No les queda ni Moria
Un incendio destruy¨®, a principios de septiembre, el campo de desplazados en la isla griega de Lesbos. ONGs y residentes del lugar denuncian el maltrato al que son sometidos los refugiados, especialmente los ni?os, y las secuelas psicol¨®gicas que padecen
El 12 de septiembre la polic¨ªa griega proh¨ªbe el acceso a los periodistas por primera vez al campamento de refugiados de Moria. Han pasado cuatro d¨ªas desde el incendio que asol¨® el lugar y oblig¨® a 13.000 personas, de las que un tercio son ni?os, a refugiarse en la carretera que une Panagiouda con Mytilene. La ¨²nica forma de llegar al kil¨®metro de asfalto en el que se agolparon los migrantes es siguiendo los caminos de tierra escalando las colinas para evitar los retenes o mezcl¨¢ndose con el personal de las pocas ONG activas. Son alrededor de las 11.00 cuando explotan los botes de gas lacrim¨®geno: seis (o siete) cerca del punto de control de la polic¨ªa en direcci¨®n a Mytilini y otros tantos en el estacionamiento de un supermercado Lidl, en el lado opuesto. Los ni?os gritan mientras los padres buscan agua para mojar sus rostros y aliviar el escozor y el sofocante efecto del humo.
¡°La situaci¨®n es completamente ca¨®tica, sin pauta. El Gobierno est¨¢ intentando encerrar a los solicitantes de asilo como hizo en los ¨²ltimos meses en Moria. Si se recrearan las condiciones de vida que exist¨ªan antes del incendio, con serias limitaciones a la libertad personal, los problemas mentales aumentar¨ªan¡±. Grigori Cavarnos, jefe del equipo de salud mental de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF,) no se anda con rodeos: "La vida cotidiana causa un trauma constante para los solicitantes de asilo y este es el mayor obst¨¢culo que enfrentamos. Hay pacientes que han sufrido violencia y tortura en sus pa¨ªses de origen o mientras viajaban. Es muy dif¨ªcil intentar solucionar los problemas del pasado si cada d¨ªa se agregan nuevos traumas. Otras personas, por otro lado, estaban bien y est¨¢n desarrollando patolog¨ªas ps¨ªquicas aqu¨ª en Grecia".
"El trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico conduce a una amplia gama de s¨ªntomas en los pacientes: encontramos depresi¨®n, ansiedad, insomnio, pesadillas hasta psicosis y alucinaciones. Hay personas que reviven los momentos traum¨¢ticos a trav¨¦s de v¨ªvidos flashbacks", relata el experto de la ONG. MSF tiene una cl¨ªnica pedi¨¢trica justo enfrente del campo de refugiados de Moria desde 2017 y ha abierto otra a pocos metros de la carretera donde ahora viven los migrantes. Cavarnos trabaja actualmente en esta ¨²ltima. ¡°La falta de apoyo psicol¨®gico para los ni?os es una deficiencia importante. Con los adultos, es m¨¢s f¨¢cil comprender qu¨¦ padecimientos padecen. Una persona adulta es capaz de expresarse mejor mientras que con los ni?os es necesario hacer un gran trabajo de interpretaci¨®n. Los dibujos son una herramienta ¨²til en este sentido y, a menudo, revelan mucho de lo que est¨¢ pasando por su cabeza. Pero para dolencias m¨¢s graves, como la esquizofrenia, es complicado¡±.
En uno de los edificios abandonados que separan la carretera del mar, hay una veintena de tiendas de campa?a donde se han asentado algunas familias afganas. Mesut tiene 16 a?os y vive aqu¨ª con su madre y su hermano menor. Huy¨® de Afganist¨¢n tres a?os despu¨¦s de la muerte de su padre, pero su periplo termin¨® en Moria hace un a?o. "El viaje fue muy duro, no tanto para m¨ª que soy joven, sino para mi familia. Recuerdo el fr¨ªo y el cansancio. Luego llegamos a Moria y hab¨ªa comenzado a ense?ar ingl¨¦s a un grupo de ni?os, pero despu¨¦s de dos meses me fui porque el hombre que dirig¨ªa la escuela (un refugiado afgano) me golpe¨®. Estaba borracho y no he ido desde entonces", rememora. "Moria era un lugar peligroso. Hab¨ªa peleas todos los d¨ªas y la polic¨ªa era violenta; vi a la polic¨ªa golpear a una anciana. Pero al menos pod¨ªamos lavarnos, mientras que aqu¨ª en la calle, no tenemos agua ni comida o ba?os. No s¨¦ c¨®mo la gente no entiende que solo estamos tratando de tener un futuro. Tengo 16 a?os y quiero un futuro. Envidio a mi hermano de 10, es peque?o y todav¨ªa no entiende c¨®mo funciona la vida, qu¨¦ es bueno y qu¨¦ es malo. Piensa solamente en jugar al f¨²tbol".
