Una respuesta a la covid-19 para los pobres del mundo

Es urgente que los l¨ªderes del G-20 vuelvan a reunirse para acordar una respuesta mundial mayor y mejor coordinada ante la crisis de la covid-19. Aunque en muchos sitios se est¨¢n reduciendo los confinamientos, la cantidad de nuevos casos en el mundo alcanz¨® recientemente su m¨¢ximo nivel hasta el momento, mientras los devastadores costos econ¨®micos de la pandemia contin¨²an acumul¨¢ndose a medida que surgen nuevos epicentros en los pa¨ªses emergentes y en v¨ªas de desarrollo.

Es un momento cr¨ªtico, porque los pa¨ªses m¨¢s pobres en ?frica, Asia y Latinoam¨¦rica enfrentan emergencias econ¨®micas y de salud p¨²blica que requieren acci¨®n inmediata. Un diverso grupo de econom¨ªas con ingresos medios tambi¨¦n necesita ayuda. Juntos, esos pa¨ªses representan casi el 70% de la poblaci¨®n del planeta y aproximadamente un tercio del PIB mundial.

Sus necesidades ser¨¢n cada vez mayores en los pr¨®ximos meses y a?os. La Organizaci¨®n Mundial del Trabajo prev¨¦ que la cantidad de horas trabajadas en el segundo trimestre de 2020 ser¨¢ un 10,5 % menor a los niveles previos a la crisis. Esto equivale a la p¨¦rdida de m¨¢s de 300 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. Y, por primera vez en este siglo, la pobreza est¨¢ aumentando en el mundo.

De hecho, una recesi¨®n mundial podr¨ªa revertir hasta tres d¨¦cadas de mejoras en los niveles de vida y, seg¨²n una estimaci¨®n, empujar hacia la pobreza a entre 420 y 580 millones de personas en el mundo. El Programa Mundial de Alimentos, por otra parte, advirti¨® que probablemente la covid-19 duplique la cantidad de personas en condici¨®n de hambre aguda, que podr¨ªa llegar a 265 millones.

La pandemia tambi¨¦n provoc¨® la mayor emergencia educativa de nuestras vidas: 1700 millones de ni?os ¡ªm¨¢s del 90% del total en el mundo¡ª no pudieron ir a sus escuelas debido a los confinamientos. En los pa¨ªses pobres, es posible que muchos nunca regresen a ellas. Millones de ni?os que no reciben la comida en las escuelas est¨¢n pasando hambre y los gobiernos, por sus dificultades financieras, est¨¢n reduciendo la asistencia educativa.

Est¨¢ emergencia econ¨®mica y social mundial no terminar¨¢ hasta que no superemos la emergencia sanitaria mundial. Para ello, hay que superarla en todos los pa¨ªses.

Nos alegran los compromisos alcanzados en una cumbre virtual especial el 4 de mayo, que llegan a los 8.000 millones de d¨®lares, para desarrollar vacunas, diagn¨®sticos y tratamientos para la covid-19. Instamos a los gobiernos y otros donantes a hacer efectivas esas contribuciones inmediatamente. De todas formas, todav¨ªa queda mucho por hacer.

La coordinaci¨®n mundial es especialmente importante para desarrollar, producir masivamente y distribuir de manera equitativa cualquier eventual vacuna. Debido que esa vacuna deber¨¢ estar disponible en forma universal y gratuita, instamos a todos los miembros del G-20 a que apoyen la reposici¨®n del financiamiento para Gavi, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunizaci¨®n, que realiz¨® su conferencia para comprometer fondos el pasado 4 de junio.

De manera similar, hay que aumentar la capacidad para realizar an¨¢lisis de detecci¨®n de la covid-19, e implementarlos a una escala mucho mayor. Por otra parte, una colaboraci¨®n transfronteriza m¨¢s estrecha es fundamental para incrementar el aprovisionamiento mundial de equipos m¨¦dicos esenciales. Los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo tambi¨¦n necesitan ayuda para mejorar sus capacidades y sistemas de salud, y sus redes de seguridad social. Adem¨¢s, los pa¨ªses del G-20 debieran apoyar el llamado de las Naciones Unidas para proteger a los refugiados, las personas desplazadas y otras que necesitan ayuda humanitaria.

Reflejando el deterioro econ¨®mico y fiscal sin precedentes de muchas econom¨ªas emergentes y en v¨ªas de desarrollo, m¨¢s de 100 pa¨ªses solicitaron ayuda al Fondo Monetario Internacional. Es probable que otros se sumen a ese pedido. Pero aunque el FMI afirm¨® que estos pa¨ªses necesitan 2,5 billones de d¨®lares para superar la crisis, solo se asign¨® una fracci¨®n de esa cantidad.

