¡ª y de izquierda ¡ªDaniel Ortega y Nicol¨¢s Maduro¡ª, el que despunta como el m¨¢s importante defensor de la democracia, la igualdad y la diversidad es justamente el representante de una instituci¨®n paquid¨¦rmica y con un pasado bastante tenebroso. El papa Francisco es puro aliento para quien presencia c¨®mo el autoritarismo se propaga por el mundo. En especial cuando hace un discurso como el de la apertura del S¨ªnodo de la Amazonia, el domingo 6 de octubre: ¡°Dios nos guarde de la avidez de los nuevos colonialismos. El fuego prendido por los intereses que destruyen, como el que recientemente ha devastado la Amazonia, no es el del Evangelio. El fuego de Dios [...] se alimenta con el compartir, no con los beneficios. El fuego devorador se propaga cuando se quiere hacer prevalecer solo las propias ideas, formar el propio grupo, quemar lo diferente para homogeneizarlo todo y a todos¡±. El recado es claro como el agua bendita. Tambi¨¦n expresa el anhelo de que el S¨ªnodo de la Amazonia sea ¡°hist¨®rico¡± y se?ale un cambio de posicionamiento de la Iglesia Cat¨®lica, lo cual asusta desde a obispos y fieles ultraconservadores hasta al antipresidente Jair Bolsonaro, sus generales, los ladrones de tierras p¨²blicas y los explotadores de la Amazonia.
Hac¨ªa mucho tiempo que una reuni¨®n de la Iglesia Cat¨®lica no recib¨ªa tanta atenci¨®n. Tanta, que hasta en el interior del estado de Mato Grosso del Sur, en Brasil, aparecieron vallas publicitarias: ¡°Por Iglesias Sin Partido: No al S¨ªnodo de la Amazonia¡±, parodiando el proyecto ideol¨®gico ¡°Escuela Sin Partido¡±, que pretende censurar contenidos y profesores en las escuelas. Bolsonaro y sus generales contribuyeron bastante a aumentar las expectativas referentes al S¨ªnodo, al considerar que el encuentro era una amenaza a la soberan¨ªa nacional, admitir que la Agencia Brasile?a de Inteligencia est¨¢ controlando la reuni¨®n y hacer pasar verg¨¹enza a la diplomacia brasile?a, que pidi¨® al Gobierno que participara y obtuvo un ¡°no¡± como respuesta.
El S¨ªnodo de la Amazonia se ide¨® cuando la idea de que Bolsonaro podr¨ªa ser presidente de Brasil era solo un chiste malo. Su concepci¨®n surgi¨® tanto del conocimiento que tiene el papa Francisco sobre el papel que ejerce la mayor selva tropical del mundo en la emergencia clim¨¢tica como de la percepci¨®n que tienen los obispos de la regi¨®n de la destrucci¨®n acelerada del bioma y sus pueblos. En Brasil, la devastaci¨®n y las pol¨ªticas contra los pueblos de la selva ya hab¨ªan avanzado durante los gobiernos de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y se hab¨ªan acelerado en el de Michel Temer, del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (MDB). Con Bolsonaro, han alcanzado niveles de tragedia. El aumento de las alertas de deforestaci¨®n y de incendios en 2019 pusieron al mundo en estado de alarma, se gener¨® una crisis internacional y se dio un significado todav¨ªa mayor al S¨ªnodo.
Por obra y gracia del Papa, la Amazonia permanecer¨¢ en los noticiarios por lo menos hasta el 27 de octubre, cuando el encuentro que re¨²ne a 185 obispos ¡ª57 de ellos brasile?os¡ª, especialistas e invitados se termine con un documento que guiar¨¢ y ser¨¢ el pilar de la actuaci¨®n de la Iglesia Cat¨®lica en la regi¨®n. Aunque la Amazonia se extienda por nueve pa¨ªses, Brasil es el que alberga el 60% de la selva. Tambi¨¦n es el que tiene un gobernante cuyo principal objetivo es permitir la explotaci¨®n predatoria en la selva y que genera una crisis internacional tras otra.
En su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Bolsonaro lleg¨® a atacar a Raoni, uno de los mayores l¨ªderes ind¨ªgenas del pa¨ªs, candidato al Nobel de la Paz, y neg¨® las llamas que el mundo entero presenci¨® en im¨¢genes. El p¨¢nico que provoca la irresponsabilidad violenta de Bolsonaro ha multiplicado la atenci¨®n del planeta hacia el S¨ªnodo y ha dado al papa Francisco una luz todav¨ªa m¨¢s celestial en medio de las tinieblas del autoritarismo.
El Papa ha entendido pronto que el desaf¨ªo es el clima, pero enfrenta el desaf¨ªo de empujar hacia la vanguardia una instituci¨®n pesada y lenta
El documento Instrumentum laboris, elaborado para orientar los debates del S¨ªnodo a partir de una consulta realizada a m¨¢s de 80.000 personas en la Amazonia, defiende exactamente lo opuesto de lo que es la pol¨ªtica del Gobierno brasile?o para la selva. Y reivindica otro tipo de desarrollo, que pone a la Amazonia en el centro y los pueblos de la selva como protagonistas. Mientras Bolsonaro quiere asimilar a los ind¨ªgenas para cambiar la Constituci¨®n y permitir la explotaci¨®n y los beneficios privados en unas tierras que hoy son p¨²blicas y est¨¢n protegidas, el S¨ªnodo propone un Cristo con ¡°cara amaz¨®nica¡±. Uno de los principales caminos ser¨ªa la ¡°interculturaci¨®n¡±, la idea de que la Iglesia debe abrirse a los conocimientos de los pueblos ind¨ªgenas y dejarse cambiar por estas experiencias de ser y percibir el mundo. Una especie de multiculturalismo al modo del Vaticano.
La idea de la Amazonia como ¡°Casa Com¨²n¡±, propagada por el papa Francisco, la comparte la juventud que protagoniza las grandes protestas por el clima, inspirada por la adolescente Greta Thunberg. La activista alert¨® que ¡°nuestra casa est¨¢ en llamas¡±, refiri¨¦ndose a la emergencia clim¨¢tica que vive el planeta, mucho antes de que el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron utilizara una frase parecida al referirse a los incendios en la Amazonia y provocara los ataques de Bolsonaro, que vio la afirmaci¨®n como ¡°una amenaza a la soberan¨ªa¡±. El documento que resultar¨¢ de 21 d¨ªas de debates se llevar¨¢ en diciembre a la Cumbre del Clima de Chile, la que Bolsonaro no quiso acoger en Brasil.
