Humanos que comen animales salvajes sin control: un polvor¨ªn para la salud mundial
Los expertos advierten de que controlar el consumo y comercio de productos silvestres en el mundo es pr¨¢cticamente imposible y que la clave est¨¢ en mejorar la forma de afrontar las crisis


Los murci¨¦lagos, el ¨¦bola; las civetas, el SARS; los perros, la rabia; los monos, el sida; las gallinas, la gripe aviar. Son algunos de los animales que han estado en el punto de mira cuando han estallado brotes de nuevas enfermedades. El ¨²ltimo damnificado ha sido el pangol¨ªn, sospechoso ya descartado de haber actuado como transmisor del coronavirus a los humanos. ¡°Siempre se pone el foco en los mercados con animales vivos¡±, apunta Santiago Mas-Coma, catedr¨¢tico de Parasitolog¨ªa y presidente de la Federaci¨®n Mundial de Medicina Tropical. ¡°Sucedi¨® ya con la gripe aviar, cuando se investig¨® el origen en unos pollos que hab¨ªan adquirido el virus con restos fecales de los animales que ten¨ªan en la jaula de encima¡±, a?ade.
A ra¨ªz de la crisis del coronavirus, China ha prohibido el consumo de animales salvajes de forma temporal, una medida que no incluye usos medicinales o destinados a la investigaci¨®n. Los expertos dudan de la eficacia de la medida, que ya se tom¨® en crisis anteriores. ¡°Europa es la regi¨®n m¨¢s estricta del mundo, olv¨ªdate de que esto exista en otras regiones. Es muy dif¨ªcil controlar este tipo de cosas en un pa¨ªs con 1.400 millones de personas¡±, indica Mas-Coma. Un punto de vista parecido tiene Berhe Tekola, director de Producci¨®n y Sanidad Animal de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO). ¡°Cada vez que hay una crisis, una epidemia, la gente se acelera y entra en p¨¢nico y se crean o modifican leyes¡±, se?ala.
El control del consumo y comercio es tremendamente dif¨ªcil por tres motivos: la falta de estad¨ªsticas porque no queda registrado, poblaciones enormes y con tradiciones muy arraigadas y la escasez de medios para aplicar la ley. Por eso, la posibilidad de ver nuevas dolencias transmitidas por animales a humanos en el futuro es muy real. ¡°Absolutamente. No existe el riesgo cero¡±, afirma tajante Tekola.
Los mercados callejeros en los que se mezclan muchos ejemplares en dudosas condiciones de salubridad despiertan los recelos cuando se habla de nuevas enfermedades zoon¨®ticas (las contagiadas de animales a humanos). ¡°Coges a especies salvajes, las pones bajo una situaci¨®n de estr¨¦s y las mezclas con otras. Este es el h¨¢bitat perfecto para los virus, que son inteligent¨ªsimos¡±, indica Rikkert Reijnen, del Fondo Internacional para el Bienestar Animal, organizaci¨®n presente en 40 pa¨ªses.
En zonas rurales de ?frica y Asia a¨²n hay muchos sitios en los que comen carne y cerebro de perro sin cocinar o donde te encuentras a un ni?o con una mordedura que no ha ido al m¨¦dico
El riesgo no solo est¨¢ en el consumo, sino tambi¨¦n en el comercio. ¡°El ser humano caza animales desde el principio de su existencia, eso no es algo nuevo, pero s¨ª las cantidades que se consumen ahora y la capacidad de que los animales viajen de un lado a otro del globo en cuesti¨®n de horas¡±, se?ala Reijnen.
La ONU calcula que el tr¨¢fico de especies protegidas mueve cada a?o entre 8.000 y 10.000 millones de d¨®lares. ¡°La convenci¨®n sobre el comercio internacional de especies amenazadas ya regula los intercambios entre pa¨ªses, el problema es que en el mercado interior no tiene jurisdicci¨®n y la demanda en pa¨ªses como China o Vietnam es enorme. Para nosotros esta es una oportunidad para que se revisen las leyes de protecci¨®n animal¡±, recalca Gema Rodr¨ªguez, de WWF. ¡°Ya tenemos legislaci¨®n, pero tambi¨¦n hacen falta medios para aplicarla¡±, completa Reijnen.
Deliciosa carne de perro
Martha Pedraja es veterinaria e investigadora espa?ola. Esta especialista ha estudiado con detalle el comercio y tr¨¢fico ilegal de carne de perro. Esto le sirvi¨® para entender el mercado informal en el que surgen muchas de las enfermedades que se transmiten a los humanos.
