Las fuentes del Nilo Azul
Desde la frontera con Sudan hasta el lago Tana, ruta en moto por Etiop¨ªa que culmina en la tumba del espa?ol Pedro Paez, primer europeo que divis¨® 'las cataratas que echan humo'
Un mito del medioevo fue el reino africano del Preste Juan, legendario territorio m¨¢s all¨¢ del S¨¢hara donde gobernaba un pr¨ªncipe cristiano. Los exploradores europeos hasta el XVI persiguieron con ah¨ªnco un sue?o que los avances geogr¨¢ficos desvanec¨ªan. Hasta que Bartolom¨¦ D¨ªaz dobl¨® el Cabo de las Tormentas y abri¨® la ruta africana hacia las Indias Orientales. Cuando los portugueses exploraron la costa este se toparon con el imperio del Negus, quien gobernaba una naci¨®n cristiana rodeada de musulmanes: Etiop¨ªa.
La ¨²nica frontera abierta desde Sud¨¢n es la de Metema/Galabat. En la oficina de inmigraci¨®n el funcionario lleva una cruz colgando del cuello. Muchas mujeres la llevan tatuada en la frente. La religi¨®n es omnipresente. El cristianismo lleg¨® en el siglo IV gracias a misioneros sirios. Ocurri¨® durante el reino de Aksum, etapa de gran esplendor que se prolongar¨ªa hasta el siglo VII, ¨¦poca en que los ¨¢rabes comenzaron su expansi¨®n militar. Con el ascenso de este nuevo poder hegem¨®nico en la regi¨®n, Etiop¨ªa qued¨® aislada de la Cristiandad.
Los ni?os gato
Los verd¨ªsimos montes est¨¢n divididos en cuadr¨ªculas de labor. Aqu¨ª ma¨ªz, al otro lado cebada, m¨¢s all¨¢ cebollas y pimientos. Esta zona alta es un vergel. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Etiop¨ªa ha sufrido una atroz deforestaci¨®n para alimentar su creciente poblaci¨®n de m¨¢s de 75 millones de habitantes. Abundan los eucaliptos. Crecen r¨¢pido, dan mucha madera, pero empobrecen el suelo.
Resulta obligado compartir la carretera con burros, vacas y cabras. Revirada, atraviesa decenas de aldeas. Las casas est¨¢n construidas con techo de paja y un armaz¨®n de madera sobre el que se aplasta barro para armar paredes. Hay gente por todas partes. Los ni?os corren detr¨¢s del motorista. Todos tienden la mano pidiendo dinero y, de vez en cuando, le arrojan piedras.
El Camelot africano
En el centro de Gondar, conocida como el Camelot Africano, asaltan los t¨ªpicos gu¨ªas de ocasi¨®n para visitar el concurrido castillo de Fasilides, quien convirti¨® la ciudad en su capital en el siglo XVII. Fasilides era hijo de Susinios, el emperador amigo del jesuita madrile?o Pedro P¨¢ez, enviado desde Goa junto a otro sacerdote. Disfrazados de mercaderes, su barco fue abordado por piratas yemen¨ªes y obligados a recorrer a pie el inmenso desierto, donde P¨¢ez pas¨® esclavizado seis a?os antes de poder ser rescatado.
'El agua que echa humo'
Susinios le brindar¨ªa la oportunidad de visitar las fuentes del Nilo Azul, al sur del Lago Tana, en la ruta principal a Addis Abeba y en las proximidades de las cataratas del agua que echa humo, situadas a 30 kil¨®metros por una pista sin asfaltar de la ciudad lacustre de Bahir Dar. Un suceso que finalmente se producir¨ªa el 21 de abril de 1618.
"Y confieso que me alegr¨¦ de ver lo que tanto desearon ver antiguamente el Rey Ciro y su hijo Cambises, el Gran Alejandro y el famoso Julio C¨¦sar.", escribir¨ªa Pedro P¨¢ez en su libro Historia de Etiop¨ªa.
Gorgora
El camino se torna grava durante cincuenta kil¨®metros. Una gran nube se asienta sobre el horizonte. Pronto adquiere una tonalidad ominosa, gris plomo, pre?ada de lluvia. Empieza a descargar. Enfilo la embarrada senda, atravieso otro poblado lleno de animales, de ni?os y de ojos curiosos, subo una loma y entonces lo veo. Al fondo, marr¨®n y agitado, el Lago Tana. Una larga recta lleva hasta Gorgora, aldea de apenas un centenar de casas.
