Los nuevos a?os veinte
Un trapero que no hace trap. Un c¨®mico que vende su imagen y un escritor que compra tiempo. Dos pol¨ªticos de los polos m¨¢s opuestos del espectro ideol¨®gico defendiendo una misma pol¨ªtica. Un actor que aspira a subir al trono. Un chef que decidi¨® bajarse de ¨¦l. Siete caras de un mismo prisma, puro talento, con las que revisitamos una d¨¦cada legendaria que este a?o cumple un siglo. Bienvenidos a los nuevos a?os veinte.
ES LUNES Y sobre la barra de aluminio del bar madrile?o El Retorno se apuntalan los codos de jubilados, taxistas y polic¨ªas municipales. En las mesas, cubiertas con manteles de papel, conviven caf¨¦s y botellines; en el suelo, servilletas y kikos. Por encima del silbido de la m¨¢quina de caf¨¦, la musiquilla de la tragaperras y el telediario se oye la voz de la due?a: ¡°Tengo un evento¡±, explica mientras una comitiva va desfilando hacia el comedor, que hoy permanece cerrado a los clientes. Se abre la puerta corredera, que m¨¢s que correr repta, y los parroquianos alcanzan a ver un trasiego de guardarropas, perchas y espejos. Se cierra de nuevo y en la barra vuelven a la prensa deportiva. A lo largo del d¨ªa pasar¨¢ por aqu¨ª Kaydy Cain, un trapero que renunci¨® al trap, y Diego Guerrero, un chef al que no le gustaba cocinar. Un c¨®mico serio, Ernesto Sevilla. Sergio Momo, un actor bromista. Un escritor pluriempleado, Miqui Otero, y dos pol¨ªticos nacionales, uno desencantado con la pol¨ªtica y otro desencantado con la naci¨®n: Borja S¨¦mper y Gabriel Rufi¨¢n. Un c¨®ctel de car¨¢cter reunido para revisitar el estilo de una d¨¦cada que cumple un siglo y cuya herencia llega hasta hoy: los a?os veinte.
A las puertas de El Retorno, el set: un patio entre colmenas de ladrillo de los a?os cincuenta con vistas a la Calle 30. Colosos de 15 pisos con toldos verdes y terrazas acristaladas de las que asoman algunas cabezas curiosas. Aqu¨ª Miqui Otero condensar¨¢ el esp¨ªritu de aquella ¨¦poca en la figura del escritor F. Scott Fitzgerald: ¡°En los a?os veinte hab¨ªa una euforia burbujeante como el champ¨¢n que se beb¨ªa en las fiestas de Fitzgerald, algo que nos puede recordar lo que vivimos aqu¨ª antes de la crisis de 2008. Una fiesta as¨ª tiene una resaca b¨ªblica, y ¨¦l fue uno de los primeros que se dio cuenta de lo que iba a venir, igual porque beb¨ªa mucho¡±. De esa euforia sabe Ernesto Sevilla, apasionado cin¨¦filo: ¡°En los a?os veinte, en EE UU hab¨ªa mucha pasta, tambi¨¦n en Hollywood. Es la ¨¦poca dorada del cine mudo americano: Chaplin, Harold Lloyd, Buster Keaton¡±. ¡°Muchos actores dejan de trabajar a finales de los veinte, cuando se introduce el sonido¡±, completa Sergio Momo. ¡°Actores extranjeros que eran muy expresivos, pero que a la hora de hablar en ingl¨¦s no se les entend¨ªa¡±. Hay m¨¢s, seg¨²n Sevilla: ¡°Metr¨®polis, El acorazado Potemkin¡ El cine que vemos ahora lo inventaron en los a?os veinte¡±.
Tambi¨¦n las ideolog¨ªas que conocemos hoy se inventaron entonces: ¡°A principios del siglo XX emergieron dos movimientos totalitarios, el fascismo y el comunismo, fruto del miedo a la transformaci¨®n que estaba experimentando el mundo¡±, recuerda Borja S¨¦mper. ¡°Ante el miedo aparecieron respuestas simples a problemas complejos¡±, dice. Problemas complejos como los que atravesamos hoy, asegura Gabriel Rufi¨¢n: ¡°Creo que la historia se repite. Estamos frente a escenarios similares: la izquierda no hace de izquierda, y esto provoca que Salvini, Trump o Abascal puedan inocular mensajes nocivos¡±.