El Papa est¨¢ en asonancia con su ¨¦poca y ha entendido antes que la mayor¨ªa de las personas p¨²blicas del mundo que el gran desaf¨ªo es el clima. Para ello, tiene que escoger disonar de los d¨¦spotas que se propagan como la peste y, a la vez, empujar hacia un papel de vanguardia a una Iglesia que se mueve muy lentamente. El Papa parece haber entendido que los tiempos han cambiado. En todos los sentidos. Si su Iglesia lo ha entendido, eso ya lo veremos.
Los creadores del S¨ªnodo de la Amazonia ambicionan que la reuni¨®n pueda significar un hito hist¨®rico para cambiar el posicionamiento de la Iglesia Cat¨®lica, un nuevo momento para ¡°optar por los pobres¡± a partir de la Amazonia y de la crisis clim¨¢tica. El Papa tambi¨¦n propone un desplazamiento de la Amazonia hacia el centro, lugar que obligatoriamente ocupa, pero que ni los gobernantes ni una parte de la poblaci¨®n entienden ni reconocen.
Ordenar a hombres casados y dar oficialmente m¨¢s poder a las mujeres son algunas de las estrategias debatidas para enfrentar la p¨¦rdida de fieles frente a los evang¨¦licos
El S¨ªnodo tiene tambi¨¦n el desaf¨ªo de resolver problemas muy urgentes de la propia Iglesia Cat¨®lica en la regi¨®n amaz¨®nica, como la creciente y acelerada p¨¦rdida de fieles frente a las iglesias evang¨¦licas, en especial las neopentecostales. Seg¨²n un estudio del Instituto Datafolha, la regi¨®n es la ¨²nica de Brasil en la que existe el mismo n¨²mero de cat¨®licos y evang¨¦licos. En el resto del pa¨ªs, los cat¨®licos todav¨ªa son mayor¨ªa, pero est¨¢n disminuyendo en cada sondeo. En el Xing¨², por ejemplo, hay 800 comunidades y solo 30 padres, la mayor¨ªa tienen m¨¢s de 65 a?os y dificultades para desplazarse en una regi¨®n complicada. Entre los temas m¨¢s espinosos del S¨ªnodo est¨¢ el de permitir la ordenaci¨®n de hombres casados con ¡°una vida cristiana ejemplar¡±, lo que permitir¨ªa que ind¨ªgenas pudieran convertirse en esta figura in¨¦dita. Si eso sucede, la Iglesia Cat¨®lica puede cambiar la correlaci¨®n de fuerzas con los evang¨¦licos y aumentar su presencia desde dentro, lo cual es un cambio enorme para quien sigue la trayectoria de esta instituci¨®n de dos milenios.
La Iglesia Cat¨®lica tambi¨¦n ha sufrido mucha presi¨®n para que reconozca la importancia de las mujeres y les d¨¦ m¨¢s espacio formal, como la posibilidad de presidir la eucarist¨ªa. El protagonismo de las mujeres es un hecho en la Amazonia brasile?a, donde ya lideran una parte significativa de los movimientos sociales y de las comunidades. Las monjas suelen estar m¨¢s presentes e integradas en el d¨ªa a d¨ªa y en las luchas que los padres. Es raro encontrar un movimiento de emancipaci¨®n que no tenga a una monja en un lugar clave. Sellar los ojos a la realidad expl¨ªcita, negando a las mujeres la necesaria respuesta oficial, es una estupidez que le ha costado caro a la Iglesia Cat¨®lica. Una estupidez, sin embargo, que los cat¨®licos ultraconservadores abrazan con adoraci¨®n, como puede percibirse por su reacci¨®n rebosante de rencor hacia las propuestas de innovaci¨®n del S¨ªnodo. Estos d¨ªas de octubre en el Vaticano pueden mostrar que quiz¨¢s es m¨¢s f¨¢cil darle rasgos amaz¨®nicos a Cristo que darle un rostro de mujer.
El S¨ªnodo de la Amazonia pretende ¡ªy lo har¨¢¡ª afectar no solo al mundo cat¨®lico, sino a muchos m¨¢s. Para ayudarnos a entender lo que est¨¢ en debate, entrevist¨¦ al padre argentino Augusto Zampini-Davies, director de Desarrollo y Fe del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en el Vaticano. Es uno de los especialistas que ha elaborado el Instrumentum laboris, un documento que da las directrices y conduce los debates en el S¨ªnodo. A los 50 a?os, es tambi¨¦n uno de los m¨¢s influyentes te¨®logos que representan y difunden el pensamiento del papado de Francisco. Licenciado en Derecho, hijo de una tradicional familia argentina, antes de ser sacerdote y doctorarse en Teolog¨ªa trabaj¨® en bancos y multinacionales, lo que le habr¨ªa dado un conocimiento profundo de c¨®mo negocian los que hoy a menudo combate. Seg¨²n la prensa italiana, recibi¨® ¡°la llamada para cambiar¡± en un viaje con su novia. Y cambi¨®.
La entrevista se realiz¨® por Skype unos d¨ªas antes del inicio del S¨ªnodo de la Amazonia. Muestra por qu¨¦ el papa Francisco utiliz¨® 13 veces la palabra ¡°fuego¡± en su discurso de apertura.
Pregunta. El S¨ªnodo habla sobre ¡°nuevos caminos para la Iglesia y para una ecolog¨ªa integral¡±.?Eso implica una autocr¨ªtica de la Iglesia Cat¨®lica sobre su actuaci¨®n en la Amazonia?
Respuesta. No necesariamente. Implica que los caminos actuales, o los antiguos, no consiguen responder a la realidad actual. Nunca hab¨ªamos vivido una escala de explotaci¨®n y de destrucci¨®n de poblaciones ind¨ªgenas y de ecolog¨ªa integral como la que vivimos hoy. Necesitamos nuevos caminos, primero, para responder a esta nueva realidad. No se puede responder a un problema nuevo con una soluci¨®n antigua. La Iglesia tambi¨¦n evoluciona, va cambiando. Algunos contextos, incluso dentro de la Iglesia, tienen que revisarse.
