?frica: por qu¨¦ crece tanto la poblaci¨®n y c¨®mo cambiar la tendencia

Las tasas de crecimiento demogr¨¢fico siguen planteando problemas persistentes para los esfuerzos de desarrollo en ?frica. Se espera que la poblaci¨®n se duplique aproximadamente para el a?o 2050. Esto a?adir¨¢ 1.200 millones de personas a los 1.300 millones que viven actualmente en este continente.

Lo que est¨¢ impulsando el crecimiento de la poblaci¨®n, y lo que se puede hacer para frenar la tendencia, es uno de los temas que se han abordado en la 8? Conferencia Africana de Poblaci¨®n, recientemente celebrada en Uganda. Uno de los asuntos centrales del debate ha sido el papel de los est¨ªmulos y los incentivos para lograr la transici¨®n demogr¨¢fica en el continente.

Sobre la mesa estaba la siguiente pregunta: ?pueden, y deben, utilizarse estos incentivos y est¨ªmulos para efectuar cambios en los patrones de fecundidad? Se consideraron, entre otras, las siguientes cuestiones: las implicaciones ¨¦ticas, si las iniciativas funcionan, y bajo qu¨¦ condiciones; qu¨¦ medidas espec¨ªficas se recomiendan y a qui¨¦nes deben dirigirse y por qu¨¦.

La mejor manera de responder a estas cuestiones es considerando los factores clave que impulsan el crecimiento demogr¨¢fico en ?frica. El principal es la alta fecundidad fomentada por m¨²ltiples factores, entre ellos el n¨²mero deseado de miembros en la familia, los bajos niveles de uso de anticonceptivos modernos y los altos niveles de procreaci¨®n en la adolescencia.

Los factores principales

La mujer en ?frica tiene actualmente alrededor de 4,7 hijos de media. Esto var¨ªa significativamente desde 2,5 en la parte meridional a entre 5,5 y 5,8 en la zona central y occidental. El promedio en otras partes del mundo es de 2,2 o incluso menos, y el promedio mundial es de 2,5 hijos por mujer.

Una de las razones por las que las mujeres africanas todav¨ªa tienen tantos hijos es por la edad en la que se convierten en madres por primera vez, que es m¨¢s de cuatro a?os antes que el promedio mundial, a los 26. Adem¨¢s, las tasas de natalidad entre las adolescentes son muy altas. En ?frica central y occidental, por ejemplo, son casi tres veces superiores al promedio mundial.

El impacto que tiene la maternidad temprana en el r¨¢pido crecimiento de la poblaci¨®n es habitualmente ignorado, lo que es un error, porque sus efectos sobre la fertilidad son directos ya que un inicio temprano aumenta los a?os de exposici¨®n al embarazo.

Tambi¨¦n tiene efectos indirectos. En primer lugar, las mujeres que comienzan a procrear pronto pueden ver mermada su capacidad para decidir o negociar sobre su rol reproductivo. Tambi¨¦n pueden perder oportunidades de desarrollo personal, como la educaci¨®n formal, porque esta compite directamente con la maternidad. En segundo lugar, parir pronto conduce a diferencias intergeneracionales m¨¢s cortas, lo que se define como la diferencia de edad entre madres e hijas y que agrava las tasas de crecimiento de la poblaci¨®n. Retrasar estos pasos vitales podr¨ªa reducir considerablemente la tasa de crecimiento de la poblaci¨®n. Esto podr¨ªa ocurrir incluso sin necesidad de cambiar los comportamientos relacionados con la fertilidad.

La mujer en ?frica tiene actualmente alrededor de 4,7 hijos de media, el promedio mundial es de 2,5

Otro factor relevante gira en torno a la planificaci¨®n familiar. Aproximadamente una de cada cuatro mujeres del continente tiene una necesidad de planificaci¨®n familiar no resuelta. Son las sexualmente activas que desean interrumpir ¡ªo retrasar la maternidad al menos un par de a?os¡ª pero que no utilizan ning¨²n m¨¦todo moderno. El apoyo para que logren controlar su fecundidad podr¨ªa reducir significativamente el crecimiento de la poblaci¨®n.

