Diccionario de la seducci¨®n independentista
Palabras y locuciones cuyos significados se han manipulado para adaptarlos a la propaganda del ¡®proc¨¦s¡¯
Las palabras que han sostenido las ideas b¨¢sicas del independentismo catal¨¢n pueden constituir un Diccionario de la seducci¨®n mediante el lenguaje, una relaci¨®n de vocablos y locuciones cuyos significados se han pulido desde hace a?os para acercarlos a los propios intereses aunque eso implicase alejarlos de su genuino sentido, que queda as¨ª oculto en la maniobra.
He aqu¨ª algunos ejemplos.
Catalu?a paga impuestos
Esta met¨¢fora acaba por constituirse en falsedad si se usa en su sentido literal. Las comunidades no abonan impuestos, lo hacen sus ciudadanos. ¡°Catalu?a paga m¨¢s de lo que recibe¡± es una expresi¨®n v¨¢lida si significa ¡°los catalanes pagan m¨¢s de lo que Catalu?a recibe¡±. Pero eso sucede en todas las zonas ricas, entre ellas Madrid. Y tambi¨¦n en todos los pa¨ªses con sistemas fiscales progresivos. Siempre que los ricos paguen m¨¢s impuestos que los pobres, se dar¨¢ una desproporci¨®n similar entre territorios donde viven m¨¢s contribuyentes de ingresos altos que en aquellos que acogen a m¨¢s personas con ingresos bajos (como sucede en la relaci¨®n entre Barcelona y Lleida, por ejemplo). Si sobreviniera una crisis econ¨®mica en Catalu?a (por una cat¨¢strofe natural, por una epidemia, por el hundimiento de un sector fundamental¡) y se redujesen notablemente los ingresos de sus habitantes, el sistema de solidaridad fiscal espa?ol funcionar¨ªa a la inversa, y los catalanes recibir¨ªan m¨¢s recursos del Estado que la suma de lo aportado por sus contribuyentes. El lenguaje de los nacionalistas repite mucho ¡°balanza fiscal¡±, pero oculta la forma vuelta por pasiva ¡°balanza comercial¡±. Si ¡°Catalu?a¡± recibe de ¡°Espa?a¡± menos de lo que ¡°Catalu?a¡± le da, tambi¨¦n es cierto que ¡°Catalu?a¡± vende a ¡°Espa?a¡± mucho m¨¢s de lo que le compra (un super¨¢vit de 17.900 millones, el mayor de todas las comunidades), lo cual contribuye a que la riqueza de ¡°Catalu?a¡± sea superior a la del resto de comunidades. Es decir, si se hablara de la ¡°balanza comercial¡± entre Catalu?a y el resto de Espa?a, el desequilibrio ser¨ªa inverso. Por otro lado, una Catalu?a independiente tambi¨¦n ser¨ªa en este momento contribuyente neto en la Uni¨®n Europea si formara parte de ella.
Desconectar:
El eje de la campa?a ha consistido en la idea de que Catalu?a se desconectar¨ªa como si fuera un frigor¨ªfico
Conflicto entre Catalu?a y Espa?a
Si ¡°Catalu?a¡± equivaliese a ¡°los catalanes¡± y ¡°Espa?a¡± significase ¡°los espa?oles¡±, el conflicto actual se referir¨ªa al enfrentamiento entre un todo homog¨¦neo representado por los ciudadanos de esa comunidad y los habitantes de las 16 restantes autonom¨ªas, lo cual es falso. Ni siquiera responde a la realidad una expresi¨®n como ¡°el conflicto entre Catalu?a y el resto de Espa?a¡±. Porque el conflicto principal se da entre catalanes, pues se trata de una sociedad cada vez m¨¢s dividida electoral y pol¨ªticamente. Por tanto, el enfrentamiento actual opone una parte de Catalu?a (independentista) a otra parte de Catalu?a (no independentista), integrada ¨¦sta por espa?oles que no forman parte de el resto de Espa?a. Si ¡°Catalu?a¡± quiere decir ¡°el Gobierno catal¨¢n¡±, resultar¨¢ que ¡°Catalu?a¡± tiene, por tanto, un conflicto con una parte de los catalanes. Del mismo modo, se podr¨ªa hablar ¡ªadem¨¢s del conflicto entre el Gobierno catal¨¢n y el Gobierno espa?ol¡ª de un conflicto ¡°entre Catalu?a y Catalu?a¡±.