P. Pero, en el pasado, la Iglesia fue una gran destructora de culturas ind¨ªgenas y de la selva...
¡°La Iglesia no quiere estar al lado de los opresores y de los neocolonizadores¡±
R. Exacto. El ser humano siempre ha cambiado el medio ambiente, ?no? Pero es cierto que, en la ¨¦poca de la colonizaci¨®n, los colonizadores, los que ven¨ªan en nombre de emperadores cat¨®licos, ven¨ªan con la idea de colonizar y explotar. Por suerte, tambi¨¦n hab¨ªa misioneros cat¨®licos que intentaban frenarlo. Lo cierto es que ahora tenemos una oportunidad hist¨®rica de aclarar que la Iglesia est¨¢ del lado del pobre, del lado de los oprimidos, del lado del cuidado, del lado de la creaci¨®n. Es una oportunidad hist¨®rica. No solo para curar heridas pasadas, sino tambi¨¦n para establecer el rumbo en direcci¨®n al futuro. No queremos estar al lado de los opresores y de los neocolonizadores.
P. ?Neocolonizadores?
R. Podemos decir opresores o neocolonizadores, que es el nombre que se da a quienes defienden un determinado modelo que oprime a la gente o destruye el planeta. Lo que sucede hoy en d¨ªa es que algunas opresiones son un poco m¨¢s sutiles. Por eso, mucha gente cree que no ser¨ªan opresores, porque supuestamente estar¨ªan promoviendo un determinado modelo de agroindustria que traer¨ªa beneficios para el pa¨ªs. Nosotros decimos: eso es explotaci¨®n. Es una explotaci¨®n que est¨¢ destruyendo la Amazonia y a sus pueblos.
P. Cuando se refiere a neocolonizadores, ?se refiere, por ejemplo, a los ruralistas en Brasil?
R. Me refiero a la explotaci¨®n, a la deforestaci¨®n irracional en nombre de la agroindustria. Lo que sucedi¨® con los incendios en la selva es un ejemplo. Nos referimos a la explotaci¨®n minera, la ilegal, pero tambi¨¦n a la legal, que a veces solo es legal porque tiene autorizaci¨®n, pero est¨¢ invadiendo territorios ind¨ªgenas. Y nos referimos a la industria del petr¨®leo. Nos referimos a los que contaminan la selva, los r¨ªos, y nos referimos tambi¨¦n a los grandes megaproyectos, los que dicen que est¨¢n a favor del desarrollo latinoamericano pero que destruyen el coraz¨®n de Latinoam¨¦rica y el coraz¨®n del mundo.
P. Cuando se habla sobre nuevos caminos para la Iglesia, ?de qu¨¦ forma afecta a las mujeres de la Iglesia que act¨²an en la selva? Quien sigue el d¨ªa a d¨ªa en la Amazonia se da perfecta cuenta de que las monjas tienen mucha m¨¢s presencia y protagonismo, por lo menos en la Amazonia brasile?a, que los padres. Pero no tienen el mismo reconocimiento, no pueden hacer lo que hacen los padres, lo cual es una limitaci¨®n que afecta a la Iglesia. Tanto, que la gran m¨¢rtir de este siglo es una monja, la misionera americana Dorothy Stang, que fue asesinada a tiros en Anapu, en el estado de Par¨¢, en 2005, por defender proyectos de desarrollo sostenible de peque?os agricultores.
Las mujeres dicen: ¡°No queremos ser ciudadanas de segunda dentro de la Iglesia¡±
R. En realidad, no tenemos muchos padres en la Amazonia. Y las comunidades necesitan l¨ªderes. Y hay comunidades en la Amazonia que son matriarcados, cuyas l¨ªderes son mujeres. Y hay otras comunidades donde, aunque no sean matriarcados, las mujeres tienen una participaci¨®n importante. Esto surgi¨® en el proceso de consulta, que dur¨® m¨¢s de un a?o y medio. Hicimos m¨¢s de 350 asambleas locales y consultamos a m¨¢s de 80.000 personas. El tema de la mujer sali¨® con fuerza durante el proceso, porque las mujeres dicen: ¡°Bueno, nosotros somos protagonistas activas y queremos m¨¢s protagonismo. Y no queremos ser ciudadanas de segunda dentro de la Iglesia¡±. Adem¨¢s, las mujeres tienen mucho que aportar. Se relacionan con la vida y el cuidado y tambi¨¦n tienen una concepci¨®n de la econom¨ªa m¨¢s circular, que fluye e incluye. Nos dijeron que tienen mucho que aportar y que quieren que la Iglesia revise los ministerios y las funciones que las mujeres tienen dentro de la Iglesia.
P. ?Y cu¨¢l es la perspectiva de que se produzca un cambio real en este sentido a partir del S¨ªnodo?
R. Bueno... Lo cierto es que las mujeres ya tienen una influencia real en las comunidades de la Amazonia.
P. Pero no tienen el reconocimiento formal de la Iglesia en t¨¦rminos de igualdad, ?no?
R. Alg¨²n reconocimiento, s¨ª. Lo que tiene que discutirse es si las mujeres pueden asumir otras funciones dentro de la Iglesia para poder contribuir con la evangelizaci¨®n y, sobre todo, para contribuir con esta Iglesia que quiere promover caminos de ecolog¨ªa integral. Quieren tener m¨¢s protagonismo y liderazgo. Ahora, tenemos que esperar para ver c¨®mo los padres sinodales van a responder a esta petici¨®n.
P. Hoy, una gran parte de los l¨ªderes de los movimientos sociales y de los pueblos de la selva son mujeres. Y no solo en la Amazonia. En todos los lugares y tambi¨¦n en el activismo clim¨¢tico, con adolescentes como Greta Thunberg, Anuna de Wever, Ad¨¦la?de Charlier y Luisa Neubauer...
R. Por eso es importante. Si la Iglesia quiere prepararse para hacer frente a esta nueva realidad ecol¨®gica, el papel de las mujeres est¨¢ comprobado. O sea, ?c¨®mo la Iglesia va a leer esta se?al de los tiempos para poder proponer caminos que realmente sean caminos de cambio? De una cultura de destrucci¨®n a una cultura de cuidado. De una cultura de individualismo a una cultura comunitaria, que es lo que Jes¨²s nos ense?¨®. Y las mujeres hoy en d¨ªa, sobre todo en la Amazonia, tienen algo muy, muy importante que aportar. Y los padres sinodales tendr¨¢n que abrirse para a la posibilidad de, en el futuro, canalizar esta aportaci¨®n de una manera m¨¢s contundente.
P. Parece que ellas no est¨¢n pidiendo permiso¡
R. Y no es solo el problema de las mujeres, el problema es que no hay padres. La Iglesia tendr¨¢ que buscar caminos para poder tener l¨ªderes de la comunidad que no sean los cl¨¢sicos padres que tenemos ahora, porque no hay.