Durante los a?os veinte se impuso la ley seca en EE UU, contribuyendo al auge de la mafia, con quien Kaydy Cain dice identificarse: ¡°Supongo que es gente que quer¨ªa vivir fuera de la sociedad, como nos pasa a muchos, y no tendr¨ªa otra manera de hacerlo. Hay cosas que, si quieres llevarlas a cabo con los medios que tenemos la mayor¨ªa, tienes que hacerlas ilegales¡±. La ley seca tambi¨¦n trajo locales que vend¨ªan alcohol clandestinamente, los speakeasy. Diego Guerrero: ¡°Cuando hac¨ªa DSPEAKEASY le dec¨ªa al equipo: ¡®?No os llama la atenci¨®n un local con cortinas?¡¯. El speakeasy me evoca esa cortina que todos queremos traspasar¡±.
Kaydy Cain: ¡°Los feos pasamos de ser lo que nadie quer¨ªa a lo que est¨¢ de moda¡±
Kaydy Cain, exponente del trap en Espa?a, celebra su 30? cumplea?os haciendo snowboard en un centro comercial y comiendo un men¨² del d¨ªa. De los tiempos en los que Cain hac¨ªa apolog¨ªa de la marginalidad desde el Raval barcelon¨¦s con Pxxr Gvng quedan los tatuajes. Como el beso que se grab¨® en la cara para obligarse a vivir de la m¨²sica: "Fue una manera de decir: si no encuentro trabajo, pues no encuentro trabajo, robar ya no puedo porque me van a pillar. Me tengo que obligar a vivir de lo que me gusta", cuenta vestido de alta monta?a y tatuado hasta las cejas. No solo lo consigui¨®, marc¨® tendencia: "Pasamos de ser lo que nadie quer¨ªa a lo que estaba de moda. Hoy ha llegado un punto en que los feos estamos de moda", r¨ªe. Hoy Cain ha vuelto a Carabanchel, el barrio que le vio crecer, para afrontar una nueva etapa. Personal y musical: "Para m¨ª el trap no es solo un estilo de m¨²sica, engloba muchas m¨¢s cosas, y en ese momento de mi vida las ten¨ªamos todas para hacer esa m¨²sica. Ahora no estoy vendiendo droga ni robando. Gracias a Dios. Yo ahora tengo una rutina muy buena: voy a comprar el pan, salgo con el perro y voy con mi sobrino al parque. Hago todo eso, aparte de fumar hierba y follar".
Ese cambio vital se plasma en su nuevo proyecto, Salsa Dura, un disco con versiones de sus ¨¦xitos en clave de salsa que grabar¨¢ en Cuba y presentar¨¢ este junio en el festival S¨®nar. Un ¨¢lbum que formalmente supone una evoluci¨®n ¡ªCain canta acompa?ado de una banda de m¨²sicos cubanos¡ª, pero que tem¨¢ticamente busca una continuidad: "La salsa es igual que el rap, gente de calle, tem¨¢tica de calle¡ T¨² imag¨ªnate Pedro Navaja: era trap".
Borja S¨¦mper: ¡°En la pol¨ªtica actual, la duda te convierte en poco ¨²til. Y yo dudo mucho¡±
"Volv¨ªa de Madrid en un avi¨®n", cuenta Borja S¨¦mper. "Al aterrizar, una chica se me acerc¨® y me regal¨® un libro. Me dijo: 'Yo soy vasca y gracias a esta novela he entendido por lo que hab¨¦is pasado". El libro era Patria, y ellos, una generaci¨®n de pol¨ªticos de diferentes ideolog¨ªas que plant¨® cara a ETA. "Exist¨ªa una fraternidad entre partidos, compartimos la voluntad de ganar la libertad en el Pa¨ªs Vasco", asegura el pol¨ªtico y consultor.
Para ¨¦l, la ¨¦pica se conjuga en pret¨¦rito: "Nada de lo que har¨¦ en mi vida ser¨¢ tan necesario para m¨ª como lo que hice junto a otros en el Pa¨ªs Vasco en los noventa y los dos mil". Pero el pasado enero, S¨¦mper, nacido en Ir¨²n hace 44 a?os, decidi¨® que hab¨ªa llegado el momento de conjugar tiempos futuros. Dej¨® el Partido Popular vasco, en el que milita desde los 19 (la primera de una serie de dimisiones que ha sufrido la delegaci¨®n en v¨ªsperas de las elecciones regionales), para comenzar una nueva etapa como director de relaciones institucionales en Ernst & Young (EY). La dial¨¦ctica ha cambiado, dice. Y ha hecho de este "animal pol¨ªtico", como se define, alguien prescindible: "Vivimos un momento pol¨ªtico en el que la duda te convierte en poco ¨²til. Yo dudo mucho, y no quiero renunciar al sano ejercicio de la duda. Y esto hace que yo no sea un tipo adecuado para la pol¨ªtica de hoy". ?Y la pol¨ªtica de ma?ana? "Ahora no se debaten los problemas reales que afrontamos como sociedad. La pol¨ªtica se prestigiar¨¢ cuando los temas sobre los que se discute sean de calado y de futuro". ?Y la ¨¦pica? "Si hay un elemento transformador que puede tener ¨¦pica es la transici¨®n energ¨¦tica: transformar nuestra sociedad en algo medioambientalmente sostenible. Esto deber¨ªa poner cachondo a cualquier joven. Con ir a la manifa no est¨¢ todo conseguido. Hay que transformar la realidad".
