La carga mental y el insomnio: la dura realidad de las madres en el confinamiento
Seg¨²n la National Sleep Foundation, no dormir es el problema m¨¢s com¨²n del sue?o; siendo reportado con mayor frecuencia por parte de mujeres
Vuelvo muchas veces a las p¨¢ginas que tengo marcadas en La mejor madre del mundo, de Nuria Labari. ?Masoquismo o amparo? Hay una frase que me representa: ¡°Durante a?os, incluso ahora, me acuesto sin saber si me dejar¨¢n dormir o no. Evidentemente, como toda forma de tortura sostenida en el tiempo, afecta de manera definitiva al car¨¢cter¡±. Estoy convencida de que dormir ocho horas del tir¨®n es un privilegio al que nunca m¨¢s tendr¨¦ acceso. Ahora soy madre y adem¨¢s de acostarme a la expectativa, lo hago con el deseo de aguantar dormida pase lo que pase, o de retomar al sue?o si me despierto (o si me despiertan). Pero cuando abro un ojo no hay vuelta atr¨¢s: las preocupaciones y las tareas pendientes han conquistado lo que queda de la noche. El confinamiento ha a?adido calles sin salida al laberinto del sue?o y ha hecho saltar por los aires mi ideal materno que no es otro que dormir m¨¢s de cinco o seis horas.
Seg¨²n la National Sleep Foundation, el insomnio es el problema m¨¢s com¨²n del sue?o; siendo reportado con mayor frecuencia por parte de mujeres. Le planteo a Iliana Par¨ªs, psic¨®loga especializada en maternidad y crianza, si el insomnio puede afectar en mayor medida a las madres. Considera que si bien suele ser un problema feminizado, no se puede dejar de mencionar la famosa carga mental que va de la mano de la maternidad, ¡°algo que las mujeres solemos llevar a cuestas y que incluye todas las tareas que implican los cuidados, pues cuidar no es solo estar con sino tambi¨¦n estar por las hijas y los hijos. Va m¨¢s all¨¢ del mero mantener¡±. En este sentido, se?ala que es habitual que sean las madres las que al acabar el d¨ªa hacen repaso de los asuntos pendientes, dificultando ello m¨¢s o menos la conciliaci¨®n del sue?o, pero tambi¨¦n las que se levantan en medio de la noche para atender a las criaturas. ¡°Quien tiene hijos peque?os sabe que durante muchos a?os, incluso cuando ya tienen cierto nivel de autonom¨ªa, se da con relativa frecuencia que estos se despierten por la noche y soliciten la presencia de alguno de sus progenitores, casi siempre su madre. Con lo cual, las madres tienen muchas m¨¢s probabilidades de que con alguno de sus despertares nocturnos, las angustias y preocupaciones se espabilen, y la cabeza se reactive y vuelta a empezar¡±.
Explica Manuel de Entrambasaguas, m¨¦dico especialista en neurofisiolog¨ªa cl¨ªnica, experto en medicina del sue?o y miembro del grupo de trabajo de insomnio de la Sociedad Espa?ola de Sue?o (SES), que los efectos de la maternidad sobre el sue?o se han estudiado sobre todo en el periodo del posparto, ¡°en el cual pueden aparecer alteraciones del estado de ¨¢nimo que incluyan s¨ªntomas de insomnio¡±. Pero es importante para el especialista tener en cuenta que no es lo mismo no poder dormir por situaciones externas o ambientales, como la demanda de atenci¨®n o cuidados por parte de un lactante o un ni?o, que no poder dormir pese a disponer de la oportunidad y entorno adecuado para hacerlo. Solo en el segundo caso hablar¨ªamos de insomnio.
La carga mental y las preocupaciones invaden la noche
Vuelvo al laberinto del insomnio de las madres durante el confinamiento. ?Puede acrecentarse el insomnio, o incluso debutar, durante este periodo de confinamiento? Responde Manuel de Entrambasaguas que, si bien dormir es una funci¨®n imprescindible para la vida, durante el sue?o somos vulnerables por lo que ¡°el insomnio es una manera que tiene nuestro organismo de alertarnos ante las amenazas, no dej¨¢ndonos dormir para que respondamos ante una situaci¨®n de peligro inmediato o potencial¡±. El problema aparece cuando esta respuesta, que pretende protegernos, no solo incumple su prop¨®sito, sino que aumenta nuestro malestar. ¡°La situaci¨®n de pandemia, el temor por la salud o el empleo, y el confinamiento, con la alteraci¨®n de nuestras rutinas saludables y la reducci¨®n de nuestro espacio y apoyos sociales, pueden ser una fuente de estr¨¦s. Las personas m¨¢s sensibles ante los acontecimientos vitales, quienes toleran peor la p¨¦rdida de autonom¨ªa y la incertidumbre, y quienes soportan una mayor carga de responsabilidad en este periodo, podr¨ªan mostrar una mayor predisposici¨®n a la aparici¨®n o agravamiento del insomnio¡±.
Seg¨²n De Entrembasaguas, aunque no existen estudios cient¨ªficos sobre la situaci¨®n actual en este ¨¢mbito, puede pensarse que las madres en cualquiera de las situaciones descritas y que adem¨¢s carezcan de apoyo suficiente en su red familiar o tengan hijos con necesidades especiales, ¡°podr¨ªan ser especialmente vulnerables¡±. Para Iliana Par¨ªs es importante tener en cuenta los estudios que, con anterioridad, han encontrado la falta de un sue?o reparador como un factor de riesgo que puede incrementar el desarrollo de alguna enfermedad mental durante el per¨ªodo del posparto, sobre todo depresi¨®n, trastornos de ansiedad, dificultades en el establecimiento del v¨ªnculo madre-beb¨¦ o variaciones en el estado de ¨¢nimo durante el primer a?o posparto. Es por esto por lo que, seg¨²n Par¨ªs, las madres que han parido recientemente se encuentran en una situaci¨®n ¡°m¨¢s fr¨¢gil¡± en lo que a la salud mental se refiere.