P. ?C¨®mo combinar la emergencia que representa el colapso clim¨¢tico y la destrucci¨®n acelerada de la Amazonia con la famosa lentitud para tomar decisiones y reconocer errores que caracteriza a la Iglesia Cat¨®lica?
R. Es verdad que la Iglesia es lenta, pero tambi¨¦n somos una de las instituciones m¨¢s avanzadas en este momento en la defensa de la Amazonia. Hace poco que el mundo ha abierto los ojos, con los incendios en la Amazonia, pero a nosotros esta situaci¨®n nos preocupa desde hace a?os. Mucha gente cree que el Papa convoc¨® el S¨ªnodo por los incendios. Pero hace dos a?os que lo estamos preparando. Los incendios se producen todos los a?os, y a cada vez son peores. Ahora han captado la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n por su magnitud. Pero se producen desde hace a?os. Al igual que la contaminaci¨®n de los r¨ªos por el mercurio que proviene de la extracci¨®n minera. Estuve hace poco con un l¨ªder ind¨ªgena cuya mujer tiene c¨¢ncer debido al mercurio del agua. Y no puede curarse con sus medicinas tradicionales, tiene que curarse con medicinas basadas justamente en plantas de la Amazonia, pero hoy quien produce los medicamentos es un laboratorio. Eso es una injusticia, y hace tiempo que ocurre. Al igual que hace a?os que existen gobiernos que permiten las actividades que explotan la Amazonia y no la cuidan. En este sentido, la Iglesia se est¨¢ anticipando un poco a los problemas y, por una vez, creo que estamos en la vanguardia, ?no?
P. ?Por eso algunos gobiernos, como el de Jair Bolsonaro, se preocupan con el S¨ªnodo?
R. Quiz¨¢s haya mucha gente que est¨¦ preocupada con el S¨ªnodo, precisamente porque no es una convocatoria sobre el Papa, o sobre los obispos, ni sobre algunos especialistas, sino un encuentro que tiene la autoridad moral de haber consultado a m¨¢s de 80.000 personas. Tiene un gran peso. No pueden decir: ¡°?Ah, eso lo dijo el Papa!¡±. S¨ª, lo dijo el Papa porque el Papa est¨¢ haciendo eco al clamor de las personas. El problema de la ecolog¨ªa integral es urgente. No podemos esperar diez a?os para responder a un tema urgente. Y estamos aprovechando este momento para renovarnos, aprendiendo con los pueblos ind¨ªgenas, haciendo lo que llamamos ¡°interculturaci¨®n¡±. Las comunidades cat¨®licas tienen mucho que aportar, pero tambi¨¦n tenemos mucho que aprender. Tenemos que ¡°interculturar¡± para promover una cultura de cuidado en toda la Amazonia. Es verdad que la Iglesia Cat¨®lica es un poquito lenta, pero bueno, a veces tambi¨¦n da pasos firmes, ?no? A veces, cuando se va muy r¨¢pido, despu¨¦s no se puede seguir. Esperemos que no seamos tan lentos esta vez.
¡°No podemos esperar diez a?os para responder a un tema urgente como la destrucci¨®n de la Amazonia¡±
P. ?Qu¨¦ tipo de acciones pueden salir de este S¨ªnodo?
R. El S¨ªnodo trata del documento que se llama Instrumentum laboris, que est¨¢ en internet. Por ejemplo, el tema de la explotaci¨®n minera, la explotaci¨®n petrol¨ªfera, la explotaci¨®n maderera, de la soja... ?C¨®mo vamos a ayudar para que no sea explotaci¨®n? Otro tema es el modelo de desarrollo. Los pa¨ªses explotan, y me refiero a todos los pa¨ªses, no solo a Brasil. Porque sucede en el Brasil de Bolsonaro y tambi¨¦n en la Venezuela de Maduro. Todos los pa¨ªses explotan la Amazonia en nombre del ¡°desarrollo¡±. Y eso es lo que queremos cambiar. Que la idea de desarrollo no sea la de un desarrollo destructivo. Por ejemplo: propuestas para que la comunidad internacional tambi¨¦n reconozca la importancia que tiene la Amazonia para el mundo, y que se creen instrumentos financieros para que los pa¨ªses puedan cuidarla. Otro tema que se tratar¨¢ es el derecho al agua. En la Amazonia, la vida la da el agua, la dan los r¨ªos, que ahora est¨¢n contaminados. ?C¨®mo lo haremos para que no ocurra m¨¢s y para que los que contaminan paguen y limpien? Y tambi¨¦n para que en el business plan se entienda que no se puede contaminar porque es muy caro. Otro tema es c¨®mo la Iglesia se posicionar¨¢ frente a las migraciones y los desplazamientos internos. Como sabes, en la Amazonia la mayor¨ªa de la gente vive en urbes, en grandes urbes. Y en las grandes urbes sucede lo de siempre, ?no? Tr¨¢fico de personas, narcotr¨¢fico, p¨¦rdida de identidad, alcoholismo, p¨¦rdida de trabajo. ?Qu¨¦ vamos a hacer ante esta cuesti¨®n? ?Y c¨®mo la Iglesia se posicionar¨¢ frente a los gobiernos? Profetizar significa denunciar, pero tambi¨¦n proponer.
P. ?Profetizar?
R. La voz prof¨¦tica, s¨ª. Solo denunciar no es profetizar. El profeta denuncia, pero propone. Esto est¨¢ mal, pero ?qu¨¦ podemos hacer? Y otro tema son los nuevos caminos de la interculturaci¨®n. Eso es muy importante, porque, como has dicho antes, ten¨ªamos un concepto de imponer nuestra propia cultura, ?no? Bueno, pues ahora nos vamos a interculturar.
P. ?Y qu¨¦ significa ¡°interculturar¡± en este contexto?
R. Fue un grito que sali¨® en casi todas las consultas. El movimiento de la interculturalidad es traer el mensaje de Jes¨²s, pero tambi¨¦n aprender con las sabidur¨ªas ancestrales de los pueblos. Y, a partir de esa interculturalidad, promover una comunidad rica en esp¨ªritu, que pueda cuidar del territorio y de la poblaci¨®n.
P. ?Y c¨®mo funcionar¨ªa esta ¡°interculturaci¨®n¡± en la pr¨¢ctica? ?C¨®mo llega un representante de la Iglesia Cat¨®lica a un pueblo ind¨ªgena, que tiene otra lengua y otro lenguaje, que vive en otro lenguaje, que tiene su propia vivencia de lo que los blancos occidentales llaman espiritualidad, y que ellos llaman de otra manera o ni lo llaman? ?C¨®mo puede dialogar la Iglesia sin que eso sea una violencia?