Tambi¨¦n hay pruebas de que la mitad de las diferencias en la fertilidad entre los pa¨ªses del ?frica subsahariana y las dem¨¢s regiones se deben a diferencias en los programas de planificaci¨®n familiar y a los entornos sociales. Los cambios pueden facilitar que los anticonceptivos sean m¨¢s accesibles y reducir as¨ª el aumento de la poblaci¨®n.

Los entornos sociales pueden modificarse organizando comunitariamente la informaci¨®n sobre las maneras para evitar embarazos, as¨ª como la dispensaci¨®n de anticonceptivos. La disponibilidad de centros de planificaci¨®n familiar puede estimular el uso de estos servicios incluso entre las mujeres desfavorecidas, pobres, analfabetas y rurales. Abordar estas diferencias puede ayudar a conocer las necesidades de las mujeres en ?frica y controlar la demograf¨ªa.

Los debates sobre los incentivos en otros pa¨ªses

A nivel mundial, los esfuerzos para apoyar los cambios en el comportamiento reproductivo han hecho hincapi¨¦ en el valor de la decisi¨®n individual. Sin embargo, en algunos casos se ha intentado llevar a cabo cambios en los comportamientos relacionados con la fecundidad mediante el uso de diferentes incentivos y desincentivos.

En un extremo est¨¢n las medidas coercitivas. Por ejemplo, la pol¨ªtica de hijo ¨²nico en China o la esterilizaci¨®n involuntaria de mujeres pobres en la India. Pero, la mayor¨ªa de los intentos de (des)incentivar los comportamientos de fertilidad son m¨¢s sutiles. Suelen incluir elementos disuasorios de tipo econ¨®mico o incentivos para promover la planificaci¨®n familiar o pagar para incrementar la aceptaci¨®n y aplicaci¨®n de la misma. En pa¨ªses como Kenia, Malawi y Zambia se han ensayado programas de transferencias monetarias.

El uso de incentivos financieros y otros est¨ªmulos para lograr cambios no est¨¢ exento de disensiones. La ¨¦tica, por ejemplo, es un tema importante y sigue siendo objeto de debate. Las medidas por parte de las autoridades competentes deben tener en cuenta el hecho de que generalmente las altas tasas de fecundidad se deben a creencias e interpretaciones religiosas y culturales muy arraigadas.

Las mujeres que comienzan a procrear pronto pueden ver mermada su capacidad para decidir o negociar sobre su rol reproductivo

Otra reflexi¨®n tiene que ver con la econom¨ªa. Los incentivos pueden afectar de manera diferente a las decisiones de una familia pobre y de otra rica. Por lo tanto, es importante no imponer comportamientos que planteen situaciones complicadas para las mujeres, como ocurri¨® en India.

Los gobiernos tambi¨¦n se enfrentan a dilemas ¨¦ticos cuando han de optar entre garantizar la protecci¨®n de los derechos de las personas (y los hijos que desean tener) o, por el contrario, proteger el bienestar de la comunidad, lo que implica unos objetivos de desarrollo que requieren tasas de crecimiento demogr¨¢fico m¨¢s lentas. Es necesario que los responsables legislativos de ?frica apliquen medidas eficaces, pr¨¢cticas y s¨®lidas ¨¦ticamente. Y se debe buscar informaci¨®n contextual antes de implementar programas basados en incentivos, que son potencialmente muy controvertidos.

Este art¨ªculo fue publicado previamente en The Conversation. Traducido con la colaboraci¨®n de Casa ?frica. Traducci¨®n: Marta Hidalgo.

Alex Ezeh Dornsife es profesor de salud global en la Universidad de Drexel. Garumma Tolu Feyissa es investigador en la Escuela de Salud P¨²blica de Dornsnife en la Universidad de Drexel.

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