De Frankenstein a la ¡®geringon?a¡¯
El sentido dado en Portugal a un Gobierno minoritario con apoyos externos equivale a ¡°chapuza¡±
Los acuerdos para formar un Gobierno central con m¨¢s de un partido dentro no se han dado en la actual democracia espa?ola, y aun as¨ª ya recibieron nombre. Los hemos llamado ¡°Gobierno de coalici¨®n¡± (o sea, como se ha dicho toda la vida), ¡°Gobierno de cooperaci¨®n¡± o ¡°Gobierno de colaboraci¨®n¡± (versi¨®n S¨¢nchez-Iglesias que dur¨® un ratito sin que diera tiempo a que nos inclin¨¢ramos ni por la primera alternativa ni por la segunda, ni a saber qu¨¦ significaban); y, sobre todo, ¡°Gobierno Frankenstein¡± (an¨®tese la autor¨ªa a Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, en referencia a un hipot¨¦tico acuerdo del PSOE con Podemos y con independentistas).
Estas pasadas semanas, Portugal estuvo cerca de lograr un pacto pluripartidista (eso s¨ª, con apoyos externos, sin Gobierno de coalici¨®n) tras sus ¨²ltimas elecciones generales; y el gracejo latino de algunos de sus pol¨ªticos dio en la flor de llamarlo tambi¨¦n de una manera despectiva: ¡°acuerdo de la geringon?a¡± (pronunciado m¨¢s o menos como ¡°yeringonsa¡±).
Esa palabra nos suena, claro. En espa?ol decimos ¡°jeringonza¡±, ¡°jerigonza¡± y ¡°jerga¡± (adem¨¢s de ¡°argot¡±) para referirnos tanto al lenguaje propio de algunos gremios como al habla dif¨ªcil de entender. Pero el hecho de que el l¨¦xico de nuestros pol¨ªticos encaje en tales consideraciones no guarda relaci¨®n con el significado que se le da en Portugal. S¨ª se le acerca la tercera acepci¨®n que ofrece el Diccionario espa?ol para ¡°jeringonza¡±, poco usada pero ¨²til como rastro etimol¨®gico: ¡°Acci¨®n extra?a y rid¨ªcula¡±.
Los lexic¨®grafos Corominas y Pascual se?alan que jerga y jeringonza proceden del antiguo t¨¦rmino girgonz, que nace a su vez del occitano gergons: ¡°gorgeo de p¨¢jaros¡± (y de ah¨ª, ¡°habla incomprensible¡±).
Cualquier forma de expresarse para que los dem¨¢s no la entiendan puede pasar por rid¨ªcula. Y de tal juicio sale toda una rama de t¨¦rminos descalificatorios: adem¨¢s de los citados, la voz jerigonza forma la locuci¨®n ¡°andar en jerigonzas¡±, que equivale a ¡°andar en rodeos o tergiversaciones maliciosas¡±.
La hermana lengua lusa a?adi¨® por esa v¨ªa peyorativa (aparte de los sim¨¦tricos significados relativos a las palabras incomprensibles) el sentido negativo de ¡°cosa o construcci¨®n improvisada o con poca solidez¡±. O sea, lo que aqu¨ª llamamos ¡°una chapuza¡±.
El Dicion¨¢rio Priberam da L¨ªngua Portuguesa (nuestros vecinos no cuentan con una Academia similar a la espa?ola) recoge en la entrada geringon?a las acepciones relativas a ¡°lenguajes incomprensibles¡±, pero tambi¨¦n el recent¨ªsimo significado que se le da en la pol¨ªtica lusa: ¡°Soluci¨®n de gobierno que resulta de uno o m¨¢s acuerdos parlamentarios entre dos o m¨¢s partidos pol¨ªticos y del que puede no formar parte el partido m¨¢s votado en las elecciones¡±. Tal fue la designaci¨®n informal adjudicada al XXI Gobierno constitucional portugu¨¦s que se pact¨® tras las elecciones de 2015, a?ade ese diccionario.
El Rubalcaba que dio en el clavo con el hallazgo pol¨ªtico de la geringon?a fue el conservador Paulo Portas, quien arroj¨® el t¨¦rmino contra el socialista Ant¨®nio Costa porque ¨¦ste, pese a perder las elecciones, logr¨® una mayor¨ªa parlamentaria con los partidos a su izquierda: el Bloco, el PC y los verdes.
Lo curioso es que el diccionario luso a?ade en geringon?a un ejemplo referido¡ ?a Espa?a!: ¡°Ser¨¢ poss¨ªvel haver uma geringon?a espanhola?¡± (¡°?Ser¨¢ posible tener una chapuza espa?ola?¡±). Pues s¨ª, quiz¨¢s en breve esa chapuza constituya la mejor salida para reformar los delitos sexuales, arreglar la legislaci¨®n laboral, regular la eutanasia, faciliar el voto del exterior... y evitar otro fiasco de la izquierda.
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