La coordinaci¨®n mundial es especialmente importante para desarrollar, producir masivamente y distribuir de manera equitativa cualquier eventual vacuna

As¨ª, aunque nos alegran las buenas intenciones en el coraz¨®n del plan de acci¨®n del G-20 para la covid-19, los l¨ªderes del mundo deben ir m¨¢s lejos.

En primer lugar, hay que ampliar el alivio de la deuda para los 76 pa¨ªses de la Asociaci¨®n Internacional de Fomento e incluir la participaci¨®n de los acreedores bilaterales y privados hasta fines de 2021. Adem¨¢s, los acreedores multilaterales deben demostrar que est¨¢n proporcionando nuevo financiamiento neto; de lo contrario, deben ofrecer alivio para la deuda. Y, debido a que nos estamos quedando sin tiempo para que los acreedores privados garantizan voluntariamente el alivio de la deuda, se debe considerar un nuevo enfoque vinculante.

Mientras tanto, es posible que una docena o m¨¢s de econom¨ªas de mercados emergentes enfrenten problemas por el pago de los servicios de la deuda en los pr¨®ximos meses. El FMI debe prepararse ahora para lograr acuerdos entre las partes.

En segundo lugar, el G-20 debe acordar que los 2,5 billones de d¨®lares necesarios para la asistencia sean entregados. Para esto el FMI, el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo tendr¨¢n que aumentar sus l¨ªmites para los pr¨¦stamos y subsidios, y que los bancos multilaterales de desarrollo aumenten su cartera de pr¨¦stamos pendientes durante los pr¨®ximos 18 meses, para pasar de 500.000 millones a entre 650.000 millones y 700.000 millones de d¨®lares. Estas instituciones deben captar m¨¢s recursos y permitir un uso m¨¢s amplio de su capital para actuar adecuadamente.

Todo esto lleva a que sea imprescindible una nueva emisi¨®n de derechos especiales de giro (el activo de reserva mundial del FMI) y la transferencia de las asignaciones, tanto nuevas como existentes sin utilizar, a los pa¨ªses que necesitan ayuda desesperadamente. Una nueva emisi¨®n de DEG (derechos especiales de giro) liberar¨ªa 600.000 millones de d¨®lares inmediatamente y m¨¢s de 1 bill¨®n para 2022. El G-20 debiera lograr el apoyo pol¨ªtico para esta medida y llevar adelante el trabajo t¨¦cnico necesario para implementarla en cuanto se logre un acuerdo.

En la primera etapa de la crisis de la covid-19 se puso ¨¦nfasis en brindar liquidez, proteger el empleo y en las inversiones de emergencia para la salud. Ahora que los responsables de las pol¨ªticas intentan que el mundo regrese a sus niveles de crecimiento previos a la crisis, una mayor coordinaci¨®n fiscal y monetaria es fundamental.

Los gobiernos deben entonces considerar el establecimiento de una meta de crecimiento mundial junto con metas nacionales de inflaci¨®n. Las inversiones orientadas al medio ambiente deben ser parte del est¨ªmulo: los gobiernos deben favorecer proyectos de infraestructura que mejoren el desarrollo sostenible y ayuden de esa manera a combatir el cambio clim¨¢tico.

Para obtener ingresos vitales para los gobiernos nacionales, los l¨ªderes mundiales deben acordar una estrategia coordinada para recuperar el dinero perdido a manos de los para¨ªsos fiscales. Los pa¨ªses debieran intercambiar autom¨¢ticamente informaci¨®n fiscal, levantar el velo de secreto que rodea a los beneficiarios y fideicomisos, y sancionar a aquellos pa¨ªses que se reh¨²sen a implementar las normas acordadas.

La covid-19 es un llamado a que el mundo despierte para construir un multilateralismo nuevo y m¨¢s eficaz, equipado para atender a los desaf¨ªos del siglo XXI. Hay que reforzar y redise?ar parcialmente la salud mundial y la arquitectura financiera para mejorar nuestra preparaci¨®n y capacidad para combatir futuras crisis de manera r¨¢pida y a escala. Una mayor acci¨®n del G-20 para evitar que se profundice la recesi¨®n generada por la pandemia y mitigar su impacto sobre la gente m¨¢s pobre del mundo ser¨ªa un avance hacia esta meta. Instamos a sus l¨ªderes a adoptar ya mismo las medidas necesarias.

Erik Bergl?f, ex economista jefe del Banco Europeo para la Reconstrucci¨®n y el Desarrollo, es director del Instituto de Asuntos Internacionales de la Escuela de Econom¨ªa y Ciencia Pol¨ªtica de Londres. Gordon Brown, ex primer ministro del Reino Unido, es enviado especial de las Naciones Unidas para una Educaci¨®n Global. Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda, fue administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Ngozi Okonjo-Iweala, exministra de Finanzas de Nigeria, es presidenta de la junta de Gavi.?

Traducci¨®n al espa?ol por www.Ant-Translation.com Copyright: Project Syndicate, 2020.

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