Tres fobias sociales que aumentar¨¢n tras el confinamiento (y cu¨¢ndo es normal tener miedo)
?Qui¨¦n necesita ayuda para borrar la huella mental de la covid-19?
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Por una vez, los espa?oles estamos de acuerdo: el confinamiento no es f¨¢cil. Muchas horas entre cuatro paredes, demasiada incertidumbre en el ambiente y tiempo de sobra para preocuparnos por todo. Pero si a la gran mayor¨ªa se le est¨¢ haciendo demasiado largo, tambi¨¦n hay quien, ahora que puede, se niega a salir de casa. En muchos casos es una reacci¨®n normal, en muchos otros se explica por alg¨²n tipo de fobia. ?Cu¨¢les son los problemas m¨¢s comunes? ?C¨®mo se manifiestan?
Las im¨¢genes de paseos y plazas han delatado en las ¨²ltimas fechas unas enormes ganas de abandonar el encierro, pero hay personas para quienes, en cambio, el encierro ha sido la excusa perfecta para, por fin, evitar lo que menos les gusta: salir a la calle. Estar en contacto con otras personas y perder el control de lo que sucede a su alrededor les causa estr¨¦s. Muchas de ellas son diagnosticadas con s¨ªndromes relacionados con la obsesi¨®n, fobias sociales o agorafobia. Son, precisamente, los trastornos que van a crecer en los pr¨®ximos meses, seg¨²n los especialistas, siempre teniendo en cuenta que "todo depende de cada uno, de su personalidad y su experiencia", dice Antonio Cano, presidente de la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Ansiedad y el Estr¨¦s. El aumento ser¨¢ mayor "entre personas con trastornos previos", afirma el tambi¨¦n catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa de la Universidad Complutense.
C¨®mo es la huella mental de la covid-19
"Hay gente que se ha sentido muy c¨®moda en la cuarentena y puede sentirse muy inc¨®moda cuando termine", explica el psic¨®logo cl¨ªnico Arun Mansukhani. Aunque es pronto para asegurarlo, el especialista apunta varias patolog¨ªas que se pueden a disparar en los pr¨®ximos meses. Lo hace en base a las atenciones que est¨¢ realizando estos d¨ªas dentro de un programa de atenci¨®n para sanitarios, fuerzas de seguridad y afectados por la crisis del coronavirus, directos o familiares, una iniciativa de la asociaci¨®n EMDR que se ha ido ampliando a otros colectivos profesionales durante las ¨²ltimas semanas.
Una de ellas es la agorafobia, un trastorno que hace que las personas se sientan inseguras en ciertos lugares que le producen ansiedad, donde temen sufrir un ataque de p¨¢nico. Es un miedo por anticipaci¨®n de una situaci¨®n que no tiene por qu¨¦ llegar a producirse. Seg¨²n la Cl¨ªnica Mayo, uno de los factores de riesgo para sufrirla es "atravesar sucesos estresantes en la vida" o "tener un temperamento ansioso o nervioso"; son situaciones que todos estamos viviendo durante el confinamiento, ya sea por la p¨¦rdida de trabajo, la incertidumbre sobre el futuro, el miedo al contagio personal o de familiares y multitud de cuestiones m¨¢s. Entre los s¨ªntomas se encuentran el miedo a salir de casa solo, esperar en una fila, usar el transporte p¨²blico o acudir a espacios p¨²blicos, exactamente los que nos rodean actualmente. Con el agravante de las mascarillas, el temor al contagio o la sensaci¨®n de que en cualquier momento alguien puede cometer una irresponsabilidad, como dejar de respetar las normas de distanciamiento f¨ªsico.
Otra de las cuestiones que tiene visos de crecer son los trastornos dentro del espectro obsesivo, relacionados con el control que tenemos de nuestro entorno. Durante la cuarentena, ha sido tarea f¨¢cil: sin interacci¨®n con otras personas (o solo con familiares o convivientes), con horarios y reglas marcadas o facilidad para limpiar cada rinc¨®n del hogar, era sencillo que cada cosa estuviera en su sitio. Pero la situaci¨®n se complica con la desescalada, y muchas de las personas que han tenido sensaci¨®n de dominar la situaci¨®n, ahora la ven a perder porque todo es menos predecible fuera de casa. "Se van a incrementar cuestiones como la hipocondr¨ªa y, por eso, muchos pensar¨¢n que est¨¢n m¨¢s seguros en casa y, aunque puedan, no querr¨¢n salir", explica Mansukhani. La obsesi¨®n por la higiene para evitar el contagio ser¨¢ una de las patolog¨ªas crecer¨¢n a corto plazo. El miedo a que el menor s¨ªntoma suponga tener coronavirus, el p¨¢nico a contraerlo o hacerse muchas pruebas, como tomas de temperatura constantes, ser¨¢n m¨¢s habituales que hasta ahora.