Ernesto Sevilla: ¡°Tuvimos que ense?arle a la gente qu¨¦ era un mon¨®logo¡±
Ernesto Sevilla lleva 20 a?os esquivando su vocaci¨®n. Pero ya est¨¢ bien: "He cumplido 41 a?os y he dicho: 'O la haces, o se te va a pasar el arroz". Este c¨®mico albacete?o se ha decidido a dirigir su primer largometraje, una comedia cuyo guion ya est¨¢ escribiendo con Joaqu¨ªn Reyes y Miguel Esteban en unas sesiones de brainstorming en las que se encierran con un port¨¢til y una pizarra. Es algo que lleva persiguiendo desde que comenz¨® su carrera cuando, a¨²n como estudiante de Bellas Artes, recorr¨ªa los bares de Espa?a con un nuevo tipo de espec?t¨¢culo: el mon¨®logo.
"Tuvimos que abrir el mercado y ense?arle a la gente qu¨¦ era un mon¨®logo. No sab¨ªan qu¨¦ ¨ªbamos a hacer. Yo encima actuaba muy serio, la gente se pensaba que estaba dando un discurso", r¨ªe Sevilla, que guarda buenos recuerdos de aquellos d¨ªas: "Para un chaval de 21 a?os, irse a actuar por Espa?a, donde acababas borracho en el propio bar donde hab¨ªas actuado, ligando con alguna t¨ªa que te hab¨ªa visto, era muy divertido". Sevilla salt¨® a la fama en Paramount Comedy, donde entr¨® reci¨¦n salido de la carrera y no tard¨® en recomendar a unos amigos que hoy componen una muestra de talento manchego: Ra¨²l Cimas, Juli¨¢n L¨®pez, Joaqu¨ªn Reyes, Carlos Areces¡ Desde entonces ha actuado en teatros, late nights y comedias, un g¨¦nero con el que, como confesado cin¨¦filo y habitual actor, se encuentra desencantado: "El cine est¨¢ demasiado controlado por los canales de televisi¨®n y eso hace que las comedias sean todas parecidas. Se han acomodado en la f¨®rmula de coger un ¨¦xito franc¨¦s y hacerlo aqu¨ª, con un cartel azul con letras amarillas. Echo de menos un poco de riesgo, como pas¨® en los noventa con ?lex de la Iglesia, Julio Medem¡ Cuando yo empezaba a pensar en dedicarme a esto, ver eso era inspirador".
Gabriel Rufi¨¢n: ¡°Un pol¨ªtico que no aporta soluciones se convierte en un problema¡±
Gabriel Rufi¨¢n creci¨® respirando pol¨ªtica. "Me cri¨¦ en una familia muy politizada, de Bandera Roja [una organizaci¨®n comunista]. Desde ni?o, los debates eran continuos". Nunca milit¨® en un partido, asegura, hasta que en 2015, tras 10 a?os en una empresa de gesti¨®n de recursos humanos, decidi¨® involucrarse directamente en la causa p¨²blica, fruto de una "situaci¨®n efervescente": "El proceso pol¨ªtico de Catalu?a en los ¨²ltimos cinco a?os ha hecho que mucha gente que no est¨¢bamos en la primera l¨ªnea pol¨ªtica demos el salto. Un d¨ªa me dijeron de dar una charla en un centro de jubilados y a partir de ah¨ª empieza todo", explica Rufi¨¢n, que con 38 a?os es portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso de los Diputados.
