Tras los exploradores olvidados
El camino de Cu¨¦llar, en Irlanda, recuerda a los desdichados h¨¦roes de la Armada Invencible e inicia una ruta transcontinental en moto, como demostraci¨®n pr¨¢ctica de que todav¨ªa es posible la exploraci¨®n
Nuestro pasado est¨¢ lleno de quijotes que buscaban m¨¢s all¨¢ del horizonte a¨²n a riesgo de morir incomprendidos u olvidados. Parece que su tiempo ya pas¨®, que el transporte a¨¦reo hubiera acabado con la verdadera aventura. Sin embargo, todav¨ªa es posible la exploraci¨®n. El motorista solitario aparece hoy como el descendiente de aquellos intr¨¦pidos viajeros de corta impedimenta y mirada larga. Podr¨ªa moverse de un modo m¨¢s confortable, pero elige sufrir porque tragando polvo, viento y arena se torna n¨®mada, explorador, parte del paisaje y de la historia que narra.
Por eso viajo en moto. Para m¨ª no es un deporte, tampoco una actividad banal o caprichosa. No es un juego. Es una fe. Voy solo, a la intemperie y del todo vulnerable. Protegido por mi propia fragilidad, cruzo desiertos, selvas y sabanas para ver de cerca y con todos lo sentidos abiertos qu¨¦ secretos encierran, qu¨¦ personas los habitan. Al motorista solitario la gente siempre se le abre. Es f¨¢cil elegir cu¨¢ndo y d¨®nde parar. No dependo de terceros ni transportes p¨²blicos. La motocicleta me da alas para surcar las sendas m¨¢s estrechas y callejear los d¨¦dalos de las medinas. Viajo en moto para ser libre, para tener algo real que contar.
He recorrido m¨¢s de sesenta pa¨ªses, aunque no puedo dar una cifra exacta porque eso depende m¨¢s de cuestiones pol¨ªticas que geogr¨¢ficas. ?Kosovo es un pa¨ªs o una provincia de Serbia? ?La Rep¨²blica Turca del Norte de Chipre se admite como Estado o como regi¨®n ocupada? ?Y el Sahara Occidental? ?Y los Territorios Palestinos? La definici¨®n de pa¨ªs en un mapa carece de sentido sobre el terreno, y m¨¢s aun yendo en moto. Lo ¨²nico que s¨¦ seguro es que el mundo est¨¢ lleno de fronteras y que tengo la man¨ªa de querer cruzarlas para ver qu¨¦ hay al otro lado.
? Sigue las aventuras de Miquel Silvetre en su blog.
Los olvidados
Cuando intent¨¦ entrar en el Kurdist¨¢n Iraqu¨ª el agente del servicio secreto me pregunt¨® por qu¨¦ quer¨ªa ir. Respond¨ª: "?Usted ve la televisi¨®n?" "S¨ª, claro", contest¨® ¨¦l. "Pues yo no", repliqu¨¦, "no me lo creo". Me gusta ver por m¨ª mismo. Pero tambi¨¦n hab¨ªa otra raz¨®n. Fui a buscar el rastro de un espa?ol excepcional, Adolfo Ridavedeneyra. Nacido en 1841, lleg¨® a dominar hasta once lenguas. Con veinte a?os pidi¨® ser contratado sin sueldo en el consulado espa?ol de Beirut. As¨ª recorri¨® todo Oriente Medio. Ya como diplom¨¢tico, remontar¨¢ el Tigris recordando a Nearco, almirante de Alejandro Magno que del mismo modo lleg¨® hasta Basora. Una vez en Babilonia, el actual Irak, llegar¨ªa a visitar Mosul y N¨ªnive.
He seguido muchos otros rastros de espa?oles poco conocidos, los he buscado sobre el mismo terreno que pisaron. He encontrado a Fray Jun¨ªpero Serra, fundador de las misiones de California; a Ruy Gonz¨¢lez de Clavijo, quien en el siglo XV llegara hasta Samarcanda; al arquitecto Fernando de Aranda, quien construy¨® m¨¢s de setenta grandes edificios en Siria, como la bella Estaci¨®n del Hiyaz en Damasco, o el Zenobia, primer hotel de Palmira.
