Por qu¨¦ la remota y peque?a Mayotte sufre m¨¢s la covid-19 que el resto de ?frica
El territorio de ultramar franc¨¦s, en pleno ?ndico africano, cuenta con m¨¢s casos de coronavirus por mill¨®n de habitantes de todo el continente y sus islas
Cuando se revisan los datos sobre la propagaci¨®n de la covid-19 por ?frica, no sorprende que Egipto y Sud¨¢frica sean los dos pa¨ªses que registran m¨¢s contagiados y m¨¢s muertos desde que comenz¨® la pandemia. Son dos s¨²per potencias econ¨®micas que se expanden por inmensas extensiones con much¨ªsima poblaci¨®n. Tambi¨¦n en ellos es donde se est¨¢n haciendo m¨¢s pruebas diagn¨®sticas. Cuadra. Pero hay un lugar donde los n¨²meros ya no encajan tanto: Mayotte, una peque?a isla del oc¨¦ano ?ndico, hacia el norte de Madagascar, ostenta el r¨¦cord de positivos por mill¨®n de habitantes y es primera en una lista de 57 pa¨ªses y territorios del continente.
Sus datos absolutos no son muy elevados, dado que esta isla con estatus de departamento de ultramar franc¨¦s, de apenas 374 kil¨®metros cuadrados, tiene una poblaci¨®n de 279.000 habitantes censados entre los que se han registrado poco m¨¢s de 2.300 casos y 29 muertes. Pero si se atiende a las cifras relativas, a 15 de junio Mayotte contaba con 8.434 contagiados por mill¨®n de personas. Por comparar, miremos a Sud¨¢frica otra vez: 894 contagiados por mill¨®n. En su patria madre, Francia, los indicadores muestran una ca¨ªda regular de la circulaci¨®n del virus en todos los departamentos que llev¨® al presidente, Emmanuel Macron, a declarar el pasado 15 de junio la primera victoria del pa¨ªs sobre la pandemia y a poner fin a buena parte de las medidas de contenci¨®n del virus. Solo Mayotte y la Guayana Francesa permanecen en el nivel de alerta naranja.
Mayotte pertenece a la Uni¨®n Europea como regi¨®n ultraperif¨¦rica, el mismo estatus que, por ejemplo, las Islas Canarias, Madeira o Azores. Fue cedida a Francia hace casi dos siglos, y en 1976 los mahorenses votaron seguir siendo franceses, al contrario que otras islas del archipi¨¦lago, las actuales Comoras, que prefirieron independizarse. Y aunque Francia ha realizado ciertas inversiones en infraestructuras y desarrollo en su joven dominio africano, la realidad es que es la m¨¢s pobre de todas las regiones francesas y las estrecheces son el pan de cada d¨ªa de buena parte de sus ciudadanos.
El 14 de marzo se detectaba el primer caso del nuevo coronavirus en Mayotte en un viajero que regresaba de la regi¨®n francesa de l'Oise. Solo tres d¨ªas despu¨¦s, la isla entr¨® en un periodo de cuarentena que a¨²n no se ha aliviado del todo. La pobreza, el hacinamiento, el desempleo, la salud y hasta la religi¨®n y la naturaleza son los factores que se han mezclado en una tormenta perfecta para desatar la pandemia en este rinc¨®n del planeta.
El territorio franc¨¦s con m¨¢s desempleo
Aunque sea un territorio perteneciente a un pa¨ªs rico, Mayotte es el m¨¢s miserable y el que ostenta m¨¢s paro de Francia: el 84% de la poblaci¨®n vive por debajo del umbral de la pobreza y el 30% no tiene trabajo, seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica franc¨¦s.
