F¨¢bricas de coraje frente a la crisis sanitaria
La industria espa?ola se ha contagiado de una cadena de solidaridad. Factor¨ªas aeron¨¢uticas, automovil¨ªsticas, cosm¨¦ticas, textiles o cerveceras se reconvierten a toda velocidad para contrarrestar el desabastecimiento de material sanitario. Entramos en sus renovadas plantas de producci¨®n
C¨®mo vamos acoser con guantes y mascarilla? ?Eso es imposible!¡±. Una semana despu¨¦s de decretarse el estado de alarma y ante la acuciante carencia de material sanitario de protecci¨®n, esa pregunta corr¨ªa por las instalaciones de la Sociedad Textil Lonia, fabricante de las marcas Purificaci¨®n Garc¨ªa y Carolina Herrera, en Pereiro de Aguiar (Ourense). Sus costureras, bregadas en el trabajo artesanal, se sent¨ªan incapaces de enfundarse las manos y seguir siendo tan diestras como siempre. Pero no hab¨ªa m¨¢s remedio. La urgencia no perdonaba. Tampoco las ganas de ayudar. La pandemia se extend¨ªa sin dar tregua, los hospitales se hab¨ªan saturado y su personal estaba a merced de la covid-19 por falta de equipos de protecci¨®n individual, esos EPI que se han hecho desgraciadamente tan familiares entre los espa?oles.
FOTOGALER?A: Contagio de solidaridad en la industria espa?ola
En Pereiro de Aguiar se pusieron a la faena, contactaron con las autoridades para recabar informaci¨®n sobre las necesidades m¨¢s urgentes. Para responder a ellas lo antes posible, mantuvieron reuniones con los hospitales cercanos, se enteraron de los materiales que ten¨ªan disponibles estos centros para poder fabricar los productos a toda prisa, hicieron prototipos, una prueba piloto y comenzaron a cortar tejido, confeccionar patrones y a producir mascarillas y batas de protecci¨®n para los trabajadores de las unidades de cuidados intensivos (UCI) sin tener la planta adaptada. La velocidad era crucial.
¡°Empezamos con una fabricaci¨®n lenta porque ten¨ªamos que ajustar las l¨ªneas de producci¨®n, formar a la gente y localizar el aprovisionamiento, que fue lo m¨¢s dif¨ªcil de todo¡±, recuerda uno de los responsables de producci¨®n de la compa?¨ªa. Despu¨¦s la maquinaria adquiri¨® un ritmo vertiginoso. ¡°Arrancamos con 2 batas, al d¨ªa siguiente hicimos 30, al otro 60 y luego fuimos doblando a un solo turno y con personal voluntario hasta alcanzar unas 600 batas diarias y unas 3.000 mascarillas. Lo que conseguimos en solo una semana fue incre¨ªble¡±.
Sociedad Textil Lonia representa uno de los crecientes ejemplos de compa?¨ªas industriales que han reconvertido su actividad y han puesto su capacidad de fabricaci¨®n al servicio de la contenci¨®n del coronavirus, cuyo punto m¨¢s d¨¦bil ha sido la carencia de equipos de protecci¨®n individual y la falta de respiradores para atender a los pacientes, que conforme se agigantaban las cifras de contagios resultaba m¨¢s acuciante.
Con las UCI de los hospitales de Madrid y Barcelona desbordadas e incapaces de procurar respiradores a todos los pacientes que los necesitaban, Seat decidi¨® coger el testigo y contact¨® con los hospitales Germans Trias y Cl¨ªnic de Barcelona para industrializar los ventiladores OxyGEN de la empresa Protofy.xyz, que hab¨ªa desarrollado el prototipo y buscaba industrias para fabricarlo. La firma automovil¨ªstica asumi¨® el reto utilizando piezas de sus coches para que el proceso fuera m¨¢s r¨¢pido.
Las cajas de los respiradores llegaron de Seat Barcelona, donde las cortadoras l¨¢ser ajustaban la chapa para luego montarla en la factor¨ªa de Martorell. ¡°Modificamos el chasis del Seat Le¨®n para hacer el ventilador autom¨¢tico y cogimos el motor del limpiaparabrisas para que impulsara la caja de ventilaci¨®n¡±, cuenta Alicia Molina, responsable de ingenier¨ªa de procesos de presas y chapister¨ªa de la marca, que resalta que en solo dos semanas y media consiguieron homologar el respirador de emergencia. ¡°Un tiempo r¨¦cord¡±, subraya.