R. En miles de comunidades hay algunos ind¨ªgenas que son cristianos, no necesariamente cat¨®licos, pero el cristianismo ya est¨¢ en una parte de las comunidades. Y las que no son cristianas tienen mucha afinidad con el cristianismo, gracias al papa Francisco. Pero la interculturaci¨®n es m¨¢s para la Iglesia que para los otros. Tenemos que aprender con los pueblos ind¨ªgenas, aprender sobre su relaci¨®n con la naturaleza, que, a veces, perdemos. Aprender a incorporar la relaci¨®n con la naturaleza en la ense?anza del catequismo, en las pr¨¢cticas lit¨²rgicas, en las celebraciones.
P. ?Eso significa que la Iglesia cambiar¨ªa con la aportaci¨®n de otros pensamientos y otras formas de pensar, de otras maneras de relacionarse con la naturaleza y el ser humano?
R. S¨ª, mejorar¨ªamos, o deber¨ªamos mejorar. La clave para entender el S¨ªnodo es la palabra ¡°conversi¨®n¡±. Cambiar. Una Iglesia que sale a las periferias, que est¨¢ abierta al di¨¢logo, que no impone. Es una conversi¨®n a la ecolog¨ªa integral, una conversi¨®n a cambiar la forma de comprar, y tambi¨¦n la forma de desechar. Tenemos que cambiar incluso la forma de utilizar los materiales de nuestros templos, la forma de consumir, la forma de viajar. Una Iglesia sinodal que camina junto a los otros, que encuentra nuevos caminos para mejorar la forma de relacionarse con los dem¨¢s, consigo mismo, con la naturaleza y con Dios. No nos juntamos para hablar de lo que ya sabemos. Eso ya lo sabemos, est¨¢ bien. Nos juntamos para discutir cu¨¢les son los nuevos caminos. Los nuevos caminos son nuevos, no son viejos. Y eso significa conversi¨®n. Significa cambiar. O sea, no se trata solo de decir a los dem¨¢s qu¨¦ tienen que cambiar. La Iglesia tambi¨¦n quiere cambiar.
P. ?Y qu¨¦ es m¨¢s urgente cambiar con relaci¨®n a la Amazonia?
R. Tenemos que empezar a aplicar esta idea de ecolog¨ªa integral en todas nuestras actividades. ?C¨®mo podemos generar alianzas para cuidar de la Casa Com¨²n y ese coraz¨®n de la Casa Com¨²n que es la Amazonia? Eso es transversal. No es solo la Iglesia la que tiene que cambiar, el mundo entero tiene que cambiar. Queremos predicar con el ejemplo, queremos promover tambi¨¦n un cambio nuestro. En la Amazonia, tenemos la ventaja de que los mejores aliados para este cambio son los pueblos ind¨ªgenas. Eso es nuevo. Encontrar nuevos caminos de ecolog¨ªa integral con los pueblos ind¨ªgenas... Solo eso ya es nuevo y un cambio enorme. Queremos un cambio radical hacia una ecolog¨ªa integral. Esperamos que tenga un efecto domin¨® y que se extienda a las regiones de fuera de la Amazonia. Queremos hacer este cambio desde la Amazonia, con la idea de que la Amazonia es una periferia y que ahora la periferia va al centro. Y va al centro de la Iglesia tambi¨¦n. Y desde este centro vamos a salir hacia otras regiones.
P. Nunca en Brasil un S¨ªnodo hab¨ªa generado un inter¨¦s tan grande... ?A qu¨¦ lo atribuye?
¡°La Amazonia tiene un efecto directo sobre el planeta, por lo que todos tienen derecho a opinar. Y los que tienen m¨¢s derecho son los pueblos ind¨ªgenas¡±
R. La Amazonia es como si fuera el coraz¨®n del planeta. El papa Francisco suele decir que todo lo que sucede en la Amazonia sucede en el mundo. La Amazonia se est¨¢ destruyendo para mantener un determinado estilo de vida. Los nueve pa¨ªses amaz¨®nicos tienen que cambiar su modelo de explotaci¨®n destructiva por un modelo m¨¢s arm¨®nico. Y, bueno, nadie tiene la receta. ?Por qu¨¦ hay tanto inter¨¦s? Porque est¨¢ en el centro de la agenda de todos los pa¨ªses amaz¨®nicos, est¨¢ en el centro de la agenda de las Naciones Unidas, est¨¢ en el centro de lo que va a suceder en los pr¨®ximos diez a?os. Eso tambi¨¦n alimenta el conflicto pol¨ªtico interno de Brasil en este momento, por eso despierta inter¨¦s. Otro inter¨¦s muy importante es que aqu¨ª hablamos de mucho dinero. De mucho, mucho dinero. Hay gente que gana mucho dinero con la explotaci¨®n de la Amazonia y, por eso, no va a querer cambiar. No estamos hablando de una cuesti¨®n acad¨¦mica. Es una conversi¨®n importante que va a costar dinero. Por eso, la oposici¨®n ser¨¢ grande. Todo esto genera mucho inter¨¦s, y sobre todo ahora, con el lamentable incidente de los incendios.
P. El Gobierno brasile?o ya ha manifestado varias veces su preocupaci¨®n por el S¨ªnodo. Tanto Bolsonaro como los generales Augusto Heleno y Villas B?as se refieren a cuestiones de soberan¨ªa, a una acci¨®n pol¨ªtica de izquierda del Vaticano. El Gobierno ha admitido incluso que la Agencia Brasile?a de Inteligencia est¨¢ controlando el S¨ªnodo. ?C¨®mo analiza el Vaticano estas preocupaciones y acciones?
