?C¨®mo contar a tus hijos o nietos que el se?or al que cuidas te maltrata?
El machismo y edadismo es una combinaci¨®n terrible que hiere profundamente a las mujeres mayores de 65 a?os y las vuelve sumamente vulnerables
Cuando se habla de violencia de g¨¦nero, se suele olvidar a las mujeres con a?os. ?Por qu¨¦? Por mayores y porque esta sociedad las invisibiliza cuando cumplen a?os. Simplemente dejan de existir. Pero est¨¢n aqu¨ª y son una parte fundamental de nuestra sociedad. Aunque no suelen aparecer en las campa?as para tomar conciencia sobre violencia, tambi¨¦n a ellas las matan y sufren violencias en plural.
Peinan canas, sus pensiones (si las tienen) muchas veces son ruinosas y en ocasiones no se identifican como v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero. El concepto les queda demasiado lejos. Este enero, en una semana nefasta, computamos dos feminicidios hacia ellas: dos hombres asesinaron a sus mujeres, mujeres mayores, mujeres v¨ªctimas del machismo.
Ellas sufren dos marginaciones. La primera es la marginaci¨®n de la edad (el edadismo), un fen¨®meno en el que la sociedad invisibiliza y castiga a quienes cumplen a?os. La segunda es la marginaci¨®n de su g¨¦nero: si eres mujer pagas tambi¨¦n por un machismo estructural que no nos cont¨® ni tuvo en cuenta. Lo denuncian las actrices, las escritoras y las dirigentes, a quienes adem¨¢s se las mira y califica con una lupa especial, que va m¨¢s all¨¢ de la edad cronol¨®gica. Una lupa social: la de ya no estar en el mercado.
Pero si hablamos de violencias, las v¨ªctimas mayores de 65 son todav¨ªa menos visibles. Los datos dicen que piden menos ayuda (cuando lo hicieron, hace treinta o cuarenta a?os, no se las atendi¨®) y dicen que denuncian menos, pero esto es complejo. No lo hacen por miedo, sino por la carga social. ?C¨®mo contar a tus hijos o nietos que el se?or al que cuidas te maltrata? ?C¨®mo denunciarle? No van a una comisar¨ªa o centro social porque dependen de ellos (econ¨®micamente), porque las ense?aron a callar, por cultura, religi¨®n, porque le asusta enfrentarse a la justicia.
Los datos dicen que piden menos ayuda (cuando lo hicieron, hace treinta o cuarenta a?os, no se las atendi¨®) y dicen que denuncian menos, pero esto es complejo. No lo hacen por miedo, sino por la carga social
En un estudio de la Universidad de Comillas se ve que el 24,4% de las mujeres entrevistadas no ten¨ªa informaci¨®n sobre los recursos existentes para v¨ªctimas de violencia y que el 14,4% no ha o¨ªdo hablar de la Ley de Violencia de G¨¦nero. Pero est¨¢n, tambi¨¦n las matan y violentan. Hace falta actuar de una forma espec¨ªfica con ellas porque pagan con sus vidas el machismo y edadismo de la sociedad.
El problema, especialmente con ellas, es que existe una visi¨®n muy reduccionista de la violencia contra las mujeres, una mirada muy limitada que impide ver las m¨²ltiples violencias a las que son sometidas. Se pone el foco en los da?os f¨ªsicos y se eluden los problemas sociales derivados de las violencias. Esa perspectiva olvida graves temas como el aislamiento social, la falta de autoestima e indefensi¨®n, o el control personal continuo y prolongado durante muchos a?os por parte de sus parejas. Ello impide ver el enorme coste f¨ªsico y psicol¨®gico para las mujeres mayores y el enorme coste social de vulneraci¨®n de derechos por mirar a otro lado.
Desde la Fundaci¨®n Luz Casanova trabajamos desde el a?o 2017 con esas mujeres tanto en prevenci¨®n, detecci¨®n y atenci¨®n para una salida de ese horror desde su idiosincrasia. En ellas pesa la culpa, la angustia y falta de autoestima acumulada por a?os. Por eso es importante una mirada de confianza y dinamismo que rompa con din¨¢micas a veces cronificadas y normalizadas. No vale tratar a las personas mayores de forma infantil rest¨¢ndoles autonom¨ªa y responsabilidad o influyendo m¨¢s de lo necesario en sus decisiones. Tampoco se puede dar por hecho que no va a haber cambios de comportamientos o actitudes y por tanto no tratar de incidir sobre ellos, asumi¨¦ndolos como algo que no se puede cambiar.
Entonces, ?c¨®mo combatir este mal?
En estos a?os de trabajo con ellas y desde sus realidades concretas identificamos algunas acciones concretas y urgentes para poder revertir esta realidad:
- Hacen falta m¨¢s estudios nacionales e internacionales del problema para conocer su dimensi¨®n real, pues lamentablemente lo que no se conoce no existe.
- Es necesaria una formaci¨®n espec¨ªfica de los equipos profesionales que trabajan con poblaci¨®n mayor de 65 a?os. De esa forma podr¨¢n identificar y detectar las violencias. En una investigaci¨®n de la Delegaci¨®n de Gobierno para la Violencia de G¨¦nero se da un dato tremendamente revelador: un profesional formado en violencia de g¨¦nero es capaz de detectar tres veces m¨¢s casos de violencia que uno que no lo est¨¢. Muchas veces las medican, las tratan con ansiol¨ªticos y no ven los golpes, que son los que les causan la depresi¨®n.
- Debemos revisar el modelo de emergencia, que en la actualidad est¨¢ m¨¢s orientado a sobrevivir que a crear las bases de una nueva vida.
- Son necesarias alternativas habitacionales estables que permitan salir del horror de la violencia sin la presi¨®n de la inmediatez.
Finalmente, si con todo lo que te hemos contado aqu¨ª te cuesta un poco creer el impacto de la violencia machista en la vida de estas mujeres, te invitamos a escucharlas en este video:
Julia Almansa es directora de la Fundaci¨®n Luz Casanova.
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