Lo que una m¨¢quina necesita saber sobre ti para decidir si est¨¢s sano, enfermo o regular
El temor a contagiarse en salas de espera y la mala conciencia por dar trabajo extra a los m¨¦dicos han multiplicado por diez las consultas a distancia
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Como han experimentado ya muchos ciudadanos, en los hospitales digitales los pacientes son atendidos a trav¨¦s del tel¨¦fono por un bot, un algoritmo entrenado para actuar de filtro y, a trav¨¦s de preguntas, averiguar dos cosas: el grado de urgencia de cada caso y el especialista m¨¢s indicado para solucionar el problema. Sus pesquisas dan pistas de lo que significa tener buena salud (y, s¨ª, pasa por tener buena cara).
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El bot dice: ?C¨®mo puedo ayudarte?
El usuario responde: No duermo bien.
Bot: De acuerdo. Para poder ayudarte necesito hacerte antes dos preguntas. ?Cu¨¢ntos a?os tienes?
Usuario: 37.
Bot: ?Eres hombre o mujer?
Usuario: Hombre.
Bot: ?Sueles sentirte a menudo triste, bajo de ¨¢nimo o deprimido?
Usuario: A veces.
Bot: ?Est¨¢s teniendo discusiones o enfrentamientos con m¨¢s frecuencia de la habitual?
Usuario: S¨ª.
Las consultas virtuales permiten diagnosticar al 80% de los pacientes de forma precisa, mediante un interrogatorio protocolizado y la informaci¨®n que facilita el usuario
Finalmente, tras una bater¨ªa de preguntas, el bot da su veredicto: "En funci¨®n de la informaci¨®n que me has dado, parece que en este momento est¨¢s con m¨¢s irritabilidad que la habitual. Esto no solo te har¨¢ sentir mal a ti, sino que, adem¨¢s, aumentar¨¢ las tensiones con las personas de tu entorno. La intervenci¨®n m¨¢s apropiada en estos casos es la psicol¨®gica, pero, primero, deber¨ªas pasar por una valoraci¨®n previa, que explore bien si esto te est¨¢ afectando tambi¨¦n a otros niveles. Si no tienes un m¨¦dico de referencia, puedo recomendarte un especialista de mi cuadro m¨¦dico".
Este caso real, extra¨ªdo del asistente virtual psicol¨®gico que utiliza Sanitas, ilustra lo que se augura que ser¨¢ la medicina del futuro: que Eliza, como se llama el anterior chatbot (programa inform¨¢tico que habla), en honor a la primera de su especie (cuya paternidad se atribuye al laboratorio de inteligencia artificial del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts en la d¨¦cada de los sesenta), pueda desarrollar las funciones de una psic¨®loga. Eliza no solo hace preguntas, sino que tambi¨¦n puede mantener una conversaci¨®n y explicar al paciente qu¨¦ le pasa. Tras haber sido entrenada con miles de terapias cognitivo-conductuales, este algoritmo rastrea en su base de datos hasta encontrar el mejor diagn¨®stico posible.
"Hay un n¨²mero alto de personas que no piden ayuda psicol¨®gica por pudor o verg¨¹enza, incluso por desconocer si lo que les ocurre es motivo de visita a un especialista", explica C¨¦sar Morcillo, jefe de Medicina Interna del Hospital CIMA-Sanitas de Barcelona y director m¨¦dico del nuevo hospital digital que la compa?¨ªa aseguradora prev¨¦ inaugurar en Madrid, tan pronto como la situaci¨®n lo permita. Por ahora, el 41,6% de las personas que han interactuado con Eliza (1.308 pacientes) presentaban s¨ªntomas de depresi¨®n, otro 28,1% (884 personas) ten¨ªa el ¨¢nimo irritable y un 26,8 (843 usuarios) padec¨ªa ansiedad y estr¨¦s. Hoy muchas de ellas reciben tratamiento. Algunas solo necesitaron del asistente; otras sumaron el apoyo de un especialista de carne y hueso.
