¡°Se salvan m¨¢s vidas evitando que haya enfermos que trat¨¢ndolos¡±
Julio Mart¨ªnez, microbi¨®logo espa?ol y experto de bioseguridad de la OMS, reflexiona sobre lo que puede aprender Europa de la crisis del ¨¦bola en ?frica, donde vuelve para cerrar la campa?a contra la epidemia
Ya sea para enfrentarse a la fiebre de Lassa o al c¨®lera, Julio Mart¨ªnez Aniceto (40 a?os, Madrid) lleva seis a?os recorriendo ?frica y Asia de epidemia en epidemia, sin apenas descansos pero muchas victorias a su espalda. Tras un a?o y medio en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC), este experto en bioseguridad de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) cuenta los d¨ªas que faltan para el 14 de abril, fecha en la que se confirmar¨¢ ¡ªsi no surgen nuevos brotes¡ª el fin del ¨¦bola en el pa¨ªs africano. Combatir esta enfermedad, que ha dejado desde 2017 m¨¢s de 2.200 muertos en uno de los rincones m¨¢s violentos e inseguros del mundo, ha sido su mayor reto hasta la fecha. El microbi¨®logo, dedicado a la lucha contra enfermedades contagiosas, reflexiona sobre lo que puede aprender Europa de la crisis del ¨¦bola que vivi¨® el continente africano, durante uno de sus permisos en Madrid, antes de regresar a ?frica oriental, para, seg¨²n espera, poner fin a esta epidemia.
Pregunta. Desde su independencia, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo ha enlazado guerras civiles con epidemias y desastres naturales. La zona en la que trabaja, las provincias de Kivu norte e Ituri, contienen docenas de grupos armados como los Mai Mai o las Fuerzas Democr¨¢ticas Aliadas que llevan 25 a?os en activo. Y es justo ah¨ª donde se anquilosa el ¨¦bola. ?Es la RDC un pa¨ªs maldito?
Respuesta. Es un pa¨ªs gigante, del tama?o de Europa occidental. Tiene much¨ªsimas regiones muy distintas unas de otras, y algunas, como en las que trabajo, los desastres naturales se mezclan con conflictos ¨¦tnicos y fronterizos. Esto imposibilita una estabilidad econ¨®mica de la que surjan infraestructuras y servicios b¨¢sicos, creando m¨¢s problemas sociales que derivan en violencia, que complica mucho el desarrollo de la zona y empeora a¨²n m¨¢s las condiciones de vida. Es un ciclo del que es muy dif¨ªcil salir. Por eso enfermedades como el ¨¦bola se extienden durante a?os en estos territorios. Es complicado reunir recursos para evitarlo en esas circunstancias.
P. ?Cu¨¢l es el mayor reto de combatir una enfermedad como el ¨¦bola?
R. El no poder ver a lo que te enfrentas. Es un enemigo invisible, de primeras. No ves a un soldado cargando contra ti, no oyes las balas silbando. Tienes que jugar con la ciencia y la experiencia, recogiendo todos los datos que se saben del virus: cu¨¢nto tiempo sobrevive fuera del cuerpo, sobre qu¨¦ superficies puede resistir m¨¢s horas, por qu¨¦ medios se transmite, qu¨¦ velocidad... De esa manera aprendes a localizarlo, aislarlo y evitar el contagio. Prever c¨®mo va a ser el contagio es lo m¨¢s importante para controlarlo. Es muy f¨¢cil que al no saber a lo que te enfrentas cunda el p¨¢nico y la gente huya, expandiendo la infecci¨®n y cometiendo errores terribles.
P. ?Qu¨¦ hace un jefe de bioseguridad de la OMS?
R. Concretamente soy lo que denominamos Wash & IPC (encargado de saneamiento, aguas e higiene y de prevenci¨®n y control de infecciones). En resumen, cuando algo ocurre que conlleva un gran riesgo de infecci¨®n, me ocupo. Lidio con muchos tipos de urgencias: Desde ampliar un hospital en un foco de contagio, reparar otro centro porque nos lo ha atacado la guerrilla o vaciar unas letrinas contaminadas.
P. ?Qu¨¦ es m¨¢s peligroso para el personal sanitario desplegado en la zona: el ¨¦bola o la violencia?
R. El ¨¦bola al menos ahora tiene una vacuna. Todos los compa?eros que he perdido en la RDC han sido por balas o infartos. Ninguno por el virus.
