Pero, ?qu¨¦ sali¨® mal?
Las entidades de ayuda al desarrollo deben analizar sus proyectos fallidos. Este texto propone una metodolog¨ªa para hacerlo
Pedro trabaja para una ONG que se dedica, entre otras cosas, a prestar soporte psicol¨®gico a nicarag¨¹enses que deciden emigrar. Petra, una manag¨¹ense de 46 a?os, le ha contactado porque quiere marchar a Espa?a.
Entre sus ficheros, Pedro encontr¨® el expediente de Consuelo*, vecina de Petra, a la que ¨¦l apoy¨® cuando decidi¨® emigrar a Espa?a unos a?os atr¨¢s. Hoy Consuelo parece satisfactoriamente instalada en Madrid, ha alquilado un piso en Vallecas, ha renovado su tarjeta de residencia y piensa solicitar la nacionalidad espa?ola en un futuro pr¨®ximo.
Mediante un correo electr¨®nico, Pedro sugiri¨® a Petra entrar en contacto con Consuelo y, entre los tres, revisar su decisi¨®n de migrar a Espa?a. Pero Petra nunca le respondi¨®. Ni a ese mail ni a las sucesivas llamadas que este le dirigi¨® con posterioridad.
Pedro se siente frustrado. Le ha dedicado muchas horas al caso de Petra. De hecho, no es la primera vez que un proyecto de migraci¨®n en el que participa no da resultados. Y eso que se involucra a fondo en ellos. Posteriormente y preguntado por la jerarqu¨ªa de su ONG, Pedro aconseja dejar de destinar recursos a proyectos relacionados con la migraci¨®n para centrarse en otras tem¨¢ticas con mayores probabilidades de ¨¦xito.
Sin embargo, teniendo en cuenta que en 2019 hab¨ªa en el planeta 272 millones de migrantes internacionales (equivalentes al 3,5% de la poblaci¨®n mundial), es f¨¢cil entender que ser¨ªa un error para cualquier entidad especializada hacer de la movilidad humana un asunto secundario.
F¨¢tima Shetawi es una mujer jordana que recibi¨® un micro pr¨¦stamo de 600 d¨®lares de la sociedad Ahli Microfinance para crear un negocio en su propia casa.
La mujer no pudo devolver el anticipo. De su negocio no hay hoy ni rastro. Actualmente, Shetawi se ve obligada a vivir escondida de la justicia, ya que pesa sobre ella una orden de detenci¨®n. En Jordania una persona puede ir a la c¨¢rcel por no pagar este tipo de deudas.
Las instituciones que se dedican a la ayuda al desarrollo con frecuencia est¨¢n demasiado encorsetadas en sus propios procedimientos internos
Hay muchas mujeres en una situaci¨®n similar a la de Shetawi en ese pa¨ªs. En los ¨²ltimos meses, activistas y familiares han decidido organizar protestas en Am¨¢n, la capital. Todo esto da?a la reputaci¨®n de los micro pr¨¦stamos pudiendo incluso amenazar su futuro como herramienta de ayuda al desarrollo.
En 2009, aproximadamente 74 millones de hombres y mujeres se beneficiaban de microcr¨¦ditos. Estos totalizaban 38.000 millones de d¨®lares. Seg¨²n el banco Grameen, considerado el creador del microcr¨¦dito moderno, las tasas de ¨¦xito del repago oscilaban entre el 95 y el 98%. Desde esta perspectiva, estos peque?os pr¨¦stamos parecen ser un arma eficaz contra la pobreza. Acabar con ellos ser¨ªa un error.
?Qu¨¦ sali¨® mal en los casos descritos? Conocer la respuesta a esta pregunta es fundamental para subsanar los errores sin dejar de apoyar a quienes m¨¢s lo necesitan.
1. Identificar los obst¨¢culos
Normalmente, una vez finalizado un proyecto, se lleva a cabo una evaluaci¨®n del mismo. El resultado de este examen, normalmente recogido en un informe escrito, con frecuencia se limita a indicar si el proyecto alcanz¨® o no su objetivo.