La dermatolog¨ªa y su idilio con las pantallas
"Hemos avanzado m¨¢s en 15 d¨ªas que en los ¨²ltimos cinco a?os. Si antes ten¨ªamos que convencer a los pacientes para que hicieran telemedicina, ahora vienen corriendo", confirma Jaime del Barrio, presidente de la Asociaci¨®n Salud Digital. "A partir de ahora, puede cambiar todo. ?En qu¨¦ sentido? En la manera de diagnosticar y prever las enfermedades, en el modo de relacionarnos entre profesionales y pacientes, en la forma de priorizar los recursos disponibles y, sobre todo, en la necesidad de optimizar la gesti¨®n de los datos para que exista una ¨²nica foto, ya no solo del sistema nacional de salud, sino tambi¨¦n del conjunto mundial, algo que hasta hace muy poquito era impensable", a?ade este senior advisor de Healthcare & Life Sciences en Ernst & Young.
La Asociaci¨®n M¨¦dica Americana (AMA) estima que casi el 75% de las visitas presenciales al galeno son innecesarias o podr¨ªan sustituirse por una atenci¨®n m¨¦dica a distancia. "Cuando aparece una soluci¨®n tecnol¨®gica que responde a una necesidad, la implementaci¨®n es muy r¨¢pida", resalta Morcillo. Para muestra, un bot¨®n: "Durante la crisis del coronavirus, hemos visto c¨®mo nuestras videoconsultas se multiplicaban por diez: si antes de la pandemia hac¨ªamos unas 300 al d¨ªa, ahora atendemos de promedio 3.500", cuantifica. Con un plus a?adido: "El 90% de los que las prueban, repite", destaca. "Los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria", interviene Del Barrio, "se quejan de que solo disponen de 10 minutos para atender a cada paciente, pero se podr¨ªa a?adir que 8 de esos 10 minutos los dedican a luchar contra su ordenador. El objetivo es emplear la totalidad del tiempo a explorar al paciente y poder automatizar la parte administrativa", explica el licenciado en Medicina y Cirug¨ªa por la Universidad de Cantabria.
Hace una semana, Del Barrio recibi¨® una llamada en su domicilio, sito en el barrio de Chamart¨ªn (Madrid), de alguien preocupado por haberse contagiado de Covid-19 en Chamber¨ª. "Me dijo que ten¨ªa tos, febr¨ªcula y la boca blanca", recuerda. "En la videollamada que mantuvimos, le ped¨ª que me enviara por WhatsApp una foto de la lengua y pude descubrir que sufr¨ªa una candidiasis, una infecci¨®n por hongos", relata, por lo que le recet¨® un antif¨²ngico. Posteriormente, Del Barrio supervis¨® la evoluci¨®n del paciente hasta ver desaparecer la lesi¨®n, seg¨²n revel¨® una segunda foto.
La dermatolog¨ªa es, de hecho, la segunda especialidad m¨¢s demandada (tras la medicina general) en las videoconsultas, pese a basarse en la pura observaci¨®n f¨ªsica. Cuando un cliente se pone en contacto con un chatbot conversacional para informar, por ejemplo, de una peca sospechosa, este puede pedirle que env¨ªe una foto al hospital a trav¨¦s de aplicaciones como Triage, que diagnostican decenas de enfermedades cut¨¢neas (acn¨¦, pie de atleta, celulitis, psoriasis, herpes genital, psoriasis de las u?as, pediculosis, ros¨¢cea...) y sugieren, en cada caso, los cinco mejores tratamientos.
Por su parte, Skin Vision es capaz de discernir si un lunar com¨²n puede encubrir un tumor, informaci¨®n que el dermat¨®logo coteja, por ejemplo, realizando una biopsia. Grosso modo, se estima que las consultas virtuales permiten diagnosticar al 80% de los pacientes de forma precisa, mediante un interrogatorio protocolizado y la informaci¨®n que facilita el usuario, tanto de su propio cuerpo como de las pruebas diagn¨®sticas de las que dispone, a trav¨¦s de la c¨¢mara del tel¨¦fono m¨®vil.