La precariedad conlleva malas condiciones de vida en lo que se refiere a la calidad del alojamiento. Se ha demostrado que el confinamiento ha sido una medida beneficiosa para evitar la propagaci¨®n del nuevo coronavirus, pero en pa¨ªses ricos m¨¢s que en otros empobrecidos. En Mayotte no ha sido posible cumplirlo para miles de familias. "Ketsi dagoni", "qu¨¦date en casa" en lengua shimaore, es lo que se dec¨ªan los mahorenses al comienzo de la pandemia. Ha sido complicado para el 40% de los habitantes, que residen en infraviviendas fabricadas a base de madera, chapa e, incluso, tierra. Los hogares de la isla no suelen contar con electrodom¨¦sticos y el acceso a banda ancha est¨¢ tambi¨¦n muy por detr¨¢s de los est¨¢ndares nacionales: solo el 17% de los hogares la posee, cuatro veces menos que en Francia.
En la misma l¨ªnea de las carencias anteriores est¨¢ el acceso a agua y saneamiento, fundamentales para poder llevar a cabo pr¨¢cticas de higiene que previenen enfermedades como el lavado de manos. Uno de cada tres residentes de Mayotte no tiene ni un grifo en casa. "M¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n se ve afectada por este fen¨®meno", explica por tel¨¦fono el periodista local Cyril Castelliti. "Mayotte re¨²ne muchos barrios pobres que se han creado de manera informal por inmigrantes que vienen de Comoras, que es un pa¨ªs pobre, con la esperanza de tener una mejor situaci¨®n. Pero se encuentran en situaciones muy precarias y a menudo se instalan en estos barrios marginales".
Cumplir con la distancia social no es f¨¢cil debido a la alta densidad de poblaci¨®n: hay 690 habitantes por kil¨®metro cuadrado, una cifra solo superada por Par¨ªs y otros grandes distritos cercanos a la capital francesa. De hecho, en municipios insulares como Petite-Terre, Dzaoudzi y Pamandzi, la densidad es de 2.700 habitantes por kil¨®metros cuadrado. As¨ª, no es de extra?ar que sea frecuente el hacinamiento en los hogares: las encuestas nacionales revelan m¨¢s de la mitad de los hogares est¨¢n superpoblados (56% frente al 5% de Francia).
"El hacinamiento ha favorecido la epidemia, igual que la dificultad de aplicar medidas de barrera en casa, pues en ellas suele haber cinco o seis personas en la misma habitaci¨®n", describe en un correo electr¨®nico Christophe Caralt, m¨¦dico del servicio de urgencias del hospital de Mamoudzou, el ¨²nico de la isla. "Hay dificultades tambi¨¦n para lavarse las manos y para comprender una enfermedad que se transmite por gotitas". Para Castelliti, el confinamiento no es una opci¨®n. "Desde mi punto de vista y el de la mayor¨ªa de las personas que estamos aqu¨ª, no podemos confinar a la gente en chozas de chapa con tanto calor, sin agua ni electricidad. Hacerlo ser¨ªa ser¨ªa inhumano".
Como ocurre en otros muchos pa¨ªses de ?frica, en Mayotte viven miles de personas que sobreviven gracias a trabajos informales y que, si un d¨ªa no salen a buscarlo, al siguiente no tienen que comer. Estas personas no tienen otra opci¨®n m¨¢s que saltarse el confinamiento. El Instituto de Estad¨ªstica franc¨¦s calcula que las empresas sumergidas (es decir, no reconocidas por las autoridades fiscales), representan dos tercios del total. Principalmente, se concentran en el sector comercial (venta ambulante de frutas, bebidas y peque?os super mercados), la reparaci¨®n de autom¨®viles y otros servicios, y suelen ofrecer trabajos irregulares con salarios de pura subsistencia. Los elevados niveles de analfabetismo (m¨¢s de la mitad de los adultos no leen ni escriben correctamente) no ayudan al desarrollo de la isla.
Un desierto sanitario
Los medios de comunicaci¨®n franceses se suelen referir al sistema de salud de Mayotte como "un desierto sanitario". Por una parte, la isla ya iba mal antes de la pandemia: solo cuenta con un hospital y cuatro centros de referencia, 353 camas y 258 m¨¦dicos en toda la isla, una ratio de 0,9 doctores por cada mil habitantes. Es una cifra muy baja si se compara con la media francesa, que es de 3,4 por mil habitantes, aunque un poco mayor que el promedio regional, pues ?frica subsahariana cuenta con 0,2 m¨¦dicos por mil habitantes.
