C¨®mo se distingue a un ego¨ªsta antes de que su actitud empiece a ser da?ina
Pensar en uno mismo es natural, pero hay que prestar atenci¨®n a las pistas que indican que alguien est¨¢ yendo demasiado lejos
Pocas cosas hay m¨¢s vilipendiadas en la sociedad actual, que alienta la solidaridad, que el ego¨ªsmo. Tachamos de ego¨ªsta a quien tiene por norma anteponer sus intereses a los de los dem¨¢s pero, ?hasta qu¨¦ punto el pensar en uno mismo es ego¨ªsmo? Por otra parte, desde la psicolog¨ªa nos animan a practicar la asertividad, que no es otra cosa que tratar de imponer nuestras posturas con palabras bonitas. Quiz¨¢ sea preciso dilucidar si las personas que nos rodean (pareja, amigos, familia, compa?eros de trabajo) y llevan a gala aquello de "yo, yo y, despu¨¦s, yo" son unos condenados ego¨ªstas o no.
En el contexto de la evoluci¨®n, todos los seres vivos poseen el deseo innato de adaptarse al medio para mejorar sus condiciones de vida. "Desde el punto de vista biol¨®gico, el comportamiento ego¨ªsta significa supervivencia", defiende el psic¨®logo bielorruso Leonid Levit. Visto as¨ª, todos, habida cuenta de que nuestro fin ¨²ltimo es sobrevivir, somos criaturas ego¨ªstas.
La idea entronca con lo que planteaba Richard Dawkins en su c¨¦lebre libro El gen ego¨ªsta (1976). "Son nuestros genes los que luchan por mantenerse vivos. Nosotros somos solo el recipiente que hace que esos genes pasen de generaci¨®n en generaci¨®n. Muchos de esos comportamientos que decimos que son ego¨ªstas, en realidad son un impulso de supervivencia", como lo resume la psic¨®loga Rosana Pereira, del Colegio de Psic¨®logos de Madrid. Seg¨²n ese enfoque, ser¨ªa una conducta disculpable. ?Con qu¨¦ derecho, pues, podemos afear el comportamiento ego¨ªsta de un semejante?
Preg¨²ntate por los motivos
Para complicar m¨¢s el concepto, hay estudios que demuestran que se puede ser ego¨ªsta y altruista a la vez. Investigadores suecos entrevistaron en 2011 a un grupo de profesionales que cuidaban a personas mayores, y hallaron que para poder llevar a cabo con ¨¦xito su trabajo se mostraban a un tiempo ego¨ªstas y altruistas. "Cuando eran altruistas -dice el estudio-, los auxiliares de enfermer¨ªa trabajaban pensando en lo mejor para la persona mayor (¡). Ser ego¨ªstas significaba que soportaban situaciones que a veces implicaban un sentimiento de resignaci¨®n, para poder continuar con su trabajo y avanzar hacia la siguiente persona. (¡) En cualquier situaci¨®n hac¨ªan lo que consideraban que generar¨ªa el mejor resultado para las personas mayores y para ellos mismos". Este planteamiento conduce al concepto de "ego¨ªsmo ¨¦tico" o "ego¨ªsmo positivo", seg¨²n el cual "toda moralidad y obligaci¨®n moral debe basarse en el inter¨¦s propio", como lo define Darin Gates, de la Universidad Brigham Young, en Utah (Estados Unidos).
Bien, queda claro que todos barremos para casa. Pero, ?cu¨¢ndo esa actitud es verdaderamente reprobable? ?Cu¨¢ndo tenemos ante nosotros a un ego¨ªsta da?ino a quien hay que pararle los pies y con quien no conviene encari?arse demasiado? La psicolog¨ªa lo identifica como aquel que piensa que una acci¨®n debe realizarse ¨²nica y exclusivamente porque maximiza su propio inter¨¦s, sin que haya una justificaci¨®n moral o un motivo de peso. La Enciclopedia de Psicolog¨ªa de Stanford lo define como el "ego¨ªsta racional".
Cuando tenemos ante nosotros a uno de estos ego¨ªstas redomados, "lo primero es hacerle ver que su comportamiento nos molesta: exponerle que cuando t¨² haces esto, yo siento esto otro, y por tanto, te rogar¨ªa que dejaras de hacerlo. Esto me permite poner un l¨ªmite a la persona que se est¨¢ pasando en su comportamiento con respecto a m¨ª", aconseja Pereira. Esta t¨¢ctica es productiva por cuanto cabe la posibilidad de que la otra persona no sea realmente un avasallador, sino que tan solo no se haya parado a pensar en las consecuencias de sus actos. "A veces no es consciente de lo que ha hecho. Y no es que se est¨¦ comportando de una manera ego¨ªsta, sino que tiene poco h¨¢bito de pensar en c¨®mo va a afectar al otro lo que ella hace", a?ade la experta.
De los caprichos en casa al ego¨ªsmo en la oficina
Seg¨²n Pereira, el ego¨ªsmo y la asertividad juegan en ligas diferentes. "Hablar de asertividad es hablar de derechos", dice. "La asertividad trata de defender mis derechos sin vulnerar los de la persona que tengo al lado. Alguien que es asertivo no puede ser ego¨ªsta. Para salvaguardar sus derechos, el asertivo no se siente en la necesidad de pisotear al otro". El ego¨ªsta, en cambio, carece de toda empat¨ªa. En palabras de la psic¨®loga Isabel Aranda, experta en coaching, "el ego¨ªsmo es yo por encima de los dem¨¢s; la asertividad es yo y los dem¨¢s. El matiz negativo del ego¨ªsmo viene cuando el individuo vela por sus intereses sin tener en cuenta a los dem¨¢s".
La educaci¨®n desempe?a un papel importante en la g¨¦nesis del ego¨ªsta. "Cuando de peque?os los comportamientos ego¨ªstas son reforzados por el entorno, uno aprende que eso es bueno porque le trae beneficios", explica Rosana Pereira. "Una vez que se ha instaurado una forma de funcionar, y que esa forma de actuar trae m¨¢s beneficios que perjuicios, tipo 'me rega?an pero me he quedado con ello', es m¨¢s probable que lo ponga en pr¨¢ctica o por lo menos lo intente en otros entornos".
Por tanto, conceder a los hijos todos sus caprichos, tenerlos demasiado consentidos, contribuir¨¢ a hacer de ellos unos adultos altamente ego¨ªstas. "Pensar¨¢n: si toda la vida lo he tenido, tengo derecho a ello. Claro que puede tener derecho, pero siempre y cuando sea algo que le compete ¨²nicamente a ¨¦l; en el momento en que entra otra persona en juego, a lo mejor hay que llegar a acuerdos", aduce Pereira.
Precisamente ese factor educacional influye en un fen¨®meno que pone de relieve Isabel Aranda: la proliferaci¨®n de ego¨ªstas en los espacios de trabajo. "Sin af¨¢n de generalizar ¡ªsostiene¡ª, parece ser que tanto millennials como centennials son generaciones abocado al ego¨ªsmo, porque se las ha educado en el 't¨² mira por ti', 'haz lo tuyo', 've a lo tuyo'¡ Por eso se dice que son la generaci¨®n del yo y el ya: yo ante todo, y lo quiero ya. Falta perspectiva, falta que se den cuenta de que sus acciones tienen consecuencias en la familia, en la empresa¡ Eso la edad te lo da. Pero se est¨¢ viendo que a esas generaciones se las ha educado en esa tendencia al ego¨ªsmo".
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