No se recomienda hacer videoconsultas para seguimientos de patolog¨ªas complejas, empeoramientos de la enfermedad base o cuadros agudos que aparecen de forma s¨²bita
Diagn¨®sticado y monitorizado en la distancia
A d¨ªa de hoy, con la telemedicina es posible identificar y tratar casi cualquier patolog¨ªa. Aunque la lista es ampl¨ªsima e incluye trastornos mentales como ansiedad, ataques de p¨¢nico, fobia y estr¨¦s, un asistente m¨¦dico basado en inteligencia artificial como Mediktor, ha demostrado ser capaz de diagnosticar de forma fiable infecciones respiratorias de las v¨ªas superiores; afectaciones del tracto urinario; lumbociatalgias; otitis; contusiones; esguinces; dolores abdominales inespec¨ªficos; cefaleas; tendinitis; gastroenteritis agudas; v¨¦rtigo; cervicalgias... Las videoconsultas tambi¨¦n resultan ideales para seguir procesos cr¨®nicos previamente diagnosticados en la consulta, sin necesidad de desplazarse hasta all¨ª, o para resolver las peque?as dudas que tienen los pacientes tras visitar al galeno.
Adem¨¢s, permiten prescribir pruebas diagn¨®sticas a pacientes que necesitan un volante para hacerse una anal¨ªtica de control, as¨ª como ajustar la medicaci¨®n o cambiar el tratamiento de enfermedades cr¨®nicas con tendencia a descompensarse. Para supervisar su correcta evoluci¨®n, los telem¨¦dicos interpretan el an¨¢lisis de sangre y otros par¨¢metros f¨ªsicos, que se pueden medir con wearables que el paciente puede incorporar en su vestimenta (pulseras de actividad, relojes inteligentes, etc¨¦tera) o tener en casa, como aparatos de presi¨®n arterial, medidores de ox¨ªgeno, parches cut¨¢neos que son term¨®metros... Cuando estos dispositivos est¨¢n conectados a una aplicaci¨®n, los datos llegan directamente al equipo m¨¦dico del hospital para detectar en tiempo real la evoluci¨®n de la enfermedad y poner remedio a tiempo.
En cambio, no se recomienda hacer videoconsultas para el seguimiento de patolog¨ªas complejas, empeoramientos de la enfermedad base o cualquier dolencia que requiera ser tratada urgentemente en el hospital, como pueden ser cuadros agudos que aparecen de s¨²bito.
"?Te cuesta mover una mesa?" y otras preguntas de 'chatbot'
"Cuestionan, exactamente, lo mismo que un m¨¦dico en una visita presencial", despeja Morcillo. En funci¨®n de la respuesta del usuario, el bot est¨¢ entrenado para hacer la segunda mejor pregunta, seg¨²n la pr¨¢ctica m¨¦dica. Esto quiere decir que si el usuario responde de forma diferente de un d¨ªa a otro, las preguntas del bot tambi¨¦n ser¨¢n distintas. Existen cuestionarios m¨¦dicos protocolizados, como el SF-12, que permiten objetivar en una puntuaci¨®n algo tan subjetivo como el estado de salud, para medirlo y, posteriormente, poderlo comparar en el tiempo. Son preguntas del tipo: "?Te limita tu salud actual para hacer estas actividades o cosas? Si es as¨ª, ?cu¨¢nto?".
