La paradoja de convertir basura en electricidad y perjudicar a los m¨¢s pobres
Una planta de transformaci¨®n de desperdicios en energ¨ªa en Ad¨ªs Abeba provoca protestas de los recicladores y evidencia el conflicto social derivado de la privatizaci¨®n de residuos s¨®lidos urbanos
El basurero m¨¢s grande de Etiop¨ªa ¡ªllamado Koshe, que significa "sucio" en am¨¢rico¡ª sufri¨® un desprendimiento masivo de tierras en marzo de 2017. El derrumbe de los desechos, en los que trabajaban decenas de recolectores de basura, caus¨® la muerte de 48 de estos trabajadores del sector informal. Como en tantas otras ciudades en pa¨ªses de renta baja, la mala gesti¨®n de los desechos urbanos en Ad¨ªs Abeba evidenciaba un reto abismal tanto para la salud p¨²blica como medioambiental. Tan solo unos meses m¨¢s tarde, en agosto de 2018, en el mismo vertedero, se inauguraba la planta de incineraci¨®n Reppie, la primera de su tipo en ?frica. Se iniciaron entonces las primeras operaciones para transformar la basura de Koshe en electricidad para los m¨¢s de tres millones de residentes de la capital et¨ªope.
La falta de inversi¨®n p¨²blica en servicios b¨¢sicos y en la gesti¨®n de desperdicios de muchas ciudades africanas provoca, entre otras consecuencias, la quema de residuos que contribuye a elevar los niveles de contaminaci¨®n del aire. Asimismo, la mala administraci¨®n de desechos urbanos causa la obstrucci¨®n de r¨ªos y desag¨¹es en ¨¦poca de lluvias, y por tanto el estancamiento de aguas residuales, que acaban siendo caldo de cultivo para la propagaci¨®n de enfermedades como la malaria, el tifus, el virus del zika o el dengue.
Con una instalaci¨®n que le ha costado al Gobierno et¨ªope 120 millones de d¨®lares, Ad¨ªs Abeba se ha puesto a la cabeza de la sostenibilidad ambiental en materia urbana. Ubicada a ocho kil¨®metros de la sede de la Uni¨®n Africana, en un espacio de siete hect¨¢reas dentro de las 37 que ocupa el vertedero urbano de Koshe, Reppie ha transformado aquello que durante 50 a?os fue el ¨²nico vertedero de la capital en una fuente de generaci¨®n de energ¨ªa limpia.
Construida por la Corporaci¨®n Estatal de la Red El¨¦ctrica China (CNEEC) y la empresa singapurense Cambridge Industries, la compa?¨ªa Et¨ªope de Energ¨ªa El¨¦ctrica se ha situado con este proyecto como un paradigma de modernizaci¨®n del tratamiento de los residuos s¨®lidos municipales. A pesar de que es la CNEEC qui¨¦n est¨¢ a cargo de las operaciones y el mantenimiento de las instalaciones, se prev¨¦ que la capacitaci¨®n de empleados et¨ªopes y su preparaci¨®n para operar la central recaer¨¢ totalmente en manos locales en 2021.
This city in Africa is using trash to provide electricity to over 3 million people. pic.twitter.com/D6kBXf2XdC #Africa #SundayMorning #4ir @wef #Sustainable #SundayThoughts
— Sean Gardner (@2morrowknight) February 23, 2020
Contribuyendo a la mitigaci¨®n de enfermedades y mejorando la calidad del aire en la ciudad, esta planta de energ¨ªa ha adoptado una tecnolog¨ªa moderna de tratamiento de gases de combusti¨®n que garantiza, seg¨²n CNEEC, que casi todos los ¨®xidos de nitr¨®geno, di¨®xido de azufre, metales pesados y dioxinas producidos por la planta se reduzcan dr¨¢sticamente. Adem¨¢s,?Cambridge Industries Energy manifiesta que la planta funciona de manera segura dentro de los par¨¢metros de emisiones de la Uni¨®n Europea.
Sin embargo, la entrada en acci¨®n de esta planta de incineraci¨®n de basuras amenaza los medios de vida de los recicladores y recicladoras que viv¨ªan de la recolecci¨®n de desechos porque quema materiales reciclables que ellos pod¨ªan utilizar. Desde su inauguraci¨®n, han sido varias las manifestaciones protagonizadas por grupos de recicladores de la ciudad, alegando a que la privatizaci¨®n de la basura urbana provoca la p¨¦rdida de medios de subsistencia e incrementa el desempleo, la informalidad y el riesgo de pobreza de la poblaci¨®n m¨¢s desfavorecida de la ciudad, especialmente de las mujeres. El problema afecta a entre 500 y 600 personas, y el conflicto social derivado de la construcci¨®n de la planta de incineraci¨®n sigue latente a pesar del reconocimiento internacional del proyecto seg¨²n el Atlas de Justicia Medioambiental,
"En lugar de estas tecnolog¨ªas plagadas de fracasos en el mundo, la ciudad podr¨ªa estar invirtiendo hace a?os en programas de educaci¨®n y difusi¨®n para el reciclaje y compostaje con incorporaci¨®n de recicladores que, abandonados a su suerte, hoy se encuentran sepultados bajo los residuos que la ciudad intent¨® ocultar" denuncia la asociaci¨®n Gaia. Y recuerdan que el reciclaje proporciona medios de vida a 15 millones de personas en todo el mundo.
En todo el continente se est¨¢n desarrollando diversas alternativas a las plantas de incineraci¨®n como Reppie. Son proyectos basados en la econom¨ªa circular que abogan por reducir, reutilizar y reciclar los desechos urbanos. Proyectos como el nigeriano Wecyclers, que abogan por el reciclaje a pedales, o experiencias enmarcadas dentro de la llamada econom¨ªa verde, como las que se llevan a cabo en Kinshasa, demuestran la necesidad de un cambio de paradigma industrial del tratamiento de residuos que se ha practicado tradicionalmente en el Norte Global. El dise?o regenerativo, derivado del reciclaje que se ven¨ªa produciendo en Koshe, permit¨ªa la reutilizaci¨®n de desechos y ahorraba energ¨ªa, protegiendo el medio ambiente y promoviendo la sostenibilidad econ¨®mica. En pleno a?o de la justicia clim¨¢tica, los proyectos que representan una mejora a escala medioambiental deben incorporar las reivindicaciones ciudadanas para que se haga, a la vez, justicia social.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.