La emigrante espa?ola que acab¨® trabajando para cuatro presidentes de Estados Unidos

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Cristina Rabad¨¢n, madrile?a nacida en Hamburgo en 1962, lleg¨® a Estados Unidos hace 33 a?os, con un t¨ªtulo en Farmacia de la Complutense y sin hablar ni una palabra de ingl¨¦s. Pero fue el espa?ol lo que la convirti¨® en una pieza fundamental en su nuevo pa¨ªs. Empez¨® limpiando pipetas y tubos de ensayo en un laboratorio y acab¨® trabajando para cuatro presidentes: Clinton, Bush, Obama y Trump (hasta 2018). "Nadie es imprescindible, pero yo fui ¨²til", sentencia con una sonrisa.

Primero como directora del Instituto de Coraz¨®n, Pulm¨®n y Sangre y despu¨¦s como responsable de la relaci¨®n de Estados Unidos con los otros pa¨ªses del continente, Rabad¨¢n tuvo un papel muy relevante en momentos hist¨®ricos como el deshielo de las relaciones con Cuba. "Fueron dos a?os muy interesantes, ¨¦ramos conscientes de que est¨¢bamos haciendo historia. Estuve cinco veces en el pa¨ªs y pudimos avanzar en muchos acuerdos sobre c¨¢ncer, zika...", explica. "Mi objetivo era bajar los acuerdos pol¨ªticos al nivel t¨¦cnico para asegurarnos de que la colaboraci¨®n segu¨ªa aunque hubiese un cambio de Gobierno. Aunque ahora lo cierto es que la cosa se ha congelado, hay que esperar a que vengan tiempos mejores", resume.

En Estados Unidos pudo realizar un doctorado en Bioqu¨ªmica y despu¨¦s gan¨® una plaza en el Instituto Nacional de Salud, ah¨ª fue donde comenz¨® su etapa en el sector p¨²blico. "En 2000 no hab¨ªa muchas bioqu¨ªmicas que pudiesen hablar espa?ol", resume. Estaba en el momento adecuado y en el lugar preciso. Por eso se convirti¨® tambi¨¦n en la voz del Gobierno con la comunidad hispana en algunas de las campa?as de prevenci¨®n de enfermedades m¨¢s importantes.

Rabad¨¢n visit¨® Espa?a a finales de octubre para participar en el congreso de la Sociedad Espa?ola de Medicina Tropical y Salud Internacional. Justo unas semanas antes de que se detectara en Madrid uno de los primeros casos de dengue por transmisi¨®n sexual en el mundo. "La epidemia del ¨¦bola cambi¨® un poco la mentalidad pero todav¨ªa hay gente que se piensa que esto de las enfermedades tropicales es algo que qued¨® en el siglo XIX", se?ala. Durante aquel brote de 2014 que mat¨® a m¨¢s de 11.300 personas, Rabad¨¢n tambi¨¦n particip¨® en las conversaciones del Gobierno estadounidense con el espa?ol en la coordinaci¨®n de la respuesta ante la emergencia, despu¨¦s de que una enfermera se contagiara en territorio nacional. "Recuerdo con bastante orgullo la reacci¨®n que tuvo Espa?a ante la situaci¨®n, en Estados Unidos aprendimos mucho de aquella respuesta", recuerda.

La epidemia del ¨¦bola cambi¨® un poco la mentalidad pero todav¨ªa hay gente que se piensa que esto de las enfermedades tropicales es algo que qued¨® en el siglo XIX

Actualmente en excedencia de su labor p¨²blica, ocupa un puesto de profesora adjunta en la Universidad de George Washington y es directora asociada en Westat, una corporaci¨®n que realiza ensayos cl¨ªnicos en todo el mundo. "Hace a?os solo se hablaba de salud global cuando hab¨ªa una pandemia, ahora se ha incluido en el tablero de las negociaciones entre pa¨ªses y los cient¨ªficos tenemos que estar en los ministerios para asegurarnos de que los pol¨ªticos tienen la informaci¨®n correcta y no se usa la salud como moneda de cambio", recalca.

Durante su ¨¦poca como directora del Instituto de Coraz¨®n, Pulm¨®n y Sangre puso en marcha un programa para dotar de recursos a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo para prepararse para enfermedades cr¨®nicas como la diabetes o la hipertensi¨®n. Un proyecto valorado en 34 millones de d¨®lares que finaliz¨® en 2015 y que por ahora no va a continuar. "Es una de las iniciativas que me dio m¨¢s satisfacci¨®n porque es necesario dotar a estos pa¨ªses de las herramientas necesarias. La obesidad, por ejemplo, es un problema que ya est¨¢ aqu¨ª", sentencia.

Tambi¨¦n trabaj¨® en otro punto hoy m¨¢s candente que nunca: la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos. "No hay muchas diferencias a uno y otro lado, en los dos sitios hay obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y tambi¨¦n tuberculosis y sida", indica. Rabad¨¢n destaca la intensa relaci¨®n que hay entre autoridades municipales y sanitarias de uno y otro lado, m¨¢s all¨¢ de las relaciones a nivel estatal. "La frontera es una regi¨®n aparte. Es un gran ejemplo de cooperaci¨®n sanitaria donde los municipios trabajan con sus ciudades hermanas para prevenir epidemias", afirma.

Tras los dos primeros a?os de la Administraci¨®n Trump, la cient¨ªfica decidi¨® aceptar un cargo en una multinacional sanitaria. "No me fui tanto por motivos pol¨ªticos como por experimentar el sector privado, y el Gobierno te da la posibilidad de tener una excedencia para hacerlo", apunta. Esta exalumna de la Complutense cierra por ahora su etapa p¨²blica con cuatro presidentes a sus espaldas.

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