Seg¨²n Unicef, en la actualidad hay 3.800 ni?os en la isla. Los proyectos educativos y recreativos se han suspendido, primero por la emergencia de la covid-19 y ahora por la destrucci¨®n total del campamento de Moria. Aunque la organizaci¨®n ha llevado a 406 menores no acompa?ados a Sal¨®nica, la situaci¨®n sigue siendo dram¨¢tica para aquellos que no han tenido la suerte de ser reubicados. La distribuci¨®n de agua y alimentos se hace en determinados momentos y la gente tiene que esperar m¨¢s de cuatro horas en fila bajo el sol antes de poder acceder a ellos. Algunos videos muestran furgonetas que pasan zumbando a gran velocidad desde las que simplemente se dejan caer botellas de agua sobre el asfalto o se arrojan sin la m¨¢s m¨ªnima garant¨ªa de distribuci¨®n justa.
Golnas, una joven afgana de 24 a?os, tiene un hijo de siete d¨ªas que no puede amamantar debido a la desnutrici¨®n, pero no tiene forma de obtener leche. La sensaci¨®n generalizada es que el Gobierno griego ha decidido bloquear la ayuda humanitaria para empujar a los migrantes por agotamiento a aceptar un traslado al nuevo campamento de Kara Tepe, construido en un tiempo r¨¦cord.
La gente debe decidir si continuar viviendo en la calle sin ning¨²n tipo de asistencia b¨¢sica garantizada o si ser¨¢ encarcelada voluntariamente en el nuevo campamento Mario L¨®pez Alba, psic¨®logo en la cl¨ªnica pedi¨¢trica de MSF
"La gente debe decidir si continuar viviendo en la calle sin ning¨²n tipo de asistencia b¨¢sica garantizada o si ser¨¢ encarcelada voluntariamente en el nuevo campamento. Los trastornos mentales en Moria se cuadriplicaron entre julio y agosto en comparaci¨®n con los meses anteriores. Las restricciones provocadas por la covid han hecho a¨²n m¨¢s insoportable la vida en Moria; los padres ya no pod¨ªan ni siquiera llevar a sus hijos a dar un paseo o nadar en el mar. Esos mismos padres que vinieron aqu¨ª, preocupados por la salud de sus hijos, hoy est¨¢n totalmente perdidos y destrozados". Mario L¨®pez Alba trabaja como psic¨®logo en la cl¨ªnica pedi¨¢trica de MSF, que casi destruye el incendio del 9 de septiembre.
"Estamos tratando de localizar a nuestros pacientes pero es muy dif¨ªcil para ellos venir a la cl¨ªnica. Deben permanecer continuamente alerta ante cualquier distribuci¨®n de alimentos y cuidar de sus hijos, que de otro modo se quedar¨ªan solos en la calle. Si no hay una respuesta eficaz en las pr¨®ximas semanas, estas personas no dejar¨¢n de sufrir. Ha habido varios casos de autolesiones entre adolescentes que nos han preocupado mucho. Estas personas solo buscan una educaci¨®n para sus hijos, la paz y la libertad, principios que la Uni¨®n Europea debe garantizar a todos", reflexiona L¨®pez.
De la misma opini¨®n es Fabiola Vel¨¢zquez, m¨¦dica voluntaria involucrada en proyectos de rehabilitaci¨®n f¨ªsica. "Es una situaci¨®n que no puedo describir. Vengo de Sudam¨¦rica (Chile) y he visto con mis propios ojos las consecuencias de cataclismos, terremotos, pero esto es diferente: es una falta de respeto al g¨¦nero humano. Los polic¨ªas realizan la tarea m¨¢s inhumana, mientras que nosotros, como personal m¨¦dico, tenemos grandes dificultades para poder dar el apoyo necesario. Los ni?os sufren especialmente de sarna, infecciones y desnutrici¨®n. Yo y otros m¨¦dicos tenemos miedo de que la gente comience a suicidarse. Estamos en un punto en el que la gente est¨¢ m¨¢s all¨¢ de la desesperaci¨®n y los suicidios podr¨ªan aumentar. Hay personas con depresi¨®n y problemas mentales graves. Mujeres, ni?os. Todos. Tenemos que dar vida a estas personas o ser¨¢ una de las p¨¢ginas m¨¢s negras de la historia europea".
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— ¦¤¦Ñ¦Ï¦Ì¦Ï¦Ã¦Ñ?¦Õ¦Ï? (@dromografos) September 17, 2020
Entre el 17 y el 18 de septiembre la polic¨ªa comenz¨® a empujar a miles de personas hacia el nuevo campamento de Kara Tepe, tambi¨¦n con acciones violentas acompa?adas, nuevamente, del lanzamiento de gases lacrim¨®genos. Al mismo tiempo, aparecieron en Twitter varias im¨¢genes que inmortalizan los restos de artefactos de guerra, remanentes de ejercicios militares, encontrados justo en medio de las miles de carpas reci¨¦n construidas.
Y fuera de esta prisi¨®n, sin agua y ya abarrotada, ondea una bandera griega cuyas nueve l¨ªneas horizontales significan Eleftheria i Thanatos, libertad o muerte.
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