La salud de los isle?os tambi¨¦n presenta problemas, pues existe una alta prevalencia de diabetes (10,5% frente al 5% de Francia) y de obesidad, especialmente en mujeres (47,5% frente al 17,5% de Francia). Ambos son factores de riesgo que complican la recuperaci¨®n de un paciente de covid-19. Por si esto no fuera suficiente, Mayotte se est¨¢ enfrentando estos meses a una doble amenaza sanitaria: el nuevo coronavirus y un brote de dengue que se expande con rapidez. A 6 de mayo, la Agencia Regional Sanitaria informaba de 3.684 casos confirmados, 340 hospitalizados y 16 muertes.
La inmigraci¨®n y el despertar de un volc¨¢n
Pese a que las condiciones de vida en Mayotte son m¨¢s deficientes que en el resto de territorios franceses, siguen siendo mejores que en otros lugares cercanos. Casi la mitad de la poblaci¨®n est¨¢ formada por migrantes, aquellos que vienen de Comoras en kwassa kwassa (pateras) y que ven Mayotte como un lugar privilegiado, "casi rico", juzga Castelliti. A ellos se les atribuye la saturaci¨®n de unos servicios p¨²blicos ya de por s¨ª al l¨ªmite. De hecho, la mayor¨ªa de los recursos del sistema sanitario de la isla se destinan a las mujeres parturientas en situaci¨®n irregular, responsables del 75% de los casi 10.000 nacimientos que tienen lugar cada a?o en esta isla. "La inmigraci¨®n ilegal lleva al hecho de que actualmente el 50% de la poblaci¨®n de Mayotte sea clandestina", asegura Mansour Kamardine, que es pol¨ªtico de Los Republicanos y diputado por Mayotte en la Asamblea Nacional."Eso conduce a la existencia de asentamientos informales con condiciones propicias para la propagaci¨®n de la covid-19, con la imposibilidad de limitar a una poblaci¨®n que vive al d¨ªa y que deriva en una delincuencia violenta significativa", opina por correo electr¨®nico.
Como prueba de esta confrontaci¨®n est¨¢n los resultados de la segunda vuelta de las ¨²ltimas elecciones presidenciales: el partido ultra conservador de Marine Le Pen, el Frente Nacional, obtuvo mayor porcentaje de apoyos aqu¨ª (casi un 43%) que la media de Francia (34%). Dos de los ¨²ltimos incidentes relacionados con el rechazo de la poblaci¨®n local hacia el extranjero ocurrieron en un espacio de pocos d¨ªas en las localidades de M'Tsahara, en el norte de la isla, y en Kani B¨¦, al sur. En ambos casos, centenares de vecinos trataron de impedir el rescate de heridos hallados en las costas de la isla y que, supuestamente, hab¨ªan llegado en patera.
Las grandes concentraciones son otro de los factores que propician la expansi¨®n del virus. Aunque la Prefectura prohibi¨® las manifestaciones de m¨¢s de diez personas durante la pandemia, estas ocurren. Por ejemplo, el pasado 31 de mayo, entre 500 y mil personas se reunieron para quejarse por la "inseguridad y la delincuencia" en la isla. Las reuniones con motivo de la celebraci¨®n del Ramad¨¢n, entre abril y mayo, tambi¨¦n han podido ser una fuente de contagio en este territorio de mayor¨ªa musulmana. Desde su comienzo, el confinamiento casi no se respet¨®, seg¨²n declaraciones de la directora de la Agencia Regional de Salud, Dominique Voynet, recogidas por medios mahorenses. "Hay gente en las mezquitas, multitudes en los funerales, reuniones nocturnas de j¨®venes en torno a peleas de boxeo tradicionales" y un "creciente descontento social", mencion¨®. Sin embargo, Kamardine no lo ve as¨ª: "La evoluci¨®n de la epidemia muestra que el Ramad¨¢n no tuvo impacto, ya que los residentes tuvieron en cuenta las instrucciones de seguridad sanitaria".