A partir de aqu¨ª, se dan diversas posibilidades al usuario para que se decante por una de ellas, como, por ejemplo, si "realizar esfuerzos moderados, como mover una mesa, pasar la aspiradora, jugar a los bolos o caminar m¨¢s de una hora" limita mucho, poco o nada a la persona en cuesti¨®n. A su vez, existen cuestionarios espec¨ªficos para la hipertensi¨®n arterial (como el Minichal, que consta de 16 preguntas que hacen referencia a los ¨²ltimos 15 d¨ªas y ofrece cuatro posibles opciones de respuesta), la insuficiencia cardiaca (seg¨²n la escala de valoraci¨®n funcional de la Asociaci¨®n del Coraz¨®n de Nueva York), el asma, la adherencia a la dieta mediterr¨¢nea...
As¨ª reaccionan si exageramos, mentimos, distorsionamos...
Hay varios tests para diagnosticar la covid-19 a distancia. El primer consejo a los m¨¦dicos que propone British Medical Journal es evaluar, a trav¨¦s de v¨ªdeo, si el posible contagiado tiene cara de enfermo o no
Durante las ¨²ltimas semanas, muchas personas se han imaginado lo peor al toser o sentir ardor de garganta. De alguna manera, el coronavirus ha acentuado la tendencia a asumir el peor escenario posible. Tambi¨¦n las b¨²squedas en Google probablemente han contribuido a que aumenten los cuadros de ansiedad provocados por la posibilidad de caer enfermo. Sin embargo, la actual pandemia est¨¢ haciendo dif¨ªcil determinar qu¨¦ cantidad de preocupaci¨®n es excesiva y qu¨¦ cantidad es normal. La telemedicina est¨¢ ayudando en este aspecto, al posibilitar contrastar s¨ªntomas sin tener que desplazarse al hospital. Hay varios test para diagnosticar a distancia a quienes temen haberse contagiado de coronavirus, como el cuestionario sugerido por la Universidad de Oxford o el propuesto por las revista cient¨ªfica The British Medical Journal. Ambos detallan qu¨¦ se debe preguntar al paciente o qu¨¦ se aconseja mirar en la exploraci¨®n f¨ªsica en v¨ªdeo.
B¨¢sicamente, estos cuestionarios rastrean el historial cl¨ªnico del individuo en busca de factores de riesgo (ser fumador, sufrir una enfermedad hep¨¢tica cr¨®nica, padecer asma, dolor u opresi¨®n del pecho) y permiten realizar exploraciones f¨ªsicas por imagen. El primer consejo de The British Medical Journal para explorar a un posible contagiado de coronavirus, por ejemplo, es evaluar si tiene cara de enfermo o no. En el Hospital CIMA-Sanitas de Barcelona, por su parte, los pacientes que son dados de alta tras superar la covid-19 son controlados mediante una aplicaci¨®n llamada Salud Conectada, que enlaza por bluetooth con el m¨®vil y avisa al equipo m¨¦dico cuando, por ejemplo, hay un descenso del nivel de ox¨ªgeno (la aplicaci¨®n incorpora un medidor), al margen de proponer cuestionarios para ponderar, en funci¨®n de diferentes escalas, la falta de aire, la tos, la dificultad para conciliar el sue?o...
La pregunta es: ?tener miedo al peor de los escenarios puede llevarnos a distorsionar la realidad y acabar confundiendo a la m¨¢quina? "No es algo que est¨¦ sucediendo", responde, categ¨®rico, C¨¦sar Morcillo: "Hay quienes exageran sus s¨ªntomas y quienes los minimizan, pero el m¨¦dico [cuando le llega el informe del chatbot] sabe discernir qui¨¦n es qui¨¦n", confirma Del Barrio, tras apelar al "ojo cl¨ªnico" (es decir, a los miles de casos con una sintomatolog¨ªa parecida que cualquier especialista ha observado durante su trayectoria y a su capacidad para discernir qu¨¦ enfermedad puede estar provocando el cuadro cl¨ªnico del paciente).