R. Le explicamos al gobierno de Bolsonaro que el S¨ªnodo no va contra la soberan¨ªa, al contrario. Primero, que el S¨ªnodo es un S¨ªnodo de la Iglesia, no es un S¨ªnodo del Gobierno. Y segundo, que no es un S¨ªnodo de la Amazonia brasile?a. Es un S¨ªnodo de toda la Amazonia. Y es un S¨ªnodo que va a tratar sobre un modelo de desarrollo que va contra la ecolog¨ªa integral. Por lo tanto, lo que est¨¢ en discusi¨®n es este modelo de desarrollo, no es la soberan¨ªa. Las Fuerzas Armadas brasile?as tienen un papel importante porque est¨¢n presentes en la Amazonia. No tenemos ning¨²n problema con eso. La cuesti¨®n es: ?estar presente para qu¨¦? Si est¨¢n presentes para cuidar la Amazonia, para que se respeten los derechos humanos de los ind¨ªgenas, para que se respeten las leyes, para que no se contaminen los r¨ªos y para que quien contamine tenga que pagar... Si eso es soberan¨ªa, tendr¨¢n nuestro apoyo. Si es as¨ª, no hay nada que temer. Ahora, si lo que entienden por soberan¨ªa es ¡°estoy aqu¨ª con la fuerza para dejar que mis amigos hagan lo que quieran¡±... bueno, eso no es soberan¨ªa. Lo que les dijimos a los militares brasile?os es que no se preocupen, porque nadie va a cuestionar la soberan¨ªa brasile?a sobre la Amazonia. Lo que estamos discutiendo es que toda la Amazonia, y no solo la brasile?a, tiene un efecto directo en lo que le ocurre al planeta. Por lo tanto, las personas tienen derecho a opinar. Y los que tienen m¨¢s derecho a opinar son los habitantes de la Amazonia. Es a ellos a quienes escuchamos. Ellos nos est¨¢n diciendo que tenemos que discutir sobre todo esto.
P. ?C¨®mo es que te vean como un enemigo?
R. Los gobiernos pueden vernos como un aliado, m¨¢s que como un enemigo. Lo m¨¢s importante es cambiar el modelo de desarrollo, para cumplir los objetivos del desarrollo sostenible que todos los pa¨ªses acordaron. Ahora, si la pol¨ªtica es no respetar los objetivos del desarrollo sostenible, si la pol¨ªtica es concebir el desarrollo solo como una cuesti¨®n material y no cultural, ni espiritual, ni del buen vivir, si este desarrollo es solo una cuesti¨®n de explotar la naturaleza para obtener m¨¢s ganancias, bueno, entonces, s¨ª, alguien puede tomarse el S¨ªnodo como una amenaza. La Iglesia lleva diciendo desde finales de los a?os 1960 que el desarrollo no es eso. Desarrollo es desarrollo integral, que engloba a todas las personas y a la naturaleza. Si nos desarrollamos provocando iniquidad y desigualdad, eso no es desarrollo, eso no es progreso. En Brasil se utiliza mucho la palabra progreso, ?no? Bueno, pues eso no es progreso. Progreso es progresar con la gente, es progresar con la naturaleza. Es lo que todos los movimientos juveniles dicen: ¡°?Qu¨¦ mundo nos van a dejar?¡±. Este modelo tiene que cambiar con urgencia. Estamos intentando implementar la idea del buen vivir, esa idea de crecer y aprovechar con los dem¨¢s, no a costa de los dem¨¢s, no a costa de la destrucci¨®n de la selva y de sus pueblos.
P. ?Es el caso del actual Gobierno brasile?o? R. Lo que le dijimos al Gobierno brasile?o es: la soberan¨ªa no es ning¨²n problema. O sea, los militares pueden estar tranquilos. Y, sobre todo, los militares brasile?os, que se jactan de no ser corruptos. Si quieren imponer un cuidado sobre la Amazonia, para cumplir las leyes, no tienen por qu¨¦ preocuparse.
¡°No importa si es Bolsonaro, Maduro o Morales. Si el modelo de desarrollo est¨¢ destruyendo el planeta, ?c¨®mo podemos callarnos?¡±
P. Todos los textos que he le¨ªdo sobre el S¨ªnodo defienden una pol¨ªtica opuesta a la del gobierno de Bolsonaro. Por ejemplo, la demarcaci¨®n de las tierras ind¨ªgenas. Es un gobierno que ha interrumpido las demarcaciones de las tierras ind¨ªgenas y quiere incluso revisar las que ya se han demarcado. Claramente, hay un choque de visiones sobre la Amazonia y sobre el desarrollo.
R. Pero todas estas propuestas no se han hecho pensando en Bolsonaro. Se han hecho pensando en las personas que las piden, que las necesitan. Todas estas discusiones se han tratado y se tratan en foros internacionales, ?no? No son una invenci¨®n del S¨ªnodo.
P. S¨ª, pero en este momento el S¨ªnodo dice una cosa y el Gobierno de Brasil dice otra...
R. La Iglesia Cat¨®lica tambi¨¦n es una iglesia prof¨¦tica. El S¨ªnodo no va contra Bolsonaro. La Iglesia quiere proponer un modelo de desarrollo que respete la ecolog¨ªa integral y quiere tener una voz prof¨¦tica frente a la destrucci¨®n del otro. Si el modelo de desarrollo est¨¢ destruyendo el planeta, ?c¨®mo no vamos a hablar? Si este modelo de desarrollo est¨¢ afectando a toda la gente, a toda la poblaci¨®n, si est¨¢ afectando a todas las futuras generaciones, ?c¨®mo no vamos a hablar? ?Tenemos que callarnos? No importa si es Bolsonaro, si es Evo Morales o si es Maduro. Lo que importa es proteger a los pueblos ind¨ªgenas y el territorio. Y, para protegerlo, proponer un modelo de desarrollo que sea realmente sostenible y arm¨®nico, y que la Amazonia pueda ejercer su misi¨®n. De lo contrario, nos afectar¨¢ a todos.
¡°?Qui¨¦n es el enemigo de la patria? ?El que habla en favor del pueblo de un territorio o el que no quiere escuchar al pueblo de un territorio?¡±
P. Los obispos de la Amazonia escribieron una carta en la que dicen que el gobierno de Bolsonaro los trata como ¡°enemigos de la patria¡± y los criminaliza. ?C¨®mo analiza esta afirmaci¨®n?
R. Es una t¨¢ctica para cazar a las voces prof¨¦ticas. En lugar de discutir el tema, se ataca a las personas. Ellos no son enemigos de la patria, son amigos de la patria. Ya quisiera yo que hubiera m¨¢s obispos como los de la Amazonia. Son un ejemplo de pastores. Y no son enemigos de nadie. Pero si lo que dicen le duele a un determinado partido pol¨ªtico, o a un gobierno, lo que hay que discutir es el tema. ?Por qu¨¦ dicen eso los obispos? Porque est¨¢n haciendo eco a las voces ind¨ªgenas, a las voces de la tierra. Y eso no es ser enemigo de la patria. Al contrario. Ahora, ?qui¨¦n es el enemigo de la patria? ?El que habla en favor del pueblo de un territorio o el que no quiere escuchar al pueblo de un territorio? P. ?El Gobierno brasile?o entr¨® en contacto con ustedes?
R. S¨ª, el Gobierno envi¨® a unos diplom¨¢ticos al Vaticano para hablar con nosotros. Las personas que vinieron eran muy profesionales.
