El pescado que te comes y la desigualdad
La producci¨®n de pienso para la industria pesquera se ha convertido en una amenaza social y comunitaria
Cuando el ser humano decidi¨® dejar de pescar peces salvajes y comenzar a cultivarlos en granjas, a imagen y semejanza de lo que hab¨ªa supuesto la ganader¨ªa o la agricultura, naci¨® la acuicultura: una t¨¦cnica de crianza de especies acu¨¢ticas destinadas al consumo humano. Lo que no imaginar¨ªan esos primeros ¡°cultivadores de peces¡± es que el mundo se transformar¨ªa en un lugar tan desigual que se pescar¨ªa masivamente para alimentar a estos peces, mientras se deja a muchas personas pasar hambre.
Hoy, la acuicultura, presentada como la mejor alternativa a la pesca extractiva, conlleva un gran problema: si bien es cierto que los peces que crecen en piscifactor¨ªas o jaulas marinas no se extraen del mar, para alimentarlos se utilizan piensos fabricados a partir de otros peces que, en este caso, s¨ª son capturados del mar. La comunidad cient¨ªfica ha expresado su preocupaci¨®n por el impacto de las llamadas pesquer¨ªas de reducci¨®n, es decir, la pesca de peces pel¨¢gicos peque?os para producir estos piensos para acuicultura. Casi un quinto de los peces salvajes que se pescan anualmente se destina para hacer harinas y aceites de pescado, de los que se hace el pienso. Adem¨¢s, la acuicultura es una industria en expansi¨®n, cuyo crecimiento a nivel global hace que tambi¨¦n crezca la demanda de piensos para peces (encabezada por pa¨ªses como China, Noruega o Escocia) y, por tanto, que aumente la demanda de materias primas para su elaboraci¨®n, es decir, peces salvajes.
?Qu¨¦ supone eso para los pa¨ªses donde se capturan estos peces salvajes para la elaboraci¨®n del pienso? Una amenaza para sus ecosistemas y a sus comunidades. Seg¨²n ha demostrado una reciente investigaci¨®n llevada a cabo por Changing Markets, durante mayo y junio de 2019, donde se destap¨® que en pa¨ªses como India, Vietnam o Gambia la industria de la alimentaci¨®n para acuicultura fomenta la sobrepesca, la poluci¨®n y la inseguridad alimentaria.
En dos de los principales pa¨ªses productores de pienso de Asia, India y Vietnam, las poblaciones de peces utilizados tradicionalmente para pienso (como las sardinas) est¨¢n desapareciendo y se han empezado a pescar nuevas especies, lo cual desequilibra el ecosistema oce¨¢nico. En este desequilibrio caen tambi¨¦n las especies depredadoras. Un ejemplo: Per¨² es el mayor productor mundial de anchoveta peruana, la especie m¨¢s usada para hacer harina de pescado. La poblaci¨®n de ping¨¹inos Humboldt est¨¢ disminuyendo debido a la pesca masiva de este pez.
Por otro lado, en muchos pa¨ªses las plantas de producci¨®n de pienso para acuicultura est¨¢n produciendo poluci¨®n de agua y aire. En India, Vietnam, Gambia, Per¨² y otros pa¨ªses las f¨¢bricas provocan contaminaci¨®n y degradaci¨®n ambiental en las regiones productoras, da?ando las comunidades: en Gambia, por ejemplo, esa contaminaci¨®n est¨¢ da?ando la incipiente industria del ecoturismo del pa¨ªs.
Sin pez, con hambre
Se calcula que el 90% de los peces pel¨¢gicos utilizados para fabricar pienso podr¨ªan usarse para consumo humano. Parece que, en un mundo desigual, incluso las t¨¦cnicas alimentarias sirven para contribuir a que haya gente que pase hambre.
Adem¨¢s, estas pr¨¢cticas destruyen el tejido social y econ¨®mico. En Senegal, la presencia de f¨¢bricas chinas afecta a la forma de vida de la zona: los productores locales de alimentos a peque?a escala (en su mayor¨ªa mujeres) tienen que competir con grandes empresas en un duelo muy desigual. En India los pescadores artesanales est¨¢n siendo empujados a la sobrepesca, mientras que en Vietnam la falta de pescado est¨¢ llevando a una pesca generalizada en aguas extranjeras, lo que aviva las tensiones regionales y pone a los trabajadores en peligro.
Pero la inmensa paradoja se da cuando la industria de la acuicultura, que en principio sirve para proporcionar comida al ser humano, amenaza la seguridad alimentaria de estas comunidades. Pa¨ªses como Gambia, Vietnam o India son muy dependientes de la pesca para cubrir las necesidades de prote¨ªnas de su poblaci¨®n. Sin embargo, grandes cantidades de peces peque?os que podr¨ªan ser utilizadas para consumo humano acaban en las plantas de harina de pescado. Es decir, en los est¨®magos de los peces que m¨¢s tarde ser¨¢n consumidos por comensales de Europa o Asia.
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