Finalmente, existe un tercer grupo de patolog¨ªas que va en camino ascendente: los patrones evitativos, que est¨¢n relacionados con la fobia social. Es decir, la tendencia a la inhibici¨®n social, a sortear el contacto con otras personas porque no se conf¨ªa mucho en el otro o se cree que les van a evaluar constantemente. La ansiedad, las ganas de alejarse de lugares donde hay mucha gente o sentir preocupaci¨®n por ir a alg¨²n sitio donde pueda haber multitudes son s¨ªntomas de los trastornos relacionados con la fobia social. Entre sus factores de riesgo est¨¢n las experiencias negativas, justo como la actual, en la que salir a la calle nos puede hacer parecer que la masa nos va a contagiar la covid-19 s¨ª o s¨ª.
La persistencia, clave para saber si hay pedir ayuda
"La resistencia a salir ahora es natural, llevamos mucho tiempo en casa y hay un riesgo real, pero eso no quiere decir que todo sea patol¨®gico", dice Juan Francisco Rodr¨ªguez Testal, profesor de Psicopatolog¨ªa de la Universidad de Sevilla. "Es como cuando volvemos al trabajo tras un mes de vacaciones: la tarde de antes resoplas, te agobias¡ pero al final vas. Eso es una reacci¨®n normal, igual que ahora, con la ¨²nica diferencia de que hay un riesgo real de contagio", dice el docente. Surge entonces la duda. Si tengo ansiedad, no me apetece salir y tiendo a evitar sitios con bastante gente, ?sufro alguna una patolog¨ªa?
La frontera es dif¨ªcil de delimitar, ni los propios especialistas la pueden definir claramente. Pero Rodr¨ªguez Testal subraya que hay algunas cuestiones que nos pueden ayudar a saber qu¨¦ nos est¨¢ pasando. La principal es la persistencia. Es decir, si el posible nerviosismo por salir a la calle no se acaba al quedarnos en casa, tenemos desajustes en sue?o o apetito, ataques de ansiedad, si al ir a trabajar no rendimos por toda la preocupaci¨®n o incluso pedimos un permiso para no ir¡ Son cuestiones que generan un patr¨®n que nos indica que algo est¨¢ pasando y que, cuando llegan a interferir con la vida diaria son motivo para pedir ayuda.
"No hay que caer en la tentaci¨®n de patologizarlo todo", insiste Rodr¨ªguez Testal, porque estos d¨ªas de tanto cambio e incertidumbre se exhiben "reacciones absolutamente normales que suponen pasarlo mal", sin que ello necesariamente signifique que tenemos un problema. "El ser humano tiene una gran capacidad de adaptaci¨®n y resistencia. Por eso, hay que intentar diferenciar entre sufrir y pasarlo mal y una patolog¨ªa". A quienes tengan dudas estos d¨ªas les ofrece dos consejos. El primero, no darle trascendencia: antes o despu¨¦s terminar¨¢s volviendo a la actividad normal y el nerviosismo acabar¨¢. El segundo, planificar salidas progresivas, que primero duren solo un rato, el d¨ªa siguiente algo m¨¢s y as¨ª sucesivamente.
En cualquier caso, los profesionales recuerdan que las relaciones sociales son esenciales para el bienestar del ser humano. Y no solo con amigos o familiares, tambi¨¦n con el grupo en general. Durante las ¨²ltimas semanas hemos mantenido la tribu gracias a las nuevas tecnolog¨ªas, pero que a largo plazo no pueden ser un sustitutivo. "El ser humano tiene una capacidad adaptativa tremenda y a corto plazo relacionarse menos no es problema, pero a largo s¨ª", dice Arun Nansukhani. Para Rodr¨ªguez Testal, las consecuencias de la falta de relaciones "son much¨ªsimas" para los seres humanos, una especie ¡°esencialmente social y no por costumbre". La primera de ellas es un empobrecimiento desde el punto de vista cognitivo y del comportamiento. As¨ª que mejor volver a la calle antes que despu¨¦s, aunque sea poco a poco. Eso s¨ª, con responsabilidad.
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