P. ?Y qu¨¦ quer¨ªan?
R. Un enviado de Bolsonaro vino a visitarnos para hablar sobre el S¨ªnodo, para ver c¨®mo podr¨ªan participar. Les explicamos que no podr¨ªan participar porque era un s¨ªnodo de la Iglesia, no un s¨ªnodo pol¨ªtico. Les explicamos que todo lo que se va a tratar en el S¨ªnodo estar¨¢ en un documento. No hay secretos. P. ?Los gobiernos de otros pa¨ªses amaz¨®nicos entraron en contacto con ustedes? ?O solo el de Brasil? R. Recibimos algunas preguntas de otros gobiernos, pero por escrito. De forma directa, solo Brasil.
P. Una visi¨®n que marca la Iglesia Cat¨®lica y que aparece en los documentos y manifestaciones sobre el S¨ªnodo es la ¡°opci¨®n por los pobres¡±. En el caso de la Amazonia, los pueblos de la selva se tratan en los documentos como pobres. Pero, por mi experiencia, los pueblos de la selva no se ven como pobres. No est¨¢n en esta ecuaci¨®n de pobres y ricos. Y cuando tienen que situarse, se sit¨²an entre los ricos, no entre los pobres. ?No es un error que la Iglesia los vea de esta forma?
¡°La pobreza es una cuesti¨®n de poder, y de falta de poder¡±
R. Lo sabemos. Y ha sido un motivo de discusi¨®n. Pero la opci¨®n por los pobres no es en el sentido de pobres o ricos. Es un concepto teol¨®gico que est¨¢ en la Biblia. El pobre no es solo el que no tiene dinero. El pobre es el que puede ser explotado. Tambi¨¦n puede ser pobre espiritualmente. O puede ser vulnerable. No podemos decir que Jes¨²s era pobre, o Mar¨ªa. Pero eran pobres en comparaci¨®n con los poderosos. Es una cuesti¨®n de poder, y de falta de poder. Es una opci¨®n por todos los que est¨¢n en la periferia, por todos los que est¨¢n empobrecidos en un sentido amplio. En Brasil, particularmente, ha habido mucha discusi¨®n alrededor de este concepto. Pero la ¡°opci¨®n por los pobres¡± es una opci¨®n por todos los que tienen alguna desventaja, como el que tiene menos poder que otro y que, por lo tanto, necesita un cuidado especial, porque, si no, los otros se lo comen. Es lo que les sucede a las comunidades ind¨ªgenas, y no solo en la Amazonia, sino en todo el mundo en este momento. Las grandes compa?¨ªas, los gobiernos... pueden destrozar las comunidades ind¨ªgenas. Adem¨¢s, la opci¨®n por los pobres es una respuesta. No toda la poblaci¨®n de la Amazonia es ind¨ªgena. Ni toda la poblaci¨®n ind¨ªgena vive en la selva. Muchos viven en las ciudades. Y, en las ciudades, normalmente, los que han migrado son explotados y no encuentran empleo. Eso tambi¨¦n es una opci¨®n por los pobres. La opci¨®n por los pobres es una opci¨®n por los que no tienen poder.
P. Pero lo que se entiende por ser pobre y ser rico es muy fuerte y muy inmediato, y tiene grandes efectos pol¨ªticos. Cuando los pueblos de la selva se contraponen a esta l¨®gica diciendo sobre s¨ª mismos que son ricos, porque tienen la selva para alimentarse, para construir su casa, porque tienen su cultura y su ocio, ?tratarlos como pobres no ser¨ªa algo casi colonialista, porque impone su propia l¨®gica sobre el otro? ?No ser¨ªa aculturar, y no interculturar?
R. No, es un concepto nuestro, un concepto de nuestra fe. Es un concepto que ha ganado relevancia en muchas partes del mundo y en casi todo el mundo se entiende este concepto de pobreza. Brasil, en concreto, es uno de los pocos pa¨ªses donde la expresi¨®n ¡°opci¨®n por los pobres¡± ha tenido cierta oposici¨®n. Pero eso no significa que no se pueda utilizar como concepto teol¨®gico. Lo que decimos es que los territorios de los ind¨ªgenas se est¨¢n destruyendo, y que hay un grito, un clamor de defensa. Ellos est¨¢n en desventaja. Cuando leemos ¡°opci¨®n por los pobres¡±, nos incluimos todos.
P. La teolog¨ªa de la liberaci¨®n y las comunidades eclesiales de base significaban una opci¨®n por los pobres. Y me parece que esta opci¨®n tiene sentido en varias cuestiones. Sin embargo, lo que los pueblos de la selva intentan evitar es justamente que los conviertan en pobres de las periferias de las ciudades. En la selva, son ricos. En la periferia urbana, se convierten en pobres. Cuando responden que son ricos a quien los llama pobres, como hizo el propio Bolsonaro con el objetivo de permitir la exploraci¨®n predatoria en la selva, se defienden justamente de quienes los consideran pobres por no vivir seg¨²n el concepto occidental capitalista de riqueza. Lo que quiero decir es que, cuando los pueblos de la selva entran en esta ecuaci¨®n, estos conceptos se complican. Esta es la realidad a la que me refiero.
R. S¨ª, pero si yo estoy enfermo, ?no soy pobre, aunque sea rico? Si estoy en la c¨¢rcel, ?aunque sea rico, no me vuelvo pobre? Jes¨²s dice...
P. Creo que Jes¨²s no conoc¨ªa la selva amaz¨®nica...
R. No, pero Jes¨²s sali¨® a las periferias. Los leprosos no eran necesariamente pobres porque no ten¨ªan bienes materiales. Eran pobres porque estaban excluidos de la sociedad. Los pueblos de la Amazonia est¨¢n excluidos de un modelo. Y, lo que es peor, un modelo que quiere destruirlos. Ser pobre es un concepto amplio, pero un concepto que aplicamos a todos, no solo a los pueblos de la selva.
P. La idea de hacer un s¨ªnodo sobre la Amazonia viene tambi¨¦n de la preocupaci¨®n por el aumento de evang¨¦licos en Brasil, especialmente los neopentecostales. Hoy, algunos de los principales l¨ªderes en la Amazonia son evang¨¦licos...