La noche del s¨¢bado 4 de abril, despu¨¦s de adaptar la f¨¢brica a su nueva actividad y preparar a 30 personas para abordarla en un turno de producci¨®n, salieron las primeras dos furgonetas con los ventiladores de emergencia hacia hospitales de Madrid y Barcelona. Entonces la planta de Martorell estaba parada, con 10.500 de los 14.800 trabajadores de Seat integrados en un expediente de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE). Aunque m¨¢s de 150 personas participaron en el proyecto ¡°d¨ªa y noche porque est¨¢bamos muy entregados¡±, asegura la ingeniera.
El 10 de abril, la compa?¨ªa suspendi¨® la producci¨®n aduciendo que ¡°la situaci¨®n en las UCI ha mejorado como consecuencia del descenso en el n¨²mero de casos positivos de covid-19 y los hospitales no necesitan por ahora m¨¢s respiradores de emergencia¡±. Hab¨ªa fabricado 600.
Pero eso todav¨ªa no ha sucedido con los equipos de protecci¨®n individual, que, aunque empiezan a llegar a hospitales, centros sanitarios y residencias de la tercera edad con mayor asiduidad que hace algunas semanas, tienen a muchas empresas embarcadas en su elaboraci¨®n porque la necesidad contin¨²a. Y adem¨¢s, como explican en Textil Lonia, ¡°cada vez nos llegan m¨¢s peticiones de hospitales, residencias de la tercera edad e incluso de empresas, que se han enterado de que las estamos realizando, nos las piden y es frustrante no poder dar abasto¡±.
En la Agencia Espa?ola de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) lo saben. ¡°Agradecemos todas las iniciativas de colaboraci¨®n de empresas no sanitarias que est¨¢n ayudando a abastecer a la poblaci¨®n de los productos necesarios para hacer frente a la covid-19¡±, se?ala el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad, que a?ade que las necesidades vienen muy determinadas por la situaci¨®n en cada momento. Ahora es algo menor la de respiradores; sin embargo, la de mascarillas o geles seguir¨¢ siendo vital durante la etapa de desescalada del estado de alarma.
La Agencia explica que ha recibido iniciativas de colaboraci¨®n de empresas de todos los sectores, unos proyectos que tambi¨¦n se desarrollan desde las comunidades aut¨®nomas y desde las propias compa?¨ªas. En las dos ¨²ltimas semanas, indicaba el pasado 22 de abril, se hab¨ªan solicitado 53 licencias de fabricaci¨®n temporal de mascarillas y batas quir¨²rgicas, de las cuales una docena hab¨ªan sido autorizadas mediante un procedimiento excepcional arbitrado para agilizar la tramitaci¨®n ante la emergencia sanitaria, como la producci¨®n de respiradores-ventiladores a siete empresas y la de geles y soluciones hidroalcoh¨®licas a nueve.
La f¨¢brica de la multinacional L¡¯Or¨¦al en Burgos es una de ellas. A mediados del mes de marzo recibi¨® el permiso e inici¨® la tarea de reconvertir sus f¨®rmulas para elaborar geles hidroalcoh¨®licos y poner en marcha el aprovisionamiento. ¡°Al principio no ten¨ªamos frascos para estos geles, con lo que decidimos utilizar los que us¨¢bamos para otros productos¡±, cuenta Beno?t Mocquant, director de la planta. Despu¨¦s los compraron y ampliaron los formatos de sus soluciones higi¨¦nicas, desde envases individuales hasta botes a granel. ¡°As¨ª podemos responder a todas las necesidades¡±, destaca. Primero llegaron a los hospitales y residencias de mayores cercanas y posteriormente implementaron una organizaci¨®n m¨¢s estructurada, con entrega directa e indirecta, tambi¨¦n para los cuerpos de Seguridad del Estado.
La fabricaci¨®n masiva arranc¨® el 20 de marzo, con 50 personas participando activamente y orgullosas de su nueva funci¨®n solidaria. Dedicaron 3 l¨ªneas de producci¨®n que despu¨¦s fueron 7 del total de 44 de la factor¨ªa. Desde entonces han elaborado 183.700 litros de geles desinfectantes y envasado 753.000 botes, a raz¨®n de 30.000 unidades diarias.
