En las aldeas africanas, la covid-19 hace temer m¨¢s muertes por malaria
Los confinamientos han afectado la distribuci¨®n de mosquiteras y las personas con s¨ªntomas retrasan su visita a un m¨¦dico por temor al virus
En su peque?a vivienda del norte de Uganda, rodeada por los seis ni?os a los que cuida, Acayo Rose, de 74 a?os, duerme bajo una mosquitera heredada de un pariente fallecido. ¡°Mi mosquitera tiene muchos agujeros¡±, se queja Rose, vestida con una camiseta con el lema Nunca te rindas, mientras se?ala el dormitorio de la vieja y deteriorada casa del distrito Gulu en el que reside. ¡°Todas las mosquiteras tienen agujeros¡±.
Rose acaba de recuperarse de la malaria, que tambi¨¦n ha infectado al nieto de dos a?os al que cuida. Est¨¢ desempleada y ha tenido que endeudarse para pagar los 25.000 chelines ugandeses (5,9 euros) que le costaba la medicaci¨®n para tratarse ella y el ni?o, por cuya vida tem¨ªa. ¡°Ha sido realmente horrible¡±, dice, mirando c¨®mo juega el peque?o con un palo en el suelo.
Los datos aportados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) muestran que en 2018 murieron cerca de 405.000 personas de malaria, y que el 94% de esos fallecimientos correspondieron al ?frica subsahariana. M¨¢s de dos tercios de las v¨ªctimas ten¨ªan menos de cinco a?os.
La OMS advert¨ªa en abril de que el n¨²mero de fallecimientos anuales por malaria en ?frica subsahariana podr¨ªa casi duplicarse este a?o debido a la pandemia de coronavirus, pudiendo rondar las 769.000 muertes, una cifra no vista desde hace 20 a?os. La propagaci¨®n de la covid-19 ha tenido repercusiones en el acceso a los medicamentos antipal¨²dicos, ya que los enfermos temen acudir al m¨¦dico, y en la distribuci¨®n de las mosquiteras tratadas con insecticida.
No es la primera vez que un brote de otra enfermedad provoca un aumento del n¨²mero de infecciones por malaria. En Kivu del Norte, una provincia de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, se multiplicaron por ocho los casos de malaria tras el brote de ¨¦bola de 2018, debido a que los esfuerzos m¨¦dicos se centraron en esta otra enfermedad.
Conscientes de los riesgos, muchos pa¨ªses est¨¢n perseverando en sus campa?as para reducir las cifras de contagios, preocupados por la p¨¦rdida de los avances conseguidos en los ¨²ltimos a?os a la hora de alcanzar el objetivo establecido por Naciones Unidas de eliminar la malaria antes de 2030. Uganda se propone aplicar este a?o un programa de distribuci¨®n nacional de mosquiteras, el primero desde 2017, con la entrega de unos 27 millones para una poblaci¨®n de 43 millones de habitantes.
La temporada de malaria
Los equipos de distribuci¨®n han empezado a trabajar, ataviados con trajes protectores, y financiados por el Fondo Global para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, as¨ª como por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID, por sus siglas en ingl¨¦s).
¡°Los mosquitos no est¨¢n confinados, siguen volando con libertad. ?Por qu¨¦ sobrevivir a la covid-19 y morir de malaria?¡±, se pregunta Jimmy Opigo, director del Programa Nacional de Control de la Malaria en el Ministerio de Sanidad de Uganda. ¡°La distribuci¨®n de mosquiteras es uno de los principales medios de lucha contra la malaria. Lo hacemos cada tres a?os porque esa es la caducidad de las mosquiteras tratadas con insecticida de larga duraci¨®n¡±.
Uganda redujo la incidencia de la malaria del 42% en 2009 a aproximadamente un 9,2% en 2018, y Opigo considera esencial que las intervenciones ordinarias de salud p¨²blica se mantengan a pesar de la pandemia. ¡°En especial en el caso de la malaria, si no respondemos podemos tener un rebrote y una epidemia. Un retroceso y una p¨¦rdida de todos los avances efectuados¡±, explicaba a Thomson Reuters Foundation.
