Tres ciudades, tres Estados y un reto: que las armas dejen de fluir por el Amazonas
?C¨®mo reducir el tr¨¢fico il¨ªcito, las actividades ilegales y el impacto de la violencia armada para proteger y asegurar el desarrollo?
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Tabatinga, Brasil. Veinticinco agentes de la polic¨ªa federal luchan contra la criminalidad en un esfuerzo por contener la violencia armada. En una ciudad de unos 60.000 habitantes, se han producido m¨¢s de 25 homicidios en el primer cuarto del a?o. En un lugar donde todos se conocen.
Leticia, Colombia. A menos de cien metros de Tabatinga, decenas de cadetes de la polic¨ªa colombiana marchan en formaci¨®n. El sonido de sus c¨¢nticos y sus pasos recorre las calles y se mezcla con el ruido de los picos y las palas de las construcciones de nuevos hoteles y comercios. En el bullicioso ir y venir de la ciudad, el comercio legal y el turismo conviven con el contrabando, inversiones de procedencia dudosa y otras actividades ilegales.
Santa Rosa, Per¨². A cinco minutos en barca de Leticia y Tabatinga, los ni?os juegan en el agua junto a los palafitos que mantienen sus casas a flote. Un polic¨ªa patrulla la ¨²nica calle empedrada del lugar mientras sus otros cinco compa?eros se sientan alrededor de una mesa, quiz¨¢s pregunt¨¢ndose c¨®mo ser¨¢n capaces de cubrir los m¨¢s de quinientos kil¨®metros de frontera fluvial que separan Santa Rosa de Iquitos, el destacamento m¨¢s cercano en territorio peruano.
Tres peque?as ciudades contiguas e interconectadas, rodeadas de miles de kil¨®metros de selva, ¨²nicamente accesibles por aire o navegando durante horas por caudales amaz¨®nicos. Un contexto de fronteras porosas, donde en diez minutos puedes transitar por los tres Estados sin necesidad de pasar un control migratorio o fronterizo. Enfrente, grupos criminales que se benefician de negocios ilegales extremadamente lucrativos: decenas de laboratorios clandestinos de pasta base de coca¨ªna, toneladas de marihuana en ruta hacia los mercados de las grandes metr¨®polis brasile?as, docenas de dragas ilegales extrayendo oro de los lechos de los r¨ªos, y cientos de coloridas especies amaz¨®nicas enviadas clandestinamente hacia Estados Unidos y Europa.
Y del mismo modo que el r¨ªo arrastra su caudal, las actividades ilegales van acompa?adas de un flujo lento, continuo y a¨²n m¨¢s oscuro: el caudal de las armas y sus municiones. El mismo caudal oscuro que se ha cobrado la vida de 25 personas en Tabatinga en s¨®lo tres meses. Los grupos del crimen organizado que operan en la zona, el Comando Rojo, La Familia del Norte o el Primer Comando de la Capital, entre otros, necesitan armas para proteger sus actividades ilegales de las amenazas de otros grupos criminales que pugnan por el control de sus rutas y sus negocios y de la persecuci¨®n de las fuerzas de seguridad. Pero ?de d¨®nde provienen sus armas y municiones?
La mayor parte de las armas en manos de grupos criminales tuvieron un origen legal, se produjeron industrialmente en una f¨¢brica registrada con los permisos de producci¨®n otorgados por el Estado
La mayor parte de las armas en manos de grupos criminales tuvieron un origen legal, se produjeron industrialmente en una f¨¢brica registrada con los permisos de producci¨®n otorgados por el Estado, se marcaron con un n¨²mero de serie y se prepararon para su distribuci¨®n comercial. Sin embargo, estas armas pasaron de la legalidad a la ilegalidad cambiando de manos en alg¨²n momento sin seguir los procedimientos establecidos por las autoridades.
El paso de un arma de la legalidad a la ilegalidad se conoce como desv¨ªo. En el contexto amaz¨®nico, las formas de desv¨ªo documentadas son los robos a los arsenales de las fuerzas armadas o fuerzas de seguridad en la zona, su traslado desde las grandes metr¨®polis brasile?as donde pudieron ser sustra¨ªdas a usuarios legales (normalmente pistolas o rev¨®lveres), su presencia como remanentes en manos de disidentes del conflicto armado entre el gobierno colombiano y las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) o el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) , o su tr¨¢fico il¨ªcito desde otros pa¨ªses en peque?as cantidades, una pr¨¢ctica conocida como tr¨¢fico hormiga.
En estas circunstancias, con presencia establecida de grupos del crimen organizado en una zona aislada y con medios limitados a disposici¨®n de los Estados, ?c¨®mo reducir el tr¨¢fico il¨ªcito, las actividades ilegales y el impacto de la violencia armada para proteger y asegurar el desarrollo?
Al igual que en contextos urbanos con altos ¨ªndices de criminalidad, ejemplos recientes en la regi¨®n demuestran que es necesario aplicar estrategias combinadas de lucha contra el tr¨¢fico il¨ªcito junto con mecanismos enfocados en la prevenci¨®n y en la provisi¨®n de medios alternativos de desarrollo a medio y largo plazo para la poblaci¨®n de la zona:
1. Desde el punto de vista del trabajo policial y de los cuerpos de seguridad, la inversi¨®n en actividades de monitoreo y diagn¨®stico del tr¨¢fico de armas y municiones y actividades ilegales, la articulaci¨®n de mecanismos de intercambio de informaci¨®n y an¨¢lisis de riesgo entre pa¨ªses y la coordinaci¨®n y cooperaci¨®n entre los Estados incluyendo mecanismos para desarrollar, compartir y accionar informes de inteligencia se antoja esencial. En ese sentido, un aspecto clave es la armonizaci¨®n de criterios de marcaci¨®n de armas y municiones a nivel nacional y regional para asegurar la trazabilidad.
2. Desde el punto de vista de la prevenci¨®n y el desarrollo, es importante que los esfuerzos se centren en poblaciones de riesgo y que los recursos se canalicen para potenciar las oportunidades, el florecimiento de actividades legales, la educaci¨®n y el desarrollo comunitario.
La capacidad institucional de respuesta es dispar en Leticia, Tabatinga y Santa Rosa, igual que el impacto de la violencia armada dado que los homicidios se concentran casi en su totalidad en el lado brasile?o de la triple frontera. Para encontrar soluciones sostenibles, la presencia del Estado es esencial para proporcionar servicios y seguridad a las poblaciones, luchar de manera efectiva con las actividades ilegales de grupos organizados, reducir la impunidad y la violencia, asegurar el desarrollo de estas comunidades y reducir el impacto negativo que estas actividades tienen en la zona, as¨ª como en las grandes ciudades situadas a miles de kil¨®metros de distancia.
Tres ciudades, tres Estados y un objetivo, que las armas dejen de fluir por el Amazonas
Manuel Mart¨ªnez Miralles es Investigador del Programa de Armas Convencionales del Instituto de las Naciones Unidas de Investigaci¨®n sobre el Desarme (UNIDIR)
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