Tras el par¨®n obligatorio de la Semana Santa, la f¨¢brica burgalesa de L¡¯Or¨¦al iniciaba la vuelta a la normalidad, si puede llamarse as¨ª a la situaci¨®n que vive actualmente la industria, con una actividad m¨¢s que mermada como consecuencia del coronavirus. All¨ª los geles hidroalcoh¨®licos siguen fabric¨¢ndose sin descanso, mientras se impulsan las l¨ªneas de producci¨®n de champ¨²s y otros productos de higiene personal.
L¡¯Or¨¦al seguir¨¢ elaborando estos l¨ªquidos hasta que los fabricantes especializados puedan preparar los suficientes para abastecer al mercado. Mocquant calcula que lo har¨¢n al menos hasta el mes de junio.
Fuera de las factor¨ªas especializadas, las pantallas de protecci¨®n facial son probablemente el producto que m¨¢s se est¨¢ produciendo a iniciativa de las empresas. Y ello es gracias a la impresi¨®n 3D, presente en multitud de compa?¨ªas tengan la actividad que tengan. Cruzcampo fue una de las primeras en pasar a fabricarlas noche y d¨ªa durante los siete d¨ªas de la semana tras decretarse el estado de alarma. Despu¨¦s de comprobar con las autoridades sanitarias que, entre las carencias de abastecimiento existente, era el art¨ªculo de protecci¨®n al que pod¨ªan dar salida m¨¢s r¨¢pido, la cervecera busc¨® modelos preexistentes para dotar de velocidad al proceso. Us¨® el fin de semana para hallarlos y poder imprimir las m¨¢scaras desde el propio lunes.
¡°Hacemos m¨¢s de 100 pantallas diarias y ya hemos entregado m¨¢s de 2.000¡±, explica Juan Padilla, responsable de digitalizaci¨®n y automatizaci¨®n de la f¨¢brica de Sevilla de Cruzcampo. El personal de la factor¨ªa se ha presentado voluntario para ayudar en la tarea, para que las m¨¢quinas est¨¦n operativas a pleno rendimiento. ¡°La gente est¨¢ muy satisfecha de poder poner su granito de arena para frenar la pandemia¡±, asegura el director de la factor¨ªa, Juan Candau.
Con la producci¨®n de cerveza al 50%, dado que la venta para hosteler¨ªa y restaurantes se ha paralizado con el cierre de los establecimientos, y sin haber acometido hasta la fecha un ERTE, la mitad de las 200 personas que trabajan en Sevilla han participado en el proyecto. ¡°Produciremos hasta que no haya demanda o hasta que nos quedemos sin materiales¡±, avanza Padilla. Como la mayor¨ªa de las empresas, sufraga ella misma estos consumibles.
A 16 kil¨®metros de distancia de Cruzcampo, las instalaciones de Airbus tambi¨¦n est¨¢n trabajando en algo que nada tiene que ver con la fabricaci¨®n de componentes aeron¨¢uticos. La multinacional est¨¢ utilizando sin descanso las 30 impresoras 3D que se reparten entre sus instalaciones de Sevilla, C¨¢diz, Madrid y Toledo para producir pantallas de protecci¨®n para el personal sanitario. La factor¨ªa de Illescas es la que concentra la mayor¨ªa de los esfuerzos.
Teresa Busto, su directora, cuenta que fueron los propios empleados quienes dieron la idea de colaborar de manera altruista con los profesionales sanitarios, a la vista de la falta de equipos en los hospitales cercanos. ¡°Nosotros ten¨ªamos pl¨¢sticos e impresoras y, dada la urgencia, nos pusimos a hacer batas y viseras, primero para un par de hospitales, y ahora no damos abasto. Nos las han pedido los centros sanitarios y hospitales de Getafe, M¨®stoles, La Paz, el Gregorio Mara?¨®n o el G¨®mez Ulla de Madrid; en Oca?a, Puebla de Montalb¨¢n, Talavera de la Reina¡¡±, desgrana la tambi¨¦n vicepresidenta de Airbus en Espa?a.
Aunque la misi¨®n no fue f¨¢cil. ¡°Hasta una semana despu¨¦s de dise?ar los prototipos y probarlos no acertamos con ellos¡±, prosigue. Y fue cuando se decret¨® el permiso remunerado recuperable para las f¨¢bricas (durante la Semana Santa) cuando se lanzaron a producir a dos turnos con personal voluntario. Unas 50 personas del millar que acude cada ma?ana a estas instalaciones. Pese a que muchas m¨¢s alzaron la mano para ayudar, ¡°hubo colas de voluntarios para venir en sus vacaciones e incluso algunos se enfadaron por no poder hacerlo¡±, admite Teresa Busto.
