?Qu¨¦ es peor, beber un poco a diario o mucho pero ocasionalmente?
En busca de motivos que justifiquen que el alcohol sigue presente en la pir¨¢mide nutricional
La verdad surge del vino. O no. Pero aun siendo cierto, dejaremos que acabe aqu¨ª la sabidur¨ªa popular para, ciencia en ristre, responder a cuestiones que ata?en a nuestra salud. Algunas planean desde hace tiempo sobre nuestras cabezas sin que los cient¨ªficos acierten a dar un dictamen claro: ?d¨®nde est¨¢ la sobriedad? ?Importa m¨¢s la cantidad o la frecuencia con la que bebemos? Las respuestas son relevantes porque el alcohol es, desde hace siglos, bebida corriente, y parece que todas las ocasiones son buenas para un buen caldo.
Empecemos por lo cotidiano, por esa vieja amistad entre el vino y el hombre a la hora de paladear cualquier comida. Desde hace d¨¦cadas, las revistas cient¨ªficas m¨¢s prestigiosas vienen publicando estudios que alardean de algunas bondades del alcohol, fundamentalmente el vino tinto, y as¨ª lo ratifica el cardi¨®logo Fernando Cabrera. "Por su contenido en flavonoides y otros antioxidantes, y por su capacidad de reducir la formaci¨®n de co¨¢gulos, protege al coraz¨®n y a los vasos sangu¨ªneos de los efectos da?inos de los radicales libres de ox¨ªgeno producidos en nuestro cuerpo. Esto puede estar asociado con una menor mortalidad por enfermedades card¨ªacas", dice. ?Entonces podemos tomarnos la copita diaria o la ca?a en el aperitivo de media ma?ana como una recomendaci¨®n facultativa?
Cabrera puntualiza que el beneficio encontrado en la cerveza o el vino est¨¢ en sus componentes, no en el alcohol. "Una cerveza sin alcohol aportar¨ªa los mismos provechos, no as¨ª el vino, ya que su comercializaci¨®n sin alcohol est¨¢ limitada por su p¨¦rdida de calidad en el sabor". El m¨¦dico tambi¨¦n aclara que no hay ninguna prueba cient¨ªfica de que beber vino o cualquier otra bebida alcoh¨®lica pueda reemplazar medidas convencionales recomendadas por la Asociaci¨®n Americana del Coraz¨®n, como son las relacionadas con la actividad f¨ªsica y la dieta saludable, pilares b¨¢sicos en el control de la presi¨®n arterial y reducci¨®n del colesterol.
Hablamos, en todo caso, de un consumo moderado y regular. Lo contrario, es decir, una ingesta excesiva y compulsiva, implicar¨ªa, seg¨²n Cabrera, riesgos m¨¢s graves, como alcoholismo, hipertensi¨®n arterial, diabetes, obesidad, accidente cerebrovascular, c¨¢ncer de mama, suicidio o accidentes de tr¨¢fico y dom¨¦sticos. Con estos datos, el cardi¨®logo emite un dictamen: "Es claramente peor beber mucho ocasionalmente que poco a diario, siempre que sea consumo de vino o cerveza".
La graduaci¨®n marca la diferencia
La cosa cambia si pasamos a bebidas alcoh¨®licas m¨¢s fuertes y de mayor graduaci¨®n, como pueden ser el ron, tequila, aguardiente, an¨ªs, whisky o vodka. Investigadores de la Universidad de Corea y del Hospital Anam de Corea del Sur determinan en un estudio publicado hace unas semanas que beber con frecuencia es un factor de riesgo mayor para la fibrilaci¨®n auricular de inicio reciente que un consumo excesivo ocasional.
La fibrilaci¨®n auricular es la taquiarritmia m¨¢s frecuente y sus consecuencias se extienden a eventos cardiovasculares, incluido el accidente cerebrovascular isqu¨¦mico. En los ¨²ltimos a?os ha habido un avance extraordinario en su tratamiento, mediante ablaci¨®n por radiofrecuencia, choque el¨¦ctrico de corriente continua o f¨¢rmacos, pero la prevenci¨®n no ha recibido suficiente atenci¨®n, seg¨²n describe en su trabajo el equipo coreano.
Su objetivo fue evaluar la importancia relativa de beber con frecuencia frente a un consumo desmesurado de forma ocasional. En comparaci¨®n con los pacientes que beben dos veces por semana, quienes lo hac¨ªan solo una vez mostraron un riesgo menor. El m¨¢s alto fue para aquellos que tomaban alcohol todos los d¨ªas. Sin embargo, la cantidad por sesi¨®n no present¨® ninguna asociaci¨®n clara con esta enfermedad. Independientemente de si la ingesta semanal exced¨ªa los 210 gramos, la frecuencia se asoci¨® significativamente con la aparici¨®n de fibrilaci¨®n auricular. Por lo tanto, beber una peque?a cantidad de alcohol de alta graduaci¨®n con frecuencia no es la mejor estrategia para evitar este trastorno.
