El da?o silencioso que el alcohol hace al bebedor pasivo y no reconocemos
Ser bebedor pasivo una noche puede ser exasperante, serlo habitualmente tiene riesgos serios que la sociedad no acaba de admitir
Que tu pareja se emborrache a diario no afecta a tu h¨ªgado, tampoco a tu p¨¢ncreas ni al de tus hijos. El alcohol no se queda suspendido en el aire como el humo del tabaco, no penetra en el cuerpo de quienes est¨¢n cerca de un bebedor habitual, pero eso no significa que el h¨¢bito no tenga consecuencias nocivas para ellos. Si fumar delante de los ni?os es una conducta socialmente reprobada por la toxicidad del humo, pero tambi¨¦n por la del h¨¢bito que se normaliza, ense?arles a intoxicarse con la bebida como si no pasara nada deber¨ªa tener la misma categor¨ªa.
Si un fumador pasivo tiene un 35% m¨¢s de probabilidades de padecer un infarto o un c¨¢ncer de pulm¨®n que quien no convive con un adicto al tabaco, quien comparte la vida con un alcoh¨®lico tiene m¨¢s posibilidades de sufrir episodios de violencia, un accidente de tr¨¢fico, un aborto espont¨¢neo y un hijo con s¨ªndrome alcoh¨®lico fetal, que aglutina numerosos problemas f¨ªsicos, mentales y de crecimiento del feto que derivan del consumo de alcohol de una embarazada. Pero mientras la legislaci¨®n y la sociedad ya reconocen la figura del fumador pasivo (un informe de la comisi¨®n europea asegura que las leyes antitabaco aprobadas en la UE en los ¨²ltimos a?os han reducido hasta en un 46% de media la exposici¨®n al humo del tabaco de los no fumadores). En Espa?a, el n¨²mero de fumadores pasivos cay¨® con fuerza tras la ley antitabaco. En comparaci¨®n, el bebedor pasivo parece indefenso.
El alcoholismo se hereda
Un estudio del Instituto de salud p¨²blica de Emeryville, en California (Estados Unidos), asegura que uno de cada cinco estadounidenses se vieron perjudicados por el consumo de alcohol de otra persona durante 2018. Son 53 millones de personas que sufrieron amenazas, acoso, da?os en su propiedad, vandalismo, agresi¨®n f¨ªsica, problemas econ¨®micos y en las relaciones sentimentales, accidentes de tr¨¢fico¡ La intenci¨®n de esta investigaci¨®n fue hacer entender a los bebedores empedernidos, y a la sociedad en general, que estas consecuencias de una noche farra no son aceptables, e intentar dar argumentos para cambiar las pol¨ªticas p¨²blicas en el pa¨ªs, como ya se hizo con el tabaco. Son problemas graves, pero al menos est¨¢n bien a la vista. Hay una realidad que es m¨¢s perjudicial porque hace que los problemas se trasladen a otras personas, y es terriblemente insidiosa.
"Lo celebramos todo con alcohol y, despu¨¦s de un d¨ªa de estr¨¦s en el trabajo, tenemos asimilado que nos merecemos una copa o una cerveza para relajarnos. Pero, aunque creamos lo contrario, no es cierto que te relaje", explica la directora de los programas de alcohol de Proyecto Hombre Baleares, Carmen Jim¨¦nez. Y hay estudios que demuestran que los hijos de bebedores tienen m¨¢s posibilidades de convertirse en alcoh¨®licos, as¨ª como de padecer depresi¨®n y ansiedad cuando se hacen adultos. Pero tambi¨¦n hay muchos que tienden a unirse a parejas, que como sus progenitores, beben. Y, con todo, "el abuso del alcohol no es solo un problema que se circunscribe a los alcoh¨®licos", dice Jim¨¦nez.