Cogieron sus resistentes pl¨¢sticos y se pusieron a hacer patrones y a cortarlos con unas m¨¢quinas gigantescas que habitualmente dividen piezas de fibra de carbono con las que se hacen los aviones. Y a unir las partes con otros ingenios selladores preparados para el mismo uso.
Hasta el cierre de este reportaje, en la planta toledana se hab¨ªan confeccionado 12.200 batas protectoras para personal sanitario. Y entre todas las factor¨ªas de Airbus que participan en el proyecto entregaban 300 m¨¢scaras diarias. En ese momento, la directora de Airbus Illescas empezaba a replanificar la producci¨®n de componentes aeron¨¢uticos para que las 11 impresoras 3D de la factor¨ªa trabajasen en el material sanitario los fines de semana y las batas protectoras solo precisasen de una o dos de sus m¨¢quinas cortadoras de fibra de carbono. Hab¨ªa que volver a la rutina sin abandonar su contribuci¨®n para combatir la covid-19.
Sin embargo, en Pereiro de Aguiar todav¨ªa no pueden retornar a la normalidad. Las tiendas de Carolina Herrera y Purificaci¨®n Garc¨ªa permanecen cerradas. Y m¨¢s de 500 de los 730 trabajadores de Textil Lonia viven un ERTE. El centenar de empleados que colaboran en el proyecto solidario busca mejoras en el confort de sus batas especiales para UCI, que pueden reutilizarse tras ser esterilizadas debido a la resistencia del material con que se fabrican, y las costureras est¨¢n pendientes de que salgan de sus m¨¢quinas sin un hilo m¨¢s de los precisos. Al fin y al cabo, los m¨¦dicos presumen de sus protecciones firmadas por Carolina Herrera.
All¨ª han montado equipos polivalentes que, en funci¨®n de las telas y fibras que les lleguen de los hospitales, se dedican a hacer mascarillas, batas o, desde hace poco, pijamas para los sanitarios. Este ¨²ltimo es ¡°un producto que requiere resistencia y durabilidad, que es justamente donde nosotros aportamos valor. Si aguanta seis u ocho lavados en lugar de cuatro es todo un triunfo¡±, sostienen en la compa?¨ªa. De momento, cuentan con material para fabricar unos 10.000 pijamas.
¡°Las necesidades asustan¡±, aseguran los responsables de producci¨®n de Sociedad Textil Lonia, ¡°nos llaman desde distintas comunidades aut¨®nomas y la pregunta es cu¨¢ntos miles de batas podemos confeccionar la pr¨®xima semana¡±. No saben hasta cu¨¢ndo van a seguir con sus l¨ªneas de producci¨®n alteradas para hacer esta labor. ¡°Se est¨¢ produciendo un cambio en el aprovisionamiento, ya es m¨¢s abundante la oferta de equipos de protecci¨®n individual, pero la gente no quiere enfrentarse al terror de la falta de abastecimiento¡±, explican. Porque la demanda contin¨²a viva y porque necesitan mascarillas para sus propios empleados, la compa?¨ªa textil est¨¢ valorando si se lanza a producir mascarillas, batas y pijamas como actividad industrial, esta vez cobrando, y dadas las estrecheces a que se enfrenta y se va a seguir enfrentando la moda en estos tiempos de crisis provocados por el confinamiento.
El Ministerio de Sanidad considera la actividad de todas estas factor¨ªas y el resto de las que est¨¢n participando solidariamente en la lucha contra la pandemia como ¡°una herramienta indispensable para hacer frente a las necesidades sanitarias nacionales, adem¨¢s de un est¨ªmulo para la industria¡±. As¨ª se est¨¢n materializando proyectos importantes de fabricaci¨®n nacional de productos sanitarios, cuyo abastecimiento anteriormente depend¨ªa mucho de la elaboraci¨®n de terceros pa¨ªses, se?alan.
Por ello no es de extra?ar que aumente el n¨²mero de voces, incluso dentro del propio Gobierno, que critican esa dependencia del exterior y apuestan porque las empresas espa?olas se encarguen de producir m¨¢s material sanitario, desde medicinas hasta equipos de protecci¨®n, para que la siguiente pandemia no nos coja por la espalda, con los deberes por hacer.