R. S¨ª, porque si no hay padres y no hay Iglesia, no hay celebraciones, no hay misa... La gente ven¨ªa y dec¨ªa: ¡°Miren, yo sigo siendo cat¨®lico, pero no hay padre, no hay misa, y aqu¨ª tengo todos los domingos una celebraci¨®n [evang¨¦lica] llena de vida, llena de gente. Pues voy a esa¡±. Claro que nos preocupa. Y tambi¨¦n nos preocupa la relaci¨®n con los evang¨¦licos, c¨®mo mejorar el di¨¢logo con los pastores y con las comunidades.
P. El Papa dijo en 2013 que la Amazonia es como un examen decisivo, es ¡°un banco de pruebas para la Iglesia y la sociedad¡±. ?Qu¨¦ significa eso?
¡°Si no cambiamos la forma como tratamos la Amazonia, no habr¨¢ salvaci¨®n¡±
R. Todo el mundo est¨¢ viviendo el problema de la crisis ecol¨®gica. Y todo el mundo est¨¢ viviendo esta necesidad de conversi¨®n, de relacionarse mejor consigo mismo, con el otro, con la naturaleza y con Dios. Todos lo vivimos. Pero no todos nos damos cuenta. La forma en que respondamos a la Amazonia es un banco de pruebas de c¨®mo vamos a responder al mundo. Y lo mismo sucede con los cambios de conversi¨®n. Porque si no cambiamos la forma como tratamos la Amazonia... Destruiremos el planeta... Eso tambi¨¦n es un banco de pruebas. Si no cambiamos, no habr¨¢ salvaci¨®n. Pero si se producen cambios en la Amazonia, eso ser¨¢ un banco de pruebas que podremos aplicar o replicar o coordinar en otras regiones.
P. ?Cree que el S¨ªnodo podr¨¢ influir en los debates y decisiones de la Cumbre del Clima de Chile, haciendo aumentar la discusi¨®n y la presi¨®n para que se busquen soluciones para la Amazonia? ?Es uno de los objetivos?
R. Creo que s¨ª, porque hay mucho inter¨¦s en el S¨ªnodo. Los pa¨ªses est¨¢n abiertos, incluso los organizadores de la COP-25, a que contribuyamos con los resultados del S¨ªnodo, que seguramente ser¨¢n riqu¨ªsimos para todos, no solo para la Iglesia.
P. ?C¨®mo puede impactar positivamente el S¨ªnodo en situaciones de emergencia, como la que est¨¢ sucediendo ahora en la Vuelta Grande del Xing¨², en el estado de Par¨¢? Adem¨¢s de destruirse el ecosistema y especies end¨¦micas, los pueblos ind¨ªgenas y los ribere?os de esta ¨¢rea corren el riesgo de perder su modo de vida, debido al control y la administraci¨®n predatoria del agua por parte de la central hidroel¨¦ctrica de Belo Monte. La Fiscal¨ªa considera que se est¨¢ produciendo un ecocidio y tambi¨¦n un genocidio. Belo Monte, adem¨¢s, es una de las principales generadoras de violencia y de destrucci¨®n en esa regi¨®n. ?C¨®mo puede impactar el S¨ªnodo en realidades urgentes como esta?
R. No creo que el S¨ªnodo ayude en realidades urgentes como esta. Lo que hace el S¨ªnodo es recoger testimonios de lo que sucede y discutir l¨ªneas de acci¨®n, caminos. Despu¨¦s, las personas locales implementar¨¢n esos caminos, pero con el apoyo de una decisi¨®n del Papa con todos los obispos. Por lo que ser¨¢ una decisi¨®n de la Iglesia, que tiene m¨¢s peso para poder hacer lo que se necesite hacer. El S¨ªnodo va a discutir las grandes l¨ªneas de acci¨®n para que, despu¨¦s, los agentes de todos los pa¨ªses que sufren puedan responder con m¨¢s fuerza.
P. ?Qu¨¦ significa afirmar una ¡°Iglesia con cara amaz¨®nica¡±?
¡°Tener una Iglesia con cara amaz¨®nica es traer la periferia al centro¡±
R. La palabra "s¨ªnodo" significa caminar... Caminar juntos. Y una iglesia sinodal es una iglesia que camina con otros. Me gusta mucho esta imagen. Camina con otros para mejorar el mundo, para cuidar del mundo. Despu¨¦s, una Iglesia ¡°con cara amaz¨®nica¡±. Mucha gente se escandaliza: ¡°?Significa que tendremos que pintarnos la cara?¡±. No, significa traer la periferia al centro. Ahora tenemos una cara amaz¨®nica, porque los ind¨ªgenas corren peligro, porque es esa riqueza la que queremos proteger. No est¨¢ mal que utilicemos la cara amaz¨®nica, de la misma forma que, muchas veces, en representaciones culturales, se le da a Jes¨²s o a la Virgen Mar¨ªa una cara muy europea. No est¨¢ mal, ahora, pensar en una Iglesia con una cara amaz¨®nica, ?no? Para que, desde la Amazonia, podamos encontrar nuevos caminos. Esas dos im¨¢genes, la de caminar junto a otros y la de una cara amaz¨®nica, me llenan de esperanza.
P. Como uno de los articuladores del S¨ªnodo, ?qu¨¦ le entusiasma m¨¢s? ?Cu¨¢les son las potencias de este encuentro que le producen m¨¢s alegr¨ªa?
R. Para empezar, nunca hab¨ªa visto tanta esperanza. Hay mucha gente con grandes esperanzas. Tuve que leer casi todas las consultas y eso fue como una bocanada de aire fresco, fue... espectacular. Porque, adem¨¢s de poder escuchar los gritos y dolores de la Amazonia, esta consulta nos permiti¨® descubrir tambi¨¦n su riqueza. Hay una vida ah¨ª que nos llena de esperanza, que nos llena de entusiasmo, y eso nos da energ¨ªa para protegerla. Y tambi¨¦n la posibilidad de cambiar. Porque vamos a discutir cu¨¢les son los nuevos caminos. Y eso me entusiasma como perito, como especialista, como sacerdote, como cat¨®lico, como ser humano. Que podamos aportar algo al mundo a trav¨¦s de la fe y de la Iglesia, en las comunidades, para cuidar la Casa Com¨²n, para una ecolog¨ªa integral. Si podemos hacerlo, ser¨¢ un momento hist¨®rico de la Iglesia. Y eso me llena de entusiasmo y de orgullo. Queremos un camino de cuidado y no de destrucci¨®n, queremos caminos de integraci¨®n y no de expulsi¨®n, queremos que el progreso sea verdaderamente para vivir mejor, y no para destruir a las futuras generaciones. Nos estamos poniendo realmente al lado del oprimido y tejiendo una red para decir: esto, as¨ª, no puede ser.
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