El valor de nuestra vulnerabilidad
Necesitamos dejar de asociar esa sensaci¨®n con nuestras debilidades y compartir experiencias con quienes se han ganado el derecho a escucharlas
La vulnerabilidad es una sensaci¨®n inc¨®moda para muchos. De hecho, nos pasamos la vida tratando de disimularla. Aparentamos que somos fuertes, que no nos afectan los comentarios negativos o que tenemos ¨¦xito. Sin embargo, la vulnerabilidad es la esencia de gran parte de lo que sentimos. Es el origen del miedo o de la rabia que nos produce la incertidumbre, el riesgo o cierta exposici¨®n emocional. Por eso, en momentos como los que vivimos nos sentimos especialmente vulnerables. Pero esa sensaci¨®n tiene mucho valor, como explica la psic¨®loga estadounidense Bren¨¦ Brown en su libro El poder de ser vulnerables (l¨®gicamente, no nos referimos a situaciones l¨ªmites, sino a las que vivimos habitualmente muchas otras personas).
Brown se hizo mundialmente conocida por un v¨ªdeo con m¨¢s de 47 millones de visitas en TED, una plataforma que publica conferencias gratuitamente. Durante su intervenci¨®n, define la vulnerabilidad como la cuna de las emociones y de las experiencias que anhelamos. En su opini¨®n, esta surge por la necesidad de conexi¨®n con otras personas. A diferencia de otros animales, los humanos necesitamos a alguien para sobrevivir y para crecer en condiciones saludables. La p¨¦rdida de conexi¨®n nos bloquea. Por eso nos inventamos ciertas estrategias inconscientes para conseguir la aceptaci¨®n de otros: ser buenos profesionales o padres, tener cierto ¨¦xito o una determinada belleza. Esa es nuestra soluci¨®n cuando nos sentimos vulnerables y tememos perder la conexi¨®n de quienes nos importan. Sin embargo, sentir dicha sensaci¨®n tambi¨¦n es un regalo, nos dice Brown.
Para que se cumpla esa m¨¢xima, primero necesitamos dejar de asociar vulnerabilidad a debilidad. La vulnerabilidad es la esencia, el coraz¨®n, el centro de todas las experiencias humanas significativas. Si intentamos evitarla por verg¨¹enza, o porque nos consideramos d¨¦biles, tampoco sentiremos la alegr¨ªa o las emociones positivas de un modo intenso. ¡°Anular nuestra vida emocional por temor a pagar un precio demasiado alto es alejarse de lo que, precisamente, da sentido y prop¨®sito a la vida¡±, concluye Brown. En segundo lugar, esta sensaci¨®n nos acerca m¨¢s a las personas que nos importan. No hace falta que exhibamos nuestra vulnerabilidad a los cuatro vientos. Debemos compartir nuestros sentimientos y nuestras experiencias con quienes se han ganado el derecho a escucharlas. Ser vulnerables y estar receptivos es rec¨ªproco y supone una parte integral del proceso para generar confianza. Por eso, en momentos complicados, necesitamos tener personas con las que compartir nuestras preocupaciones, errores y miedos sin temor a ser juzgados o criticados.
Tercero, la vulnerabilidad nos ayuda a desnudarnos de lo superficial y a tomar decisiones m¨¢s aut¨¦nticas. Esta crisis nos est¨¢ despojando de muchas seguridades. Nos enfrenta a un nuevo orden de prioridades. Valoramos m¨¢s la familia, los encuentros con los amigos, los peque?os detalles¡ Cualquier proceso de transformaci¨®n que nace de esta manera resulta m¨¢s genuino. Pensemos qu¨¦ tenemos que aprender de todo lo que estamos viviendo; qu¨¦ sobraba en nuestra vida; qu¨¦ necesitamos realmente o qu¨¦ debemos cambiar de lo que hac¨ªamos. Las respuestas ser¨¢n m¨¢s aut¨¦nticas y s¨®lidas si las respondemos desde este lugar y no desde el miedo o el enfado.
Pilar Jeric¨® es emprendedora, escritora, conferenciante, doctora en Organizaci¨®n de Empresas y divulgadora de investigaciones sobre el comportamiento humano. www.pilarjerico.com
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