Cuatro a?os en el ruedo le cambiaron. Moder¨® el tono: "Durante demasiado tiempo di demasiadas excusas a demasiada gente para hablar de mis formas y no del fondo. Entend¨ª c¨®mo funcionaba este mundo". Abandon¨® el modo campa?a: "Cuando empec¨¦ en esto pensaba que lo importante era ganar elecciones. Llevo cuatro a?os y cuatro campa?as. He hecho m¨¢s esl¨®ganes electorales que otra cosa. Ahora quiero hacer leyes". Y reconsider¨® la unilateralidad: "Lo importante es ser ¨²til. Los pol¨ªticos no somos sacerdotes ni los partidos iglesias. No podemos impartir c¨¢tedra. Nos tenemos que adaptar a la realidad que tenemos enfrente, interpretarla y aportar soluciones. Si no, te conviertes en un problema. No se puede imponer una autonom¨ªa con el 50% de la poblaci¨®n en contra, pero tampoco se puede imponer una rep¨²blica con el 50% de la poblaci¨®n en contra. Ninguna de las partes va a desaparecer. Esto pasa por dejar de negarse y dialogar".
Diego Guerrero: ¡°No cocino pensando en gustar al cliente. Para cocinar rico est¨¢ mi madre¡±
La de Diego Guerrero, chef vitoriano de 44 a?os, es una historia de reinvenci¨®n. De un chaval que no hab¨ªa frito un huevo en su vida y que un d¨ªa anunci¨® en casa que quer¨ªa dedicarse a la gastronom¨ªa. "Me dijeron: 'Si t¨² nunca te has acercado a una cocina, ?por qu¨¦ quieres ser cocinero?'. A ver c¨®mo les explicas a tus padres que para ti la cocina es una manera de expresar". No quedaban dudas en casa cuando en 2011 Guerrero consigui¨® su segunda estrella Michelin con El Club Allard.
Dos a?os m¨¢s tarde renunci¨® a todo. "Me hab¨ªa construido mi propia jaula de oro", explica. "Esa zona de confort te impide ser m¨¢s creativo por miedo a perderla, t¨² mismo te vas aferrando a una seguridad que te resta creatividad. Si quieres avanzar, tienes que desprenderte de todo". Exactamente eso fue lo que hizo Guerrero. Primero volvi¨® a casa, luego recorri¨® mundo y en 2014 regres¨® para sorprender con DSTAgE, una propuesta gastron¨®mica basada en la autenticidad y la innovaci¨®n con la que en tiempo r¨¦cord ha cosechado otras dos estrellas Michelin: "No cocino pensando en que le guste al cliente. Quiero provocar cosas, y eso pasa por no cocinar lo rico. Para cocinar rico ya est¨¢ mi madre. Mi trabajo es transmitir, no alimentar", explica Guerrero, que ha vivido un cambio en la percepci¨®n de su oficio: "Cuando yo empec¨¦ a estudiar, la cocina era una profesi¨®n marginal, no era una profesi¨®n dignificada. A la escuela de cocina no iban los listos". Hoy ser chef es ser artista, y la cocina, como explicaba aquel chaval de 18 a?os a sus padres, es considerada una manera de expresar: "Yo era cocinero antes de que estuviera de moda y seguir¨¦ si¨¦ndolo cuando esto pase".
Sergio Momo: ¡°Netflix es un escaparate enorme. Espero que no explote esta burbuja¡±
Con 10 a?os, Sergio Momo vio Disney Channel y supo qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor: "Mi principal ambici¨®n era salir en Zack y Cody. Averig¨¹¨¦ que se grababa en Los ?ngeles, en los Sunset Bronson Studios, y tuve muy claro desde entonces que iba a estudiar interpretaci¨®n". Con 18 a?os dej¨® su Tenerife natal para cursar arte dram¨¢tico en el Estudio Corazza de Madrid y hoy, con 23 a?os, tras varias apariciones en pel¨ªculas y series, se ha acercado un poco m¨¢s a aquel sue?o: el 13 de marzo Momo tuvo su primer d¨ªa de clase en el instituto Las Encinas, el escenario en torno al que gira uno de los ¨²ltimos bombazos en espa?ol que ha producido Netflix: ?lite. "Para mi ni?o de 10 a?os, ir a un instituto con taquillas, uniforme y gente petarda es una maravilla", r¨ªe.
