Aceras de un solo sentido y tiendas de ropa sin m¨²sica: as¨ª pinta el futuro una gu¨ªa de 313 ideas para evitar la infecci¨®n
El mundo cambiar¨¢ en los pr¨®ximos meses pero, ?tanto como sugieren las opciones que estos cient¨ªficos ponen sobre la mesa?
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La nueva normalidad... No hay meta m¨¢s anhelada, ni m¨¢s abstracta: nadie sabe c¨®mo ser¨¢ un mundo en el que lo nuevo sea normal y la amenaza del nuevo coronavirus est¨¦ completamente controlada. Pero, si se asemeja a lo que pintan las 313 propuestas de un grupo de trabajo en el que participan varias instituciones acad¨¦micas brit¨¢nicas, entre las que figura la Universidad de Cambridge, ser¨¢ de todo menos normal. Con sus ideas en pr¨¢ctica, tendr¨ªamos que aprender hasta a sacar la basura. Pero si funcionan...
Los cient¨ªficos han reunido las propuestas en una p¨¢gina web, en la que dejan claro que su ¨²nica intenci¨®n es que sirvan como opciones. Puedes interpretarlas como una gu¨ªa para explorar el futuro hasta que este nos alcance con certezas m¨¢s s¨®lidas acerca de lo que es conveniente e indeseable. Los espa?oles ya conocemos algunas. Por ejemplo, sabemos lo que es el teletrabajo, los colegios virtuales, que, en algunos casos, son de lo m¨¢s reales; y empezamos a familiarizarnos con los dispensadores de gel hidroalcoh¨®lico en tiendas y lugares de trabajo. Tambi¨¦n hay quien ya sabe lo que es consultar el men¨² de un restaurante en su propio m¨®vil y algunas comunidades aut¨®nomas comienzan a aceptar la posibilidad de hacer turnos para acudir a espacios compartidos, como las aulas de los colegios. Pero hay otras ideas que pintan un futuro en el que las costumbres, el dise?o y la tecnolog¨ªa son de otro mundo. Quiz¨¢, no dentro de mucho, del nuestro.
C¨®mo ayudar¨ªa cortar el hilo musical de las tiendas
Que mantener la distancia f¨ªsica es la mejor manera de prevenir el contagio de la covid-19 es la certeza en la que se construir¨¢ la nueva normalidad, y se basa en el conocimiento de que el virus suele transmitirse en las gotas de menos de 5 micras (0,000005 metros) que expulsamos al hablar, toser y estornudar. Hay medidas obvias para lograr el distanciamiento, otras no lo son tanto. Por ejemplo, reducir el ruido ambiental podr¨ªa facilitar el distanciamiento porque evitar¨ªa que las personas se acercasen demasiado o tuvieran que alzar la voz, dicen los cient¨ªficos. ?Adi¨®s al estruendoso hilo musical de tantas tiendas de moda? Puede ser, al menos a corto plazo. Lo que ya parece mucho pedir es conseguir no "hablar innecesariamente cuando las personas se encuentren en contacto estrecho", algo que la iniciativa tambi¨¦n anima a promover.
Tampoco parece que de momento vaya a prosperar la idea de separar a los ciclistas, corredores y resto de viandantes, como propone la p¨¢gina web, ni la de que las aceras sean de un solo sentido. Pero en un mundo en el que se pusieran en pr¨¢ctica las 313 ideas, esta ordenaci¨®n del tr¨¢nsito de las personas estar¨ªa en la calle y tambi¨¦n en los entornos de trabajo, bajo la convicci¨®n de que as¨ª las personas se acercan menos las unas a las otras. Si la nueva normalidad llegase a ese punto, ya puedes olvidarte de cruzarte con el vecino.
Si la realidad obedeciera a las opciones que los cient¨ªficos ponen sobre la mesa, el control del entorno de las personas ser¨ªa a¨²n mayor: entre los centenares de ideas, destaca la de que cada una declare c¨®mo es su "burbuja", o sea, que haga una lista de personas con las que convive o se relaciona durante el confinamiento (como han hecho Nueva Zelanda). El motivo es que ello ayudar¨ªa a conocer los movimientos del virus en caso de infecci¨®n¡ siempre que se usen apps para seguir los pasos de los infectados, otra de las sugerencias de los cient¨ªficos.