En resumen, los doctores acostumbran a fruncir el ce?o y a sospechar cuando surge una discrepancia manifiesta entre las pruebas m¨¦dicas (anal¨ªticas, radiolog¨ªas....) y los datos aportados por el paciente durante la entrevista cl¨ªnica, con independencia de que esta sea presencial o a distancia, o de que las preguntas las formule un bot o un profesional de carne y hueso. De todas formas, seg¨²n la literatura m¨¦dica, los trastornos que el paciente acostumbra a simular m¨¢s son los asociados al dolor cr¨®nico (traumatismos, lumbalgias, fatiga), as¨ª como los de estr¨¦s postraum¨¢tico y los fallos de memoria.
A partir de aqu¨ª, cada maestrillo tiene su librillo. Morcillo, por poner un caso, cuando alguien dice tener un c¨®lico nefr¨ªtico que, presuntamente, le ocasiona un punzante dolor abdominal, sugiere al sujeto realizar unas maniobras y las observa a trav¨¦s de la c¨¢mara. "Le puedo pedir que se agache y preguntarle si siente dolor. Si responde afirmativamente, no dice la verdad, ya que el ri?¨®n no duele al moverse", desvela.
Ahora bien, "se trata de una situaci¨®n rar¨ªsima, ya que el ¨²nico que se enga?a en estos casos es el paciente", indica Del Barrio. "Dado que al 'chatbot' lo programa el m¨¦dico, las preguntas que hace son exactamente las mismas", anota Morcillo. En todo caso, la percepci¨®n del dolor es un desaf¨ªo para los telem¨¦dicos. Lo habitual es puntuarlo del 1 al 10 (como propone la escala visual anal¨®gica, o EVA, para diferenciar el leve del moderado y el severo). Asimismo, cuando un paciente es dado de alta en el hospital tras una intervenci¨®n quir¨²rgica, un chatbot contacta con ¨¦l cada 8 horas y le pregunta la intensidad del dolor que padece y, en caso de responder que es mucho, el sistema genera una alerta y una enfermera lo llama por tel¨¦fono. Existen tambi¨¦n preguntas para describir el tipo de dolor: agudo o cr¨®nico, constante o intermitente, punzante o inespec¨ªfico...
No era el alma, sino los huesos: lo que una mala cara refleja
Tambi¨¦n hay aplicaciones, como Pain Check, pensadas para personas mayores con demencia que no pueden expresar con palabras su dolor. Solo con analizar la expresi¨®n facial (labios apretados, ojos medio entornados) pueden calibrar el grado de dolor o si responden mejor al tratamiento. A su vez, hay otros programas basados en una t¨¦cnica llamada fotopletismograf¨ªa que detectan, a trav¨¦s de la cara, el latido del coraz¨®n la temperatura, el ritmo cardiaco, la concentraci¨®n de ox¨ªgeno...
Seg¨²n el art¨ªculo Nuevas tecnolog¨ªas digitales en la pr¨¢ctica m¨¦dica, publicado en la revista Medicina Cl¨ªnica, la telemedicina tiene ya "mejor capacidad diagn¨®stica que los radi¨®logos a la hora de interpretar una radiograf¨ªa o una tomograf¨ªa computerizada, que los pat¨®logos para detectar met¨¢stasis y que los oftalm¨®logos para identificar una retinopat¨ªa diab¨¦tica". Actualmente, incluso est¨¢n apareciendo algoritmos de reconocimiento del habla que permiten interpretar no solo lo que se dice, sino tambi¨¦n c¨®mo se dice (en funci¨®n de la velocidad, el n¨²mero de pausas, el tono de voz, las fluctuaciones...), para diagnosticar de manera no invasiva el riesgo de suicidio, la depresi¨®n y la insuficiencia cardiaca.
Para saber qu¨¦ otras novedades nos depara la telemedicina, nada como mirar a China, donde ya hay cabinas que te ofrecen un diagn¨®stico y su medicamento. Adem¨¢s, ?c¨®mo puede ser que el 60% de las apps relacionadas con ¨¦l c¨¢ncer no distingan ciencia de publicidad? Sigue profundizando en el tema en el n¨²mero de mayo de BUENAVIDA, descargable gratis en este enlace.
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