Pero, para saber por qu¨¦ fracasan los proyectos de cooperaci¨®n es vital identificar los obst¨¢culos que comprometen la eficacia de los mismos. En los casos expuestos, las trabas son, en el primero, el silencio de Petra (ya que erosiona potenciales proyectos de migraci¨®n); y en el segundo, la desaparici¨®n de Shetawi? (ya que fragiliza los microcr¨¦ditos).
2. Definir qui¨¦n debe identificar los obst¨¢culos
Los mutismos de Petra y de Shetawi? constituyen verdaderos e importantes obst¨¢culos para la ONG de Pedro y para la sociedad Ahli Microfinance. Por ello, son estas instituciones las que deben identificar los problemas.
Las instituciones que se dedican a la ayuda al desarrollo con frecuencia est¨¢n demasiado encorsetadas en sus propios procedimientos internos. Son tantas las normas y los plazos que han de respetar que pueden olvidar que la ayuda al desarrollo no solo hay que ejecutarla. Tambi¨¦n hay que pensarla, meditarla, recapacitarla, evaluarla y madurarla. Eso, en este contexto, significa que esas instituciones deben saber que son ellas mismas las responsables de identificar aquello que obstaculiza su propio trabajo.
3.Identificar los motivos finales del fracaso
Despu¨¦s, habr¨ªa que averiguar qu¨¦ se esconde tras esos obst¨¢culos. Dicho de otra manera, habr¨ªa que identificar las causas ra¨ªces del fracaso del proyecto de cooperaci¨®n.
Con frecuencia, los motivos por los que estas acciones se estrellan son sorprendentes: F¨¢tima Shetawi no pudo devolver el pr¨¦stamo porque realmente nunca lo destin¨® a crear un negocio dom¨¦stico, sino para pagar deudas. Petra no volvi¨® a contactar a Pedro porque, simplemente, no quer¨ªa pedirle ning¨²n tipo de ayuda a su vecina Consuelo. Era una cuesti¨®n de orgullo, sencillamente.
4. ?C¨®mo identificar las causas del fracaso?
Para acceder a esta valiosa informaci¨®n es importante fomentar la comunicaci¨®n. No solo con el beneficiario final de un proyecto sino tambi¨¦n con su entorno. La comunicaci¨®n deber¨ªa ser fluida y constante durante todo el ciclo de un proyecto. Eso permitir¨¢ a la entidad implementadora obtener la informaci¨®n necesaria de varias fuentes. As¨ª obtendr¨ªa una imagen completa. Todo ello, obviamente, sin atentar contra el derecho a la intimidad de esos beneficiarios finales.
Las instituciones deber¨¢n replantearse su labor y hacerse las preguntas pertinentes: si el orgullo de Petra dio al traste con el proyecto de Pedro, ?no hubiera debido ¨¦l detectar que la mujer se pod¨ªa sentir humillada al tener que contar a conocidos que quer¨ªa emigrar? Si el miedo oblig¨® a Shetawi? a esconderse, ?no ser¨¢ mejor dar ayudas no condicionadas, sino para lo que realmente las necesiten los receptores?
La importancia de los aspectos psicol¨®gicos en la ayuda al desarrollo es enorme. No hay que olvidar que su beneficiario final es siempre una persona. Por ello, es necesario desarrollar las competencias en psicolog¨ªa de las entidades de la ayuda al desarrollo.
5. Futuros proyectos
A la hora de crear un nuevo proyecto, este deber¨ªa incluir todos los elementos del procedimiento que acabo de describir: potenciales obst¨¢culos (intermedios y finales), responsables de identificar esos obst¨¢culos y medios con los que se cuenta para definirlos¡ As¨ª la ayuda ser¨¢ realmente eficaz y alcanzar su objetivo.
*Los nombres de este relato han sido cambiados para preservar la intimidad de sus protagonistas.
Miguel Forcat Luque es economista por la Universidad Complutense de Madrid y trabaja para la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea. Este art¨ªculo no refleja necesariamente el punto de vista de la instituci¨®n para la que trabaja.
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