P. El director adjunto para respuestas a emergencias de la OMS, Ibrahima Soc¨¦ Fall, asegur¨® que durante la campa?a ha habido m¨¢s de 240 ataques a instalaciones de la OMS en los que han muerto una docena de personas, algunos, compa?eros suyos. ?Por qu¨¦ les atacan?
R. Esto lo ha explicado Julienne Anoko, antrop¨®loga de la OMS, en otras entrevistas. Se mezclan muchas cosas: ataques simplemente para robar, grupos de presi¨®n locales a los que no les interesa que estemos dando asistencia sanitaria gratuita o incluso gente que cre¨ªan que ¨¦ramos nosotros los que llev¨¢bamos el ¨¦bola a su pueblo. Es una regi¨®n con muchos grupos armados donde la gente vive en unas condiciones p¨¦simas, con sueldos de menos de 100 euros al mes. Y el ¨¦bola mueve mucho dinero.
P. La Cruz Roja reconoci¨® que durante la campa?a del ¨¦bola en ?frica occidental se perdieron al menos cinco millones de d¨®lares (unos 4,5 millones de euros) de ayuda humanitaria por corrupci¨®n. En esta campa?a, el anterior ministro de Sanidad de la RDC, Oly Ilunga, fue detenido en septiembre acusado de malversaci¨®n por la gesti¨®n de esta ayuda. ?Es la corrupci¨®n un mal menor que hay que asumir durante este tipo de crisis?
R. Yo creo que esto siempre ocurre cuando pasa tanto dinero por las manos de tanta gente. Si nos pasa en Espa?a, pues claro que va a pasar all¨ª tambi¨¦n. Encima, en situaciones cr¨ªticas el precio de productos clave se dispara, ya sea por la histeria, la falta de recursos o porque hay interesados que se quieren lucrar. ?Cu¨¢nto valen ahora las mascarillas en Espa?a?
P. El 3 de marzo se dio de alta a la ¨²ltima paciente de ¨¦bola en la RDC. Si desde entonces pasan dos periodos de incubaci¨®n del virus (42 d¨ªas) sin que surjan nuevos casos, se declarar¨¢ el fin de la epidemia en el pa¨ªs. ?Cu¨¢l es el mayor reto de esta ¨²ltima fase?
Prever c¨®mo va a ser el contagio es lo m¨¢s importante para controlarlo
R. Puede haber rebrotes, como nos pas¨® en ?frica occidental cuando colabor¨¦ contra el brote de 2014 en Sierra Leona. Tenemos muchas infraestructuras donde ha habido pacientes con ¨¦bola durante meses, que han generado residuos y fluidos contaminantes. Vamos a tener que vaciar todo y garantizar a la comunidad local que esos terrenos no sean peligrosos. El problema es que estos centros a d¨ªa de hoy son un pilar econ¨®mico para mucha gente. Y que nos vayamos no va a sentar bien. Nuestras estructuras, adem¨¢s, tienen recursos muy valiosos: material m¨¦dico, techos de metal¡ Va a ser un proceso dif¨ªcil, donde pueden darse ataques o saqueos antes de que garanticemos que todo est¨¢ desinfectado.
P. ?Qu¨¦ es lo primero que tiene que cambiar una sociedad para enfrentarse a una epidemia?
R. Seg¨²n el virus, pero por lo general, los h¨¢bitos m¨¢s comunes y simples. No dar la mano, mantener la higiene continuamente, aceptar que hay ciertas cosas que se tienen que perder como el salir, los restaurantes, los bares¡ Como mediterr¨¢neos, lo de no tocarnos puede chocar mucho. En ?frica oriental desde hace a?os todo el mundo saluda con el codo o desde la distancia. Son cambios que acaban marcando a una sociedad.
P. Normalmente, para usted volver a Madrid supone desconectar de epidemias y enfermedades. ?Qu¨¦ piensa cuando ve ahora la ciudad?
R. Creo que hemos bajado la guardia. En el Congo tenemos una epidemia activa de sarampi¨®n, hay zonas con polio, fiebre de Lassa, c¨®lera¡ Lo vemos desde la lejan¨ªa con una calma que no es buena. Resulta curioso ver que, en el momento en que llega a nuestro pa¨ªs algo que es tan frecuente en el resto del mundo, cunde el p¨¢nico, pese a los recursos que tenemos. La pr¨®xima vez deber¨ªamos de tener una respuesta m¨¢s r¨¢pida. Se salvan m¨¢s vidas evitando que haya enfermos que trat¨¢ndolos. Espero que aprendamos de nuestros errores, pero como dec¨ªa Camus, en el mundo ha habido tantas pestes como guerras y sin embargo, cogen a la humanidad siempre desprevenida.
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