Poco despu¨¦s aparece otra se?al; Tim & Kim camping. Un joven europeo con largo pelo rizado me recibe con una sonrisa. Es Kim, el holand¨¦s errante que gobierna este sencillo complejo para overlanders; viajeros de larga distancia que cruzan continentes por tierra.
Durante la cena cuento que busco al descubridor espa?ol de las fuentes del Nilo Azul.
-Ah, Pedro P¨¢ez.-dice Tim.
Miro a mi anfitri¨®n con sorpresa.
-?Lo conoces-
-S¨ª- asiente-, me apasiona la historia de Etiop¨ªa.
La oscuridad nos rodea. Los mosquitos zumban obsesivos e inclementes.
-?Sabes que P¨¢ez convirti¨® al catolicismo al emperador Susinios?.
Tim asiente.
-Esa conversi¨®n tuvo mucho que ver con la pol¨ªtica. Susinios se las ve¨ªa con un enemigo formidable: el Islam. Los portugueses eran un gran aliado, pero le prestaron ayuda a cambio de admitir a los jesuitas en un territorio de tradici¨®n ortodoxa. Tras la conversi¨®n del emperador comenz¨® una guerra civil. Fasilides retorn¨® a la ortodoxia y expuls¨® a los colonos portugueses.
-Pero al menos quedar¨¢ el palacio que dise?o P¨¢ez para Susinios- comento casi preocupado-. P¨¢ez vino a Gorgora varias veces para supervisar la construcci¨®n del complejo. En su ¨²ltima visita cay¨® enfermo. El 25 de mayo de 1622 muri¨® y sus compa?eros lo enterraron all¨ª
La tumba de Pa¨¦z
El primer escollo es el puente ca¨ªdo. Vadeo un torrente cuyo cauce est¨¢ lleno de grandes piedras. Estas rocas picudas y sueltas ser¨¢n una angustia constante. Proceden de la antigua calzada. Es como si un arado gigante hubiese clavado su metal en mitad de la v¨ªa para arrancar las piedras dej¨¢ndolas en la peor posici¨®n posible. A veces solo queda una estrech¨ªsima vereda por la que apenas puede pasar una persona, una vaca, un burro o un par de cabras.
Alcanzada una meseta, admiran las asombrosas vistas. El lago estar¨¢ a unos 10 kil¨®metros sobre los que se extiende una sucesi¨®n de suaves colinas, exuberantes en sembrados, bosques y granjas. Al fondo se erige una monta?a sobre la peque?a pen¨ªnsula. Sobre mi sobrevuelan las rapaces, verdaderas se?oras de los cielos de Etiop¨ªa.
Comienza la ¨²ltima ascensi¨®n. Al paso abierto en la maleza no se le puede llamar siquiera camino. Clavo las botas sobre las estriberas, me yergo sobre la moto y acelero. La selva nos traga. Encuentro en pie el esqueleto de la iglesia. Alrededor yacen esparcidas las piedras que forjaron los muros del palacio. Los labriegos lo han ido destruyendo para construir sus casas. Apenas queda una arcada con celos¨ªas portuguesas.
Nada recuerda al jesuita. El ingl¨¦s Speke tiene una placa en el Lago Victoria de Uganda como descubridor de las fuentes del Nilo Blanco. P¨¢ez un agujero negro en un lugar remoto. Cu¨¢n diferentes son las naciones en el trato dispensado a sus hijos.
? Sigue las aventuras de Miquel Silvetre en su blog.
? Miquel Silvestre (Denia, 1968) es autor del libro 'Un mill¨®n de piedras' (Barataria).
Gu¨ªa
DOCUMENTACI?N
? Visado obtenido en embajada. 20 d¨®lares.
? Carne du Passage expedido por el RACE.
MONEDA
? 1 euro=23 birrs.
COMER
? Injera y tibs: torta de pan ¨¢cido sobre la que se vierte carne muy especiada.
DORMIR
? Hotel Ghoa (Gondar). Buenas vistas sobre la ciudad, limpio, Internet. Precio: 50 euros. ghion@ethionet.et
? Hotel Ghion (Bahir Dar). Algo decr¨¦pito pero c¨¦ntrico y bien situado a orillas del Lago Tana. Precio: 15 euros. ghionbd@ethionet.et
? Camping Tim & Kim (Gorgora). Lodges sin agua corriente. Id¨ªlica situaci¨®n y ambiente viajero. Precio: 15 euros. timandkimvillage@yahoo.com
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