?C¨®mo ser¨¢ el hogar del ma?ana?
Ikea exhibe en el ¡®Madrid Design Festival¡¯ su visi¨®n de la ciudad del 2030
La empresa sueca se ha formulado esta pregunta y para responderla ha organizado una exposici¨®n en el Madrid Design Festival que se celebra este mes de febrero. Es interesante comprobar que, seg¨²n Ikea, el futuro pasa por apuntarse al coliving o lo que en castizo podr¨ªa traducirse por ¡°compartir piso o casa¡ o barrio¡± aunque sea con desconocidos. Leo en su presentaci¨®n: ¡°Guarder¨ªas, agricultura urbana, comidas comunitarias, gimnasio, transporte compartido y venta minorista, son algunos de los elementos que caracterizar¨¢n este futuro no tan lejano¡±.
La cohabitaci¨®n permite combatir la soledad de tantos urbanitas en medio de la multitud. Sigo leyendo en la explicaci¨®n de la exposici¨®n que crear ¡°comunidad de vida¡± permite a las personas sentir que pertenecen a un grupo y eso no s¨®lo mejora su salud sino tambi¨¦n su estado de ¨¢nimo. Hemos hablado algunas veces aqu¨ª en el blog de ¡°otras maneras de vivir en comunidad¡± que van en esta misma direcci¨®n, por ejemplo en el post Cohousing: la vivienda colectiva hace renacer una arquitectura humanista y en este otro: Cuando viejos y j¨®venes (con)viven.
No hay barreras ni compartimentos estancos: Todos somos agricultores y todos, clientes de la agroalimentaci¨®n
Por otra parte me entero, gracias a la informaci¨®n de la exposici¨®n, que Ikea ha presentado en Espa?a la colecci¨®n de muebles robotizados Rognan, pensados para aprovechar al m¨¢ximo el uso de las viviendas peque?as. Es decir, permiten transformar de manera flexible el espacio de dormitorio a vestidor o de estudio a sal¨®n por citar dos ejemplos. Un mueble ¡°todo en uno¡± que cambia con un solo bot¨®n. Esta experiencia transformista se inspira claramente en el movimiento de las ¡°minicasas¡±, de las que hablamos en La tiny house: donde menos es m¨¢s y en Minicasas para alojar a refugiados.
?Qu¨¦ respuesta da la exposici¨®n al desaf¨ªo de la generaci¨®n de energ¨ªa en el futuro? Para resolver el problema se propone un proyecto que utiliza paneles solares y tecnolog¨ªa de manera que sean los propios hogares quienes generen su propia energ¨ªa renovable. Solarville, que as¨ª se llama la iniciativa, prev¨¦ que cualquier exceso de electricidad generada pueda ser comprado por otros hogares en la comunidad directamente utilizando la tecnolog¨ªa blockchain. Ecooo nos ha compartido varias veces sus iniciativas, todas encaminadas tambi¨¦n a implantar las energ¨ªas renovables en el territorio y convertir a los ciudadanos de meros consumidores a actores de la red el¨¦ctrica. Nos lo contaban por ejemplo en Los instaladores solares, al frente de la revoluci¨®n solar.
En este futuro, que me suena muy presente, Ikea se imagina que los ciudadanos van a cultivar sus propias plantas y verduras en el hogar. De hecho muchos ciudadanos lo hacen ya gracias a invernaderos para uso privado como Myfood, del que habl¨¢bamos en La revoluci¨®n empieza en tu jard¨ªn. E incluso los supermercados se est¨¢n apuntando a la moda ¡®grow it yourself¡¯ (pl¨¢ntalo t¨² mismo): ?El supermercado es la nueva huerta?
Desde hace un tiempo Ikea se propuso ir abandonando los pl¨¢sticos de un solo uso en sus tiendas. Y ahora ha decidido dar un paso m¨¢s all¨¢: aprovechar estos desechos para convertirlos en futuros materiales. La econom¨ªa circular en marcha o, para ser m¨¢s precisos, la econom¨ªa textil se abona a la circularidad. Musselblomma es una colecci¨®n de textiles fabricados con pl¨¢sticos reciclados recogidos en el Mediterr¨¢neo por pescadores espa?oles. Me recuerda la iniciativa de Sylvia Calvo BCN, quien transforma sacos de caf¨¦ en moda para hombre y mujer.
Despu¨¦s de repasar las propuestas futuristas de Ikea, me digo que de dos una: o yo vivo en el futuro o el futuro es m¨¢s presente que otra cosa. Me encanta, sin embargo, comprobar que incluso las multinacionales est¨¢n entendiendo a las mil maravillas por d¨®nde van los tiros y se apuntan ellas tambi¨¦n a la ?ultramodernidad?, que no es otra cosa que aplicar el sentido com¨²n, tan poco com¨²n; aprovechar los recursos (incluida la ¡°basura¡±) en vez de desechar la riqueza que tenemos al alcance de la mano; volver a valorar (y no devaluar) las relaciones humanas, aunque eso nos obligue a cruzar la calle y a desconectarnos un algo de la conectividad. Una modernidad que anuncia que ya no hay barreras ni compartimentos estancos. Todos somos agricultores y todos clientes de la agroalimentaci¨®n. Todos responsables y a la vez todos v¨ªctimas del hiperconsumismo y del cambio clim¨¢tico. Ya es tarde para redecorar nuestras vidas. Es hora ya de que las reinventemos.
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