Entre tanto, las compa?¨ªas espa?olas que han reconvertido sus f¨¢bricas para combatir la covid-19 y perseveran en su funci¨®n de apoyo a la sociedad, esas que no quieren saber nada (aunque lo sepan) del dinero que han invertido con su respuesta de emergencia, adem¨¢s de sentirse orgullosas de sus equipos humanos y de su acci¨®n, creen que tambi¨¦n han ganado. No solo porque se han demostrado a s¨ª mismas su capacidad de adaptaci¨®n a las circunstancias, como resalta Beno?t Mocquant, sino porque sus plantillas se han unido m¨¢s que nunca y se sienten m¨¢s conectadas a la empresa. ¡°Estos proyectos unen mucho a los empleados, se aprecia en la colaboraci¨®n y en el trabajo en equipo¡±, sostiene Juan Candau. Quiz¨¢s el compromiso tambi¨¦n se extienda como el coronavirus despu¨¦s de la pandemia.¡ªeps
Comparativas hist¨®ricas
Desde una perspectiva econ¨®mica, la actual debacle se parece a la Gran Depresi¨®n de hace casi un siglo, mientras que hay elementos distintos a los de la gran crisis financiera global de 2008. El reto es evitar da?os estructurales para que el d¨ªa que acabe el virus, la recuperaci¨®n sea lo m¨¢s r¨¢pida posible.
Inmersos en una nueva recesi¨®n econ¨®mica, es l¨®gico que queramos hacer comparaciones con las anteriores. Por la previsible magnitud y el impacto global de esta que acaba de empezar, las dos referencias hist¨®ricas son la gran crisis financiera global (2008-2012) y la Gran Depresi¨®n (1929-1934). En estas dos, su caracter¨ªstica com¨²n es que se tard¨® demasiado tiempo en reconocer que est¨¢bamos sumidos o a punto de entrar en una recesi¨®n. Esto se tradujo en que no se tomaron las medidas necesarias a tiempo y, cuando se hizo, fueron incorrectas o contrarias a lo recomendable.
En descarga de las autoridades de hace casi un siglo, debemos reconocer que entonces la capacidad de an¨¢lisis de la situaci¨®n era mucho m¨¢s limitada. El conocimiento de c¨®mo funcionaba la econom¨ªa era notablemente inferior (el primer Premio Nobel de Econom¨ªa se concedi¨® en 1969). Adem¨¢s, no se hab¨ªan desarrollado lo suficiente herramientas como la pol¨ªtica fiscal (impuestos y gasto p¨²blico) o la pol¨ªtica monetaria (los bancos centrales). Se sufri¨® una Gran Depresi¨®n porque no se supo diagnosticar de forma correcta, porque las decisiones iniciales fueron equivocadas y porque no se contaba con herramientas suficientes para mitigar los da?os.
La ¨²ltima gran crisis se caracteriz¨® por su extrema complejidad. S¨¦ que caemos en el denominado sesgo retrospectivo y que ahora las razones de aquella recesi¨®n nos parecen obvias y conocidas, pero no es as¨ª. Todo empez¨® en 2006 con la ralentizaci¨®n del mercado inmobiliario estadounidense. Luego, en verano de 2007, se traslad¨® a lo que parec¨ªa solo un problema de liquidez en las entidades financieras. No fue hasta un a?o despu¨¦s cuando empezaron a revelarse las debilidades de solvencia en uno de los pilares centrales de la econom¨ªa mundial: el sistema crediticio. Mucho se ha publicado sobre aquellos instantes, que tuvieron como momento culminante la quiebra de Lehman Brothers, por lo que no voy a insistir. S¨ª recomiendo la lectura de ?Firefighting, el libro escrito por tres de los principales protagonistas de aquella crisis: Bernanke, Paulson y Geithner ¡ª?los "bomberos", tal y como se autodenominaron (puede leerse mi rese?a aqu¨ª)¡ª. En dicha obra reconocen que nunca supieron con exactitud qu¨¦ era lo que ten¨ªan que hacer ni cu¨¢l iba a ser el resultado de las medidas. Se fueron encontrando con los problemas y deb¨ªan resolverlos lo antes posible, con la sensaci¨®n de ir detr¨¢s, de que el "manual tradicional" no val¨ªa y de que hab¨ªa muchas limitaciones que superar, empezando por entender cu¨¢l era el problema. Fue una estrategia de prueba y error en una crisis en la que la ausencia de experiencia hist¨®rica hac¨ªa que afloraran cr¨ªticas desde todos los lados. Por una parte, los economistas apocal¨ªpticos ten¨ªan un marco ideal para sus catastr¨®ficas profec¨ªas. Por otra estaba la opini¨®n p¨²blica, a la que hab¨ªa que explicar a qui¨¦n se estaba rescatando de verdad: no a los accionistas de los bancos, sino a los ciudadanos. Ten¨ªan un doble reto: hacer las cosas bien y conseguir que se entendieran y aceptaran.