Noticia del canal Mayotte la 1ere sobre la protesta vecinal en Kani-B¨¦ ante una evacuaci¨®n sanitaria.
Para terminar, a¨²n se puede agregar un ingrediente m¨¢s a esta ensalada de infortunios: a mediados de marzo, y en pleno clima de incertidumbre propio del inicio del confinamiento, Mayotte fue sacudida por un terremoto de magnitud 5.8. La raz¨®n: nada menos que un volc¨¢n submarino a¨²n en formaci¨®n a 50 kil¨®metros de la isla. "Si ya estabas estresado por la pandemia, imagina la ansiedad cuando te despiertan los temblores", escrib¨ªa Castelliti en su cuenta de Twitter.
Y ahora, ?qu¨¦?
Ahora mismo, 70 militares del Ej¨¦rcito galo est¨¢n desplegados en Mayotte, trabajando codo con codo con el personal sanitario del ¨²nico hospital del pa¨ªs. A principios de junio, aterriz¨® en la isla un avi¨®n cargado con 16 de ellos, 6,5 toneladas de material m¨¦dico y con la propia ministra de Ultramar, Annick Girardin, que visit¨® a los mahorenses para transmitirles que el Gobierno no se hab¨ªa olvidado de ellos. Pero, con nuevos casos confirmados cada 24 horas, las autoridades consideran que el virus sigue activo. "La situaci¨®n sanitaria es estable, el virus sigue circulando, con 10 a 15 nuevos casos por d¨ªa, pero desde el 2 de junio no hemos tenido nuevos ingresos en la unidad de cuidados intensivos por dificultad respiratoria", describe el doctor Caralp. "Todav¨ªa tenemos algunos casos, pero de pacientes menos graves, o asintom¨¢ticos, o que vienen por otras enfermedades".
La necesidad m¨¢s acuciante para los mahorenses es la realizaci¨®n de m¨¢s pruebas, piensa Castellii, pues ahora el n¨²mero ha sido escaso (nueve mil por mill¨®n de habitantes). Y, por supuesto, una mayor inversi¨®n a todos los niveles. "Es intolerable que una potencia como Francia deje a uno de sus departamentos en semejante situaci¨®n econ¨®mica y sanitaria. No es digno", critica el periodista, que menciona a continuaci¨®n la urgencia de crear vivienda, infraestructuras, hospitales, de inyectar dinero p¨²blico para que deje de ser el departamento m¨¢s pobre del pa¨ªs... De no olvidarse de Mayotte. "La gente vot¨® para seguir siendo francesa, est¨¢n muy apegados a Francia, pero ?qu¨¦ est¨¢ haciendo Francia a cambio?" se pregunta.
Aunque algunas medidas se han relajado, ¡ªlos colegios se han reabierto, igual que las terrazas y los peque?os comercios¡ª, recientemente el Consejo Cient¨ªfico franc¨¦s, que ha estado asesorando al Gobierno central en la gesti¨®n de la pandemia, declar¨® que no era recomendable aliviar el confinamiento en la isla del ?ndico. "Si el desconfinamiento es m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s general, creemos que tendremos m¨¢s casos, con una ola m¨¢s alta y m¨¢s brutal", y "una meseta epid¨¦mica hasta julio", vaticinaba hace un mes Voynet. Kamardine no est¨¢ de acuerdo: "Es necesario revitalizar la econom¨ªa y, por lo tanto, preservar el empleo y la capacidad de financiar la Sanidad. En t¨¦rminos de salud, no restringir no es lo que cambiar¨¢ la situaci¨®n, sino realizar pruebas, pruebas y pruebas para tratar y controlar focos epid¨¦micos".
As¨ª, lo que sigue en la agenda de todos los vecinos son las pr¨®ximas elecciones municipales, que debian haber tenido lugar en marzo pero, a causa de la pandemia, se retrasaron hasta el 28 de junio. A escasas semanas de su celebraci¨®n, nadie se plantea su aplazamiento.
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