Peso ancestral
Las l¨¢grimas del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, tuvieron valor simb¨®lico doble
![Alfonsina Storni en una una imagen sin datar.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/3NHTWADOWCBJP4SWPRIY3OROEU.jpg?auth=43baf98f4279bb8d15a16099c5898f71fd369598362a9df2f7e4f46b4bff6450&width=414)
Cuando vi las im¨¢genes de Pablo Iglesias llorando en el Congreso y le¨ª los muchos comentarios despectivos a cuenta de su virilidad, record¨¦ a Alfonsina Storni y un ejercicio que hac¨ªa con mis estudiantes de literatura hispanoamericana. Contrapon¨ªa con ellos dos poemas de la poeta argentina: "Peso ancestral" y "Pudiera ser". Los dos poemas tratan sobre el dolor que se transmite entre generaciones, de su expresi¨®n a trav¨¦s del llanto o su represi¨®n a trav¨¦s del silencio. En el primero, la transmisi¨®n es masculina y la voz po¨¦tica se dirige a un hombre: ¡°T¨² me dijiste: no llor¨® mi padre; / t¨² me dijiste: no llor¨® mi abuelo / no han llorado los hombres de mi raza, / eran de acero¡±. En el segundo, la transmisi¨®n es femenina, la voz po¨¦tica habla de su experiencia y la de las mujeres de su genealog¨ªa: ¡°Dicen que silenciosas las mujeres han sido / de mi casa materna¡¡±. Resulta que el amante de Peso ancestral no es tan de acero como sus antepasados y no puede evitar derramar una l¨¢grima que cae en la boca de ella. La l¨¢grima sabe a veneno y contiene ¡°el dolor de siglos¡±. Ella reconoce que su alma no puede soportar el peso ancestral que se condensa en esa primera l¨¢grima. Este poema habla de la imposici¨®n de la virilidad en el hombre y el da?o que provoca no expresar dolor, al mismo tiempo que la mujer ¡ª¡°d¨¦bil mujer, pobre mujer que entiende¡±¡ª se declara incapaz de asumir la carga para aliviarlo. El peso, al fin y al cabo, le pertenece a ¨¦l. Por otro lado, en "Pudiera ser" el tratamiento de la transmisi¨®n del dolor es radicalmente diferente. Los silencios y las l¨¢grimas derramadas en la sombra toman un sentido, se convierten en un acicate para la escritura. El soneto comienza, de hecho, con lo que bien pudiera ser una explicaci¨®n de la po¨¦tica de Storni: ¡°Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido / no fuera m¨¢s que aquello que nunca pudo ser / no fuera m¨¢s que algo vedado y reprimido / de familia en familia, de mujer en mujer.¡± Es decir, lo vivido a trav¨¦s de la escritura es aquello que todas las mujeres que la precedieron no pudieron vivir. El verso libera; la realidad encarcela. Y es precisamente a trav¨¦s de la escritura cuando lo sufrido por su madre, su abuela, sus predecesoras se revela y la escritora se rebela: ¡°Y todo esto mordiente, vencido, mutilado, / todo esto que se hallaba en su alma encerrado / pienso que sin quererlo lo he libertado yo¡±.
Tanto el hombre como la mujer llevan consigo su propio peso ancestral: unos, la imposici¨®n de la masculinidad que proh¨ªbe mostrar debilidad y, por tanto, el llanto; otras, la imposici¨®n de la subalternidad y el silencio. Storni desobedece con su escritura y deja atr¨¢s ¡ªo lo intenta¡ª el fardo heredado. Se compadece del hombre, v¨ªctima a su manera de la educaci¨®n patriarcal. Pero es ¨¦l, al fin y al cabo, quien tiene que buscar sus propias estrategias para romper la cadena, para rebelarse contra el peso ancestral. ¡°Un hombre no debe llorar aunque se le muera su padre entre horribles dolores¡±, le dec¨ªa Roque el Mo?igo a Daniel el Mochuelo en El camino, de Miguel Delibes. Parece mentira que un siglo despu¨¦s de que Storni escribiera sus poemas, 70 a?os despu¨¦s de la publicaci¨®n de El camino, hayamos avanzado tan poco en educaci¨®n sentimental. Las l¨¢grimas de Pablo Iglesias tuvieron valor simb¨®lico doble: retrataron a quienes siguen comport¨¢ndose como animales de carga y a quienes son capaces de dejar en el camino fardos ancestrales.
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