Nuevos dise?os para el cubo de la basura
Es f¨¢cil comprobar que la nueva normalidad merecer¨¢ ese nombre en el cap¨ªtulo de los saludos: seg¨²n la lista, evolucionar¨¢n hacia formas como el choque de codos, que hace ya tiempo que se practica. Tambi¨¦n est¨¢ claro que la manera de tocar los objetos del entorno ser¨¢ distinta, m¨¢s higi¨¦nica y, en cierto modo, extra?a. Los cient¨ªficos proponen usar las rodillas o la espalda para mover objetos pesados como las puertas, hasta ah¨ª nada extravagante, pero tambi¨¦n que aprendamos a utilizar las articulaciones de los dedos en lugar de las yemas para operaciones m¨¢s delicadas, como accionar los pomos de las puertas. Tiene sentido si se tiene en cuenta que son las puntas de los dedos lo que solemos llevar a los ojos, la nariz y la boca, y es posible que un buen n¨²mero de personas lo consigan. Pero, ante el reto de cambiar gestos tan arraigados se impone el recurso del dise?o.
No solo los pomos de las puertas pueden adaptarse para evitar el contagio, sino que en un mundo pintado con las 313 sugerencias para evitar la expansi¨®n del SARS-CoV-2, un viajero en el tiempo del siglo XX no sabr¨ªa ni tirar la basura. Es la nueva normalidad del "NO TOCAR", el dise?o marca la frontera entre individuos, y no solo a base de las mamparas de metacrilato que hace tiempo se ven en los comercios espa?oles. Entre las opciones que apuntan los cient¨ªficos est¨¢ la de que solo una persona toque objetos comunes, como las mangueras de los surtidores de las gasolineras (en esta realidad, uno dejar¨ªa que le sirviesen el combustible y usar¨ªa un medio de pago que no implicase contacto sin bajarse del veh¨ªculo)
Pero tambi¨¦n otras como adaptar este tipo de objetos para que cada uno lo toque por un lugar distinto. Por ejemplo, proponen la opci¨®n de dise?ar los cubos de basura de tal manera que los usuarios solo pongan sus manos en una zona y los operarios de limpieza en otra bien diferenciada. Un reto sencillo, en comparaci¨®n con el de dise?ar una caja en la que guardar el correo durante unos d¨ªas pero permita seleccionar los sobres urgentes...
?Quieres entrar? Pues mira la c¨¢mara
Puede que en el futuro veamos superficies de cobre donde no las hab¨ªa, ya que, apuntan los cient¨ªficos, este metal tiene la propiedad de desactivar los virus m¨¢s deprisa que otros materiales. Puede que los fabricantes de veh¨ªculos el¨¦ctricos tengan en cuenta la opci¨®n que ofrecen de desarrollar sistemas de carga inal¨¢mbricos. Quiz¨¢ cargaremos otros electrodom¨¦sticos de esta manera para evitar el contacto, como tambi¨¦n proponen. Lo que cuesta imaginar es que los m¨¦todos tecnol¨®gicos para controlar el aforo que proponen acaben formando parte de la rutina.
Entre las ideas que recoge la p¨¢gina web, llama la atenci¨®n la de usar la geolocalizaci¨®n de los tel¨¦fonos m¨®viles para se?alar en el mapa las ¨¢reas m¨¢s congestionadas, una informaci¨®n que puede ser interesante, por ejemplo, antes de salir de casa. Y las hay m¨¢s sugerentes. En las habitaciones o los vagones de metro, por ejemplo, podr¨ªan instalarse c¨¢maras que distribuir¨ªan la imagen por wifi, y que cualquiera podr¨ªa consultar para saber si deber¨ªa entrar o ser¨ªa mejor esperar a que el espacio estuviera menos congestionado.
Tambi¨¦n est¨¢ la idea de que un sistema cuente las personas que entran en un local a trav¨¦s de las se?ales wifi de sus m¨®viles y se cierren autom¨¢ticamente una vez el aforo est¨¦ completo (se entiende que para dejarles salir cuando lo deseen). Ante este panorama, la idea de usar drones o veh¨ªculos aut¨®nomos para le reparto casi es descafeinada...
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