Derecho a decidir
La locuci¨®n ¡°derecho a decidir¡± presenta como una cuesti¨®n de mera democracia (¡°que nos dejen votar¡±) algo que constituye una ilegalidad (pues no se puede votar a favor de lo que es contrario a la Constituci¨®n, que fue refrendada masivamente tambi¨¦n en Catalu?a: primero ha de reformarse ¨¦sta para que sea legal votar lo que de momento est¨¢ constitucionalmente prohibido). Este ¡°derecho a decidir¡±, por otro lado, se invoca de manera asim¨¦trica para s¨®lo una de las partes. Si una comunidad de Espa?a tuviera derecho a romper unilateralmente con el resto, el mismo derecho existir¨ªa en sentido contrario: que el resto de Espa?a decidiera romper con una de sus partes. Pero los espa?oles tampoco tienen derecho a decidir la expulsi¨®n de una comunidad.
Espa?a. Estado:
El l¨¦xico nacionalista toma a Espa?a y al Estado como si fueran un cuerpo s¨®lido, un todo sin fisuras
Desconexi¨®n
La idea de que ¡°Catalu?a¡± puede desconectarse de ¡°Espa?a¡± como si fuera un frigor¨ªfico ha constituido el eje de la campa?a independentista. La realidad ha mostrado lo inadecuado de esa met¨¢fora seductora. Las s¨®lidas vincu?laciones en todos los terrenos (desde la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes hasta la Liga de f¨²tbol, sin olvidar los trasvases fluviales, los oleoductos o los gasoductos) impiden que Catalu?a se independice de un d¨ªa para otro, frente a la idea que evoca la sencilla maniobra de retirar un enchufe. Por otro lado, el frigor¨ªfico que se desconecta se puede enchufar de nuevo sin problema (salvo la p¨¦rdida de algunos alimentos si ha transcurrido mucho tiempo) de modo que todo vuelva a su ser. En el supuesto de la hipot¨¦tica independencia, no se prev¨¦n consultas posteriores de ¡°reconexi¨®n¡±, ni siquiera si se percibiese un cambio de opini¨®n de los electores tras la supuesta votaci¨®n secesionista.
Derecho a decidir:
Si una comunidad pudiese romper con Espa?a, tambi¨¦n Espa?a podr¨ªa expulsar a una comunidad
Diputados catalanes
Los diputados nacionalistas catalanes y vascos han formado tradicionalmente grupos parlamentarios en el Congreso. CiU y PNV adoptaron como nombres oficiales respectivamente ¡°Grupo Parlamentario Catal¨¢n¡± (denominaci¨®n que se mantuvo hasta 2016) y ¡°Grupo Parlamentario Vasco¡± (todav¨ªa en la actualidad), abreviados como ¡°Grupo Catal¨¢n¡± y ¡°Grupo Vasco¡±. De tales nombres se derivaron expresiones en la prensa y en el lenguaje pol¨ªtico como ¡°los diputados catalanes votaron en contra¡±, ¡°se abstuvieron los catalanes¡±, ¡°los vascos se opusieron¡±¡ Esa identificaci¨®n con el gentilicio no se aplic¨®, sin embargo, a los diputados vascos o catalanes de otros partidos, ni siquiera cuando los socialistas del PSE o del PSC formaron grupo propio entre 1979 y 1982 (conviviendo con su grupo hermano del PSOE). En el lenguaje pol¨ªtico y period¨ªstico de estos a?os, por tanto, se ha activado continuamente la idea de que ¡°diputados catalanes¡± o ¡°senadores vascos¡± eran los nacionalistas, pero no los dem¨¢s diputados o senadores catalanes o vascos. Con tales expresiones se identificaba por tanto la condici¨®n de ¡°catal¨¢n¡± con la de ¡°nacionalista¡±.
Encaje
Hablar de ¡°el encaje de Catalu?a en Espa?a¡± remite a dos naturalezas distintas y excluyentes entre s¨ª que han de forzarse para lograr el ensamblaje de ambas; y no de una misma cosa aunque dotada de aspectos diferentes en una especie de mosaico o pieza multicolor. Se trata una vez m¨¢s de una evocaci¨®n que favorece la representaci¨®n mental de los planteamientos independentistas. La palabra ¡°encaje¡± se?ala la necesidad de ejercer una cierta fuerza para unir los elementos. Cada vez que se habla de que ¡°hay que revisar el encaje de Catalu?a en Espa?a¡± se pierde una oportunidad (voluntariamente o sin querer) de acudir a opciones como ¡°hay que revisar la presencia de Catalu?a en Espa?a¡±, ¡°la relaci¨®n de pertenencia entre Catalu?a y Espa?a¡±, ¡°la realidad de Catalu?a en Espa?a¡±, ¡°la personalidad de Catalu?a en Espa?a¡±¡ o quiz¨¢s ¡°el nuevo molde constitucional¡±, ¡°la nueva relaci¨®n entre el Estatut y la Constituci¨®n¡± y otras muchas posibilidades para elegir (o desechar).