La cultura alcoh¨®lica se transmite generaci¨®n tras generaci¨®n, y uno puede minusvalorar el riesgo de desconocer si tu hijo va a ser m¨¢s vulnerable neurol¨®gicamente que t¨² a este tipo de bebidas. "El adulto bebedor no sabe que, con su ejemplo, est¨¢ haciendo un da?o irreparable a su hijo, porque nadie le asegura al bebedor social que sus peque?os, testigos de sus fiestas, no hayan nacido con m¨¢s vulnerabilidad que sus padres al alcohol", explica Jim¨¦nez, quien reconoce que es dif¨ªcil tomar conciencia en un pa¨ªs de bares como Espa?a, en el que algunas ciudades llegan a tener 5 establecimientos por cada 1.000 habitantes.
La idea que la sociedad no parece haber interiorizado es que no hace falta ser alcoh¨®lico para que los hijos sean m¨¢s propensos a tener problemas con la bebida, cuando sus padres beben habitualmente delante de ellos. Las conductas se aprenden por imitaci¨®n, y beber no se libra de este proceso. El problema es que este h¨¢bito comporta serios riesgos para la salud, especialmente cuando se inicia a edades tempranas en las que varios ¨®rganos del cuerpo est¨¢n a¨²n en proceso de desarrollo. Y la vista no es el ¨²nico sentido por el que se transmite a la descendencia una idea banal sobre el consumo de alcohol.
El lenguaje es importante. Hay una gran cantidad de frases asociadas al universo alcoh¨®lico que se pronuncian entre rondas y que pueden ser muy perjudiciales por la manera en la que hacen que los ni?os perciban esta droga. Si solo pasar el tiempo en el bar con un ni?o peque?o ya es un ejemplo bastante cuestionable, todo lo que ah¨ª sucede solo amplifica el efecto negativo que puede tener. Por ejemplo, las bromas a las personas que piden ca?as sin alcohol le transmiten la idea de que eso puede determinar el grado de aceptaci¨®n que puede tener en un grupo, algo muy importante en ciertas etapas de la vida.
No es lo mismo que el tabaco, pero es igual de malo
"Bueno, es que no es lo mismo". Esta es la respuesta habitual cuando se comparan los efectos colaterales del alcohol con los del tabaco, dice Jim¨¦nez. "A la gente no le parece para tanto, pero durante todos los a?os que llevo trabajando con alcoh¨®licos llevo viendo lo mismo: la enorme repercusi¨®n que esta sustancia tiene en el entorno de quien abusa de ¨¦l. Absolutamente todos los que le rodean se ven afectados. Los hijos de un padre o una madre alcoh¨®lica, por ejemplo, crecen entendiendo a la fuerza que sus sentimientos y necesidades no son tan importantes como cuidar de su progenitor". Asumen responsabilidades que no les corresponden, viven con una permanente sensaci¨®n de miedo e incertidumbre ante lo que pueda pasar, desde episodios de violencia familiar hasta accidentes de tr¨¢fico y dom¨¦sticos, resultados de que las capacidades de ese padre o madre est¨¢n constantemente disminuidas.
Jim¨¦nez cuenta c¨®mo no hace mucho le preguntaba a un paciente: ?C¨®mo piensas que hubiera sido la vida de tu hijo sin haber tenido un padre dependiente del alcohol? ?C¨®mo hubiera sido su vida sin tener un padre ausente, teniendo que ser ¨¦l, un menor, quien cuidara de ti? "?Sabes que me contest¨®? Pues que, en realidad, el chaval no hab¨ªa salido del todo mal para todo por lo que hab¨ªa tenido que ver y pasar en la vida. A¨²n no era consciente del da?o causado y se justificaba sin ser consciente de la trascendencia que su comportamiento hab¨ªa tenido para la vida de su hijo, pero lo asombroso es que esta justificaci¨®n no solo llega por parte de ¨¦l (que, como todos los adictos al alcohol, tienden a justificar sus actos), tambi¨¦n el resto de la sociedad utiliza el mismo argumento". Y es cierto que es lo mismo, pero tambi¨¦n que es igual de malo.
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