La victoria de los intelectuales
En pa¨ªses poscomunistas como Eslovaquia, Hungr¨ªa y Polonia los Gobiernos atacan a escritores y periodistas, pero ellos y sus representantes no se dejan someter. Siguen siendo inc¨®modos
Hace cinco a?os, el presidente checo Milos Zeman afirm¨® que Ferdinand Peroutka, el periodista e intelectual praguense m¨¢s reconocido y respetado del siglo XX, hab¨ªa escrito un art¨ªculo llamado Hitler es un caballero. Zeman concluy¨® que el periodista checo ¡°estuvo fascinado por la doctrina monstruosa¡± del F¨¹hrer. Se ha demostrado que dicho art¨ªculo no existe. Todo es mentira. No solo que el periodista nunca fue presa de tal fascinaci¨®n sino que en su revista P¨ªtomnost (¡°Actualidad¡±) se centr¨® en criticar a los nazis con la mayor dureza hasta que ¨¦stos lo encarcelaron y lo enviaron al campo de Buchenwald. Tras su detenci¨®n, la periodista Milena Jesensk¨¢, conocida por el bello volumen de cartas que, dos d¨¦cadas antes, le hab¨ªa dirigido Franz Kafka, se hizo cargo de la direcci¨®n de la revista hasta que, a ella tambi¨¦n, los nazis la enviaron al campo de Ravensbr¨¹ck donde la periodista muri¨®. Ferdinand Peroutka pas¨® toda la guerra en Buchenwald, sobrevivi¨®, volvi¨® a Praga y tras el golpe de Estado comunista en 1948 emigr¨® a Par¨ªs.
Otros art¨ªculos de la autora
En la China de Mao, a quien llevaba gafas se las romp¨ªan porque era sospechoso de leer. El presidente Zeman es de la nueva escuela de pol¨ªticos que lejos de ordenar que se rompan las gafas a los intelectuales, lanzan contra ellos calumnias como si fueran tomates podridos. Cuando se demuestra que lo dicho era una falsedad, declinan pedir perd¨®n.
Pero una calumnia deja el aire f¨¦tido. Por eso, la nieta de Peroutka, Terezie Kaslov¨¢, denunci¨® al Estado checo. S¨ª, al Estado y no al presidente porque, seg¨²n la Constituci¨®n, el jefe de Estado no es responsable de sus actos y por tanto no se le puede juzgar. El Tribunal de Apelaci¨®n de Primera Instancia decidi¨® que la Oficina del Presidente estaba obligada a pedir perd¨®n. Sin embargo, hasta la fecha el mea culpa no se ha producido. Y como si con ello no bastara, el Tribunal Supremo lleg¨® a la conclusi¨®n de que la Rep¨²blica Checa no es culpable y que por ello la nieta del periodista ha perdido el juicio y debe pagar las costas.
?Por qu¨¦ el presidente Zeman atac¨® al intelectual m¨¢s apreciado? ?Efectivamente crey¨® que Peroutka hab¨ªa dicho que Hitler era un caballero? No. No lo crey¨® ni un momento. Su manera de actuar, de atacar a una persona muerta que ya no puede defenderse, define una forma de comportamiento arbitrario propio de los autoritarismos y los totalitarismos, el nazi y el comunista, en los que el presidente checo naci¨® y creci¨®.
Orb¨¢n puso en marcha una campa?a contra George Soros, uno de los mayores fil¨¢ntropos del mundo
El hecho de arremeter contra un intelectual no es por casualidad. Con Peroutka, Zeman intent¨® desacreditar a toda la clase intelectual checa.
Tambi¨¦n en otros pa¨ªses de la Europa Central y del Este los intelectuales est¨¢n sufriendo numerosos ataques. En Eslovaquia, tras la ca¨ªda del comunismo, los hombres del antiguo r¨¦gimen se hicieron con el poder; 30 a?os m¨¢s tarde, cuesta destronar la mafia con la que aquellos hombres se entendieron. En 2018, en Eslovaquia, fueron asesinados el periodista J¨¢n Kuciak y su novia, la arque¨®loga Martina Ku?n¨ªrov¨¢. Ambos ten¨ªan 27 a?os. Kuciak investigaba las relaciones entre el Gobierno y la mafia eslovaca e internacional: la asesora del primer ministro, entre otros, tuvo contactos constantes con esa mafia. De un d¨ªa para otro, Eslovaquia se convirti¨® en un pa¨ªs capaz de asesinar a un periodista dedicado a su trabajo, al igual que Rusia. Sin embargo, los eslovacos se dieron cuenta hasta d¨®nde hab¨ªa llegado la corrupci¨®n de la clase dirigente y su empe?o de reprimir con violencia a cualquier cr¨ªtico. Las manifestaciones contra el Gobierno de Robert Fica causaron la ca¨ªda de este Gobierno.