Tampoco lo es para quien aspire a una vida longeva. Un equipo de cient¨ªficos de la Universidad de Cambridge ha sentenciado que beber un trago diario puede acortar la vida en seis meses. En el estudio, publicado en la revista The Lancet, se analizaron los historiales m¨¦dicos de 600.000 personas consumidoras habituales de alcohol en 19 pa¨ªses. Los cient¨ªficos descubrieron que el l¨ªmite m¨¢ximo para beber con seguridad, antes de que se desencadene un riesgo mayor de muerte, es de unas 12,5 unidades a la semana, el equivalente a unas cinco pintas de cerveza o cinco vasos de 175 mililitros de vino. Por encima de esta cantidad, se dispara el riesgo de accidente cerebrovascular, hipertensi¨®n mortal, insuficiencia card¨ªaca y aneurisma. Tomar 18 bebidas o m¨¢s, por ejemplo, supone restar hasta cinco a?os de vida.
Veintiuna borracheras en formato 'reality': para quitarte las ganas
En 2015, los gemelos brit¨¢nicos Xand y Chris van Tulleken, m¨¦dicos y presentadores de televisi¨®n, quisieron probar en sus propias carnes si realmente causa m¨¢s da?o una borrachera ocasional que dos copas de vino a diario. Despu¨¦s de cerciorarse de que su h¨ªgado estaba en perfectas condiciones, se propusieron beber 21 unidades de alcohol a la semana durante un mes. Chris las distribuy¨® uniformemente de lunes a domingo. 250 mililitros de vino cada noche. Xand, que opt¨® por el vodka, escogi¨® beberlas de una tacada durante los fines de semana.
Al cabo de un mes, el h¨ªgado de uno y otro estaba tan da?ado que, de haber seguido con ese ritmo, habr¨ªa culminado en cirrosis. Ambos llegaron a la conclusi¨®n de que ninguna de las dos opciones es aconsejable, y que las 21 unidades que hab¨ªan considerado aceptables no hacen sino arriesgar la salud, aunque se repartan a lo largo de la semana. En un art¨ªculo publicado en la BBC, Chris cuenta que sus dos copas diarias le hicieron rendir peor y sentirse m¨¢s cansado, pero Xand era el que sufr¨ªa las consecuencias m¨¢s inmediatas de sus cogorzas. Se sent¨ªa fatal, era incapaz de recordar nada y se convert¨ªa en un "imb¨¦cil llor¨®n". Las resacas fueron terribles.
Este efecto se advierte especialmente en cerebros j¨®venes, cuyo patr¨®n de consumo habitual es mucha cantidad de alcohol en fin de semana y sin comida. Seg¨²n Consuelo Guerri, jefa del laboratorio de Patolog¨ªa Celular del Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe de Valencia, hacer botell¨®n todos los viernes y s¨¢bados lleva a perder de forma permanente la capacidad de aprender y memorizar. Se produce un retraso irreversible en la zona de conocimiento debido a alteraciones en la mielina, sustancia responsable de la transmisi¨®n de los impulsos nerviosos.
Un solo episodio de consumo excesivo de alcohol, cinco o m¨¢s bebidas en unas dos horas, puede tener efectos graves en todas las partes del cuerpo a medio y largo plazo, no solo en el cerebro. Seg¨²n un reciente estudio de la Universidad de California en San Francisco, 21 borracheras durante siete semanas fueron suficientes para causar s¨ªntomas de enfermedad hep¨¢tica en estadio temprano en ratones.
?Por qu¨¦ el alcohol no cae de la pir¨¢mide nutricional?
Llama la atenci¨®n que, a pesar de que los mensajes sobre el consumo de alcohol cada vez van m¨¢s en la l¨ªnea de que no hay un consumo seguro, las bebidas alcoh¨®licas siguen formando parte de la pir¨¢mide nutricional. Cabrera tiene una explicaci¨®n: "Las bebidas fermentadas, dentro de la pir¨¢mide nutricional, est¨¢n dentro de un consumo opcional, ocasional y moderado. Bajo esas condiciones no est¨¢n excluidas de la pir¨¢mide, igual que no lo est¨¢n la boller¨ªa industrial o las golosinas que damos a nuestros hijos sin ning¨²n examen de conciencia, sabiendo que incrementan los niveles de colesterol malo y de otras grasas, como los triglic¨¦ridos".
Jerogl¨ªficos de la pir¨¢mide nutricional aparte, su consejo es que, al menos en salud cardiovascular, nos olvidemos de tolerancia m¨ªnima y tengamos claro que hay poblaciones en las que el alcohol es claramente perjudicial, como es el caso de mujeres embarazadas, pacientes con determinadas enfermedades, sobre todo card¨ªacas, m¨¢s a¨²n si presentan insuficiencia, o hep¨¢ticas.
Una vez concluida la entrevista como m¨¦dico, Cabrera se quita la bata y habla como un individuo m¨¢s, pero con un conocimiento profundo de los pros y contras: "Creo que tenemos que conciliar la salud con el bienestar. Probablemente debemos tener la conciencia tranquila y actuar como con otros h¨¢bitos diet¨¦ticos, gui¨¢ndonos por el sentido com¨²n. Ni prohibir comer huevo ni desayunarlos fritos con panceta a diario son posturas razonables, lo que es extrapolable al vino o la cerveza".
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