Momo refleja el optimismo de una generaci¨®n de actores reci¨¦n incorporada al mercado laboral que camina a hombros de las todopoderosas plataformas: "Netflix es un escaparate enorme¡ Creo que es un momento donde, si est¨¢s empezando en la profesi¨®n, hay m¨¢s margen de error. Es alucinante que recibas mensajes de gente de Azerbaiy¨¢n diciendo: 'Oye, estoy practicando mi espa?ol, ?me entiendes cuando te escribo?'. Me parece un momentazo, espero que no explote esta burbuja". ?Qu¨¦ podr¨ªa pincharla? ?Una sobreproducci¨®n de series? "Creo que las plataformas hacen de espejo de la voracidad que tenemos como sociedad. Somos la sociedad del clic, de lo instant¨¢neo, las temporadas te las tragas en un d¨ªa; comida r¨¢pida, moda r¨¢pida, todo r¨¢pido¡ Creo que, m¨¢s que marcarlo, las plataformas siguen el ritmo".
Miqui Otero: ¡°Escribir es como el asma. O se te pasa de joven, o ya lo tienes para siempre¡±
Cuando ten¨ªa seis a?os, cada d¨ªa al volver a casa para comer, Miqui Otero se obligaba a s¨ª mismo a escribir un cuento. "Era una imposici¨®n absoluta", recuerda. Un entrenamiento. Fueron los or¨ªgenes de la saga Sabanito, una colecci¨®n de historietas sobre un "fantasma dandi" que se cambiaba de s¨¢bana cada vez que se aparec¨ªa y que le trajo grandes ¨¦pocas de gloria infantil. "Todo sale de ah¨ª. Esto de escribir es como el asma: o se te pasa en la adolescencia, o ya lo tienes para siempre. A m¨ª el asma se me pas¨®. Las ganas de escribir no".
Hoy, este barcelon¨¦s de 39 a?os est¨¢ ultimando el borrador de su cuarta novela, que narra el viaje de un quijotesco personaje llamado Sim¨®n Rico, que un d¨ªa abandona el microcosmos de sus libros y del bar donde trabaja para conocer mundo. Publicada por Blackie Books, la narraci¨®n discurre entre los escenarios de su infancia ¡ª?Barcelona, Sant Antoni¡ª y las tem¨¢ticas que siempre le han interesado: el conflicto de clases, el atractivo de lo desconocido, el poder de los libros¡ Otero siempre ha sabido cu¨¢l es su vocaci¨®n, pero vivir de la literatura no es f¨¢cil: "Si llegas a la conclusi¨®n de que no puedes evitar intentar escribir novelas, lo que haces es comprar tiempo: das charlas, clases, escribes en medios¡ Tienes que ser una navaja suiza. Lo importante es la navaja, pero luego eres un sacacorchos, unas tijeras¡". ?Cu¨¢nto queda del m¨¦todo Sabanito? "La novela es un trabajo de resistencia. No es ponerse al sol y esperar a que te atraviese una luz divina, venga una musa, te baile un lap dance y te chive toda la novela. No va a ser eso. Jam¨¢s".
Cr¨¦ditos
Foto grupal:
Miqui Otero: traje rosa de Stella McCartney, y camiseta y zapatillas de Boss. Borja S¨¦mper: traje y zapatos de Boss, y camisa de Saint Laurent. Kaydy Cain: traje y zapatillas de Givenchy, y collar de perlas y broche de diamantes de Barcena. En la mano izquierda, pulsera de oro de Tiffany y anillos de Givenchy; en la mano derecha, anillo de diamantes y esclava de Tiffany, y anillo de Givenchy. Ernesto Sevilla: chaqueta y zapatillas de Dior, pantal¨®n de Giorgio Armani y pa?uelo de Herm¨¨s.
Fotos individuales:
Kaydy Cain: Traje y camisa de Alexander McQueen, (gafas de Oakley), pendiente y cadena de Givenchy, broches de brillantes y collar largo de perlas de Barcena; en la mano izquierda, anillos de Givenchy, y en la derecha, anillo de brillantes de Tiffany y anillo de Givenchy; y collar de perlas corto propio.
Sergio Momo. Traje y camisa de Alexander McQueen, broche de diamantes de Barcena, anillo propio y gafas de Post Malone por Arnette.
Borja S¨¦mper. Traje y chaleco de Giorgio Armani, camisa de Dior, calcetines de Sebago y zapatos de Berwick.
Gabriel Rufi¨¢n. Camisa y chaqueta de Jil Sander.
Ernesto Sevilla. Traje estampado y zapatillas de Versace, y camisa de Saint Laurent.
Miqui Otero. Traje y polo de Ermenegildo Zegna.
Asistentes de estilismo: Javier Lozoya y Claudia P¨¦rez. Asistente de fotograf¨ªa: Eduardo P¨¦rez Ortiz. Peluquer¨ªa y maquillaje: Cynthia de Le¨®n (COOL) para Nars y Kiehl¡¯s. Producci¨®n de OM Producciones.
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