Los mosquitos no est¨¢n confinados, siguen volando con libertad. ?Por qu¨¦ sobrevivir a la covid-19 y morir de malaria? Jimmy Opigo, director del Programa Nacional de Control de la Malaria de Uganda
Pero aunque se est¨¢n haciendo esfuerzos para distribuirlas, algunos trabajadores sanitarios temen que las mosquiteras repartidas por el Estado tarden demasiado en llegar. ¡°Registramos una de las peores cifras de malaria del mundo¡±, comentaba Nicolas Laing, cofundador de One Day Health, una organizaci¨®n que instala centros sanitarios en lugares lejanos del norte de Uganda.
Laing est¨¢ reuniendo dinero para comprar 5.000 mosquiteras por temor a que las del Estado lleguen demasiado tarde. ¡°La temporada de la malaria en Gulu va de abril a octubre, y nuestras mosquiteras van a llegar en octubre o noviembre¡±, se lamenta. ¡°Es absolutamente incapacitante¡ Deja a todos esos ni?os y adultos an¨¦micos. Tienen mucha menos energ¨ªa de la que deber¨ªan¡±.
Miedo a los m¨¦dicos
En toda ?frica hay ahora mismo m¨¢s de 790.000 casos confirmados de covid-19 y los trabajadores sanitarios temen que la pandemia est¨¦ disuadiendo a la poblaci¨®n de acudir al m¨¦dico. ¡°Hay un miedo generalizado a acudir a cualquier instalaci¨®n sanitaria, porque los pacientes, y tambi¨¦n los padres de los pacientes, temen infectarse¡±, se?ala Fabio Biolchini, director de un hospital de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) en la Provincia Oriental de Sierra Leona.
Biolchini explica que solo han visto un tercio de los pacientes atendidos el a?o pasado por estas fechas y que los padres solo traen a los ni?os enfermos ¡°como ¨²ltimo recurso¡±. Para compensar esta situaci¨®n, MSF est¨¢ implantando ahora programas de extensi¨®n comunitaria, como cl¨ªnicas m¨®viles, en los que Bolchini dice que est¨¢n viendo ¡°muchos, muchos¡± casos de malaria.
Keziah L. Malm, director del Programa Nacional de Malaria de Ghana, afirma que la malaria supone un problema enorme de salud p¨²blica. ¡°Afecta a todos los aspectos de la salud y la vida social y econ¨®mica de las personas¡±, remacha. Ghana declar¨® su primer caso de covid-19 en marzo, y en la actualidad registra m¨¢s de 30.000 casos confirmados, una de las cifras m¨¢s altas del continente. Por otra parte, los ingresos hospitalarios por malaria han descendido. "Los pacientes prefieren quedarse en casa, comprar los medicamentos en las farmacias y visitar los hospitales solo cuando todos los dem¨¢s intentos de automedicaci¨®n han fracasado", explica Malm.
En el norte de Uganda, en el campamento de refugiados de Palabek, Ocen David, un refugiado sursudan¨¦s de 19 a?os, se recupera de la malaria. ¡°Esta vez hay demasiados mosquitos. Estamos contrayendo malaria a diario¡±, se queja David, que vive en este asentamiento de aproximadamente 53.000 personas desde su creaci¨®n, en 2017. Ocan Robert, que preside el Consejo de Bienestar de los Refugiados, explica que la ¨²ltima vez que les distribuyeron mosquiteras fue en 2018. Afirma que les prometieron m¨¢s, pero la pandemia ha retrasado la entrega.
En una de las cl¨ªnicas de Palabek, el personal afirma estar abrumado y carecer de recursos para enfrentarse a la covid-19, como jab¨®n, mascarillas o espacio para el distanciamiento f¨ªsico. Mientras, unos 100 refugiados esperan fuera para ser atendidos. La encargada de la cl¨ªnica, Adong Nancy, explica que muchos de los pacientes sufren malaria o anemia causada por esta, mientras que otros est¨¢n afectados por un brote de sarna. El mes pasado, una paciente falleci¨® en la cl¨ªnica de malaria, y otros que presentaban s¨ªntomas avanzados fallecieron en el hospital. Ya antes de la pandemia de coronavirus, insiste Nancy, el personal estaba abrumado por el nivel de enfermedad. ¡°La mayor¨ªa viene (demasiado) tarde¡±, dice.
Este reportaje,?incluido en una serie financiada por el Fondo Mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, ha sido publicado previamente en ingl¨¦s por la Thomson Reuters Foundation, que cubre la vida de personas de todo el mundo que luchan por la libertad y la justicia.
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