Lengua propia:
Los catalanes tienen dos lenguas propias, al margen de cu¨¢l prefieran, pero Catalu?a s¨®lo tiene una
Espa?a. Estado
El lenguaje nacionalista toma ¡°Catalu?a¡± como un cuerpo s¨®lido y hace lo mismo con los conceptos de ¡°Espa?a¡± y ¡°Estado¡±. Estas palabras sustituyen con frecuencia a ¡°el Gobierno espa?ol¡±, pero tambi¨¦n a ¡°la justicia¡±, ¡°las Cortes¡±¡, incluso a la prensa de difusi¨®n general. La necesidad de centrar todos los males en un solo concepto (¡°Espa?a¡± o ¡°el Estado¡±) se sirve de esta sin¨¦cdoque enga?osa. Muchos espa?oles no est¨¢n de acuerdo con lo que hace ¡°Espa?a¡±, y sin embargo son incluidos en las acciones que desarrollan algunas de las partes que se integran en esa palabra. ¡°Espa?a¡± o ¡°Estado¡± pueden ser ¡°el Gobierno¡±, ¡°las Cortes¡± o ¡°la justicia¡± seg¨²n el caso, de modo que si el Gobierno estuviera en desacuerdo con lo que hacen los tribunales, eso nos llevar¨ªa al absurdo de considerar que ¡°Espa?a¡± no est¨¢ de acuerdo con lo que hace ¡°Espa?a¡±. En el caso de ¡°Estado¡± como ente jur¨ªdico, es cierto que la Fiscal¨ªa depende jer¨¢rquicamente del Gobierno, pero no as¨ª los jueces; que, adem¨¢s, han encausado a un sinf¨ªn de altos cargos del Partido Popular (lo cual cuestiona la idea de subordinaci¨®n al Gobierno).
Lengua propia
Los catalanes tienen dos lenguas propias (al menos): el catal¨¢n y el castellano. Cada catal¨¢n puede sentirse m¨¢s vinculado a una que a otra, pero la inmensa mayor¨ªa de ellos se expresa con completa competencia en ambas, y las dos forman parte de su herencia cultural. Dos lenguas propias tienen Joan Manuel Serrat o Eduardo Mendoza, lo mismo que Joan Margarit o Pere Gimferrer. Pero, siendo as¨ª que los catalanes disponen de dos lenguas propias, ¡°Catalu?a¡± s¨®lo disfruta de una (a diferencia de Navarra, que seg¨²n su ley foral 18/1986 cuenta con dos: el euskera y el castellano). La afirmaci¨®n estatutaria ¡°el catal¨¢n es la lengua propia de Catalu?a¡± lleva a deducir que el castellano es una lengua impropia de esa zona de Espa?a. Como alternativas a tal expresi¨®n, cabr¨ªa decir ¡°lengua identitaria de Catalu?a¡±, ¡°lengua aut¨®ctona¡±, ¡°lengua primaria¡± o ¡°lengua originaria¡±. A pesar de las manipulaciones hist¨®ricas nacionalistas, el castellano se us¨® desde el siglo XV en Catalu?a por la voluntad de los catalanes de hacerlo, y ese proceso se acentu¨® de forma ¡°end¨®gena¡± entre las clases altas por prestigio social y cultural, mientras que el catal¨¢n lo reservaban ¡°para usos m¨¢s dom¨¦sticos¡± (Joan-Llu¨ªs Marfany, 2001: 465). En el siglo XVIII, el est¨ªmulo por aprender castellano se debi¨® al desarrollo del comercio peninsular (Joaquim Albareda, 2010: 442), y en todo caso el catal¨¢n nunca ha sido la ¨²nica lengua de Catalu?a (Jordi Canal, 2015: 77).
Mandato
Los independentistas invocaron ¡°el mandato¡± que dicen haber recibido de ¡°el pueblo catal¨¢n¡± en favor de la independencia. En realidad, se tratar¨ªa del mandato de una parte del pueblo, pues dos millones de personas (dando por buenos unos datos ofrecidos sin las debidas condiciones de verificaci¨®n en el pasado refer¨¦ndum ilegal) suponen mucho menos de la mitad del censo (formado por 5,3 millones de electores); es decir, menos de la mitad del ¡°pueblo¡± invocado. En las elecciones de 2016, el 47,8% de los votantes apoy¨® expresamente a partidos que se declaraban secesionistas. El 52% eligi¨® otras candidaturas. Proyectados esos datos sobre el censo total, el 36,5% apoy¨® expresamente a candidaturas independentistas; y por tanto el 63,5% no lo hizo. (Sin que se pretenda con todo esto considerar un¨ªvocos como ¡°no independentistas¡± los votos en blanco, las abstenciones y los nulos; que deben quedar fuera tanto del cap¨ªtulo ¡°independentista¡± como del sentido espurio de ese ¡°mandato¡±).