En Hungr¨ªa, el presidente Viktor Orb¨¢n, sin duda el pol¨ªtico cuya deriva autoritaria ha avanzado m¨¢s en nuestro continente, puso en marcha una campa?a contra George Soros, uno de los mayores fil¨¢ntropos del mundo, que fund¨® y financi¨® varios proyectos educativos en la Europa poscomunista: escuelas, universidades, editoriales y programas de derechos humanos. ?Qu¨¦ sucedi¨® exactamente?
Soros fund¨® la Universidad Centroeuropea, una de las mejores universidades europeas, y la ubic¨® en Budapest: el centro educativo dio la bienvenida a estudiantes de todos los continentes, de modo que fue el ¨²nico lugar en Hungr¨ªa donde uno pod¨ªa encontrar a j¨®venes africanos, ¨¢rabes y asi¨¢ticos. Sin embargo, Orb¨¢n y su Gobierno antisemita y ultraconservador maquinaron un plan para desacreditar al fil¨¢ntropo e intelectual. Por toda Hungr¨ªa el presidente hizo colgar carteles en los que Soros re¨ªa a mand¨ªbula batiente junto al entonces presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker; el p¨®ster afirmaba que ambos conspiradores inundar¨ªan Hungr¨ªa de inmigrantes. Orb¨¢n se desempe?¨® en convertir a Soros en una figura odiosa, se?alando su origen jud¨ªo. Tras esta campa?a, Soros y su universidad se vieron obligados a retirarse de Hungr¨ªa.
Tokarczuk responde a las difamaciones defini¨¦ndose como patriota polaca porque lucha por un pa¨ªs abierto
En Polonia, el Gobierno ultraconservador, nacionalista y autoritario del partido PiS (Ley y Justicia) tiene en su lista negra de prominentes intelectuales ¡°antipolacos¡± a la escritora y disidente Olga Tokarczuk. El hecho de que la autora sea ecologista, feminista, defensora de los derechos de las minor¨ªas, militante del partido verde y librepensadora irrita a las autoridades polacas, instaladas en su deriva autoritaria. Llaman a la escritora ¡°antipatriota¡± y ¡°antipolaca¡±. Tokarczuk, tanto en Wroclaw, su ciudad natal, como en Varsovia defiende a las minor¨ªas no solo con su pluma sino tambi¨¦n de modo activo en las manifestaciones: lucha por los derechos de los homosexuales en un pa¨ªs que condena a la ilegalidad al colectivo LGBT, algunos de cuyos miembros llegaron a ser apedreados en algunas ciudades polacas.
El Premio Nobel de Literatura, con el que la escritora fue galardonada hace tres meses, no acall¨® a sus adversarios pol¨ªticos. El ministro de cultura Piotr Glinski afirm¨® que hab¨ªa hecho un intento de leer la obra de Tokarczuk pero que sus libros ¡°se le cayeron de las manos¡±, aunque luego intent¨® matizar sus palabras; otros pol¨ªticos hablaron de la ¡°dieta indigerible¡± de la escritora. Tokarczuk, que responde a los adjetivos difamatorios defini¨¦ndose como patriota polaca porque lucha por un pa¨ªs abierto, est¨¢ a punto de emprender una gira mundial en la cual dar¨¢ a conocer no solo sus libros sino principalmente las pr¨¢cticas antidemocr¨¢ticas de su pa¨ªs y del mundo.
En resumidas cuentas: en cuatro pa¨ªses poscomunistas los pol¨ªticos atacaron con dureza a los representantes de la intelectualidad y en los cuatro casos los intelectuales (o sus representantes) no se dejaron someter. Los dirigentes nunca ganar¨¢n su batalla contra los intelectuales que tan inc¨®modos les resultan. Los pol¨ªticos pueden parecer ganadores durante un tiempo; sin embargo, los artistas y los intelectuales tienen un arma m¨¢s poderosa que ellos: sus palabras prevalecen, indestructibles. El escritor ruso Mija¨ªl Bulg¨¢kov, que sab¨ªa mucho de totalitarismos, lo expres¨® con contundencia: ¡°Los manuscritos no arden¡±.
Monika Zgustova es escritora. Su ¨²ltima novela es Un rev¨®lver para salir de noche (Galaxia Gutenberg).
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