Sobre si hay alguna explicaci¨®n a por qu¨¦ llegan por la noche las preocupaciones, Manuel de Entrambasaguas explica que nuestra mente responde a las preocupaciones con pensamientos que pueden llegar acompa?ados de emociones negativas y sensaciones corporales desagradables como tensi¨®n muscular, palpitaciones o nervios en el est¨®mago. Este conjunto de respuestas cognitivas, emocionales y fisiol¨®gicas, seg¨²n el experto, se magnifican durante la noche porque durante el d¨ªa estamos ocupados con nuestras tareas y obligaciones o acompa?ados. ¡°En la noche, al acostamos, nuestra mente ya no est¨¢ ocupada en ninguna tarea, y la mente humana, cuando no se ocupa de nada, se investiga a s¨ª misma a trav¨¦s de la activaci¨®n de la llamada red neuronal por defecto. En el silencio y soledad de la noche, todo ese ruido de fondo se amplifica y se nos planta delante¡±, explica.
En el caso concreto de las familias, Iliana Par¨ªs apunta que el d¨ªa a d¨ªa en confinamiento de quienes tenemos a nuestro cargo a criaturas peque?as no da para pensar mucho, ni para resolver angustias, incertidumbres o afectos intensos: ¡°Los cuidados requieren de presencia y atenci¨®n, y es habitual que las criaturas en confinamiento se vuelvan m¨¢s demandantes, pues sufren de muchas carencias. As¨ª, las madres y padres se encuentran con que deben colmar todas las necesidades de interacci¨®n y relaci¨®n que precisan los m¨¢s peque?os. Y si a las tareas del cuidado le sumamos las obligaciones del teletrabajo, la preocupaci¨®n por la subsistencia, y las interminables tareas dom¨¦sticas, nos damos cuenta de que se nos pasa el d¨ªa en el hacer, y no hay espacio-tiempo para pensar en preocupaciones m¨¢s trascendentes o angustiantes¡±. Preocupaciones que aprovechan la tranquilidad de la noche para invadir nuestros pensamientos. ¡°La mente de las madres por las noches se llena de los pendientes para el d¨ªa siguiente, de la mala respuesta que le di a mi hijo en un momento de agobio -y el consiguiente sentimiento de culpa, claro-, de c¨®mo subsanar la tensi¨®n con la pareja por los d¨ªas de intensa convivencia, de la incertidumbre en que se encuentra la situaci¨®n escolar, del miedo al contagio, de qu¨¦ nos deparar¨¢ el porvenir, etc.¡±, concluye.
Recomendaciones para mejorar el descanso
Para Manuel de Entrambasaguas hay algunas pautas que pueden ayudarnos a mejorar el descanso:
Necesitamos establecer l¨ªmites a las obligaciones de nuestros diferentes roles, tanto familiares como profesionales, para escuchar y atender nuestras propias necesidades. En situaci¨®n de confinamiento, estos l¨ªmites deben establecerse tanto en tiempo como, dentro de lo posible, en espacio.
Ahora en que es posible salir a pasear o hacer deporte, es importante organizarse para disfrutar de un momento de ejercicio f¨ªsico, exposici¨®n solar y contacto con la naturaleza. Esto reforzar¨¢ nuestro ritmo circadiano y ocupar¨¢ nuestra mente y sentidos con sensaciones agradables, en particular en estas fechas en que la primavera est¨¢ alcanzando su esplendor. En vez de mirar el tel¨¦fono m¨®vil por la calle, ser¨ªa m¨¢s ¨²til fijarnos en los ¨¢rboles, las flores y las aves, y disfrutar de la calidad del aire y el silencio.
Al caer la noche, necesitamos un lugar en casa donde aislarnos y poder hacer un cierre del d¨ªa. Es ¨²til establecer un lugar "seguro", que puede ser una butaca o un rinc¨®n del sof¨¢, con iluminaci¨®n c¨¢lida y suave. Podemos usar auriculares para aislarnos si lo necesitamos, y escuchar m¨²sica relajante, usar alg¨²n perfume o aroma que nos haga sentir bien, y realizar alg¨²n ritual como prepararnos una infusi¨®n. Este cierre del d¨ªa es la oportunidad de escuchar a nuestra mente y preguntarnos: ?C¨®mo estoy? ?C¨®mo ha ido el d¨ªa? ?Qu¨¦ planes tengo para ma?ana? Podemos acompa?arnos de un cuaderno donde anotar estos pensamientos. La idea es permitir que nuestra mente y emociones se expresen, que las escuchemos y podamos calmarlas.
?Y si nada de esto funciona? Desde el grupo de trabajo de insomnio de la SES, que ha publicado un documento con recomendaciones para mejorar el descanso durante la crisis Covid-19, recuerdan que, si pese a todo pasamos malas noches, es m¨¢s adecuado optar por levantarse a la hora de costumbre, ya que consideran que es el remedio m¨¢s eficaz para cortar una cadena de circunstancias que nos llevar¨¢n al insomnio: ¡°Si estamos m¨¢s tiempo en cama nuestro sue?o ser¨¢ mas ligero la noche siguiente¡±. Tampoco se recomienda ir a la cama sin sue?o, ¡°ya que puede provocar que nos acabemos poniendo nerviosos y nos cueste m¨¢s dormirnos¡±. Relajarnos y centrarnos en el cuerpo, porque, dicen, ¡°si mantenemos estas recomendaciones nuestro sue?o volver¨¢ a la normalidad tarde o temprano¡±.
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