Hemos hecho 'match', ?y ahora qu¨¦? As¨ª son las citas en tiempos de confinamiento
La naturalidad se impone a trav¨¦s del tel¨¦fono
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A estas alturas ya es bien conocida la historia del fot¨®grafo neoyorquino que, en pleno confinamiento, lig¨® con una vecina cuando bailaba en el tejado de su edificio. Para quien no haya o¨ªdo hablar de ella, aqu¨ª va un resumen: tras observarla al m¨¢s puro estilo La ventana indiscreta con el teleobjetivo de su c¨¢mara, decidi¨® mandarle un dron a seguirla cual moscard¨®n, mientras ella mov¨ªa el esqueleto. Sorprendentemente, la t¨¢ctica del chico dio resultado y, como en Estados Unidos todav¨ªa se puede salir a la calle, tuvieron su primera cita. Eso s¨ª, respetando las distancias: ¨¦l se plant¨® en su puerta metido dentro de una gran pelota de pl¨¢stico transparente. Sin duda, todo un espect¨¢culo en el que no falt¨® una parada de la polic¨ªa para ¡ªnada m¨¢s y nada menos¡ª pedirles una foto. Por supuesto todo fue grabado y contado al mundo a trav¨¦s de su cuenta de Twitter. Como este joven, son muchas las personas a quienes les ha tocado vivir la cuarentena en solter¨ªa y a pesar de que hay quien ha decidido cerrar todas las v¨ªas de conocer a alguien ¡ª"por evitar ponerse los dientes largos", me asegura un amigo¡ª, tambi¨¦n est¨¢n quienes aprovechan las aplicaciones de citas para tener desde inocente tonteo hasta un poco de sexo a trav¨¦s de las c¨¢maras.
Es el caso de Sof¨ªa (30 a?os), quien apareci¨® maquillada y arreglada a una de las ya habituales videollamadas de los viernes, a las que tanto ella como sus amigas se conectan en pijama desde la comodidad del sof¨¢ o la cama. Ese d¨ªa ten¨ªa una cita con un chico que acababa de conocer en Tinder: "Hemos quedado para tomarnos unos vinos y hablar", les explic¨® antes de dejarlas "plantadas" por aquel desconocido. La cosa no fue bien y a la media hora estaba de vuelta con al menos algo fresco para aportar a la conversaci¨®n, que llevaba semanas girando en torno a cu¨¢ndo y c¨®mo se empezar¨¢n a aflojar las medidas y se podr¨¢ volver a algo parecido a la normalidad. Si bien su primer encuentro virtual de la cuarentena fue un fracaso, despu¨¦s de eso ha conseguido un verdadero match. Con este habla cada d¨ªa e incluso ¡ªseg¨²n nos ha confesado¡ª el tema ha llegado a subir de temperatura con la c¨¢mara activada. Y puede que todo quede en el mundo virtual: "Vive a una hora y media de mi casa, es un poco complicado", asegura.
Una de las paradojas de la pandemia es que por un lado se han recuperado fronteras que ya no exist¨ªan: entre pa¨ªses, entre comunidades aut¨®nomas y ciudades, y hasta entre nuestras casas y las calles. Y por el otro, en el mundo online parecen haber desaparecido por completo. Al menos en lo que respecta a las aplicaciones de citas. El ejemplo m¨¢s claro es la funci¨®n Passport (pasaporte) de Tinder, que permite conocer a personas de cualquier parte del mundo (antes del confinamiento la app solo ense?aba candidatos que estuvieran a determinada distancia de la localizaci¨®n del usuario). Sin esto, Sof¨ªa probablemente no llevar¨ªa varias semanas hablando con su ligue y Twitter no estar¨ªa revolucionado con #tinderpassport.
En pijamas y a lo loco
Bien sea a miles kil¨®metros de distancia o apenas unos pocos, la clave de las citas est¨¢ en las videollamadas, que, seg¨²n el director de Marketing de Badoo, Pablo Delgado, "son la opci¨®n preferida de los usuarios. Hemos observado que han superado a las llamadas normales y tambi¨¦n la gente parece preferirlas frente a los mensajes. Adem¨¢s, son cada vez m¨¢s largas". La gente se puede pasar horas de charla cuando hay una buena conexi¨®n con la otra persona. As¨ª le ocurri¨® a David (38 a?os), que tuvo su primera 'videocita' con Felipe dos d¨ªas despu¨¦s de conocerlo en esta aplicaci¨®n. Empezaron a hablar en la cama y se pasaron tres horas dando un repaso a la pol¨ªtica, a la m¨²sica e incluso a conocidos que tienen en com¨²n. Y, como si estuvieran en la misma habitaci¨®n, ambos acabaron "durmiendo juntos". Al despertarse en la ma?ana siguiente, David se dio cuenta de que la videollamada segu¨ªa activa y que ten¨ªa a Felipe roncando "a su lado".
Al parecer este nivel de comodidad y complicidad se ha hecho bastante com¨²n en las citas del confinamiento. "Da la sensaci¨®n de que ya todos nos hemos hecho a la idea de que nos pasamos el d¨ªa en pijama y que las dem¨¢s personas tambi¨¦n. Parece que hemos perdido ese miedo a mostrarnos de forma m¨¢s natural", explica Delgado. A Arantxa (24 a?os) le dur¨® lo de arreglarse lo que tarda una persona en beberse una copa. Tanto ella como su cita acabaron poni¨¦ndose algo m¨¢s c¨®modo y despatarr¨¢ndose en el sof¨¢ a ver juntos y comentar varios cap¨ªtulos de La Casa de Papel.
Igual que ver series juntos se ha convertido en un planazo para una primera cita, otras actividades que hemos adoptado para hacer m¨¢s entretenido el encierro tambi¨¦n se han hecho su hueco en este tipo de encuentros. A falta de poder ir a un buen restaurante, ?por qu¨¦ no cocinar juntos y luego cenar? Es lo que hicieron Vanessa (27 a?os) y su cita e incluso lo llevaron al siguiente nivel: concurso tipo Masterchef y a ver a qui¨¦n le queda mejor el plato. En su caso fue una bolo?esa, pero podemos elegir cualquier receta, desde una maravillosa pizza napolitana hasta una sencilla receta con conservas a la altura de un chef estrella Michelin. Y que, por supuesto, no falte un buen pan casero como lo hornean los mejores panaderos de Espa?a.
Y de experimentar en la cocina a echar una partida a alg¨²n juego de mesa en el sal¨®n. El Trivial, nos cuenta Delgado, es una magn¨ªfica opci¨®n para divertirse o directamente descartar al candidato, como le ocurri¨® a Javier (21 a?os), quien reconoce que no tiene ni idea de nada m¨¢s que deportes. Ella, por su parte, acertaba todo. No solo perdi¨® el juego, sino todos los puntos que pod¨ªa tener antes de empezar la cita.
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