Pero el ¨¢rea euro y, en especial, los denominados ¡°pa¨ªses de la periferia¡± tuvimos que soportar, entre dos y tres a?os despu¨¦s, una r¨¦plica de la crisis inicial, esta vez en forma de riesgo de ruptura de la moneda com¨²n. La crisis financiera hab¨ªa provocado una recesi¨®n econ¨®mica que deriv¨® en una crisis de deuda p¨²blica, lo que a?ad¨ªa dosis de complejidad. Recuerdo con angustia aquellos momentos. Ahora nos damos cuenta de que la gravedad de aquella situaci¨®n sirvi¨® para crear las herramientas que ya utilizamos en esta (no hay mal que por bien no venga).
Durante la recesi¨®n actual se esperan ca¨ªdas del PIB de hasta el 10%. Es decir, lo mismo que corrigi¨® el PIB de Espa?a entre 2009 y 2012. Entonces la contracci¨®n se produjo en cuatro a?os (en Grecia fue de un 30%), mientras que ahora ser¨¢ en apenas seis meses. Por eso insisto en que esta recesi¨®n ser¨¢ m¨¢s dura (por supuesto, sin contar con el drama humano de los miles de v¨ªctimas), pero no ser¨¢ tan compleja como la ¨²ltima, y este es un dato muy relevante. Desde una perspectiva econ¨®mica, la actual crisis se parece mucho a la de hace casi un siglo, si bien en esta ocasi¨®n el diagn¨®stico se ha hecho en tiempo real y existe consenso sobre las causas y potencial desarrollo. Se trata de una crisis econ¨®mica provocada por un factor que debe ser coyuntural y, por tanto, si se controla, tambi¨¦n lo va a ser la ca¨ªda del PIB. El reto es evitar da?os estructurales en la econom¨ªa para que el d¨ªa que acabe el virus la recuperaci¨®n sea lo m¨¢s r¨¢pida posible. Ese reto es evitar impagos en empresas y familias. Y si el consenso en el diagn¨®stico ha sido un factor clave, m¨¢s lo ha sido que se hayan tomado medidas contundentes y de forma r¨¢pida, sobre todo en el frente monetario. As¨ª, los bancos centrales han reaccionado creando una enorme cantidad de dinero (del orden de cinco billones de euros) que llegar¨¢ a las empresas y a las familias v¨ªa bancos, Estados y mercados financieros.
Esta es la gran diferencia respecto a la situaci¨®n de 2008-2012. Entonces no hab¨ªa flujo de cr¨¦dito ni de dinero. Los bancos eran el problema, y varios Estados y grandes empresas no ten¨ªan capacidad de financiarse. ?ramos muchos los que demand¨¢bamos a los bancos centrales que tomaran medidas, pero o bien carec¨ªan de amparo legal, o bien no hab¨ªan desarrollado las herramientas, o incluso exist¨ªan opiniones en contra (alegando un "riesgo moral"). Ahora no es el caso. La gran crisis financiera global sirvi¨® para que los bancos centrales desarrollaran a lo largo de un lustro la denominada pol¨ªtica monetaria no convencional. En menos de una quincena la han vuelto a desplegar, con una intensidad y alcance muy superior a entonces. Ahora los bancos no solo no son el problema, sino que son parte de la soluci¨®n para canalizar el dinero que est¨¢n creando los bancos centrales. Su "potencia de fuego" (gracias a su elevada capilaridad comercial) debe centrarse en pymes y familias, muy necesitadas por cierto. Las medianas y, sobre todo, las grandes empresas deben seguir acudiendo al mercado de capitales, que no solo no debe menguar, sino crecer en estas circunstancias. Ahora no se han disparado las entonces famosas "primas por riesgo". Los Tesoros nacionales no tienen dificultades para emitir deuda p¨²blica ya que el BCE puede comprar todos los bonos que emitan. Estas diferencias con respecto a 2008-2012 pueden parecer muy t¨¦cnicas, pero, cr¨¦anme, son muy importantes. ¡ªEPS
David Cano es socio de la consultora Afi.
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