Nosotros
Cuando un portavoz pol¨ªtico utiliza el pronombre ¡°nosotros¡±, ¨¦ste suele incluir a sus diputados, sus militantes o sus votantes. Sin embargo, Joan Tard¨¢ y sus correligionarios utilizan un ¡°nosotros¡± que no se proyecta sobre esa parte del electorado o sobre su propia organizaci¨®n, sino que en?globa a toda Catalu?a. En el lenguaje independentista, ¡°nosotros¡± significa ¡°el pueblo de Catalu?a¡±, mientras que el ¡°nosotros¡± de Mariano Rajoy o de Pedro S¨¢nchez no significa ¡°el pueblo espa?ol¡±. As¨ª pues, en el lenguaje nacionalista se toma de nuevo la parte como representativa del todo, ocultando la porci¨®n de los catalanes que no se ve reflejada en ese ¡°nosotros¡±. Algunos ejemplos: ¡°Nosotros, a la catalana, pac¨ªficamente, c¨ªvicamente y mayoritariamente ejerceremos el derecho a decidir¡±. ¡°Nosotros ejerceremos la resistencia pac¨ªfica, c¨ªvica y gandhiana y sabremos encontrar las f¨®rmulas¡±. ¡°Catalu?a y el Reino de Espa?a se separan (¡) porque nosotros no nos resignamos a un futuro sin esperanza¡±. Una vez m¨¢s se trata de acentuar la divisi¨®n entre ¡°nosotros¡± y ¡°vosotros¡±, tan propia del lenguaje nacionalista.
Pueblo
La palabra ¡°pueblo¡± se usa correctamente como nombre colectivo cuando refleja una acci¨®n muy generalizada (¡°el pueblo prefiere pagar menos impuestos¡±); pero se vuelve tramposa cuando la acci¨®n de una de sus partes se toma como si fuera propia del conjunto. En boca de los portavoces nacionalistas, el ¡°pueblo¡± de Catalu?a es culto, civilizado, ejemplar, emprendedor, y act¨²a siempre como un todo homog¨¦neo en pos de la independencia. As¨ª pues, los que no se comportan de ese modo no son genuinamente ¡°pueblo¡± catal¨¢n. Ejemplos: ¡°El pueblo de Catalu?a (¡) no tenemos miedo a sus amenazas¡± (Joan Tard¨¢). ¡°El objetivo prioritario del pueblo catal¨¢n es la celebraci¨®n de la consulta¡± (documento de la ANC), ¡°el pueblo se expres¨® con una claridad inapelable¡± (discurso de investidura de Carles Puigdemont). Estas expresiones suelen omitir la divisi¨®n pol¨ªtica que se da en ese ¡°pueblo¡±. Se puede decir ¡°la orquesta toc¨® una sinfon¨ªa¡± aun siendo el sustantivo colectivo (¡°la orquesta¡±) un conjunto de unidades; porque en ese caso todas ellas act¨²an de forma homog¨¦nea. Pero con el sustantivo colectivo ¡°pueblo¡± no suele suceder lo mismo, y se incurre en manipulaci¨®n cuando se toma como un todo homog¨¦neo lo que est¨¢ claramente dividido en partes divergentes. Ser¨ªa lo mismo que decir ¡°la orquesta apoya a su director¡± cuando s¨®lo lo hizo un 36,5%.
Otros art¨ªculos de ?lex Grijelmo publicados en IDEAS
Nunca hubo un mill¨®n. Los convocantes de manifestaciones exageran las cifras de asistentes hasta l¨ªmites inveros¨ªmiles.
El arte de la manipulaci¨®n masiva. Las t¨¦cnicas para mentir y controlar las opiniones se han perfeccionado en la era de la posverdad: nada m¨¢s eficaz que un enga?o basado en verdades, o envuelto sutilmente en ellas.
Nevada republicana. M¨¢s valdr¨ªa, puestos a resaltar lo sobrentendido, definir al Estado futurible catal¨¢n como "democr¨¢tico"
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Ley Refer¨¦ndum Catalu?a
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Catalu?a
- Idiomas
- Autodeterminaci¨®n
- Generalitat Catalu?a
- Refer¨¦ndum
- Lengua
- Conflictos pol¨ªticos
- Elecciones
- Gobierno auton¨®mico
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Legislaci¨®n
- Cultura
- Espa?a
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Justicia
- Sociedad
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Independentismo
- Ideas