La investigadora se traslada metaf¨®ricamente a un mercado como los de Wuhan, adonde todas las miradas se dirigieron en el inicio del coronavirus. ¡°En casi todo Asia, los puestos tienen una parte visible, donde puedes comprar una gallina. Pero despu¨¦s est¨¢ la trastienda, donde est¨¢n las especies prohibidas por el Gobierno. Cuanto m¨¢s grande es el pa¨ªs y m¨¢s arraigadas las costumbres, m¨¢s dif¨ªcil es conseguir un cambio. Mira la rabia. Parece mentira que no hayamos podido erradicar una enfermedad que lleva con nosotros miles de a?os. Pero si miras las zonas rurales de ?frica y Asia a¨²n hay muchos sitios en los que siguen comiendo carne y cerebro de perro sin cocinar o donde te encuentras a un ni?o con una mordedura de hace semanas que no ha ido al m¨¦dico¡±. Algunas comunidades en Nigeria, por ejemplo, creen que la carne canina est¨¢ "deliciosa" y que les defiende "contra las brujas".

Pedraja lo tuvo muy dif¨ªcil para estudiar el fen¨®meno. ¡°Los datos oficiales son casi inexistentes, a veces porque el consumo de determinados productos es algo tab¨² que la sociedad no quiere reconocer. Los pa¨ªses reconocen que existen granjas", relata en una llamada telef¨®nica al acabar su jornada laboral. Pedraja se sirvi¨® de las investigaciones de la organizaci¨®n Soi Dog, que ha recopilado datos sobre Pukhet, en Tailandia, y de otras entidades internacionales como WWF. "El desfase entre las pocas cifras oficiales comparadas con las estimaciones de las ONG que trabajan sobre el terreno es una locura¡±, puntualiza.
Lo mismo opina Tekola, de la FAO: ¡°Cuando hablamos de consumo de carne salvaje simplemente no hay datos. Los pa¨ªses no aportan esta informaci¨®n porque normalmente pertenece al mercado informal. Y la falta de certezas lleva al p¨¢nico¡±. Este especialista et¨ªope ha trabajado sobre el terreno con muchas comunidades rurales que siguen comiendo gracias a la caza y recolecci¨®n. ¡°No puedes llegar como si fueras el jefe. Tienes que sentarte con ellos, con calma y darles argumentos. Las recomendaciones de la FAO en este sentido son que no coman nada que haya estado enfermo o que haya muerto por un motivo que desconocen¡±.
?Y c¨®mo se explica lo que se puede comer y lo que no en un continente como el africano, en el que 275 millones de personas no tienen asegurado su alimento del d¨ªa siguiente? Dif¨ªcil respuesta. ¡°No podemos ir a decirles a los agricultores pobres "come esto, no te comas lo otro". ?Qu¨¦ alternativa tienen si se les proh¨ªbe cazar? ?Les estamos dando a cambio una granja de pollos o de cerdos? No. As¨ª que, ?qui¨¦nes somos nosotros para ordenarles nada? Prefieren arriesgarse, pero tener algo que comer¡±, se?ala Tekola.
Cuando hablamos de consumo de carne salvaje simplemente no hay datos. Los pa¨ªses no aportan esta informaci¨®n porque normalmente pertenece al mercado informal. Y la falta de certezas lleva al p¨¢nico
El consumo de productos silvestres existe, aunque sea casi imposible cuantificarlo. ¡°A pesar de las grandes lagunas de informaci¨®n a nivel regional y global, existen ejemplos locales¡±, explica en un correo electr¨®nico Julie Belanger, experta de la FAO. El informe?El estado mundial de la biodiversidad para la alimentaci¨®n y la agricultura recoge una encuesta realizada en algunas comunidades en Asia, ?frica y Am¨¦rica Latina entre 2004 y 2010 en la que se concluy¨® que m¨¢s del 53,5% de los hogares se abastec¨ªan con animales y plantas de los bosques. El informe tambi¨¦n replica otro estudio que se?ala que ¡°en los pueblos tradicionales de producci¨®n de arroz, las familias comen animales acu¨¢ticos a los que tienen f¨¢cil acceso como caracoles, cangrejos, ranas y peces desde sus campos¡±.
El informe s¨ª trata de hacer una recopilaci¨®n de diferentes estad¨ªsticas aportadas por los propios pa¨ªses y algunas organizaciones internacionales que incluyen plantas, animales, setas y microorganismos. Seg¨²n sus datos, hay 2.800 especies diferentes de especies salvajes que se usan para consumo humano en el mundo. ¡°Sin embargo, estos n¨²meros est¨¢n incompletos. Por ejemplo, los pa¨ªses solo registran que se consumen 21 tipos de insectos, cuando sabemos que esa cifra asciende a m¨¢s de 2.000¡±, especifica Belanger.
La rapidez a la hora de compartir los datos en un contexto global y aplicar medidas que frenen la expansi¨®n ser¨¢n la clave. As¨ª lo opinan especialistas como la veterinaria Pedraja: ¡°No creo que las medidas tomadas de forma brusca en un momento de crisis supongan un gran cambio, pero opino que el enfoque com¨²n nos hace m¨¢s fuertes. Ahora hay muchos veterinarios trabajando por y para la medicina humana¡±.
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