Con el apoyo de El Viajero de Elpais.com comienzo una expedici¨®n alrededor del mundo para mostrar qui¨¦nes fueron Pedro P¨¢ez, descubridor de las fuentes del Nilo Azul en Etiop¨ªa; San Francisco Javier, misionero en el Pac¨ªfico; el Coronel Palanca, conquistador de Saig¨®n; o Urdaneta, explorador de Filipinas. Pero no solo me interesan los hombres, tambi¨¦n quiero escuchar el chabacano, ese raro idioma con un 50% de viejas palabras castellanas que se habla en algunas islas de Malasia, o visitar Cordova y Vald¨¦s de Alaska, los dos top¨®nimos espa?oles m¨¢s septentrionales del planeta.
El comienzo
Esta b¨²squeda comenz¨® en Sidi Ifni, donde Espa?a libr¨® su ¨²ltima guerra en 1958. La fundaci¨®n de esa ciudad se debi¨® al capit¨¢n Ces¨¢reo Fern¨¢ndez Duro, quien comand¨® el Blasco de Garay, enviado a determinar la posici¨®n exacta del Borx er Rumi, las ruinas de un castillo erigido por los Reyes Cat¨®licos. Fern¨¢ndez Duro asegur¨® que estaban en la desembocadura del Ifni. El territorio fue cedido a la soberan¨ªa espa?ola. Investigando en la figura de este personaje, descubr¨ª un hecho curioso. Fern¨¢ndez Duro tambi¨¦n hab¨ªa hecho otro hallazgo, esta vez bibliogr¨¢fico. En los archivos de la Real Academia de la Historia hall¨® en 1884 un raro manuscrito del siglo XVI. Una carta escrita en Amberes y dirigida a Felipe II por otro capit¨¢n espa?ol llamado Francisco de Cu¨¦llar, quien aseguraba haber formado parte de la Armada Invencible y naufragado en Irlanda.
El camino de Cu¨¦llar
La lectura de tan fant¨¢stico texto me hizo coger la moto y presentarme en Sligo, en la costa Noroeste de Irlanda, a unos doscientos cincuenta kil¨®metros de Dubl¨ªn. En Grange encuentro una se?al que indica Spanish Armada. The Cu¨¦llar's Trail. La sigo y doy con la playa de Streedagh Strand. Un paisaje desolado e inmenso con los montes de Donegal al fondo. No hay un solo ¨¢rbol bajo el que cobijarse. Existe un modesto monumento donde una placa recuerda que en septiembre de 1588 La Juliana, La Lavia y la Santa Mar¨ªa de Vis¨®n naufragaron aqu¨ª. De 1.200 hombres, solo se salvaron trescientos.
Cu¨¦llar, uno de los afortunados supervivientes, cuenta c¨®mo los nativos lo primero que hicieron fue robarles hasta dejarlos desnudos. Tuvo suerte de salir con vida de esta playa. La regi¨®n estaba infestada de soldados ingleses. Temerosos de que los espa?oles alentaran una rebeli¨®n, las ¨®rdenes eran ejecutarlos. Unos 7.000 perecieron. El comandante Alonso de Luz¨®n se rindi¨® para proteger a sus 560 hombres. Los masacraron en cuanto estuvieron desarmados. Los veinticuatro marineros a bordo del Nuestra Se?ora del Socorro que se rindieron en la bah¨ªa de Tralee fueron ahorcados. En el Condado de Mayo, un mercenario escoc¨¦s se jactaba de haber asesinado ochenta extenuados n¨¢ufragos.
Tras muchas penalidades, de Cu¨¦llar supera una cadena monta?osa y bordea el Lago Melvin que hoy separa la Rep¨²blica de Eire de Irlanda del Norte. En una peque?a isla est¨¢ el Castillo de Rosclogher, perteneciente a Mac Clancy, jefe local, enemigo de los ingleses que auxili¨® a los espa?oles. De Cu¨¦llar pas¨® tres meses haciendo cosas tan curiosas para sobrevivir como leer en las manos la buena ventura. Cuando llegaron los ingleses, los nativos se retiraron, pero de Cu¨¦llar decidi¨® quedarse con ocho compa?eros para defender la fortaleza.
