Miner¨ªa espacial
Los asteroides m¨¢s cercanos a la Tierra (NEA) podr¨ªan convertirse en una importante fuente de materias primas
Como vimos la semana pasada, Ceres, el planeta enano del cintur¨®n de asteroides, cuya masa es un tercio de la de todo el cintur¨®n, podr¨ªa convertirse en una?estaci¨®n de servicio espacial de cara a posibles expediciones a los planetas exteriores, y tambi¨¦n podr¨ªa ser la base principal de una hipot¨¦tica miner¨ªa asteroidal.
Ceres fue descubierto porque los astr¨®nomos supon¨ªan que a esa distancia del Sol deb¨ªa haber un planeta. ?Por qu¨¦? Porque, tomando como unidad la distancia de la Tierra al Sol o ¡°unidad astron¨®mica¡± (UA), las respectivas distancias de los planetas al Sol se aproximaban a la secuencia 0.4 (Mercurio), 0.7 (Venus), 1 (la Tierra), 1.6 (Marte), 5.2 (J¨²piter), 10 (Saturno), 19.6 (Urano), y en dicha secuencia falta un t¨¦rmino ente 1.6 y 5.2 (?cu¨¢l es el t¨¦rmino faltante?). Al buscar un planeta a esa distancia, Giuseppe Piazzi descubri¨® el primer cuerpo del cintur¨®n de asteroides, el planeta enano Ceres, en 1801.
Neptuno a¨²n no hab¨ªa sido descubierto a principios del siglo XIX, y su distancia al Sol es de 30.1 UA (?se ajusta a la secuencia 0.4, 0.7, 1, 1.6, x, 5.2, 10, 19.6?). Por cierto, tanto Neptuno como Ceres se suelen poner como ejemplo de cuerpos celestes descubiertos a partir de consideraciones matem¨¢ticas que indicaban d¨®nde hab¨ªa que buscarlos; pero hay una diferencia sustancial entre ambos casos: Ceres fue descubierto al margen de cualquier consideraci¨®n astrof¨ªsica, simplemente porque faltaba un t¨¦rmino en una secuencia num¨¦rica que segu¨ªa una cierta pauta (como dijo un famoso astr¨®nomo: ¡°El Creador no puede haber dejado ese hueco sin llenar¡±), mientras que los c¨¢lculos matem¨¢ticos que llevaron al descubrimiento de Neptuno, en 1847, se derivaban de la observaci¨®n de ciertas perturbaciones en las ¨®rbitas de Urano, Saturno y J¨²piter.
Agua y metales preciosos
Los asteroides m¨¢s cercanos a la Tierra (NEA: Near Earth Asteroids) podr¨ªan convertirse, en un futuro no muy lejano, en fuentes de materias primas. Como vimos, en Ceres hay agua helada en abundancia, y tambi¨¦n la hay en muchos asteroides de tipo C (carbon¨¢ceos), y esa agua podr¨ªa permitir a los veh¨ªculos espaciales repostar ox¨ªgeno para respirar e hidr¨®geno como combustible. Adem¨¢s, en los asteroides de tipo M (met¨¢licos) puede haber, f¨¢cilmente extra¨ªbles, grandes cantidades de platino y otros metales escasos en la Tierra.
La pr¨¢cticamente nula gravedad de los asteroides tendr¨ªa, de cara a una hipot¨¦tica miner¨ªa espacial, sus ventajas y sus inconvenientes. Por una parte, mandar los materiales extra¨ªdos a una estaci¨®n espacial (o a Ceres, o a la Luna) para su procesamiento ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil y barato al no tener que alcanzar velocidad de escape alguna. Pero, por otra parte, esa misma falta de gravedad dificultar¨ªa las tareas, ya que tanto los materiales extra¨ªdos como el equipamiento utilizado y los propios operarios, ya fueran humanos o robots, deber¨ªan anclarse de alguna manera a los asteroides abordados. Puesto que cada acci¨®n en la superficie del asteroide provocar¨ªa una reacci¨®n de signo contrario, la falta de atracci¨®n se traducir¨ªa en una aparente ¡°repulsi¨®n¡± que dificultar¨ªa todo tipo de tareas.
Invito a mis sagaces lectoras/es a pensar un sistema de anclaje y de transporte para facilitar una hipot¨¦tica explotaci¨®n minera de los asteroides, si se llevara a cabo con los recursos tecnol¨®gicos actuales.
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
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