Un paseo m¨¢gico y misterioso siguiendo la ruta de las f¨¢bricas de papel abandonadas de Lousame
Los 25 kil¨®metros a orillas de los r¨ªos San Xusto y Vilacoba, en la coru?esa r¨ªa de Muros Noia, recorren un entorno selv¨¢tico y cambiante en el que aparecen siete antiguas factor¨ªas como fantasmas de piedra ocultos por una tupida vegetaci¨®n
La ruta de las f¨¢bricas de papel abandonadas en el concello de Lousame (A Coru?a) discurre por un frondoso bosque de ribera de alisos, fresnos, robles, laureles y acebos que atraviesa una senda estrecha, pedregosa y resbaladiza de pescadores pegada a los cursos de los r¨ªos trucheros de San Xusto y Vilacoba. La humedad del sitio la siente el que se adentra entre el bosque, las piedras y los troncos de los ¨¢rboles. Las ra¨ªces de estos ¨²ltimos se suman a los cantos como obst¨¢culos naturales que hay que esquivar por el camino que recorre este entorno selv¨¢tico y cambiante.
Es un paseo h¨²medo y misterioso que retrotrae a una ¨¦poca muy productiva en esta zona del municipio de Lousame, en el entorno de la coru?esa r¨ªa de Muros Noia. Dual toponimia para contentar a las dos principales localidades de la r¨ªa, Muros y Noia. Dos villas medievales y marineras. La primera se encuentra a las puertas del Atl¨¢ntico y la segunda, en la desembocadura del Vilacoba en la r¨ªa. R¨ªo por el que transita esta ruta de 25 kil¨®metros de escasa luz y frescor acompa?ados por el rumor del agua. Agua que, gracias a su buena calidad y a la proximidad de Santiago de Compostela y los puertos comerciales, impuls¨® la construcci¨®n de f¨¢bricas de papel a finales del siglo XIX.
Las f¨¢bricas de papel, con el paso del tiempo, se han convertido en ruinas olvidadas y forradas de hiedra, musgo y l¨ªquenes, a las que los helechos parecen abanicar. Es como si la naturaleza las estuviera engullendo poco a poco. Es por eso que no se ven a primera vista, a pesar de tratarse, algunas, de construcciones de muros gruesos de hasta 20 metros de alto y otros tantos de ancho. Un edificio de cuatro plantas. Son como fantasmas de piedra que aparecen de repente. Fundada en 1863 por Domingo Font¨¢n, la f¨¢brica de papel de Font¨¢n es la m¨¢s grande de las siete que forman este recorrido. Se encuentra a orillas del r¨ªo Vilacoba y en ella se fabric¨® papel timbrado para documentos oficiales del Estado. Lo que queda en pie es un gran bloque de piedra, extra¨ªda de un castro que hay cerca y en el que se asentaron unos pobladores locales antes de que llegasen los romanos. Dicho muro tiene ventanas, necesarias para que se ventilaran las instalaciones y secar el papel que se fabricaba. En su interior hoy crece vegetaci¨®n hacia arriba aprovechando que el antiguo tejado a dos aguas que hab¨ªa se venci¨® hace tiempo. La imagen es la de ra¨ªces, troncos y ramas pugnando por hacerse un hueco en un espacio que construy¨® el hombre y que la naturaleza ha recuperado.
La ¨²nica f¨¢brica de papel que sigue funcionando es la de Brand¨ªa, que es la m¨¢s antigua de todas, aunque lo hace a las afueras de la ciudad de Santiago de Compostela. Al mudarse dej¨® de beneficiarse de la buena calidad del agua del r¨ªo Vilacoba, la misma que aprovecharon las otras desaparecidas f¨¢bricas de papel de esta ruta; A Gali?eira, un edificio de dos plantas en la que la baja presenta arcadas de medio punto que, puede ser, soportasen una balconada; la de Maceiri?as, Labarta y Soutorredondo.
A todas estas misteriosas y rom¨¢nticas ruinas que se suceden por el itinerario se suman restos de molinos, canales y puentes, construcciones relacionadas con la fabricaci¨®n de papel, as¨ª como cascadas, pozas, petroglifos, castros, aldeas y el monasterio de San Xusto de Toxosoutos (o Toxos Outos), que puede ser el punto de partida de la ruta. Esta construcci¨®n religiosa se levant¨® sobre una ermita rom¨¢nica. Hoy lo que queda es la iglesia con la torre del campanario y dos peque?os edificios anexos rehabilitados que hacen las veces de alojamiento tur¨ªstico. Muy cerca de este conjunto arquitect¨®nico quedan las cascadas (fervenzas) del r¨ªo San Xusto y, algo m¨¢s lejos, las ruinas de la antigua f¨¢brica de papel de Bo?a.
Estas f¨¢bricas de papel y las vecinas minas de San Finx se convirtieron en el motor econ¨®mico de la zona. Dichas minas se explotaron por una concesi¨®n que solicit¨® el brit¨¢nico Sir Thomas Winter Burbury a su llegada a la zona de Noia a finales del siglo XIX. En ellas se extrajo esta?o y wolframio, mineral muy demandado durante la II Guerra Mundial, sobre todo por los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania. En torno al trabajo en la mina la poblaci¨®n creci¨® y pas¨® de 4.000 a 6.500 habitantes en 1955. Una ¨¦poca que coincide con un gran movimiento migratorio de gallegos hacia Am¨¦rica por la falta de oportunidades laborales en Galicia. Una parte importante de esa poblaci¨®n eran mujeres, quienes tambi¨¦n trabajaron en las minas. Mujeres que realizaron todo tipo de tareas: servicio dom¨¦stico, cargar vagones, separar minerales, llevar agua a las casas y a las f¨¢bricas (a¨²n no hab¨ªa agua corriente), transportar le?a para los hornos y secadoras y buscar esta?o y wolframio en el monte. A las mujeres que trabajaban en las minas hab¨ªa que sumar a las que viv¨ªan en los alrededores con sus familias, criando a los hijos y realizando tareas dom¨¦sticas.
En la actualidad, las ruinas de las antiguas f¨¢bricas papel y las minas de San Finx, que cesaron su actividad a finales de los a?os ochenta, son un referente del patrimonio industrial y geol¨®gico del municipio de Lousame. Un reclamo tur¨ªstico que se a?ade a la pesca de la sardina, al marisqueo del mejill¨®n, la navaja y el berberecho y a las conserveras, como polos de desarrollo econ¨®mico del ¨¢rea de influencia de la r¨ªa de Muros Noia. Una especie de selva en miniatura en la que la naturaleza ha cubierto de verde a esas ruinas fantasmag¨®ricas y rom¨¢nticas que dan vida a una ruta en la que casi siempre se oye el rumor del agua.
Gu¨ªa pr¨¢ctica
- Pesquería del Tambre. Hotel situado a orillas del río Tambre, cerca de su desembocadura en la ría de Muros Noia. Consta de un conjunto de cinco edificios de piedra construidos en 1929, cuando se levantó como central hidroeléctrica, y dispone de piscina y el restaurante La Central, en el que se puede degustar la cocina tradicional gallega.
- Faro de Lariño. Faro situado entre la villa de Muros y Fisterra, en el municipio de Carnota, convertido en un hotel singular y restaurante tipo taberna. Todo el complejo tiene referencias del mundo del faro, de los fareros y del mar. Su taberna lleva por nombre El Ariete, en honor a las gentes de Carnotas que hicieron todo lo posible para salvar a los náufragos del barco Ariete. En ella, además de degustar platos que saben a la Costa da Morte, se puede contemplar la playa de Ancoradoiro.
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