Hoy solo quedan ruinas ocultas por espesa vegetaci¨®n y protegidas por tres caballos salvajes. Hace 400 a?os, m¨¢s de cien ingleses se apostaron aqu¨ª. Los defensores resistieron 17 d¨ªas antes de que el tiempo se hiciera tan terrible que los sitiadores tuvieran que retirarse. Un agradecido Mac Clancy ofreci¨® en matrimonio su propia hermana a de Cu¨¦llar. Pero el capit¨¢n espa?ol no ve¨ªa la hora de regresar. El 4 de enero de 1588, escap¨® a pie camino del norte. Veinte d¨ªas despu¨¦s lleg¨® a Derry, donde el obispo Redmond Galagher le ayudar¨ªa a embarcar hacia Escocia.
Irlanda del Norte
De Derry voy hacia la costa noroeste. Recorro un laberinto de peque?as secundarias hasta arribar a una asombrosa carretera que sigue el irregular litoral entre bah¨ªas, playas y acantilados. Aparece un impresionante castillo. Es Dunluce, condado de Antrim, Irlanda del Norte, la ciudadela de Sorley Boy MacDonnell, caudillo irland¨¦s que ayud¨® a muchos de estos espa?oles. Colgada sobre un acantilado, la fortaleza parece inexpugnable. Cruzando la carretera, est¨¢n los muros derruidos de la iglesia de Cuthbert's. Se supone que aqu¨ª est¨¢ enterrado el bravo Alonso Mart¨ªnez de Leyva, comandante de La Santa Maria Encoronada, con 419 hombres a bordo.
Su barco lleg¨® a la costa del Condado de Mayo gravemente da?ado. Bajo el mando de Leyva, la tropa tom¨® dos castillos. Se le fueron sumando supervivientes de otros buques hasta sumar 600 hombres. Tras unos d¨ªas de espera, entr¨® en la bah¨ªa el Duquesa Santa Ana. En ¨¦l embarcaron Leyva y sus hombres. Una nueva tormenta lo hizo encallar en Donegal.
Con una pierna rota, acamp¨® cerca de la bah¨ªa de Killybegs durante nueve d¨ªas hasta que apareci¨® el maltrecho gale¨®n Gerona. Con la ayuda de los locales, el barco fue reparado y a mediados de octubre zarp¨® con 1.300 hombres a bordo. Un vendaval castig¨® el sobrecargado nav¨ªo, hundi¨¦ndolo en el Lacada Point del famoso Giant's Causeway. Desde entonces la enorme piedra se llama The Spanish Rock.
"Est¨¢n all¨ª"
En Dunseverick topo con las ruinas de un castillo. Llamo a la puerta de la granja. Abre la puerta una mujer p¨¢lida y sorprendida. Me pregunta qu¨¦ quiero. Le explico que soy espa?ol y que vengo desde muy lejos buscando las tumbas de mis compatriotas muertos hace cuatrocientos a?os. Sonr¨ªe y me se?ala la iglesia. "Est¨¢n all¨ª".
La iglesia en ruinas est¨¢ al borde de un acantilado. No habr¨¢ m¨¢s de veinte l¨¢pidas. El lugar es precioso y apacible. Las piedras resisten las inclemencias del tiempo. Asomadas al oc¨¦ano, se desgastan poco a poco. No importa si son tumbas de espa?oles, pues la que de verdad importa no es la historia de los magnos sucesos que se estudia en los libros, sino el modesto relato humano de los hombres y sus sue?os. Delante de m¨ª se mece azul y terrible la m¨¢s grande mortaja que contemplaran los siglos. Descansen en paz los desdichados h¨¦roes de la Invencible.
Miquel Silvestre(Denia, 1968) es autor del libro Un mill¨®n de piedras (Barataria).
GU?A
C?MO LLEGAR
? El modo m¨¢s directo es a trav¨¦s de los ferries que unen Gij¨®n con Nantes (www.ldlines.es) y Cherburgo con Rosslare (www.celticlinkferries.com). O viajar en avi¨®n y alquilar una moto en Celtic Riders (www.motorental.ie).
DORMIR
? Hostales en Dubl¨ªn (www.hosteldublin.com). Precio: 20-30 euros.
? Grange B&B Mount Edward Lodge (Ballinfull, Grange, County Sligo, Irlanda). Precio: 30 euros por persona. www.mountedwardlodge.com
? Giant?s Causeway Hotel (40 Causeway Road, Bushmills Co., Antrim, Irlanda del Norte). Precio: 50 euros. www.giants-causeway-hotel.com
INFORMACI?N
? Turismo de Irlanda (www.discoverireland.com).
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